PÁGINAS DE INTERÉS

LA FAMILIA CRISTIANA (Retiro Familiar 2013)




LA FAMILIA CRISTIANA

PARTE 2 DE 3; LA MUJER Y LOS HIJOS

Génesis 5
1 Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.
2  Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.

Santiago 3
5  Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
6  Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
7  Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;

8  pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
9  Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.(A)
10  De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
11  ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
12  Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

1° Pedro 3
10  Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño;
11  Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala.  
12  Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal

Efesios 5
21  Someteos unos a otros en el temor de Dios.
22  Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
23  porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
24  Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
25  Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
26  para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
27  a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
28  Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
29  Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,
30  porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
31  Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
32  Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
33  Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.

Colosenses 3
18  Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
19  Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.

Proverbios 12
4  La mujer virtuosa es corona de su marido; Mas la mala, como carcoma en sus huesos.

Proverbios 21
9  Mejor es vivir en un rincón del terrado Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.

Proverbios 21
19  Mejor es morar en tierra desierta Que con la mujer rencillosa e iracunda.

1° Pedro 3
3  Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,(B)
4  sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.
5  Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos;
6  como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor;(C) de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.

7  Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente,(D) dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

0 comentarios:

Publicar un comentario