Por el Hno. Gabriel
Mateo 11
28
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar.
29 Llevad mi yugo sobre
vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas;
30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi
carga.
¿A que puede estar refiriéndose
el Señor Jesús en este pasaje bíblico? ¿Acaso estaría hablándoles a todos
los obreros que pasaban por allí cansados y fatigados de la jornada
laboral, invitándoles a que dejen de
servir a sus amos y vengan a descansar con Él? ¿Acaso el Señor Jesús se
estaba ofreciendo a llevar Él las cargas de ellos para que estos descansen?
Muy a menudo se ha utilizado
esta cita bíblica para enseñar que Jesús puede llevar todas nuestras cargas
y nuestros problemas cada vez que estos llegan a nuestra vida, pero tal
enseñanza hace ver a Jesús como un siervo a nuestras disposición que está
allí esperando que le arrojemos nuestros problemas para que él tenga que cargarlo a
fin de que nosotros estemos tranquilos y descansados, como si él fuera un
empleado de hotel que tiene que llevar nuestras maletas para nuestro
confort y comodidad. ¿Sera que esto es así? La respuesta es ¡NO!,
Jesús no es nuestro siervo encargado de llevar nuestras cargas a nuestra
conveniencia para que nosotros estemos tranquilos y descansados, porque el
evangelio nos enseña que Jesús es el Señor y nosotros sus siervos, y no al
revés, por tanto hablar de que Él está a nuestro servicio para llevar nuestras
cargas diarias para nuestro consuelo y comodidad no es una enseñanza
correcta.
De hecho Jesús cargó con una inmensa
carga nuestra la cual es el pecado (1°Pe
2:24) afrontando todas las consecuencias del mismo (Is 53:3-12), y nosotros tomamos conciencia
de ello cuando nos convertimos a Él, pero estando ya en Él somos
subyugados por su señorío, para servirle y obedecerle en todo lo que Él
mismo a dispuesto para nosotros. ¿Entonces a que puede estar haciendo
referencia esta cita?
Unos cuantos versos antes de
este pasaje, el Señor Jesús está hablando del juicio y castigo que les acontecería
a las ciudades incrédulas como Corazín, Betsaida y Capernaum, por causa
de su obstinación y resistencia al arrepentimiento para creer en el
evangelio de Jesucristo luego de haber sido testigos de los maravillosos
milagros efectuados allí por medio del poder de Dios.
EL PESADO YUGO DE TRATAR DE ALCANZAR A
DIOS POR OBRAS
Sin embargo también, desde el
verso 27 del mismo capítulo el Señor Jesús declara que la única forma o
camino para conocer al Padre sería por medio de Hijo, y que estaba en el
Hijo el poder o facultad de revelar al Padre Celestial, dando a entender con
esto que ningún judío tendría la capacidad de alcanzar al Padre por mas
esfuerzo que haga en cumplir la ley y buscar la santidad, todo intento
de santidad y salvación por parte de los judíos mediante la ley se veía
frustrado por causa del pecado, ya que el pecado constituía una barrera
entre Dios y el hombre.
Entonces alcanzar la santidad o la salvación por uno
mismo era un trabajo muy agotador y frustrante para todo judío por el hecho
de fracasar rotundamente en el intento, sencillamente jamás lo
lograrían, sin embargo en el tiempo de Jesús muchos vivían sus vidas sumidas
en aquel agotador trabajo de cumplir la ley buscando aplacar la conciencia de culpa y hallar
descanso para sus almas, por esta razón sus vidas estaban cargadas y agotadas sin hallar descanso para sus almas
insatisfechas.
Lo que el Señor Jesús está enseñando en este pasaje es
que el tiempo de cargar el yugo de la
ley mosaica había llegado a su fin, ya que por medio de la ley ningún hombre alcanzaría a Dios y sería
salvo de la ira de Él, sino que ahora el único y excelente camino hacia el
Padre sería por medio de la fe en Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios, quien tenía y tiene la potestad de revelar al
Padre a quien Él quiere, ya no por
medio de la obra de la ley sino tan solo por creer en Él.
Hechos 15 (El concilio
en Jerusalén)
10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios,
poniendo sobre la cerviz de los discípulos un
yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?
11
Antes creemos que por la
gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.
EL DESCANSO POR MEDIO DE UN
CAMBIO DE YUGO
Toda aquella labor incesante por parte de los judíos
por cumplir la ley representaba un pesado yugo que ellos debían cargar, sin
embargo el Señor Jesús llama a todos
aquellos que están en esta continua labor a que vengan a Él para hallar descanso
para sus almas.
No obstante el descanso
que el Señor Jesús les ofrece no es tan solo por un momento para que luego que
se sientan mejor y descansados vuelvan nuevamente
a cargar el yugo de la ley y seguir sus caminos, sino por el contrario, el
descanso en el Señor es continuo, abandonando aquel pesado yugo de las
obras de la ley para siempre, pero para
cargar un nuevo yugo mucho más liviano y ligero y fácil de llevar
EL YUGO DE ISRAEL NO ERA LA
LEY
Bueno, hasta aquí hemos hablado bastante del yugo pero ¿Qué es exactamente el yugo? ¿A qué se
refiere el Señor Jesús cuando dice
llevad mi yugo sobre vosotros?
La palabra yugo tiene
dos aplicaciones en las escrituras,
una es aquella que hace referencia al yugo que se le ponía a una yunta (par) de
bueyes para poder arar con ellos, y
la otra aplicación hace referencia al
dominio que alguien superior ejercía sobre sus súbditos para que estos les
rindan servicio, por ejemplo el yugo de Egipto sobre los israelitas (Lv 26:13),
el yugo de Nabucodonosor sobre los judíos (Jer 27:11-12), etc.
El yugo al que el Señor Jesús se
refiere en el pasaje
de Mateo
11:28-30 es al
sometimiento de una persona frente una autoridad dominante para obedecerle en
calidad de siervo o esclavo.
Ahora, la condición de las personas antes de venir a
Jesús era en sometimiento a una autoridad, pero tristemente aquella autoridad a la que se habían sometido no era
Dios sino el pecado mismo que los dominaba, porque eran rebeldes a la ley
de Dios, de lo contrario si se hubieran sometido a Dios cumpliendo la ley no habría necesidad de que Cristo venga, pero
ellos en ultimo termino estaban sometidos a una autoridad que no era Dios, sino
el pecado del cual no se podían desligar, servían al pecado y la conciencia
de culpa era la carga mas difícil que ellos debían soportar.
Romanos 6
16 ¿No sabéis que si os
sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o
sea de la obediencia para justicia?
17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado,
habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis
entregados;
18 y libertados del pecado,
vinisteis a ser siervos de la justicia.
Pero Jesús como Señor y Cristo vino a
liberarnos de aquel yugo de esclavitud para someternos a su autoridad, así que el pasaje bíblico de Mateo 11:28-30
no está haciendo referencia a que Él puede cargar nuestros problemas
diarios para que nosotros estemos más tranquilos, sino antes está hablando de abandonar el yugo de la
esclavitud al pecado para someternos a su señorío y hallar verdaderamente
descanso para nuestras almas.
Lucas 4
18 El
Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y
vista a los ciegos; A poner en libertad
a los oprimidos;
Jesús por medio de la predicación del evangelio anuncio que el reino de los cielos se había
acercado, había un nuevo señorío en la tierra del cual Él era y es el
Señor de aquel reino, y como todo rey y señor tiene dominio sobre todos los que pertenecen a aquel reino, el
hecho de que el nos ponga un yugo es porque tiene dominio sobre nosotros para que le obedezcamos y
sirvamos a Él porque él es el Señor, pero a diferencia de nuestro estado
anterior que cargamos un difícil yugo con una pesada carga, el nos ofrece su
yugo el cual es más liviano con una carga mucho más ligera.
El yugo físicamente era
un travesaño de madera o de hierro
que se ataba al cuello de las personas y se sostenía con los hombros sobresaliendo
para los costados a fin de atar cargas en cada extremo para que el esclavo
pueda llevarlas de un lado hacia otro, esto
generalmente lastimaba el cuello de las personas y hacia que su postura sea
encorvada por causa del peso de la carga y del yugo mismo.
EL YUGO DEL SEÑOR
Ahora, el Señor
nos ofrece su yugo, pero de ningún modo este es semejante al descripto arriba,
sino que es mucho más liviano y fácil de llevar, el servicio a Él no es pesado y agotador como el yugo anterior,
sino que es más fácil y conveniente, pero requiere de una condición,
llevarlo como él mismo lo llevo, con mansedumbre
y humildad de corazón. En otras palabras debemos seguir el ejemplo de Jesús,
quien como siervo fue perfeccionado en la obediencia (He 5:8-9, Ro
5:8) haciéndose obediente hasta la muerte (Fil 2:8) y muerte humillante.
Ahora, nosotros sabemos que en nuestra condición física
de hombres no mora el bien (Ro 7:18), sino el mal, entonces de qué modo podríamos imitarle a Él para
ser mansos y humildes de corazón, solo
será posible por medio de su Espíritu Santo morando en nosotros quien
nos acerca a la santidad y nos aleja
del pecado, o sea que la única forma de ser mansos y humildes es por
medio de su Espíritu Santo en nosotros, de otro modo no lo podremos lograr.
Llevar su yugo sobre
nosotros solo será posible si creemos en Él y recibimos la promesa del Espíritu
Santo en nosotros
para que nos acerque a la santidad en mansedumbre y humildad.
El Señor Jesús dijo que su yugo es fácil, y la pregunta en tal caso sería ¿Por qué es más fácil? ¿Qué hace que
sea más fácil? También nos dice que su
carga es más ligera, ¿Por qué es más ligera? ¿Cuál es la diferencia con la carga
anterior?
1° Juan 3
23 Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo
Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.
24 Y el que guarda sus mandamientos,
permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en
nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
Su yugo es más fácil porque consiste tan solo en creer que Jesucristo es el Señor y amarnos unos a
otros, no son muchas demandas, y
su carga es más ligera porque es Él
mismo en nosotros con su Espíritu Santo quien se encarga de llevarnos hacia la
santidad.
La salvación ahora es
accesible por medio de Cristo, pero
requiere rendirnos a su voluntad,
ser mansos y humildes, en otras palabras esto es no siendo rebeldes y soberbios, sino obedientes a sus
mandamientos hasta el final.
1° Pedro 1
22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el
Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;
LA EQUIVOCADA SANTIDAD DEL CRISTIANO
A pesar de
ser una enseñanza muy comprendida muchas veces nos alejamos de su yugo para
cargar con nuestro propio pesado yugo que lo único que hace es alejarnos del
Señor y fatigarnos nuevamente, me refiero a la santidad exterior forzada,
en la cual muchas veces solemos caer, y no nos damos cuenta sino hasta
que nos encontramos fatigados en nuestro interior sin gozar de constante paz
del alma, de repente vemos que seguir a Cristo solo genera un constante
sufrimiento y turbación por tratar de mantener una rigurosa practica tratando
de mostrar lo que no somos.
Jamás debemos buscar la santidad y la
salvación por medio de formas y practicas carnales que
pensamos que nos hacen más santos, sino que la santidad es el resultado del Espíritu
Santo trabajando en nosotros, y no es un cambio externo solamente sino
primeramente interno, en el corazón, que luego da a luz una nueva persona hacia
afuera
Muchas veces nos hacemos un concepto
de lo que es la santidad y así lo enseñamos a otros, sin embargo la
santidad no es algo que un cristiano pueda imponer a otro, porque la
santidad es un fruto del Espíritu de Dios en nosotros. Con esto no estoy
negando que Dios nos puede usar para colaborar en la santidad de otros, pero esto
dependerá solo de Él.
Lucas 11
46 Y él dijo: ¡Ay de vosotros también,
intérpretes de la ley! porque cargáis
a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con
un dedo las tocáis.
Así nos vemos a veces cuando buscamos
imponer formas exteriores para que los demás se vean mas santos, y mientras más
rigurosos o legalistas nos volvemos con la conducta hacemos que la vida
cristiana pierda la orientación y no podemos hallar el gozo y descanso para
nuestras almas, sino que otra vez nos encontramos cargados y fatigados
sin hallar descanso en Cristo, vamos a Él en oración pero no hallamos
descanso, porque estamos cargando nuestro propio yugo y no el que Él nos ha
impuesto.
Por fuera nos podemos mostrar
fuertes y completos, pero por dentro estamos abatidos y fatigados,
encorvados y debilitados, sin embargo el yugo del Señor Jesús trae
descanso para nuestras almas y no para nuestra carne.
Cargar el yugo del Señor nos alejara
del pecado, porque por medio de su Espíritu ahora nos sometemos a su señorío, pero si el
yugo que cargamos hace que nos veamos como rectos, justos y buenos por fuera pero
no nos aleja del pecado, sencillamente no estamos cargando el yugo
del Señor sino el nuestro propio.
Colosenses 2
23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario,
en humildad y en duro trato del cuerpo; pero
no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.
Como
cristiano he conocido a muchas personas que buscan imponer rigurosamente
conductas y formas a fin de que las personas se vean mas santas por fuera, pero el
problema de todo cristiano esta por dentro, es el corazón el que se debe
cambiar, y el único que puede solucionarlo es el Señor.
Ahora si tu vida cristiana se
encuentra agobiada e insatisfecha es porque no estás cargando el yugo del
Señor, en ese caso tengo que decirte que vengas al Señor y el te dará
descanso para tu alma, podrá su yugo sobre ti haciéndote un siervo
manso y humilde de corazón para la gloria y servicio de Él.
LAS CARGAS DEL SEÑOR
El Señor Jesús pondrá sobre
nosotros sus cargas, pero estas de ningún modo nos van a agobiar el alma, el
no nos pondrá más peso del que no podamos soportar, nos hará servirles
según la capacidad que por su Espíritu el mismo puso en nosotros, unos en una
tarea a otros en otras, pero todos conformaran el cuerpo de Cristo que es su
iglesia.
Job 34
23
No carga, pues, él al hombre más de lo justo, Para que vaya con Dios a
juicio.
Las cargas de Jesús son muchos más
ligeras y fáciles de llevar, solo si nos sometemos a Él en humildad y
mansedumbre del corazón, de lo contrario nos va a pesar, porque no será la fe
operando en nosotros sino nuestra débil humanidad para alcanzar a Dios.
Ser humilde es humillarse
delante del Señor, del griego la palabra humildad y humillación tienen la misma
raíz, y la parte variable del vocablo solo son las dos letras finales, (humilde = ταπεινός Tapeinós y humillación
= ταπείνωσις Tapeínosis)
Se podría decir que el
sustantivo es “humildad” y el verbo para llevarlo a cabo esta condición es la “humillación”,
no podremos ser humildes si no nos humillamos bajo la mano del Señor
1° Pedro 5
6
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte
cuando fuere tiempo;
7 echando toda vuestra ansiedad sobre él,
porque él tiene cuidado de vosotros.
Entonces, Él no dice trae tus
problemas para que yo me encargue de ellos, sino humíllate y yo me encargare de
tu vida, estando al servicio del Señor debemos descansar porque Él se va a
ocupar de todas nuestras necesidades, no debemos vivir en ansiosa inquietud,
sino descansar en Él.
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