MENSAJE 3: ORGANIZACIÓN MINISTERIAL
Por
el Hno Santiago.-
Introducción
En esta tercera parte, lo primero que
queremos decir, es que esta meditación no tiene la intención de juzgar o
condenar, sino antes bien, de establecer parámetros bíblicos de cómo debe
llevarse adelante un ministerio en el Señor Jesús.
1 Corintios 14
40 pero hágase todo decentemente y con orden.
El mismo texto en griego:
παντα→Todas (cosas) ευσχημονως→bien arreglado/decorosamente
και→y κατα→según ταξιν→orden designada γινεσθω→llegue a ser
Dos palabras importante:
euschmwn “ebsjimon”: Bien
preparado, bien arreglado, con decoro
taxiv “taxí”: Orden,
sucesión, disposición.
Dos acciones que deben aplicarse a cualquier servicio dentro
de la Iglesia: Preparación y Orden.
Preparación y orden
es lo que determina la funcionalidad de cualquier actividad humana; Las cosas
que perduran son aquellas que se hacen con preparación y orden, podemos decir
que la excelencia de estos términos suelen manifestarse en las fábricas o empresas
o en instituciones de diferente índoles (del tipo gubernamental, educativo,
social, etc).
El ser humano estudia
para tener preparación y se disciplina para tener un orden. Así también debe
hacer cada cristiano y la Iglesia.
Aún en la vida cotidiana; Por ejemplo:
Tenemos por costumbre festejar cumpleaños y aniversarios familiares, y
programamos tales eventos con mucha anticipación, determinamos la fecha, el
horario, editamos las tarjetas, adornamos el lugar y programamos una serie de
eventos a los cuales llamamos “cronograma”.
Y una vez que llevamos a cabo el
evento procuramos que todo salga según lo planeado y evitamos las
improvisaciones y disfrutamos que todo se haga según lo establecido, obviamente
hay espacios para sorpresas pero no dejamos que superen lo programado. Todo
esto nos habla de “arreglo” y “orden” y esto es bueno y agradable.
Aún vemos a Dios, hacer las cosas de
manera ordenada previo conocimiento predeterminado (Lm
2:17). Aún nuestros tiempos están programados (Sal
31:15). Podemos decir que Dios no improvisa y hasta podemos decir que no
le gustan las improvisaciones.
En cierta oportunidad los hijos de
Aarón Nadab y Abiú intentaron improvisar ofreciendo fuego extraño sobre un
evento programado y Dios en su santidad les tuvo que quitar la vida (Lv 10).
Con esto queremos indicar que es importante
establecer un arreglo y un orden a las actividades cristianas como Iglesia.
Cada evento debe ser tomado en serio y con responsabilidad.
Pablo sugiere que todo ministerio debe
hacerse con preparación y un orden preestablecido. Como Iglesia debemos evitar
las improvisaciones, cada trabajo, cada servicio por más pequeño que este
parezca debe hacerse de manera programada, anticipando los eventos, procurando
un orden para que todo salga bien.
De esto se trata esta meditación, de
cómo debemos hacer las cosas del Señor para su Iglesia.
Nunca debemos olvidar que los
servicios en la Iglesia, NO están puesto por los hombres sino que todo se hace
según la Voluntad de Dios con la guía Espiritual y Escritural. Cristo Jesús es
la Cabeza de la Iglesia y esto significa que Él la dirige por medio de su
Espíritu. Así que el primer y fundamental ministerio que tiene
la Iglesia y cada ministro o servidor es la oración, para que por medio
de ella conozcamos la Voluntad de Dios.
Un ministerio genuino es aquel en que
vemos al Espíritu dirigir aún hasta con lujos de detalles, tal como lo hizo
Dios con Moisés al indicar la construcción de su Tabernáculo. Y aún la vida de
los apóstoles fue dirigida por el Espíritu Santo y hasta la fecha Él sigue
dirigiendo por su Espíritu, así que hay que saber escuchar, hay que prestar
atención para no dirigirnos nosotros a nosotros mismos sino que el Señor nos
dirija. Todo ministerio Espiritual permanece, y todo ministerio humano
desaparece.
Cómo ya se ha meditado, es importante
que reconozcamos cuando un servicio es para el Señor y cuando el servicio está
dirigido para brindar un beneficio a la congregación.
En todo debemos evitar todas aquellas
cosas que no producen edificación, debemos evitar el entretenimiento, los
espectáculos y las vanaglorias humanas, porque tales cosas son carnales (solo
apelan a lo emocional, sentimental o pasional). Tenemos que concentrarnos en el
verdadero culto racional y en la edificación Espiritual.
También se ha meditado respecto de los
requisitos que debe cumplir un servidor; No cualquiera puede ministrar un
servicio, todo servicio requiere aptitud, preparación, disciplina y
responsabilidad.
Responsabilidad es el término clave en
esta meditación y es importante porque sin ella no podríamos llevar a cabo una
preparación y un orden.
¿Qué
es la responsabilidad?
Romanos 14
12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
Si bien en las Escrituras no aparece
el término responsabilidad, aparece todo el peso de su significado.
Que uno deba dar cuenta ante Dios,
significa que lo que hacemos está supeditado a una responsabilidad.
La responsabilidad se define como un valor que
está en la conciencia de la persona, es todo aquello que nos permite
reflexionar, orientar, administrar y determinar las consecuencias de nuestros actos.
Las Escrituras hablan de cuál es la
responsabilidad del papá, de la mamá, de los hijos. Como ven, la familia es el
primer ministerio responsable y es lo primero que tenemos que administrar para
entonces poder administrar alguna otra cosa más que la familia.
1 Timoteo 2
5(pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo
cuidará de la iglesia de Dios?);
No sirve un ministerio si el que
ministra tiene su casa un desastre, donde los hijos (niños y adolescentes) son
desobedientes, desordenados, mal hablados, mal educados. No sirve un ministerio
si la esposa es desobediente o chismosa o anda de casa en casa hablando mal de
los demás, o metiéndose en las vidas ajenas; Hablo de esto, porque es lo que
más se ve dentro de las congregaciones y sobre todo entre las mujeres. He visto
situaciones de peleas, mentiras, amarguras y desilusión a causa de que las
mujeres no controlan su lengua y eso es lo que las mujeres deben cambiar para
poder llevar adelante algún ministerio responsable.
La responsabilidad genera y debe
generar el buen ejemplo y muchas veces se establece como patrón. De esta forma las
Escrituras es nuestro patrón moral y ético.
Un cristiano responsable es aquel que
actúa conscientemente siendo él la causa directa o indirecta de un servicio
o ministerio a prestar. Un ministro es ministro porque tiene capacidad de
repuesta, eso es la responsabilidad.
Cualquiera que está ministrando, tiene
la obligación de responder por alguna cosa o por las personas a la que está
prestando el servicio (sea niños, adolescente, jóvenes, adultos, ancianos). La
congregación es un rebaño, los cristianos son ovejas y las Escrituras dicen:
Proverbios 27
23 Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, Y
mira con cuidado por tus rebaños;
Ejemplos de responsabilidad en las
Escrituras:
Hechos 20
24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con
tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de
Dios.
Por más difícil que sea la situación
es necesario estar dispuesto a padecer, aún hasta la muerte.
Lucas 22
42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa;
pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Muchas veces ocurre, que los ministros
tienen buena disposición pero son los congregantes los que no tienen la
disposición apropiada, ocurre mucho esto en las congregaciones con el tema de
los horarios, hermanos llegando a cualquier hora, faltando a las reuniones,
desatendiendo los servicios. Obviamente esto genera frustración, desazón y el
ministro que tiene tantas ganas de trabajar se frustra ante la repuesta de las
personas.
Al respecto tenemos que aclarar que
ningún ministerio está condicionado por la responsabilidad de la otra parte.
Uno no puede renunciar a un servicio porque no le gusta como son las personas
que lo reciben, pero lo que si puede hacer es proponer cambios, re-direccionar
el servicio, auditar y establecer parámetros para mejorar el servicio.
Cada uno debe hacer lo que tiene que
hacer y debe responder al “cronograma” (a lo preestablecido u ordenado), el que
sirve debe hacerlo con disciplina, sin pasión y sin prejuicio (para evitar la
desazón) ejerciendo el oficio de manera profesional buscando alcanzar los
objetivos, proponiendo los cambios que sean necesario para que se alcancen esos
objetivos. Todo ministerio requiere paciencia, mansedumbre, templanza y por
sobretodo perspicacia e ingenio para alcanzar los objetivos, aquí está la clave
(la capacidad, la calidad, la inteligencia) del ministro no solo en saber lo
que tiene que hacer, sino en “cómo” lo tiene que hacer.
Responsabilidad
cristiana de la Iglesia
Habiendo hablado de la responsabilidad
en el plano personal, hablaremos de la responsabilidad en el plano grupal (como
congregación).
Primeramente debemos definir quienes
forman realmente parte de la Iglesia, y decimos esto, porque suele haber un
concepto equivocado, pensando que todos los que están dentro de la congregación
son la Iglesia y eso no es tan así.
La Iglesia del Señor Jesús es un Reino
y según las Escrituras está compuesta por todas las personas que han nacido del
agua y del Espíritu (Jn 3:5), esto implica
que ser cristiano y ser parte de la Iglesia es que la persona esté bautizada y
esté discipulada en el sentir de Cristo Jesús (Mt
28:19-20) de otra forma no puede calificar como cristiano ni mucho menos
como parte de la Iglesia; Obviamente dentro de la congregación siempre habrá
personas que todavía no están bautizadas o no están discipuladas (parientes,
amigos, conocidos), a estas personas se las considera como “fetos” o “fecundos”
(vidas en desarrollo), personas que están en el vientre de la congregación y
tienen que crecer para nacer del agua y del Espíritu y debe existir un
ministerio de “evangelización” y de “parto” que atienda a tales personas,
porque son muy importantes para el Señor Jesús.
Ahora bien, al considerar los
ministerios en la Iglesia, y habiendo expuesto lo anterior, lo primero que
debemos evitar es poner servicios de edificación Espiritual sobre personas que
no son cristianas o no son parte de la congregación. No importa si en el mundo
fue director de alguna institución educativa o tiene alguna profesión mundana
sobresaliente, tales cosas no califican a una persona para que sea ministro,
Dios no se vale de las habilidades humanas o de lo que ellos llaman “talento”,
Dios se vale de la obediencia y de la formación de sus ministros.
Salmos 147
10 No se deleita en la fuerza del caballo, Ni se complace en la agilidad del hombre.
11 Se complace Jehová en los que le temen, Y en los
que esperan en su misericordia.
Entonces, una persona que sea nueva en
el camino, o una persona que no está bautizada o que no está discipulada no
puede llevar adelante ningún servicio. En los ministerios no se admiten
“neófitos”.
1 Timoteo 3
6 no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación
del diablo. 7 También es necesario que tenga buen testimonio de los
de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
Y aún después de bautizado y
discipulado el que vaya a ministrar debe tener buena conducta y disciplina.
Por ejemplo: Dentro de nuestra
congregación, los que llevan adelante algún servicio lo hacen porque al menos
han leído toda la biblia y porque asisten a todas las reuniones y
preferentemente a las reuniones de oración y hablamos de todos aquellos que
participan como colaboradores en las actividades de las reuniones y cultos (los
que cantan, los que tocan instrumentos, los que enseñan, los que predican, los
que hacen la cena, etc).
En otro orden de cosas, deben saber
que los que llevan adelante un ministerio dentro de la Iglesia, lo hacen por
haberse establecido un grupo de trabajo, donde todos tienen el mismo sentir y
hablan una misma cosa.
1 Corintios 1
10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro
Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre
vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y
en un mismo parecer.
Suele ocurrir que hay muchos que
quieren predicar o participar, o cristianos que vienen de otra congregación y
ya quieren tener participación, aunque la disposición sea buena, antes de
participar deben saber que debe haber o tener un sentir mancomunado, y esto
implica una misma doctrina, una misma fe, una misma esperanza y entender los
objetivos de la congregación. Y esto implica, trabajo, comunión, oración. Hoy
en día hay “cristianos” de diferente denominación, con diferentes doctrinas y
diferente forma de pensar y suele haber incompatibilidad bíblica, incompatibilidad
doctrinal o funcional y por eso no es conveniente que se les dé un lugar,
porque va a ser de confusión. No se puede poner al frente a un predicador que
no conoce el sentir de la congregación.
Esto no quita que se pueda invitar a
personas a predicar, lo importante es que se sepa quién es, de donde es y cuál
es el mensaje que va a hablar, todo debe hacerse con conocimiento anticipado.
Entonces hablamos de una Iglesia organizada
donde NO EXISTE UN LÍDER, (puesto que eso no es bíblico), sino que EXISTE UN GRUPO FUNCIONAL MANCOMUNADO
que lleva a cabo diferentes servicios o ministerios pero siempre hacia una
misma dirección. Esa dirección será siempre la Edificación Espiritual y el
perfeccionamiento de la vida cristiana.
Efesios 4
11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros,
profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a
fin de perfeccionar
a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de
Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura
de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños
fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema
de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que
es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien
concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente,
según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor.
¿Cuándo
soy útil? ¿Cómo me integro al trabajo de la Iglesia?
Un cristiano que quiere trabajar, es
útil cuando después de discipulado entiende el propósito del Señor y busca una
vocación de servicio. La vocación como ya se ha hablado no es una imposición
humana sino una forma analítica de ver una necesidad y querer responder a ella.
Considero que el Señor Jesús por su Espíritu, pone en cada uno para lo que es
útil, algunos les gusta evangelizar, a otros predicar, a otros dirigir o
participar en la alabanza, a otros enseñar, etc.
Una vez que entendemos el propósito,
no avocamos a la vocación, primeramente acercándonos al grupo de ancianos y
exponiendo las ganas de trabajar y para lo que considera es útil, y de acuerdo
a la resolución del grupo que preside le dará un lugar, primeramente
colaborando, haciéndole parte del grupo, compartiendo las oraciones, escuchando
aprendiendo de los más crecidos o desarrollados y con el tiempo le tocará llevar
adelante el ministerio si así lo quiere el Señor.
A los aspirantes, les digo que
cualquiera que quiera trabajar como mínimo tiene que haber leído la biblia en
su totalidad, participar en todas las reuniones y preferentemente en las
reuniones de oración, por otra lado debe tener buen testimonio y debe ser
puesto a prueba, es decir, verificar si sirve para el servicio.
1 Timoteo 2
10 Y éstos también sean
sometidos a prueba primero, y
entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles.
1 Juan 4
1 Amados, no creáis
a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han
salido por el mundo.
Funcionalidad
de la Iglesia
La Iglesia de por sí es un ministerio,
un servidor que se autoabastece, como un cuerpo, por eso la relación. La
Iglesia es un cuerpo de miembros vinculados y unidos plenamente organizados que
sirven para llevar adelante el propósito de Dios.
1 Pedro 2
9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de
aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Como podrán ver, la Iglesia es un
Reino de Luz que combate contra el reino de las tinieblas, alcanzando a las
personas la Salvación de Cristo Jesús y disponiéndolo para su Señorío.
Así todo ser rescatado tiene que ser
atendido, convirtiéndolo en un soldado de Cristo que colabore con el Ministerio
de la Iglesia
Los
que reciben el servicio
Ya hemos hablado de la responsabilidad
de los que ministran y también hablaremos un poco de la responsabilidad de los
que reciben los servicios. Porque los que son servidos tienen la siguiente
demanda:
Santiago 1
19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;
La primera responsabilidad es la de
querer ser formado, querer ser discipulado, estar pronto, dispuesto para oír
las enseñanzas y llevar a cabo esas enseñanzas, a su vez que no sea un
charlatán, que no se apresure a hablar o hacer comentarios, porque a veces
ocurre que muchos quieren hablar, pero no les acompaña el testimonio ni el
conocimiento Escritural, por eso es recomendable que primero sea formado para
poder posteriormente hablar.
Ahora, otro punto importante para la
funcionalidad de los ministerios es el de la colaboración económica.
A casi nadie le gusta esto, pero a
todos les gusta tener una congregación funcional.
Gálatas
6
6 El que es enseñado en la
palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.
1
Timoteo 5
17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por
dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.
18 Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su
salario.
1
Corintios 9
7¿Quién fue
jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto?
¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño?
8¿Digo esto
sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? 9 Porque en la ley
de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios
cuidado de los bueyes, 10 o lo dice enteramente por nosotros? Pues
por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que
trilla, con esperanza de recibir del fruto. 11 Si nosotros sembramos
entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo
material? 12 Si otros participan de este derecho sobre vosotros,
¿cuánto más nosotros?
2 Corintios 11
8 He despojado a otras iglesias, recibiendo salario para
serviros a vosotros.
La mayoría de los ministerios
requieren recursos económicos para que puedan llevarse a cabo. Otros además como
el pastorado, la enseñanza y el discipulado requieren ser solventados económicamente,
porque califican como oficios a veces de tiempo completo (evangelistas,
pastores y maestros). Prepararse y enseñar no es tarea fácil, requiere tiempo
disciplina y recursos.
No estamos hablando de diezmos,
estamos hablando de que la Iglesia como institución debe autosustentarse en
todos los servicios. El dinero debe ser bien administrado y repartido en los
servicios y en los que sirven.
Obviamente todo se proyecta, todo se
hace de acuerdo a la capacidad de la Iglesia y todo se lleva en una bitácora o
libro de gastos, como también todo debe ser auditado, en el mundo suele decirse
“cuentas claras mantienen la amistad”, en la congregación debería decirse
“cuentas claras mantienen los ministerios genuinos”.
Auditoria y autocritica
Finalmente, es necesario hablar de que los ministerios en su totalidad
deben ser auditados. Esto implica que cada ministerio debe ser medido,
analizado y evaluado. Cada ministerio brinda frutos y deben verse la calidad de
esos frutos; El objetivo no es condenar, sino que tanga un sentido práctico,
hay que analizar cuanto se trabajó, cuanto se invirtió, ver las pérdidas, ver
los gastos, considerar si es factible, si ha sido de provecho; En todos los
casos las auditorias ayudan a mejorar los servicios, a que estos sean más
eficientes, más productivos en tiempo y calidad.
Esto requiere que cada ministro ponga a disposición de la Iglesia todo
lo que se ha servido, a su vez es necesario que cada ministro tenga también
autocrítica.
Gálatas 6
4 Así que, cada uno
someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto
de sí mismo, y no en otro; 5 porque cada uno llevará su propia
carga.
Hebreos 13
7 Acordaos
de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad
cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.
Entonces, la Iglesia debe plantear “auditorias” para ver y analizar
los frutos de las personas asistidas. No debemos juzgar a las personas sino sus
obras y verificar el crecimiento y la edificación que haya producido.
Destacamos también que:
-
Cada miembro debe cumplir un rol, nadie puede estar sin trabajar.
-
No se debe sobrestimar a nadie, todos son necesarios.
-
Ningún servicio y/o ministerio tiene a un siervo en carácter de
Vitalicio (de por vida).
Cristo es la Cabeza, ningún miembro tiene voluntad propia.
Así la Iglesia se forma así misma por
medio del Espíritu, mejora sus servicios, mejora su eficiencia y se dispone a
reproducirse, es decir, generar un grupo capaz de llevar adelante un nuevo
proyecto de Iglesia, porque de eso se trata, de perfeccionarse y expandirse.
La
Paz del Señor Jesús
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