Por el Hno. Gabriel.-
Prosiguiendo con el desarrollo del Libro de los
Hechos abordaremos en esta ocasión lo descripto en el capítulo 8, en donde se
detalla de forma específica el trabajo evangelístico de Felipe, quien era uno
de los diáconos de la iglesia primitiva, y que nos muestra dos casos puntuales
de personas que reaccionan y creen al evangelio, una de manera falsa y otra de
manera verdadera, Simón el mago y el etíope eunuco.
Contexto
y aplicación
El contexto de este capítulo (Hch 8) viene determinado por la
predicación que le precedió el domingo pasado la cual fue impartida por nuestro
hermano Santiago quien se encargo de hablar en detalle cuales fueron las
razones que generaron la persecución de los primeros cristianos.
A modo de repaso; la iglesia en un sentido doctrinal
y espiritual era la extensión del Reino de los Cielos sobre la tierra, y el
trabajo de los primeros cristianos fue hacer de este sentido espiritual algo
físico y real a la vista de todos los hombres. Mucho se escucha decir en el
cristianismo de hoy; “soy parte del reino de Dios, soy hijo del Rey”,
pero son muy pocos los que viven como verdaderos ciudadanos de este reino
celestial bajo la investidura espiritual, y este fue precisamente el caso de
los primeros cristianos.
Jesús había predicado que el reino de los
cielos se había acercado a la tierra, lo cual implicaba de forma directa que
aquel gobierno que está por encima de todos, el reino desde donde Dios mismo
gobierna se había extendido hacia la tierra. Las personas que oían este mensaje
entendían perfectamente que una monarquía absoluta (una nueva autoridad), con
un nuevo régimen se introducía e imponía en este mundo, y aunque al principio
la inserción y proclamación de este reino celestial sobre la tierra fue por
medio de Jesús y su manifestación poderosa, no obstante, la manifestación
física (geográfica) y real del mismo se
hizo visible por medio de la iglesia, por medio de los primeros cristianos, los
cuales renunciando al mundo y a su sistema de control fueron sumergidos en una
nueva cultura, en nuevas costumbres, comportándose como verdaderos ciudadanos
del reino de los cielos. Por supuesto que tal conducta generó una reacción
contraria al sistema mundano el cual se vio amenazado por el desarrollo y
avance de este nuevo reino sobre la tierra e intento detenerlo por medio de una
violenta y sangrienta persecución, sin embargo no pudieron acallar ni detener el
avance y extensión de la embajada del reino de Dios en la tierra [La Iglesia de Cristo], con todo esto quedaba más que claro
que el reino de los cielos estaba en contraposición al reino de las tinieblas y
viceversa.
Dicho de otro modo, la vida de los primeros
cristianos, su conducta, su trasformación, hizo que el reino de los cielos sea
real y visible en la tierra, eran un grupo de hombres y mujeres que estaban en
el mundo pero no eran del mundo, ni tampoco se movían bajo los preceptos e
ideales del mundo sino según la voluntad de Dios. Y la iglesia de hoy debe generar
exactamente el mismo impacto en el mundo, si decimos que pertenecemos a otro
reino, al reino celestial, debemos comportarnos como verdaderos ciudadanos de
tal renio, siendo investidos con las costumbres y cultura del cielo y desarrollar
nuestra vida terrenal como verdaderos extranjeros por este polvoriento mundo. Dicho
de otro modo, el reino de los cielos debe continuar siendo real aquí en la
tierra por medio de la iglesia, por medio de nosotros, y esa diferencia entre
cristianos y mundanos que fue tan polémica y dramática en el tiempo de la
iglesia primitiva debemos hacerla real en la iglesia de hoy, ya basta de amoldarse
a este mundo embustero, basta de consumir de sus aguas podridas, empecemos a
beber de la Fuente de Agua Viva, empecemos a comportarnos como verdaderos
embajadores del reino de Dios aquí en la tierra, volvamos al primer amor y a
las primeras obras, y que el reino de los cielos quede bien representado por
medio de su iglesia ateniéndonos a las consecuencias negativas que esto nos
pudiera generar, porque marcar esta diferencia fue lo que ocasiono la
persecución de los primeros cristianos, persecución que por supuesto resulto a
favor de la vida de la iglesia, y aunque los primeros cristianos fueron
humillados aquí en la tierra fueron no obstantes sus nombres fueron exaltados
por Cristo allá en los cielos, recibiendo el galardón que Dios preparó para todos
los que de verdad le aman (hicieron que sus vidas tengan verdadero significado
en los cielos y no en la tierra).
La
persecución y su efecto contrario
El inicio del capítulo 8 nos demuestra que la
muerte de Esteban, a quien las autoridades judías mataron con total impunidad a
fin de poder callarlo, dio pie a la persecución de toda la iglesia, lo que obligo
a los cristianos que estaban concentrados en Jerusalén dispersarse por el
mundo, hacia el resto de las ciudades y regiones del medio oriente.
Hechos
8:1 Y Saulo consentía en su muerte. En
aquel día hubo una gran
persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y
de Samaria, salvo los
apóstoles. 2 Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran
llanto sobre él. 3 Y Saulo asolaba
la iglesia, y entrando casa
por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel.
Al matar a Esteban las autoridades judías
consideraron que la mejor forma de callar a los cristianos y detener el avance
del reino de Dios en la tierra era por medio de la persecución, la violencia,
el maltrato, sin embargo para sorpresa de ellos y de todos esto contribuyo en favor
de la iglesia haciendo que el evangelio del reino se esparza hacia el resto del
mundo tal como Jesús mismo se lo había encomendado a sus apóstoles (Hch 1:8). El reino de los cielos debía abrirse
paso en el mundo, debía traspasar fronteras, debía conquistar territorios, pero
sin ejercer ninguna clase de violencia a física sobre las personas ni mucho
menos utilizar armas humanas de guerra, antes por el contrario, frente a la
violencia se comportaban como corderos, fueron maltratados y humillados y lo soportaron
todo por amor de Cristo, y mientras más eran humillado más súbditos sumaba el
reino de Dios, porque el evangelio era un poder que no podía ser acallado, era
el poder de Dios.
El efecto del poder del evangelio
Hechos 8:4 Pero los que fueron
esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. 5 Entonces
Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. 6 Y la gente, unánime, escuchaba
atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y
muchos paralíticos y cojos eran sanados; 8 así que había gran gozo en aquella
ciudad. 9 Pero había un hombre
llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a
la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande. 10 A éste oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más
grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios. 11 Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había
engañado mucho tiempo. 12 Pero
cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el
nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. 13 También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba
siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían,
estaba atónito.
Producto de la persecución Felipe el diacono [y sabemos que es el diacono porque en el mismo verso 1 del
capítulo 8 dice que todos fueron esparcidos de Jerusalén salvo los apóstoles],
se fue a Samaria y allí guiado por el Espíritu de Dios predicaba el evangelio del
reino (V12), y muchas personas
creyeron al mensaje y seguían a Felipe, incluso aquel embustero llamado Simón
que por medio de sus artes mágicas había engañado a las personas haciéndose
pasar por un grande.
Algunas cosas a destacar de este párrafo
primeramente es que Felipe predicaba “el
evangelio del reino”, el mismo mensaje que Jesús predico durante su
ministerio y el mismo mensaje que predicaron los apóstoles, de ninguna manera salió
a contar su testimonio personal a las personas de samaria ni mucho menos hacer
una campaña de sanidad para atraerlos, él sencillamente dirigido por el
Espíritu Santo predicaba el evangelio del Reino exponiendo el nombre de Jesús
como el Señor del reino de los cielos y el único intercesor entre Dios y los
hombres (V12). Tal era la
convicción de su mensaje y el poder de Dios que le acompañaba con ciertas
señales que toda la obra mentirosa de aquel engañador llamado Simón quedo
opacada y desestimada frente al poder real de Dios operando por medio de Felipe,
lo que genero que muchas personas creyeran al evangelio.
¿Quién
era Simón el mago?
Cabe destacar que Jesús mismo durante el primer
año de su ministerio (año 28 dC) visito
Samaria aproximadamente 6 años antes de que Felipe descendiera a esta ciudad, y
le predico el evangelio a un gran número de samaritanos que creyeron en él y
confesaron que Jesús era el Cristo el Salvador del mundo (Jn
4:40-42), lo que nos hace pensar que muchos de los samaritanos
estaban esperando en cierto modo la continuidad de aquel trabajo que Jesús
había iniciado, a lo que es muy probable que Simón tomando ocasión por esta
necesidad de los samaritanos se hizo pasar por alguien enviado departe de Dios
para engañar a las personas y lucrar con ellas por medio de sus artes mágicas.
Es evidente que Simón se había enriqueció por medio de sus señales mágicas, sin
embargo cuando conoció el verdadero poder de Dios operando por medio de Felipe quedo
atónito y creyó el mensaje que predicaba, sin embargo su corazón aun estaba dominado
por la maldad. Este pasaje nos enseña que creer si bien es condición necesaria para
todo cristiano no es suficiente, dicho de otro modo, no basta solo con creer.
Hechos 8: 13 También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado,
estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se
hacían, estaba atónito. 14 Cuando
los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la
palabra de Dios, enviaron allá
a Pedro y a Juan; 15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que
recibiesen el Espíritu Santo; 16
porque aún no había descendido sobre
ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de
Jesús. 17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. 18 Cuando vio Simón que
por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19
diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo
impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. 20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con
dinero. 21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22
Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea
perdonado el pensamiento de tu corazón; 23
porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. 24 Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de
esto que habéis dicho venga sobre mí. 25 Y ellos, habiendo testificado y
hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones
de los samaritanos anunciaron el evangelio.
Esta segunda parte del texto nos enseña como
era el corazón de Simón a pesar de haber creído, un corazón que continuaba gobernado
por la maldad y el pecado. Dentro del ámbito religioso hay un término llamado “simonía” y que por supuesto deriva del
nombre de Simón el mago, que se usa para hacer referencia a todos aquellos que
son mercaderes de la fe o que pretenden comprar cargos eclesiásticos dentro de
la iglesia –
y cuantos cristianos hay hoy por hoy que padecen este síndrome dentro del
cristianismo actual – sin embargo yo extendería este término no solo
para los que anhelan escalar cargos jerárquicos dentro de la iglesia sino
también para todos aquellos que piensan que pueden intercambiar cosas con Dios – y de estos sí
que hay muchos – el hecho de que las personas entreguen parte de su
sueldo a la iglesia [el diezmo] no es otra cosa
sino que una “simonía”, porque la
mayoría de ellos lo hace con el único fin de ser bendecido por Dios (aunque no niego que están lo que lo hacen
de forma piadosa), como una especie de intercambio; “te doy este dinero a cambio de que me des mas
o que me bendigas mucho”, tal acción no es otra cosa que una
“simonía”, pero no solo buscan hacer intercambios con dinero, sino también con
esfuerzo o determinadas acciones que se imponen con el único fin de recibir
algo a cambio, eso también es “simonía”. Cuando se habla de Simón el mago la
mayoría de los cristianos se alarma y se sorprende de la acción de este hombre
y considera que se trata de un caso aislado, sin embargo ¡cuidado! Tú puedes
estar padeciendo el síndrome de la “simonía” sin darte cuenta, tú puedes ser de
aquellos que han creído al mensaje del evangelio pero aun persisten con un
corazón malvado egoísta, que solo busca a Dios por intereses personales.
Entonces, desde el punto de vista doctrinal
está claro que la acción de haber creído y haberse bautizado no es suficiente
para todo cristiano, necesita de la investidura del Espíritu Santo para que se
complete en él la obra trasformadora y permanezca en Dios creyendo en Él de
forma constante.
Lucas 8:13 Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.
Santiago 2:19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
Simón el mago había creído a Felipe, pero su
corazón aun no estaba rendido a Dios, no había muerto aun su naturaleza carnal,
por tanto, para Simón, haber creído al
evangelio no era garantía de haber sido regenerado, sino precisaba del nuevo
nacimiento espiritual y la llenura del Espíritu Santo. Se podría decir que se
trataba de un falso creyente o una falsa conversión producto de una falsa fe,
algo común y corriente en el evangelio de hoy “cristianismo contra simonía” ¿en que bando estas?
Pedro y
Juan en Samaria
Otras cuestiones a resolver en este pasaje es ¿Por
qué razón fueron enviados Pedro y Juan a Samaria? Y ¿Por qué razón los
samaritanos no habían recibido el Espíritu Santo por medio de Felipe? Y también
¿Qué significaba la imposición de manos? y por ultimo ¿Habrán hablado en
lenguas los samaritanos cuando recibieron el Espíritu Santo?
Primeramente diremos; era evidente que el
trabajo de Felipe en Samaria fue de tal envergadura espiritual que la noticia
de que los samaritanos habían creído al evangelio de Dios trascendió
rápidamente y llego a Jerusalén, lo que impulso a los apóstoles [Pedro y Juan] a descender de Jerusalén a Samaria para
completar el trabajo de Felipe, porque si bien todas estas personas habían
creído al evangelio que predicaba Felipe aun no se había derramado sobre ellos
la llenura del Espíritu de Dios para consumar el trabajo, solo habían obtenido la
medida de fe espiritual para creer pero aun faltaba la investidura completa del
Espíritu Santo para la total trasformación y regeneración de los creyentes.
Pero ¿por qué razón tuvieron que enviar a Pedro
y Juan para que el Espíritu Santo se derramase sobre los samaritanos? Es
evidente que Dios es un Dios de orden y trabaja de manera perfecta y funcional (sincronizada). La expansión del
evangelio había sido encomendada a los apóstoles, y si bien Felipe era un
diácono que guiado por el Espíritu de Dios predicaba el evangelio, de todos
modos la confirmación del trabajo se determinaría por medio de los apóstoles
quienes eran los encargados de establecer el fundamento de la iglesia en
Jerusalén y en el resto del mundo (Ef 2:20).
Además, para erradicar también aquella rivalidad que existía entre judíos y
samaritanos (Jn 4:9) fue preciso la
presencia de los apóstoles para confirmar que a partir de Cristo ya no habría divisiones
entre los samaritanos y judíos sino que estarían perfectamente unidos en una misma
mente, un mismo Espíritu, un mismo Dios, una misma doctrina y una misma adoración
(Jn 4:20), y se acabaría aquel conflicto
de ¿cuál es el verdadero lugar de
adoración? y cosas similares.
Así que orando los apóstoles e imponiendo sus
manos sobre los samaritanos que habían creído recibían el Espíritu de Dios del
mismo modo que ellos al principio, confirmando Dios que ya no había ninguna
diferencia entre unos y otros, sino que ambos ahora pertenecían al mismo Dios
Algo que es preciso aclarar aquí es que el
poder de dar el Espíritu Santo no estaba en las manos de los apóstoles, o sea,
el acto de la imposición de manos no era el canal o el método determinante con
el cual Dios se valía para derramar el Espíritu de Dios a los samaritanos, la
imposición de manos tenía que ver primeramente con una señal de aceptación y
unidad entre unos y otros, con tener el mismo sentir y la misma dirección, y el
don del Espíritu Santo venia determinado por Dios, Él lo daba, la decisión no
era de los apóstoles, aunque de afuera parecía que esto era así [y esto lo vemos claramente en el caso de Cornelio y sus
amigos en quienes el Espíritu de Dios descendió sobre ellos sin que Pedro tenga
que orar e imponer sus manos Hch 10:44] No obstante es evidente que en esta ocasión fue
preciso que los apóstoles oren por los samaritanos para que Dios conceda
su Espíritu sobre los que habían creído
en Dios por medio del evangelio de Cristo.
Otra cosa notoria y muy probable en este relato
es que los samaritanos al recibir el Espíritu Santo hayan hablado en lenguas
del mismo modo que los apóstoles en el día de pentecostés (Hch
2:14) y del mismo modo que Cornelio el día de su conversión (Hch 10:44-46), no de balde Simón
codicio el poder de los apóstoles porque vio que un fenómeno visible sucedía
sobre aquellos que eran llenos del Espíritu Santo, y tal era aquella señal que
vio Simón que considero que mucho mejor era esta clase de poder que operaba en
los apóstoles que todos los milagros y señales que se habían hecho por medio de
Felipe, y fue tanta su codicia que neciamente ofreció dinero a los apóstoles
para que les participasen de este poder (como
si se tratase de un truco mágico que puede ser trasmitido) para que nada
menos él por su propia voluntad y por la imposición de sus sucias manos tenga
la habilidad de dar el Espíritu Santo de Dios a quien él quisiera, dicho de
otro modo, quiso tomar en su mano el poder y Espíritu de Dios para impartir la
llenura del Espíritu Santo a los que él quisiera, realmente fue un pensamiento en
extremo perverso, propio de un malvado corazón no regenerado, aun afloraba en
él la carne que no se había negado a querer ser, sino buscaba el protagonismo,
la fama, la jerarquía, anhelo ponerse a la altura de los apóstoles, considero
que su virtud humana como experto orador lo capacitaba para tener la misma
clase de poder que los apóstoles, tal como sucede hoy por hoy con todos esos actores
y cantantes mundanos que se dicen cristianos y se meten en las iglesias pero con
la única intensión de tener el primer lugar entre las personas, sin embargo Pedro
lleno del Espíritu Santo respondió a Simón; Tu dinero
se pierda contigo así como tu alma se perderá y se destruirá en el infierno,
vas camino a la perdición, nos has alcanzado el favor de la vida de Dios sino
que vas a morir, no eres parte del reino de Dios, no has sido regenerado, sino
que neciamente has pensado que con el sucio dinero de este mundo podrido se
puede comprar y agradar a Dios, no has ofendido a los hombres con esta maldad
de tu corazón sino a Dios mismo, así que ruega a Dios si quizás quiera
perdonarte este horrendo pensamiento de tu malvado corazón, porque si no lo
haces vas a quedar prisionero de tu propia maldad y vas a beber de tu propia
bilis porque en hiel de amargura veo que estas.
Tales palabras generaron espanto en Simón, pero
¿se arrepintió Simón de su pecado? Por
su inmediata respuesta podemos deducir que NO se arrepintió de verdad, sino que
fue tan solo sobrecogido de un temor y un espanto momentáneo, pero no para
arrepentirse de lo que había hecho, sino para salvarse y evitar el castigo que
se le avecinaba, o sea, su respuesta no demostró un genuino arrepentimiento,
porque no busco humillarse delante de Dios pidiendo perdón por el malvado
pensamiento de su corazón, sino tan solo se preocupo por salvar su pellejo, busco
el ser librado del castigo de Dios pero sin arrepentimiento de su pecado.
Felipe y
el etíope
En contra posición con el relato de Simón el
mago tenemos el relato de Felipe y el etíope quien es un ejemplo de verdadera
conversión a la predicación del evangelio, una persona de muchas riquezas pero con
un corazón regenerado.
Hechos 8:26 Un ángel del
Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y vé hacia el
sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. 27 Entonces él se levantó y fue. Y
sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de
Candace reina de los etíopes, el
cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, 28 volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. 29 Y el
Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. 30 Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo:
Pero ¿entiendes lo que lees? 31 El
dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me
enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se
sentara con él. 32 El pasaje de la
Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue llevado; Y como
cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su boca. 33 En su humillación no se le hizo
justicia; Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra
su vida. 34 Respondiendo el
eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto;
de sí mismo, o de algún otro? 35
Entonces Felipe, abriendo su
boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. 36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta
agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? 37
Felipe dijo: Si crees de
todo corazón, bien puedes. Y
respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 38 Y mandó parar el carro; y
descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. 39
Cuando subieron del agua, el Espíritu
del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino. 40 Pero Felipe se encontró
en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que
llegó a Cesarea.
Los primeros versos de este pasaje nos
demuestran que Felipe como predicador del evangelio no era guiado por su propio
corazón sino por medio de Dios, quien le gobernaba e indicaba el plano y
dirección de trabajo. Y así como primeramente predico a una multitud de
personas en samaria ahora le tocaba predicar a un solo hombre en medio del
desierto, a un etíope, dicho de otro modo a un gentil y eunuco
¿Quién
era este etíope?
En contra posición con el relato de Simón el
mago tenemos el relato de la conversión del etíope, un hombre gentil, que por
el solo hecho de ser gentil era despreciado por el pueblo judío, y aunque todo
aparenta que era un convertido al judaísmo de todos modos por causa de ser
eunuco, de acuerdo a la ley de Moisés, no podía ingresar al templo (Dt 23:1), o sea, toda su devoción
consistía en mirar los servicios y diferentes ceremonias desde afuera, un
hombre destinado a estar toda su vida fuera del templo de Dios, fuera del lugar
santísimo, alejado de la presencia de Dios. Sin embargo su devoción por Dios
quedaba demostrada por medio de su largo peregrinaje a Jerusalén habiendo
recorrido miles de kilómetros desde su país (Etiopia)
tan solo por causa de las festividades judías, y no solo esto, sino que
volviendo de regreso a su lugar volvía inmerso en la lectura de los profetas.
Su carácter demostraba una sincera búsqueda de Dios, el hecho de que como
etíope haya obtenido una copia del libro de los profetas demostraba su amor por
Dios.
Ahora, a pesar de ser gentil y eunuco, no era
un hombre cualquiera, era nada más y nada menos que el tesorero de la reina
Candace, un alto e importante funcionario del reino de Etiopia, vale decir que
era como el ministro de economía de aquella nación o bien como el presidente
del banco central de aquel reino, sin embargo su corazón demostró ser diferente
al corazón de Simón, y a pesar de tener todo el dinero del reino de Etiopia a
su disposición jamás intento comprar alguna virtud celestial o intercambiarlo a
su favor de alguna manera, su verdadero interés no era bajo una mirada humana
sino bajo una genuina búsqueda de Dios. Y por esta razón Dios envió su ángel a
Felipe para enviarlo al encuentro del etíope en medio del desierto en el camino
que desciende de Jerusalén a Gaza, aproximadamente unos 80 km a 100 km de
distancia, porque este sería un hombre que creería verdaderamente en Dios.
Lucas 8:15 Más la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto
retienen la palabra oída, y dan fruto
con perseverancia.
Este capítulo del libro de los hechos nos
muestra el cumplimiento de la parábola del sembrador, ya que tenemos a Felipe
como el sembrador y tanto a Simón el mago como también el etíope como los
diferentes terrenos en lo que cayó la semilla, en uno por supuesto no dio fruto
(Simón el mago) pero en el otro (el etíope) vemos que sí.
El orden
de Dios para trabajar
Ahora, otro análisis que me interesa hacer de
este texto es conocer porque razón Dios envió a Felipe a 100 km de distancia
para evangelizar al etíope ¿acaso no era
más fácil que el ángel que hablo a Felipe le hable directamente al etíope y le revele
las escrituras? Pero otra vez este pasaje nos demuestra que Dios trabaja de
manera ordenada, y de la manera que estableció las funciones en su cuerpo que
es la iglesia de esa misma manera se mueve. Esto a su vez rebate aquel
pensamiento soberbio de algunos cristianos (supuestos
cristianos) de no querer ser enseñadas por otros hombres sino que esperan
que Dios les revele las escrituras por medio de visiones celestiales y
apariciones de ángeles así como les
sucedió a algunos profetas, pero eso sencillamente no va a suceder, Dios repartió
funciones en los hombres y utilizará hombres como sus herramientas porque así
lo estableció y no va a alterar ese orden. Por supuesto están los falsos y
aprovechados que ejercen un dominio intelectual en las personas, no obstante,
en los verdaderos cristianos los diferentes dones son para el servicio y
edificación de la iglesia, de manera que aquellos que verdaderamente buscan a
Dios adoptaran el mismo carácter que este eunuco el cual declaro “de mi mismo no
puedo entender nada, necesito de alguien preparado que me enseña” y
Dios se encargara de poner una persona idónea y preparada por él para suplir
esta necesidad.
También hay que reconocer que Felipe era una
persona preparada para esta función, no era un cristiano improvisado e
impulsivo que quería servir a Dios ignorando las escrituras, antes por el
contrario, era un hombre que había indagado las escrituras y estaba completo, y
del mismo modo que Esteban había hecho de su fe una fe inteligente así también
Felipe demostró ser una persona completa en Dios con una fe inteligente para
dar a entender los misterios de Dios desde cualquier parte de las escrituras.
En esta ocasión lo hizo comenzando desde Isaías, y a partir de esta profecía le predico el evangelio al etíope.
Luego de esta travesía espiritual Felipe fue
arrebatado por el Espíritu de Dios y fue llevado a Azoto, una ciudad Filistea que
dista unos 32 km de Gaza, y predicaba por esos lugares hasta que llego a
Cesarea. Lo que sucedió fue exactamente eso, este hombre desapareció de la
vista del etíope porque Dios lo tomo y lo trasporto o traspuso de manera
milagrosa hacia otro lugar, y a su vez esto le confirmo al etíope que Felipe
era un hombre enviado por Dios de modo que todas sus palabras y predicación
habían procedían de la boca de Dios, y luego de ver este suceso el etíope
siguió su camino gozoso.
Conclusión
Por medio de este capítulo se exhiben dos tipos
de fe; “la falsa” y “la verdadera”, dos formas de creer; la que se apaga y la
duradera, dos tipos de terreno; el que no hace fructificar la semilla y el que
da fruto en abundancia, dos tipos de corazones; el perverso y el sincero, dos
clases de creyentes; el convenido y el humillado.
Pero una enseñanza clara que nos deja este
pasaje es que haber creído no es suficiente, sino que debo creer todos los
días, porque creer es un verbo de uso continuo para el cristiano, al punto tal
que el día que dejo de creer estoy muerto.
2°Tesalonisenses
2:13 Pero nosotros debemos dar siempre
gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para
salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, 14 a lo
cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro
Señor Jesucristo. 15 Así que,
hermanos, estad firmes, y retened la doctrina
que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta
nuestra.
La paz del Señor Jesucristo.-
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