MENSAJE DOMINGO 23/03/2014
Por el Hno. Hugo Baspineiro
Juan 11
Juan 11
20
Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero
María se quedó en casa.
21 Y
Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría
muerto.
22
Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
23
Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.
24
Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día
postrero.
25
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí,
aunque esté muerto, vivirá.
26 Y
todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
27
Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios,
que has venido al mundo.
Efesios 2
1Y él os dio vida a
vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2 en
los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en
los hijos de desobediencia,
3
entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los
deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los
pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
4
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos
amó,
5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos
dio vida juntamente con Cristo(A) (por gracia sois salvos),
6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo
nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
7 para mostrar en los siglos venideros las
abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo
Jesús.
1°
Corintios 15
53
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y
esto mortal se vista de inmortalidad.
54 Y
cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya
vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita:
Sorbida es la muerte en victoria.(L)
55
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?(M)
56
ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la
ley.
57
Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de
nuestro Señor Jesucristo.
58 Así
que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del
Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
La
paz del Señor Jesucristo.-
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