Por el Hno. Gabriel.-
Continuando con este breve estudio del Libro de
los Hechos abordaremos en esta oportunidad lo expresado en los capítulos 10 y 11,
en donde se reporta un hecho asombroso y poco aceptado para la iglesia en ese
tiempo, ya que hasta aquí si bien el evangelio se estaba esparciendo fuera de
Jerusalén por medio de Felipe y otros más que escaparon de Jerusalén por motivo
de la muerte Esteban, es probable que dicho trabajo no se consideraba aun la expansión oficial del evangelio, ya que los
apóstoles todavía estaban concentrados en Jerusalén y no habían traspasado oficialmente
fronteras étnicas ni geográficas, sin embargo, estos capítulos que
desarrollaremos a continuación tratan exactamente de este asunto; “El Evangelio traspasa todo tipo de
Fronteras”.
Es curioso notar que hasta aquí en estos
últimos tres capítulos del libro de los Hechos (Hch
8, 9 y 10) se detallan tres casos puntuales de conversiones, los
cuales podríamos ordenar del siguiente modo; “la conversión de un descendiente
de Cam” (el etíope funcionario de Candace),
“la conversión de un descendiente de Sem” (Saulo
de Tarso) y “la conversión de un descendiente de Jafet” (Cornelio el centurión), y ver reflejado
por medio de estos tres casos, como si fuera un preludio de lo que luego va a
suceder, cuál sería el alcance que tendría el evangelio de Cristo en el mundo,
traspasando fronteras étnicas y geográficas y llegando hasta lo último de la
tierra.
Introducción
En meditaciones anteriores hemos visto el
desarrollo y expansión del trabajo del Espíritu Santo en hombres y mujeres a
partir del día de Pentecostés, y por medio de la inserción de ese Espíritu en
las personas el Reino de los Cielos se hizo visible y real sobre la tierra,
Espíritu que generó y sigue generando en las personas una real conversión sacándolas
de una cultura terrenal y sumergiéndolas en una cultura celestial, quitándolos de
una vida rodeada de muerte y tinieblas e introduciéndolos a una vida eterna rodeada
de luz, creando en ellos un nuevo hombre que no se mueve según los designios y
sentidos carnales sino bajo la percepción espiritual para todas las cosas,
dicho de otro modo, estas personas que fueron llenas del Espíritu Santo ya no
miraban el mundo con ojos de carne sino con ojos espirituales, perseguían lo
invisible como si lo estuviesen viendo en cada instante de sus vidas, se
comportaban como extranjeros pero no como extranjeros de otro país sino como personas
de otro mundo, y vaya que si lo eran, eran personas que andaban en el Espíritu,
vivían en el Espíritu y eran arrebatados por el Espíritu.
También hemos visto como el Espíritu de Dios
trasformo la vida de aquel acérrimo perseguidor de la iglesia llamado Saulo convirtiéndolo
en un devoto seguidor de Cristo, y el mismo que daba tormento y metía en
cárceles a cristianos y los forzaba a blasfemar (Hch
26:11) ahora experimentaba el mismo tormento que él daba, dormía en
las mismas cárceles en las que él encerraba, y degustaría de la misma fe que él
despreciaba.
Ahora nos toca ver un caso particular de cómo aquel
Espíritu trasformador se extendía fuera de Jerusalén traspasando todo tipo de
frontera, tanto étnica como geográfica, cautivando a más hombres y mujeres sin
hacer ningún tipo de distinción o acepción de personas. El tiempo de “la gracia
de Dios” anunciada por los profetas del Antiguo Testamento había llegado y se
abría paso en la tierra (Hch 2:38-39,
1°Pe 1:10).
Contexto
De acuerdo al contexto expuesto en la
meditación anterior, impartida por nuestro hermano Santiago, nos ubicamos
aproximadamente en el año 39 dC, un tiempo de paz para las iglesias en toda la
región de Judea, Galilea y Samaria.
Hechos 9:31 Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea,
Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se
acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.
Por este tiempo el apóstol Pedro emprendió un
pequeño viaje para visitar a las iglesias de esta región a fin de confirmarlos y
animarlos en el Señor. De hecho, tan gratificante fue su visita por estos
lugares que mucha gente que aun no había creído al evangelio fue convertida por
medio de las señales que por su mano se hicieron; “la curación del paralitico Eneas”
en Lida, una ciudad que dista no más de 60 km de Jerusalén (Hch
9:32-35), y “La resurrección de Dorcas” también conocida
como “Tabita” en la ciudad de Jope,
una ciudad cercana separada solo unos 20 km de Lida (Hch
9:36-42). Posterior a esta última señal el apóstol Pedro se quedo en
Jope un tiempo largo posando en casa de un hombre llamado Simón el cual se
dedicaba al negocio de curtir cueros de animales (Hch
9:43). Lo curioso de su estadía en casa de este hombre es que el oficio
de curtidor era despreciado por los judíos ya que al estar en contacto con cuerpos
de animales muertos era considerado inmundo o impuro, sin embargo Pedro pasó
por alto estas barreras culturales y se quedo hospedado allí durante muchos
días, lo cual podría representar el prologo de esta maravillosa historia de la
conversión de Cornelio y los de su casa.
La visión
de Pedro
Hechos
10:1 Había en Cesarea un hombre llamado
Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, 2 piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas
limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. 3 Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día,
que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. 4 El, mirándole fijamente, y
atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han
subido para memoria delante de Dios. 5 Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz
venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. 6 Este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa
junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas. 7 Ido el ángel que hablaba con Cornelio, éste llamó a dos de sus
criados, y a un devoto soldado de los que le asistían; 8 a los cuales envió a Jope, después de haberles contado todo. 9 Al día siguiente, mientras ellos iban
por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar,
cerca de la hora sexta. 10 Y tuvo
gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un
éxtasis; 11 y vio el cielo abierto,
y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas
era bajado a la tierra; 12 en el
cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. 13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro,
mata y come. 14 Entonces Pedro dijo:
Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. 15 Volvió la voz a él la segunda vez:
Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. 16
Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. 17 Y mientras Pedro estaba perplejo
dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los
hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa
de Simón, llegaron a la puerta. 18 Y
llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. 19 Y mientras Pedro pensaba en la
visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. 20 Levántate, pues, y desciende y no
dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.
Entonces Pedro
estaba en Jope, a una distancia de aproximadamente 75 km de Jerusalén, y
estando allí, en casa de Simón el curtidor, mientras oraba cerca de las 12 hs
del mediodía, le sobrevino un éxtasis, y esto se refiere a que mientras estaba
orando fue invadido por una conmoción interna, una conmoción del alma por una
unión directa o comunión intima con Dios (es
como que estaba siendo sacado fuera de sí o del lugar, algo sobrenatural),
y esto era por causa de que Dios estaba abriendo los cielos delante de Pedro,
de repente sus ojos carnales fueron abiertos a un plano espiritual sobrenatural,
es como que Dios estaba corriendo la cortina que encubre el lugar sagrado de su
santa y gloriosa morada para mostrarle a Pedro una visión, es evidente que la
condición carnal de Pedro estaba estupefacta, totalmente conmocionada por lo
que veía, lo cual no es para menos los cielos estaban abiertos delante de él.
Esta expresión de “los cielos abiertos” se menciona en otras ocasiones en las
escrituras, y se refiere a que por un momento ya no vemos con nuestros
limitados ojos de carne, sino con ojos espirituales en una esfera espiritual,
tal como le sucedió al siervo de Eliseo el cual estaba perturbado por el sitio
de los sirios y entonces Eliseo oro para que Dios abra los ojos de su criado, y no que él estaba ciego, sino que su mirada
solo se limitaba a una esfera terrenal, pero en cuanto los ojos les fueron abiertos
por Dios pudo ver en una esfera espiritual todo el ejercito de Jehová con
carros de fuego y huestes espirituales rodeando el monte y protegiendo a Eliseo
(2°Re 6:15-17), otro caso también es lo
que Jesús mismo le dice a Natanael en Jn 1:51; desde aquí en adelante veréis el cielo abierto y a los
ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre, que no
es otra cosa que una miraba sobrenatural dada por Dios, como también podemos
traer a la memoria el reciente caso de Esteban el diacono (Hch
7:55-56), el cual mientras
era interrogado en el concilio luego de concluir su testimonio dijo; He aquí veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que
está a la diestra de Dios. En resumen podríamos decir que esto de ver los cielos
abiertos se trata de casos aislados en donde Dios muestra su gloria
a los hombres (al igual que Moisés) con
un fin específico, Él decide correr la cortina que obstruye nuestra mirada para que podamos
ver claramente su gloria en una esfera espiritual.
Entonces Pedro al ver los cielos abiertos Dios
le mostro una visión la cual se repitió tres veces; algo semejante a un gran
lienzo (como una sabana) que atado por
las cuatro puntas era bajado desde el cielo a la tierra con todo tipo de animal
cuadrúpedo terrestre, reptiles y aves, y una voz que le dijo “levántate Pedro
mata y come”. Pedro inmediatamente apelo a su sentido selectivo de
acuerdo a sus convicciones religiosas y desecho los animales que Dios bajo del
cielo por considerarlos inmundos, y por supuesto que esto no era un capricho de
Pedro, él estaba obedeciendo a lo inculcado por Dios respecto de las
restricciones alimenticias, no obstante el mismo Dios que les había dado estas
restricciones ahora se las estaba quebrando, obviamente esto no tenía que ver
con comida o bebida, sino con un significado espiritual que se trataba de la
inclusión de los gentiles en el reino de Dios. Se trataba de que Dios estaba quitando
del medio aquella barrera étnica, cultural, religiosa y geográfica entre los judíos
y gentiles, para hacer de ambos un solo pueblo para Él, ya no conforme a ritos
y ceremonias que obran según la carne sino por medio de la sangre de Cristo.
Efesios 2: 11 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados
incircuncisión por la llamada circuncisión hecha
con mano en la carne. 12 En aquel
tiempo estabais sin Cristo, alejados de la
ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin
Dios en el mundo. 13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais
lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14 Porque él
es nuestra paz, que de ambos
pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, 15
aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo
hombre, haciendo la paz, 16 y
mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en
ella las enemistades.
El hecho de que la visión se haya repetido tres
veces significaba que este asunto de hacer de los dos pueblos uno solo, era
firme departe de Dios y además se apresuraba a cumplirlo de tal manera que
Pedro no tuvo mucho tiempo para pensar que significaba esta visión porque
inmediatamente tres hombres le estaba buscando en la puerta de la casa en donde
él estaba. Como referencia vemos que el sueño que tuvo Faraón en el tiempo de
José (Gn 41:1-7), el cual se
repitió solo dos veces demostraba que el asunto era firme y Dios se apresuraba
a hacer cumplir estos sueños (Gn 41:32)
en el caso de Pedro la visión sucedió tres veces e indefectiblemente se cumplió
prácticamente de forma inmediata.
Dios no
hace acepción de personas
Ahora bien, tres hombres de Cesarea (Cesarea distaba de Jope unos 50 km, allí
había finalizado Felipe su travesía evangelística 5 años atrás Hch 8:40), un soldado romano y dos
criados, llegaron hasta la casa de Simón curtidor buscando a Pedro, y mientras
Pedro aun seguía tratando de entender la visión el Espíritu le dijo ve con
estos hombres y no dudes.
Hechos
10:23 Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Y al día
siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los
hermanos de Jope. 24 Al otro día
entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus
parientes y amigos más íntimos. 25
Cuando Pedro entró, salió Cornelio
a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró.
26 Más Pedro le levantó, diciendo:
Levántate, pues yo mismo
también soy hombre. 27 Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían
reunido. 28 Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón
judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a
ningún hombre llame común o inmundo; 29 por lo cual, al ser llamado, vine
sin replicar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir? 30 Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro
días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en
mi casa, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente, 31 y dijo: Cornelio, tu oración ha sido
oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios. 32 Envía, pues, a
Jope, y haz venir a Simón el que tiene
por sobrenombre Pedro, el cual mora en casa de Simón, un curtidor, junto al
mar; y cuando llegue, él te hablará. 33 Así que
luego envié por ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo
lo que Dios te ha mandado. 34 Entonces Pedro, abriendo la boca,
dijo: En verdad comprendo que Dios no hace
acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace
justicia.
Un tal Cornelio,
centurión de una compañía militar llamada “la
italiana”, esto es una cohorte que representaba la decima parte de una
legión, o sea, Cornelio era el jefe de cien soldados que a su vez conformaban
una tropa o compañía de seiscientos soldados que tenían por nombre “la italiana” y pertenecían a una legión
de Roma, de repente este hombre (Cornelio)
está buscando al apóstol Pedro. Si bien existía cierto rechazo de los judíos hacia
los gentiles de forma generalizada, este sentimiento de rechazo se
intensificaba aun más cuando se trataba de un soldado romano, por la rivalidad
política, militar y religiosa, y además por el abuso y violencia que estos
ejercían sobre los judíos (Mt 5:41),
sin contar el maltrato, humillación y violencia física que los soldados romanos
le infringieron a Jesús de Nazaret con sus azotes y con aquella cruenta cruz
con la que lo mataron, ahora, pasando por alto todo esto un centurión romano
envía a buscar a Pedro.
¿Quién era Cornelio? Una persona que creía en el Dios de los judíos, probablemente llevaba
años practicando una vida devocional a Dios, haciendo obras de caridad a favor
de los judíos y orando siempre pero sin conocer verdaderamente a Dios. No
obstante un día mientras oraba un ángel del Señor se le presento declarándole
que sus oraciones y buenas obras habían subido delante de Dios (como un incienso de olor fragante, y aunque
de ningún modo sus obras lo salvaban de la condenación, todos modos no habían pasado
desapercibidas, sino fueron aceptables), y les dio instrucciones específicas
de lo que debía hacer.
Nuevamente lo
curioso de este asunto es (tal como lo
vimos en meditaciones anteriores) ¿no
era más fácil que directamente el ángel le predique el evangelio a Cornelio?
¿Para qué movilizar hombres de una ciudad a otra en un viaje largo para traer a
un hombre especifico que haga este trabajo? La respuesta es porque Dios es
un Dios de orden, y de la manera en que repartió funciones en su cuerpo de esa
misma manera se mueve y trabajaba en su iglesia, Pedro era la persona encargada
de la predicación del evangelio y solo él debía impartir este mensaje, así
estaba trazado en el diseño de Dios y de esa forma lo llevo a cabo.
Ahora, Pedro es
avisado por el Espíritu Santo que debe ir y que debe ir “sin dudar”, y esta aclaración es importante hacer ya que de
acuerdo a los prejuicios de Pedro él jamás hubiera elegido adentrarse a la casa
de Cornelio para predicarle el evangelio, con aquella
visión que tuvo Pedro quedaba demostrado que él hacía acepción de personas,
hacia distinciones étnicas y culturales entre unos y otros y no había
renunciado a ello, y aunque la comisión que el Señor le había
encomendado tenía como encargo predicar el evangelio a todo el mundo y a toda
criatura (Hch 1:8, Mr 16:15, Lc 24:47)
es probable que ellos (los apóstoles)
hayan tenido una pre-interpretación del encargo, quizás entendieron que debían
predicarle el evangelio a todos los judíos dispersos por todo el mundo, y si el
Espíritu Santo no le hubiese enviado a casa de Cornelio es probable que él de
su propia cuenta jamás les hubiera predicado a los gentiles. Así como a Pablo
se le tuvo que aparecer Jesús mismo en el camino a Damasco porque de lo
contrario él no creería al el evangelio por medio de la predicación, del mismo
modo Dios le tuvo que abrir los cielos a Pedro y mostrarle una visión porque de
lo contrario no le predicaría a los gentiles; Hechos 10:28 Y les
dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es
para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha
mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo.
Entonces hizo
falta que Dios mismo le muestre que toda aquella barrera étnica y cultural que
Pedro tenía impregnada, a partir de Cristo quedaba desecha, y Pedro entendió la
visión, entendió que Dios no hace acepción de personas, Él no tiene en cuenta
color de piel o rasgos físicos, preparación académica o cultural, si es alto o
bajo, delgado o relleno, fuerte o débil, rico o pobre, sabio o ignorante, judío
o griego, Él sencillamente no hace acepción de personas, porque si Dios hiciera
acepción de personas es seguro que tanto tú como yo no estaríamos en su reino.
Y debo aclarar que una cosa es acepción de personas y otra muy distinta es su
elección soberana; “la acepción” radica en una
elección favorable sobre una persona teniendo en cuenta sus atributos o
cualidades (como cuando se juega a algún
deporte) y este no es nuestro caso, porque en este sentido ningún hombre
destacaba para con Dios porque todos estaban igualmente muertos en delitos y
pecados, pero otra cosa muy distinta es su “elección
soberna”, la cual radica en una elección que Dios hace pero basado en su
propia voluntad sin contemplar merito de los hombres, dicho de otro modo se
trata de una elección incondicional; ¡Gloria
a Dios por ello!, porque de otro modo jamás hubiéramos formado parte de su
pueblo.
Romanos
2:11
porque no hay
acepción de personas para con Dios.
Gálatas 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer;
porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29 Y si
vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según
la promesa.
Romanos 10:12 Porque no hay
diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan;
Santiago
2:1
Hermanos míos, que vuestra fe
en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas.
Una enseñanza muy
destacada en este pasaje es que nuestra fe debe ser siempre sin acepción de
personas, y no estoy hablando de nuestra conducta hacia afuera de la iglesia,
estoy hablando de nuestro trato entre nosotros como hermanos dentro de la
iglesia, esto significa que tenemos que tratarnos unos a otros igualmente sin favoritismo,
sin diferencia entre unos y otros, sin distinción de parentesco, sangre o
cualidades físicas, sin tener en cuenta clase social o posición económica, intelectualidad
o sencillez, porque delante de Dios somos todos hijos igualmente tan solo por la
gracia de Cristo, ninguno tiene más merito que otro en su elección
incondicional.
Es triste ver como
dentro de la iglesia existe acepción de personas, entre todos se saludan como
hermanos pero en realidad están divididos con ciertos favoritismo y distinciones,
ya sea por parentesco o simpatía pero están divididos, sin embargo tal actitud demuestra
una fe inmadura. Puede que nos escandalicemos con la actitud de Pedro frente a
la visión y desprecio hacia los gentiles, pero es probable que nosotros estemos
actuando del mismo modo, y no hace falta que Dios abra los cielos para
mostrarnos que somos así, quizás eso sería peor (Dios bajando un lienzo con todos los hermanos de la iglesia y tú sin
darte cuenta esta eligiendo a unos y a otros no, tratando a unos de puros y a
otros de inmundo). Entonces nuestra genuina fe debe demostrarse también en
nuestro trato, relacionándonos unos a otros sin acepción de personas.
El formato de la predicación de Pedro
Otro aspecto
importante a destacar de este capítulo es la predicación del apóstol Pedro a
Cornelio y a todos los que con él estaban en su casa:
Hechos
10:36 Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el
evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. 37 Vosotros sabéis lo que se divulgó
por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó
Juan: 38 cómo Dios ungió con el
Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo
bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con
él. 39 Y nosotros somos testigos de
todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien
mataron colgándole en un madero. 40
A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase; 41 no a todo el pueblo, sino a los testigos
que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él
después que resucitó de los muertos. 42
Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios
ha puesto por Juez de vivos y muertos. 43
De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren,
recibirán perdón de pecados por su nombre.
La predicación de Pedro primeramente destaca a
Jesús el único mediador entre Dios y los hombres, como el único intercesor que
puede reconciliar a los hombres con Dios y librarlos de la ira divina. Y también
presenta a Jesús como el Único Señor de todos, y a partir de esta presentación comienza
su predicación a los gentiles, en otras palabras
Pedro comienza su predicación diciendo; Jesús es el único Salvador de los
hombres y Él es el Señor de todos los hombres (les guste o no, esto no es democrático), y no hay otro Nombre bajo
el cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos (Hch 4:12), esa es básicamente la
introducción de la predicación de Pedro en la casa de Cornelio, y desde allí
empieza a relatar en detalle cómo es que aquel hombre llamado Jesús de Nazaret,
de quien muchos escucharon y a quien él mismo conoció personalmente, demostró
ser el Cristo de Dios, un hombre que fue ungido con el Espíritu Santo de Dios y
con poder del cielo, el cual siendo propicio a las debilidades de los hombres y
sanándolos de sus enfermedades fue luego asesinado por las autoridades judías y
por los romanos colgándolo en un madero (luego
de haberlo azotado y humillado públicamente), no obstante pasado tres días
Dios le levanto de los muertos y se presento vivo a un grupo pequeño de
personas de los cuales yo soy testigo –
dice Pedro – habiendo comido con él luego de su resurrección el cual
también nos envió a predicar y que diésemos testimonio a todas las naciones de que
Él es el que Dios a puesto por juez de vivos y muertos, y que todos los pecados
de los hombres van a ser juzgados en Él, porque Él es aquel de quien los
profetas anticipadamente anunciaron la gracia de Dios, de modo tal que todos
los que en Él creen hallaran el perdón de pecados, porque todo aquel que
invocare el Nombre de Cristo será salvo, indistintamente de cualquier raza pueblo
o nación, todo aquel que invocare el Nombre de Cristo será salvo…
El bautismo del Espíritu Santo a los gentiles
Hechos
10:44
Mientras aún hablaba Pedro estas
palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos
los que oían el discurso. 45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos
de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. 46 Porque
los oían que hablaban en
lenguas, y que magnificaban a Dios. 47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede
acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han
recibido el Espíritu Santo también como nosotros? 48 Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le
rogaron que se quedase por algunos días.
El Espíritu Santo se derramo sobre los gentiles
del mismo modo que en los apóstoles en el día de pentecostés, y “los fieles de la circuncisión”, seis
varones judíos cristianos que habían ido con Pedro probablemente como testigos (Hch 11:12), se quedaron atónitos al ver
que el don del Espíritu Santo se derramaba desde el cielo también en los
gentiles, sobre personas que no eran fieles de la circuncisión, y de repente
toda esa fidelidad sin sentido a la circuncisión con todos sus ritos y
costumbres quedaba en ridículo delante de ellos, perdía valor, ya no era
necesario, y exactamente de eso se trataba este asunto, Dios quebrando toda
cultura del antiguo pacto.
Estos gentiles fueron bautizados con el
Espíritu Santo de Dios y hablaron en lengua del mismo modo que los apóstoles en
el día de pentecostés (Hch 11:15),
por supuesto que fue un evento ordenado y controlado, probablemente se hayan
postrado y adorado al Señor Jesús en diferentes idiomas, frente a tal escena
Pedro entendió que no había ningún obstáculo que se interponga para que estos
gentiles sean bautizados en agua (Hch 11:17) (quizás si esto no sucedía Pedro se hubiera
negado a impartirles el bautismo en agua), porque si Dios mismo estaba
rompiendo toda aquella regla cultural que dividía ambos pueblos quien era Pedro
para estorbarlo los planes de Dios e impedir que lo haga…
Y todo esto fue necesario que suceda para que
los judíos entiendan que ya no habría pared intermedia que dividiera a los
hombres delante de Dios, sino que a partir de Cristo todos los hombres serian reconciliando
con Dios para conformar un solo pueblo, el pueblo espiritual de Dios.
Algunos aportes importantes de este texto es
que no hay condiciones o reglas para ser bautizados por el Espíritu Santo de
Dios, porque este evento esta puramente en manos de Dios, o sea, Él puede
derramar su Espíritu en el hombres antes de su bautismo en agua o posterior a
su bautismo en agua (tal como el caso de
los samaritanos), es indistinto, no hay un orden riguroso en este asunto,
aunque particularmente considero que es más probable que haya más casos de
personas que fueron investidas con el Espíritu Santo de Dios posterior a su
bautismo en agua. Pero a mas de esto el orden, como fuere que sea, pierde
importancia frente a la incógnita de saber si verdaderamente he sido bautizado
con el Espíritu Santo de Dios o no, porque una cosa es saber que el Espíritu Santo
debe ser derramado en el creyente y otra cosa es tener la certeza de que he
sido bautizado con su Espíritu Santo.
El bautismo del Espíritu Santo es el verdadero
distintivo de todo cristiano, es lo que determina la conversión en nosotros, es
la garantía de nuestra regeneración hacia la naturaleza de Cristo.
Particularmente considero que el gemido constante de todo cristiano es; “Señor lléname de tu Espíritu Santo y no quites nunca de mi
tu Santo Espíritu” (Sal 51:11).
Conclusión
Esta maravillosa historia destaca enormemente
la gracia de Dios sobre los hombres, mostrando que fue solo por “SU GRACIA” y
nada más que por SU GRACIA que fuimos rescatados para salvación, y que Dios no
preciso de absolutamente nada de nosotros para acercarnos su favor, sino que
fue por su amor incondicional, el cual actuó sin acepción de personas,
tratándonos del mismo modo a unos y otros, siendo imparcial con todos a fin de
que todos alcanzásemos la salvación, para la alabanza de la gloria de SU GRACIA
con la cual nos hizo aceptos en el Amado (Ef 1:6)
Tito 3:4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro
Salvador, y su amor para con los hombres, 5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino
por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación
en el Espíritu Santo, 6 el cual derramó en
nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 7 para que
justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza
de la vida eterna.
Efesios 2:4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran
amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio
vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en
los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7
para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su
bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8
Porque por gracia sois salvos por medio de
la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.
La paz del Señor Jesucristo.-
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