MENSAJE
DOMINGO 31/08/2014
Por el Hno. Santiago
La autoridad de Jesús
Mateo 8
22Jesús
le dijo: Sígueme; deja que los
muertos entierren a sus muertos.
Esta fue una de las primeras expresiones que impactaron mi vida
cristiana, escuchar a Jesús decir imperativamente ¡Sígueme!. Obviamente es una
orden. ¿Pero de qué tipo?. Sabemos que Jesús es un Señor, y esto implica que lo
que dijo fue más una demanda que una orden, algo que debemos hacer sin peros,
sin cuestionar, sin discutir, sin argumentar.
“¡Sígueme!”. El modo imperativo de esta expresión, está indicando que
la misma es una orden directa del Señor Jesús, tanto como lo dice un amo a sus
esclavos o un patrón a sus empleados ¡Sígueme!, y no hay una explicación del
porque, no se especifica un destino, sólo se le sigue, y llegado a destino se
especifica lo que debe hacer.
Ahora bien, la orden ¡Sígueme! no acepta contravenciones, no importa
lo que estés haciendo, nada hay más importante que llevar a cabo esa orden.
Cuando Jesús dijo, “deja que los muertos entierren a sus muertos” está diciendo
que no importan los sentimientos, no importa tu estado emocional, las
costumbres, no importa nada, hay que dejar todo, absolutamente todo y Seguirle.
Mateo 9
9Pasando Jesús de
allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los
tributos públicos, y le dijo: Sígueme.
Y se levantó y le siguió.
Ahora una vez más, pero esta vez a un hombre que estaba trabajando
normalmente.
Evidentemente al Señor no le importa lo que estés haciendo, si
trabajando, si pasando por alguna situación sentimental, si alguna crisis o aún
estando en tu mejor momento. Fíjense; Cuando le dio la orden a Mateo, este
estaba trabajando, Jesús no espero hasta su salida, no hizo fila para llegar a
su mesa, pasó le miró y dijo: ¡Sígueme!. Y Mateo no tiene muchas opciones,
Jesús dio la orden y ya estaba partiendo, no se puso a esperar a Mateo, fue
Mateo quien dejó todo y le siguió.
Lucas 5
28Y dejándolo
todo, se levantó y le siguió.
Imaginen la escena, Mateo se levanta y la gente que estaba haciendo
fila para pagar sus impuestos comienzan a criticar y a pedirle a Mateo que no
abandone su puesto de trabajo “¡Hey, volvé!”, y si hubiera estado algún
pariente, quizás su esposa le estaría diciendo: “¡¿Qué estás haciendo?!, porqué
abandonas tu trabajo?, con qué nos mantendremos?, con qué vas a pagar la
escuela de tus hijos?, porqué sigues a ese hombre que no tiene ni donde reposar
su cabeza?”
¡Sígueme!, esta orden se reitera muchas veces en las Escrituras:
Juan 1
43El siguiente día
quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme.
Mateo 19
21Jesús le dijo: Si
quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás
tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
Juan 21
19Esto dijo, dando
a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.
Cuando el Señor llamó a sus discípulos les dijo a cada uno de ellos
con autoridad ¡Sígueme!, era una orden, y así se debe predicar el Evangelio.
Jesús nunca pero nunca pregunto si le querían seguir, nunca dijo “levante la
mano el que quiera seguirme”, tampoco ofreció opciones o alternativas para que
le sigan, tampoco les decía “el que me siga recibirá perdón, salvación, paz,
prosperidad, vida eterna”; Nunca, pero nunca hizo promesas o propagandas para
que le siguieran. Simplemente les miraba a los ojos y les decía ¡Sígueme!.
Cuando se presenta el Evangelio a una persona se le debe mostrar esta
orden del Señor, Jesús te demanda ¡Síguele!, no hagas falsas promesas, no le
prometas nada, dile que Él es el Señor y que en Él está la Vida, en Él está
todo lo que uno necesita para servirle a Él.
Obviamente seguir a Jesús tiene costo, pero nada, absolutamente nada
es mejor que seguir a Jesús.
Mateo 19
20El joven le dijo:
Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
21Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que
tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
22 Oyendo el joven
esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
¡SÍGUEME!, ante una orden así solo tienes dos alternativas, o le sigues o NO le
sigues, cumples la orden o NO la cumples.
Los discípulos le obedecieron, el joven rico no pudo; Puede que haya reconocido
a Jesús, esperaba que este le justifique, “una cosa te falta para heredar la
vida eterna”, pero no pudo soportar el pedido del Señor, el amor al dinero, las
posesiones que el mundo le había dado, su estatus, su avaricia, su afán no le
permitía renunciar por lo que tanto había luchado y se fue entristecido (Mr 10:17:31).
El Evangelio y Jesús mismo son una disyuntiva a nuestra vida y a
nuestra personalidad, cuando Él habla su autoridad se manifiesta con su Palabra.
Se pueden imaginar a Pedro, Jacobo, Natanael, Felipe, personas de carácter muy
fuerte dominantes ante la orden de Jesús ¡Sígueme!. Es evidente que para que le
siguieran tuvieron que quebrarse interiormente, preguntándose ¿Quién es éste
para que le siga?, ¿Por qué me trata así?. Una cosa es cierta, ante la orden
que se le ha dado solo tienen dos alternativas.
Mateo 11
12Desde los días de Juan el Bautista
hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo
arrebatan.
La violencia interior de una persona frente a la orden de Jesús, su
lucha, su mirada, todo en cuanto puede pensar y en pocos segundos se define si
es hijo de Dios o no, si puede ser esclavo de Cristo o seguir siendo esclavo
del mundo.
Ahora bien, cuando le seguían Jesús les decía que nadie era digno de
seguirle sin antes abandonar todo lo que tenía para estar a su servicio.
¿Qué significa y que costo tiene seguir al Señor
Jesús?
Hacemos esta meditación, porque muchos que se dicen y afirman ser
cristianos piensan que lo son por el solo hecho de haber “aceptado a Jesús en
su corazón” a pesar de que siguen en los deseos de su corazón, o son cristianos
porque han “hecho una oración de fe” aunque no viven por fe, sino que viven de
la carne y para la carne.
A causa de las pésimas predicaciones de las religiones supuestamente
cristianas (católicos, protestantes evangélicos, testigos, mormones, etc con
sus denominaciones y derivados) se ha perdido el verdadero valor de lo que
significa ser cristiano.
La mayoría piensa que uno es cristiano, porque tiene a Jesús de su
parte, y piensan así porque estiman que Jesús vino para ayudarles con sus situaciones
y problemas, estiman que Jesús nació en este mundo en un pesebre y sufrió
muriendo humillado en una cruz, para ayudarles a cumplir sus metas mundanas
(estudio, profesión, trabajo, bienes, propiedades, bienestar, prosperidad),
esto es lo que predican las religiones actuales, todos esos seudos cristianos
que solo hablan de dinero y prosperidad.
El Señor Jesús NO vino para ayudarnos con nuestras situaciones
problemáticas, no vino para ayudarnos a conseguir metas humanas, mucho menos
para obtener cosas o disfrutar del mundo, sino todo lo contrario, porque todo lo que es del mundo
está gobernado por el maligno (1
Jn 5:19).
Lucas 14
33Así, pues, cualquiera de vosotros que
no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
¿Porqué
hay que renunciar a lo que poseemos?. Porque nada de lo que el mundo brinda es
digno de Dios. Todo lo que el mundo ofrece está basado en la injusticia, en la
mentira. La cultura del mundo es una mentira y una injusticia, los objetivos
del mundo son mentiras e injusticias, el dinero y las riquezas son una mentira,
una ilusión, una injusticia. Y toda injusticia sufrirá la ira de Dios y es por
eso que debemos arrepentirnos de buscar cosas injustas que el mundo ofrece y
debemos buscar la Verdad, seguir la Verdad, la cual es Cristo “Yo Soy el Camino
la Verdad y la Vida” (Jn 14:6) y
todo fuera de Él es pecado, es injusticia, es condenación; ¿Se entiende
entonces la incompatibilidad de las cosas del mundo frente al Reino de Dios?.
Jesús siendo hombre no buscó lo que el mundo ofrecía sino buscó hacer la
Voluntad del Padre.
Romanos
2
5Pero por tu
dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día
de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6el cual
pagará a cada uno conforme a sus obras: 7vida eterna a los que,
perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, 8pero
ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que
obedecen a la injusticia;
Jesús
siendo hombre, no buscó bienes terrenales, ni beneficios, rechazó todo lo que satanás
le ofreció Jesús dijo “¡Vete satanás!” (Mt 4:10),
significa, “no me interesa tu mundo”, “no te necesito para vivir”. “Les
enseñaré a vivir sin las cosas del mundo, les enseñaré a vivir por la Fe en
Dios”; “mas buscad el Reino de Dios y su justicia” (Mt 6:32-33).
Lucas
9
57Yendo
ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas.
58Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos
nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene
dónde recostar la cabeza.
Con esta expresión de Jesús queda más que claro que seguir a Jesús no
tiene garantías carnales, no le seguimos para conseguir cosas materiales o
beneficios carnales o mundanos, no le seguimos para autosatisfacernos, le
seguimos porque queremos los beneficios Espirituales y eso solo lo entienden lo
que buscan Vida Eterna, los que buscan inmortalidad, pero los que quieren vivir
en este mundo no entenderán jamás el Evangelio y en muchos casos solo vivirán
una vida religiosa justificando una vida pecaminosa para terminar
lamentablemente en condenación.
Entonces, ser cristiano
NO se trata de nuestros logros, no se trata de alcanzar metas impuestas por el
mundo, se trata de seguir a Jesús, de hacer lo que Él hizo, de hacer la
Voluntad del Padre (Mt 12:50; 7:21; Lc 11:2).
Seguir a alguien, es andar por el camino del que guía, ¿para qué?, para
llegar a donde el Guía quiere llevar. Seguir a Jesús implica que me dispongo a
recorrer el Camino de Jesús para alcanzar lo que Jesús alcanzó. Los discípulos
de Jesús así lo entendían:
1 Juan 2
6El que dice que permanece en él, debe andar como él
anduvo.
1
Pedro 2
21Pues para esto fuisteis llamados; porque también
Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
Miren sus vidas, ¿están siguiendo a Jesús? o ¿están siguiendo sus
propios caminos?.
¿Cómo es seguir a Jesús?.
Imaginemos que conocemos a un atleta que se levanta temprano y le
vemos correr a diario por una ruta, vemos su estado atlético, su salud y su
bienestar y queremos estar como él está, ¿qué hacemos?, pues comenzamos hacer
lo que hace, nos levantamos temprano le vemos pasar y nos lanzamos a la misma
carrera, a la misma velocidad, ¿Qué va a pasar?, pues si no tenemos las
condiciones, vamos a quedar parados, sin aire, pesados, inútiles y nos vamos a
dar cuenta, que no es fácil seguirle, por más ganas, por más ímpetu que tengamos
en seguir a alguien no lo vamos a poder hacer si primero no aprendemos, si
primero no nos preparamos, para estar en forma y alcanzar el ritmo deseado.
Seguir es “aprender” para hacer lo mismo, de aquí deriva el vocablo
“discípulo”, discípulo significa “aprendiz”, “alumno” y dicen las Escrituras
que cuando los gentiles veían que muchos de los suyos se hacían aprendices de
las enseñanzas del Cristo, y por ende seguidores de Cristo, a los discípulos le
llamaron “cristianos” (Hch 11:26).
Ser cristiano es ser discípulo, ser discípulo es aprender a seguir a
Jesús. ¿Son cristianos?, ¿son discípulos?, ¿están aprendiendo a seguir a
Jesús?.
Miremos los costos:
Ya hemos visto que debemos renunciar a las cosas del mundo y a lo
carnal, pero también hay que renunciar a sentimientos, y a toda forma de
expresión humana.
Lucas 14
26Si alguno viene a mí, y no aborrece a
su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su
propia vida, no puede ser mi discípulo. 27Y el que no lleva su cruz
y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
Lucas 9
59Y
dijo a otro: Sígueme. Él le dijo:
Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60 Jesús le
dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 61 Entonces también
dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que
están en mi casa. 62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para
el reino de Dios.
Comprendamos entonces que no solo somos confrontados con la demanda de
seguirle sino que también estamos condicionados a renunciar a todo para
seguirle, aún hasta la propia vida.
Y no solo esto, sino que también tenemos la demanda de ser formados,
ser discipulado para entonces poder servirle a Él.
Efesios 4
12a fin de perfeccionar
a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo, 13hasta que todos lleguemos
a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto,
a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14para que
ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de
doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las
artimañas del error, 15sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
Colosenses
1
9Por lo cual también nosotros, desde el día que lo
oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su
voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10para
que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda
buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
¿Quieres seguir a Jesús? Renuncia a todo lo que tienes, renuncia a
todo propósito humano, y déjate discipular, déjate entrenar. Por eso se llama
conversión, porque no podemos seguirles si no cambiamos totalmente. A partir de la orden de Jesús, debemos apresurarnos a despojarnos de
todo, para ser discipulados y así ser genuinos cristianos.
Mateo
28:20
20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo. Amén.
Muchos solo se quedan con “haber creído y haber sido bautizado” y eso
no es suficiente, las Escrituras solicitan en Mt 28:20 que todos
debemos ser enseñados, todos debemos ser discipulados, perfeccionados hasta la
estatura de Cristo. Es triste ver a aquellos que se bautizan y ya salen a
predicar sin formación, predicar sin haber experimentado el Camino, muchos que
son neófitos, apenas tienen un año de bautizado y ya se mandan a sí mismos y
eso termina siendo de tropiezo a muchos, porque no hacen la Voluntad de Dios,
sino lo que estiman que es agradable y no se dan cuenta que eso es
desobediencia.
Tenemos un trabajo, y les pido a todos los cristianos que se
discipulen, si quieren servir sean discipulados, no sean rebeldes, no sean
reacios a la formación.
Resumen: Seguir a
Jesús significa:
- Aborrecer a los
parientes y a todos los que se interpongan en el Camino
- Aborrecer
la propia vida (aborrecer metas y objetivos en el mundo)
- Renunciar a
todo los bienes (no tener nada que perder, nada que te aferre al mundo)
- Un amor
supremo por Jesucristo y un amor ferviente por todos los cristianos.
- Ser
discipulado y tener la
vida invertida en Cristo Jesús
- Permanencia
continua en su Palabra.
- Llevar la
cruz detrás de Él (tener el mismo sentir de Cristo Jesús)
- No voltear,
no distraerse, no retroceder del propósito
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