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MENSAJE
DOMINGO 18/03/2018
Por el Hno. Gabriel. -
Introducción
Continuando con el
estudio de la carta de Pablo a las Iglesias de Galacia abordaremos el capítulo
2 de la misma enlazándonos con lo ya expuesto en la meditación anterior, allí
se nos exponía claramente la lucha que el apóstol Pablo sostenía con aquellos
falsos maestros (los judaizantes o los
legalistas) que perturbaban a los cristianos con ritos y costumbres inútiles
y de este modo tergiversaban el evangelio de Cristo haciéndolo ineficaz.
Contexto
Sin rodeos, desde el
principio de la carta Pablo expone su sentir o su corazón respecto de la situación
que están atravesando las Iglesias en la región de Galacia;
Gálatas 1:6 Estoy
maravillado de que tan pronto se hayan alejado del
que les llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. 7 No que haya otro, sino que hay algunos que les perturban [agitan,
inquietan] y quieren pervertir el
evangelio de Cristo. 8 Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, les anunciare otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, sea anatema. 9 Como antes hemos
dicho, también ahora lo repito: Si alguno les predica
diferente evangelio del que han recibido, sea anatema.
—Estoy
sorprendido, asombrado y espantando
respecto de su alejamiento de la gracia de
Cristo, esa gracia dispuesta por Dios a favor de los hombres que les fue testificada
por medio de la predicación del evangelio— Y es una expresión
con asombro y dolor a la misma vez, y no es para menos, Pablo esta absorto (desconcertado) respecto del accionar de
los gálatas luego de haberles predicado (expuesto)
el buen mensaje de Dios de que tan solo por GRACIA DIVINA fueron justificados
por medio del sacrificio de Cristo, no por obras para que nadie se gloríe sino
tan solo por la gracia y misericordia de Dios en Cristo Jesús, en más de una
ocasión Pablo aclara el asunto de la justificación;
Efesios 2:8
Porque por
gracia son salvados por medio de la fe y esto no de ustedes, puesto que es don de Dios
9 no por obras, para que nadie
se gloríe.
Romanos 3:23 por
cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la liberación [redención] que es en Cristo Jesús,
Pero ahora,
tristemente, por causa de haber sido engañados, los gálatas se están alejando
de la Gracia de Dios, desertando de
la Gracia Divina para confiar en su
propia justicia; es incomprendido; es renunciar al perdón de Dios para
esforzarse en la carne y pagar por méritos propios una deuda que es impagable,
porque la realidad es que no le alcanzará la vida al hombre para cancelar su
deuda con Dios, por más que viva mil años aun así no tenemos forma de saldar la
justicia de Dios. El Señor Jesús ilustra nuestra condición frente a la Justicia
Divina en los primeros versículos de la parábola de los dos deudores (Mt 18:23-27), en esta parábola Jesús dice
claramente que el reino de los cielos es semejante
a un rey que hizo cuentas con sus siervos y le fue presentado uno que le debía
DIEZ MIL talentos, y ese deudor somos nosotros, para que se den una idea
de la deuda; 1 denario equivalía a 4 gr de plata y era el salario diario de un
jornalero, o sea que al mes un jornalero ganaba aproximadamente 80 gr de plata,
y al año aproximadamente 960 gr de plata, o sea, el sueldo anual de un
jornalero ni siquiera llegaba a un kilo de plata, mientras que UN talento (tan solo un talento) equivalía a 21.6
kg de plata, y diez mil talentos equivalían a 216.000 kg de plata (esta era la deuda a cancelar), si con
dificultad un jornalero podría ganar un kilo de plata por año, cuantos años debía
trabajar para pagar una deuda de 216.000 kilogramos de plata, no le alcanza la
vida para cancelar su deuda, es impagable, sin embargo esa deuda nos fue
perdonada tan solo por la gracia de Dios en Cristo, no fue simplemente borrada
sino imputadas a las arcas de Cristo, quien vació sus arcas para cancelar todas
nuestras deudas, y ahora nosotros no le debemos nada al Rey, ¡vaya Gracia la de
Dios para con nosotros! Y tal Gracia es la esencia del evangelio, es La Gracia la que hace que el evangelio
sea un buen mensaje para los hombres pecadores que están en deuda con Dios. Pero
de repente, la actitud de los gálatas es desconcertante, porque de alguna
manera ellos están renunciando al perdón de su impagable deuda y pretenden trabajar
por sí mismo a fin de cancelarla por méritos propios cosa que es imposible, es
inaudito, se volvieron locos los gálatas, y esta es la razón del asombro de
Pablo; —estoy espantado de que tan pronto se hayan
alejado (desertado) del que les lamo
por la GRACIA de Cristo para seguir un evangelio diferente… si alguno les
predica un evangelio diferente al que han recibido que sea anatema—
Solo por Gracia
Habían cambiado la Gracia
de Dios por el legalismo de los judaizantes, los cuales esclavizaban a los
cristianos en normas, ritos y costumbres religiosas que ningún provecho le
proporcionaba al alma, antes, por el contrario, era un veneno letal, porque el
legalismo les engañaba haciéndoles creer que por hacer tales cosas eran más
aceptos delante de Dios. Y del mismo modo que una sola gota de veneno en una
jarra de agua potable puede volver letal todo el líquido, así también una sola
gota de legalismo atenta contra la Gracia de Dios, por más pequeña que sea la
gota de legalismo le quita merito a la obra expiatoria de Cristo y envenena
toda la doctrina de Cristo.
Gálatas 5:4 De
Cristo se desligaron, los que por la ley se justifican, de la gracia han caído.
La Gracia es gratis
y es absoluta, suficiente e infalible para todos aquellos que se apoyan en ella,
no requiere méritos humanos, pero a su vez, creer en el evangelio de la Gracia
lleva al cristiano a un nuevo nacimiento, a una regeneración y santificación,
ya no por obras sino como consecuencia del obrar del Espíritu Santo el cual nos
adentra en una vida nueva.
El evangelio es el
poder de Dios para salvación a todo aquel que cree (Ro
1:16), y no hay otro medio y otro camino por el cual el hombre sea
salvo, por tanto, todo aquel que se aleja de la gracia de Dios está corriendo a
la muerte, y esto es exactamente el cuadro de los gálatas en esta carta, ellos
se estaban alejando de la gracia, y al hacerlo estaban corriendo hacia la
muerte.
Credenciales Humanas; Falsa autenticidad
Los gálatas habían
sido engañados por falsos maestros introducidos a escondidas en la Iglesia de
Cristo (Ga 2:4), hombres
perversos con apariencia de piedad y credenciales humanas, ya que al parecer NO
se identificaban con Cristo sino con Jerusalén, como los enviados de los
apóstoles, su credibilidad se basaba en haber estado con Pedro o con Juan o con
Jacobo, los cuales eran las personas más prominentes en la Iglesia de
Jerusalén, y de este modo ponían en tela de juicio la autenticidad del
apostolado de Pablo, como cuestionando y alegando que Pablo no había sido
enviado por Jerusalén, que no estaba formado por Cristo o por los apóstoles
sino que se movía por sus propios medios, sin embargo, Pablo tiene en poco el
identificarse con los hombres, antes declara abiertamente que el evangelio que
predicaba no es según hombres (Ga 1:11),
o sea, no era una doctrina inventada por los hombres, sino era la revelación de
Dios, y tal evangelio recibido por Dios no necesitaba ser legitimado por hombre
alguno, Pablo no necesitaba salir corriendo a Jerusalén para autentificar su
apostolado y para que le confirmen su evangelio, Pablo era un auténtico apóstol.
Gálatas 1:15 Pero
cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó
por su gracia, 16 revelar a su Hijo
en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en
seguida con carne y sangre, 17 ni subí a
Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco. 18 Después, pasados tres
años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y
permanecí con él quince días 19 pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor.
Es triste ver hoy como
ciertos ministros a fin de autentificar su ministerio se van hasta Israel,
conocí a cierto ministro que se jactaba de haber estado (según él) en el sepulcro de Jesús, como también vi en cierto video
un falso ministro que habiendo vuelto de Jerusalén se creía superior a los
demás e incluso consideraba que aun la ropa con la que visitó Jerusalén era santa,
y esto demuestra como muchos ministros actuales son ministros de hombres y no
de Dios porque solo buscan agradar e impresionar a los hombres, como también
para sentirse auténticos ministros necesitan ser considerado parte de la Confraternidad
de pastores de Salta en donde el principal dirigente cometió adulterio, o
formar parte del Consejo de pastores de Argentina en donde los dirigentes fornican
espiritualmente con el papa… la única autenticidad que necesita un ministro es
la de Dios la cual es el sello del Espíritu Santo obrando en él y se evidencia
a todos los hombres. Pablo era tan autentico como los apóstoles de Jerusalén,
pero no por ser aceptado por los apóstoles sino por Cristo.
Gálatas 2:1
Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando
también conmigo a Tito. 2 Pero subí
según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta
reputación el evangelio que predico entre los gentiles. 3 Mas ni aun Tito,
que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse 4 y esto a pesar de los
falsos hermanos introducidos a escondidas,
que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para
«reducirnos a esclavitud,» 5 a los
cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del
evangelio permaneciese con ustedes. 6
Pero de los que tenían reputación de ser
algo (lo que hayan sido en otro tiempo
nada me importa Dios no hace acepción de personas), a mí, por lo tanto, los de reputación nada nuevo me comunicaron. 7 Antes «por el
contrario,» como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la
incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión 8 (puesto que el que actuó en Pedro para el apostolado de la
circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles), 9 y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como
columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la
circuncisión. 10 Solamente nos
pidieron que nos acordásemos de los pobres lo cual también procuré con
diligencia hacer.
Pedro, Jacobo y Juan
tenían cierta reputación en la Iglesia de Jerusalén, pero no por haberla
buscado ellos mismos, sino porque las personas llegaron a exaltarlos debido a
su historia e identidad con Cristo la cual trascendió en toda la región; Pedro
y Juan estuvieron a lado de Jesús durante todo su ministerio, hablaron con Él
cara a cara, estuvieron en el monte de la trasfiguración, fueron llenos del
Espíritu Santo el día de pentecostés, fueron testigos oculares de la resurrección
de Cristo, del mismo modo también Jacobo, medio hermano de Jesús en la carne,
quien le conoció desde su infancia, a quien se le apareció personalmente
después de resucitado, en cierto modo estos hombres eran los testigos oficiales
comisionados por Dios para testificar del Cristo y su reputación y fama había
crecido, por esta razón muchos mensajeros se identificaban como enviados de
Jerusalén con la aprobación de Pedro, Juan y Jacobo para hacer tal y cual cosa,
y esa era su credencial de autenticidad… —Vengo
de Jerusalén de parte de Cefas y Juan, para hacer tal cosa— y de seguro
muchos enviados eran genuinos, pero en medio de ellos se filtraron los falsos, con
algunas cartas falsas, y como Pedro, Jacobo y Juan tenían una alta reputación
cuando alguien decía que venía de parte de ellos los demás eran cautivadas por
el asombro. Lo mismo sucede hoy en día con algunos ministros, los cuales para
dar veracidad a su evangelio se sacan fotos con ministros de buena reputación y
luego la exhiben en todos lados, sin embargo, Pablo dice que cuando fue a
Jerusalén se reunió en privado con los apóstoles (Ga
2:2), no le intereso hacer pública su visita o valerse de eso para
autentificar su ministerio.
Puede que las
palabras de Pablo en esta carta suenen como si fuera despectivo con Pedro, Juan
y Jacobo (los
de reputación nada nuevo me comunicaron, lo que hayan sido en otro tiempo nada
me importa Dios no hace acepción de personas …), pero de ningún modo
está denigrando o haciendo a menos a estos auténticos apóstoles del Señor, pero
si está derrumbando esa fama, sobrestima e idolatría que les habían creado los
hombres la cual era puramente humana y peligrosa.
Que sean considerados
“columnas” en la Iglesia de Jerusalén
no se trataba de una posición jerárquica sino funcional, porque ser columna era
y es una responsabilidad, dicho de otro modo, ellos debían sostener en alto la
verdad de Cristo sin alteraciones, esa es la función de una columna, debían
estar firme en el evangelio de Cristo de modo que los recién convertidos puedan
afirmarse también en ellos, era un trabajo de gran responsabilidad, Jesús mismo
le dijo a Pedro (Mt 16:19) Y a ti te daré las
llaves del reino de los cielos y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos y todo lo que
desatares en la tierra será desatado en los cielos… cargaban con la
responsabilidad de tratar todos los asuntos de la Iglesia, de hecho el concilio
en Jerusalén fue resulto por medio de ellos, lo que ellos aprobaban era
aceptado por todos y lo que ellos rechazaban era rechazado por todos.
Pablo reconoce la
autoridad de los apóstoles de Jerusalén, de otro modo no habría tratado con
ellos los asuntos que debían resolverse en la Iglesia, y además, su reunión con
ellos en aquel concilio sirvió también para demostrarle a todos, que a pesar de
trabajar en diferentes terrenos el evangelio que predicaban tanto él y Bernabé
como el que predicaban Pedro, Juan y Jacobo eran exactamente el mismo mensaje, estaba
en armonía espiritual con ellos y no había diferencias doctrinales, solo se
trataba de diferentes audiencia, y esta confirmación se hizo evidente mediante
el acto de darse la diestra en señal de compañerismo, señal que implicaba no un
mero acuerdo entre uno y otro sino un voto solemne de amistad y una señal de
asociación, de este modo todos entendían que Pablo, Pedro, Jacobo y Juan eran
socios colegas, camaradas en el mismo servicio a Dios. Tal señal demostraba
también que el apostolado de Pablo a los gentiles estaba al mismo nivel que el
apostolado de Pedro a los judíos, y era una confirmación de un apostolado
autentico, aunque Pablo no se valía de esto para presentarse.
Todo este relato de Pablo
es un resumen de su ministerio para demostrarles a los gálatas que su trabajo
no era según hombres, si bien recibió la diestra de Pedro, Juan y Jacobo en
señal de compañerismo no baso su autenticidad en esa señal, sino en Dios, no
buscaba un misterio popular y reconocido por los hombres como el de los
judaizantes, no buscaba el favor de los hombres, por esta razón su ministerio
fue imparcial, se mantuvo fiel en aquello que había creído aun cuando tristemente
Pedro no actuó bien respecto de su proceder con los gentiles, y Pablo relata
este evento no como para mostrarse mejor que Pedro, sino para mostrar que él no
obedecía a hombres ni tampoco buscaba el favor de ellos, trátese de quien se
trate Pablo se mantenía fiel.
La imparcialidad
11 Pero cuando Pedro
vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12
Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles,
pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13 Y en su simulación participaban
también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue
también arrastrado por la hipocresía de ellos.
14 Pero cuando vi que no andaban
rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro
en presencia [delante] de todos: Si
tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a
los gentiles a judaizar?
Pedro, luego del
concilio a Jerusalén decidió visitar la Iglesia en Antioquia en donde Pablo y
Bernabé servían, una Iglesia con hermanos en su gran mayoría gentiles, y
mientras estuvo de visitas no tenían ningún problema en participar de la mesa
de los gentiles comiendo y compartiendo con ellos, no tenía ninguna restricción
con ellos hasta que llegaron también a la Iglesia ciertos hermanos judíos de
Jerusalén departe de Jacobo, entonces Pedro empezó a retraerse de
confraternizar con los gentiles como hasta ese momento lo venía haciendo, dicho
de otro modo empezó a actuar hipócritamente por temor a la opinión de estos
judíos que venía departe de Jacobo, quizás por temor a perder popularidad y
prestigio o autoridad en el segmento judío de la Iglesia de Jerusalén.
Actuar con
hipocresía ¿Qué es eso? De seguro el
cristiano de hoy no entiende de que se trata la hipocresía, pues bien, se trata
de actuación, del mismo modo que un actor de cine tiene la capacidad de interpretar
un personaje, pero no es su personalidad habitual, así también el cristiano
hipócrita se transforma en un excelente actor cuando finge ser alguien que no
es.
Hasta aquí, Pedro ya
había experimentado de primera mano que Dios no hace acepción de personas, no
solo por medio de aquella visión en casa de Simón el curtidor (Hch 10:9-16) sino también con su
experiencia en casa de Cornelio en donde el Espíritu Santo se derramo sobre los
gentiles (Hch 10:44-48), también
tuvo convicción de ello en el concilio en Jerusalén en donde levanto la voz
delante de todos contradiciendo a los judaizantes y mostrándose a favor de la
verdad no imponiendo leyes ritos y costumbres sobre los gentiles (Hch 15:7-11) pero ¿Qué paso esta vez?, es obvio que el viejo Pedro salió de nuevo en
escena, aquel hombre vacilante… Esto nos enseña que hasta los hombres más
dotados no están exento de cometer errores, pero esto no debe ser tomado como
un parámetro de justificación para la constante equivocación sino como un
llamado a la prudencia, podría decirse que están escritas para que nosotros no
cometamos los mismos errores
Pablo le escribe a
Timoteo después de largo tiempo; —Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina— (1°Ti 4:16),
lo cual es una advertencia a no tropezar, luego en su segunda carta vemos a un
Timoteo avergonzado del evangelio ¿Cómo es esto posible?... Debemos tener sumo
cuidado y prestar atención en todo lo que se nos encomiende en la viña del
Señor.
Por otro lado, se
nos muestra que sea quien sea la persona, por más prestigio que tenga en la
Iglesia, cuando ha cometido un error debe ser corregida, porque la verdad es
más importante que la armonía y la paz, la falsedad no debe ser ignorada y sin
importar las consecuencias debe ser tratada, por más que eso signifique la
disgregación del grupo de todos modos la verdad debe ser expuesta sin acepción
de personas. Ningún ministro cristiano sin importar su estatura está exento de
la disciplina.
—Cuando vi que no andaban rectamente conforme a la
verdad del evangelio— Pablo noto que Pedro estaba caminando torcido
respecto de este asunto, y como su ofensa fue pública entonces la amonestación
debía ser del mismo modo, el motivo de Pablo no fue humillar a Pedro públicamente
sino corregir un error grave para todos. Con su boca testificaba la verdad,
pero con sus hechos lo estaba negando.
15 Nosotros, judíos
de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, 16 sabiendo que el hombre
no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesús, el Cristo, nosotros también hemos creído en Jesús, el Cristo, para ser
justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. 17 Y si buscando
ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por
eso Cristo ministro de pecado? «En ninguna manera.» 18 Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar,
transgresor me hago. 19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir
para Dios.
Para los apóstoles
de la iglesia en Jerusalén era un hecho concreto que el hombre no es
justificado por las obras de la ley ya que todos fracasaron en el intento, la
ley sirvió como un espejo para reflejar el pecado del hombre, pero nunca fue su
cura, sino que la cura definitiva y eficaz se trajo por medio de Cristo, por
medio de la fe en Él, de modo que todo aquel que
cree en Cristo ha sido justificado por medio de los méritos de Cristo el cual
cargo nuestras culpas sustituyéndonos en nuestra condena. Entonces, si
somos justificados por medio de Cristo ningún valor tiene la ley, de otro modo
Jesús sería un mentiroso, no se puede combinar la ley con la gracia, si es por
gracia la ley queda destruida, y si empiezo a construir de nuevo en base a la
ley entonces me hago un trasgresor del evangelio de la gracia de Dios.
Colosenses 2:20 Pues si han muerto con
Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo,
¿por qué, como si viviesen en el mundo, se someten a preceptos 21 tales como: No manejes, ni gustes,
ni aun toques 22 (en conformidad a
mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? 23 Tales cosas tienen de hecho cierta reputación de sabiduría en culto voluntario,
en humildad y en duro trato del cuerpo, pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la
carne.
Muertos para la ley
Estando en la Gracia
he sido constituido muerto para la ley, porque La Gracia no me exime de la culpabilidad y de la condena, sino me
provee de un sustituto para que la justicia se ejecute sobre él y yo quede
libre de ella. En otras palabras, la ley ya ejecuto su sentencia en mí, por
ella ya fui declarado culpable y condenado a muerte, y mi muerte se hizo
efectiva en mi sustituto (Cristo), y
una vez muerto he sido librado de la ley, del mismo modo que cuando una persona
muere la ley ya no opera en el cadáver, así también yo he muerto para la ley,
para ella soy un cadáver. Cuando un malhechor es condenado y sentenciado a pena
de muerte lo es una sola vez, muerto ya no hay acusación contra él, del mismo
modo nosotros en Cristo ya hemos muerto para la ley, ya se ejecutó la
sentencia, la ley ya nos mató y por lo tanto no puede matarnos dos veces, la
justicia divina ha quedado satisfecha por completo y el creyente ha quedado
libre de la ley y de cualquier condena para siempre.
Gálatas 3:13 Cristo nos redimió
de la maldición de la ley, hecho por
nosotros maldición
Romanos 7:4 Así
también ustedes, hermanos míos, han muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que sean de otro, del que resucitó de los muertos, a fin
de que llevemos fruto para Dios.
Dicho de otro modo,
lo mejor que le puede pasar al hombre es haber muerto para la ley, y esa muerte
fue llevada a cabo por medio de Cristo en aquella cruz, de modo que la ley ya
no opera en mí, he quedado libre de toda la deuda que tenía con ella, y el
sentido de nuestra muerte en Cristo no es una simple alegoría, es casi literal,
a excepción de nuestro cuerpo físico, todo lo demás tiene que haber muerto en
nosotros.
Morir con Cristo para poder vivir en Él
20 Con Cristo «estoy juntamente crucificado,» y ya no
vivo yo, mas vive Cristo en mí y lo que
ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí. 21 No desecho la gracia de Dios puesto que, si por la ley fuese la justicia, entonces por demás
murió Cristo.
¡Con Cristo estoy
juntamente crucificado, y ya no vivo yo más vive Cristo en mí! Que expresión
tan cautivadora, porque nos muestra que el hecho de morir en Cristo no es una
imposición del cielo sino una necesidad del hombre, es el cristiano quien una
vez que comprende su posición delante de la ley de Dios pide con urgencia el ser
muerto en Cristo a fin de que el viejo hombre pecador y rebelde quede
crucificado con Cristo en la cruz, a fin de que como Cristo resucito de los
muertos por la gloria del Padre nosotros también andemos en vida nueva (Ro 6:4), vida ya no comandada por
nosotros mismos sino su vida misma en nosotros comandada por su Espíritu Santo.
No puede el
cristiano ser partícipe de la nueva vida en Cristo a menos que se identifique
primeramente con su muerte. Para que haya resurrección primero debe haber
muerte, y cuando hay resurrección entonces hay nueva vida, vida ya no terrenal
sino celestial;
Colosenses 3:1 Si, por lo tanto,
han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Pongan la mira en las cosas de
arriba, no en las de la tierra. 3 Porque han muerto,
y su [de ustedes] vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, su
[de ustedes] vida, se manifieste [muestre, dé a conocer], entonces ustedes
también serán manifestados con él en gloria.
Desechar tal gracia,
desertar de tal gracia no es otra cosa que un estado de locura, es deslealtad y
traición, si Cristo ya lo hizo todo a fin de salvar a los hombres de la justa
condenación; volverse atrás para intentar ganarse el cielo por medios propios
sabiendo que es imposible no es otra cosa que una gran insensatez, por esta
razón Pablo continua;
Gálatas 3:1 ¡Oh
gálatas insensatos! ¿quién les fascinó para no obedecer a la verdad, a ustedes ante cuyos ojos Jesús, el Cristo fue ya
presentado claramente entre ustedes como crucificado? (Se
les había explicado claramente la doctrina de la justificación por fe) 2 Esto solo quiero
saber de ustedes: ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír
con fe? 3 ¿Tan necios [ignorantes,
imprudentes, irracionales] son? ¿Habiendo comenzado
por el Espíritu, ahora van a acabar por la carne? 4 ¿Tantas cosas han
sufrido [padecido] en vano? si es que realmente fue en vano. 5 Aquel, por lo
tanto, que les suministra el Espíritu, y
hace milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras
de la ley, o por el oír con fe?... Preguntas retoricas con
respuestas obvias
Conclusión
El resumen de la
vida cristiana se encuentra plasmado en los dos últimos versos del capítulo 2 (20 y 21), y a menos que no lo veamos
así jamás vamos a poder disfrutar de la plenitud de Cristo en nosotros, debemos
morir para que Él pueda vivir su perfecta vida en nosotros, debemos crucificar
cada aspecto carnal de nosotros para que él pueda ser formado en nosotros; 20 Con Cristo
«estoy juntamente crucificado,» y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe
del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
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