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MENSAJE
SÁBADO 03/03/2018
Por el Hno. Gabriel. -
Introducción
¿Puede suceder el
caso de que un cristiano tenga un enorme conocimiento bíblico, pero no creer
verdaderamente en Cristo? ¿Puede acaso suceder que un cristiano entienda las
doctrinas de la gracia, fe, bautismo, justificación y regeneración, pero no
tener idea de quien es verdaderamente Jesús? La respuesta es CLARO QUE SI, solo
debemos mirar el cristianismo actual para convencernos de que muchos que se
dicen ser cristianos hoy no tienen idea de quien es Jesús, tiene cierto
conocimiento bíblico pero no conocen al Jesús de la biblia, no creen
verdaderamente en Él, no siguen sus pisadas; ¿y cómo estamos seguro de esto? Solo basta con observar sus vidas y
pararlas frente al espejo de las escrituras para exhibir su realidad; ¿Es que no nos damos cuenta de que hay un
abismo entre el cristianismo primitivo y el cristianismo de hoy? ¿Acaso
experimentamos hoy la misma convicción de ellos? Los primeros cristianos
rindieron sus vidas a Cristo, renunciaron a sus deseos, se negaron a ellos
mismos con tal de hacer solo la voluntad de Dios:
Hechos 20:24 Pero
de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi
vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con
gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del
evangelio de la gracia de Dios.
Hechos
21:10 Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea
un profeta llamado Agabo, 11 quien
viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y
atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así
atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le
entregarán en manos de los gentiles. 12
Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a
Jerusalén. 13 Entonces Pablo
respondió: ¿Qué hacen llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy
dispuesto no sólo a ser atado, mas aun a morir en Jerusalén por el nombre del
Señor Jesús.
No solo a ser atado, azotado, maltratado y humillado por
causa del evangelio sino también a morir por causa del Nombre de Jesús el
Cristo… ¡Vaya espíritu de mártir que tiene este hombre!
¿Y porque no se ve eso en los días de hoy? ¿Acaso tenía Pablo un evangelio
diferente al nuestro? Miren hermanos, el evangelio de Cristo sigue siendo exactamente
el mismo desde el momento que inició, no ha cambiado ni se ha adaptado para el
día de hoy, porque Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos (He 13:8), el no muta ni tampoco su
evangelio ni su palabra:
Entonces ¿Que tenían los primeros cristianos que no
tenemos nosotros hoy? La respuesta es “convicción
del evangelio”, convicción por el Cristo, por aquel hombre llamado Jesús
que hace aproximadamente 2000 años atrás fue violentamente asesinado, humillado
de la peor manera, clavado en un cruenta cruz y murió allí en presencia de
muchos testigos, pero pasado tres días resucito de entre los muertos; ¡Volvió a
vivir! dejo vacío un sepulcro, hombres y mujeres presenciaron este hecho, luego
Él mismo se les apareció a todos sus discípulos por más de cuarenta días, luego
apareció a más de quinientas personas a la vez, luego apareció a Jacobo su medio
hermano en la carne, luego a Pablo, y las personas
que le vieron cambiaron sus vidas para siempre, dieron testimonio de que
Jesús resucito de entre los muertos, y no solo eso, sino que algunos de ellos lo vieron ascender a los cielos, y
murieron confesando esta verdad, el único sentido de sus vidas era vivir
para proclamar esta noticia, fueron dotados con el Espíritu Santo para explicar
el misterio del evangelio; de que era Jesús el hijo de Dios y que se ofreció a sí
mismo para expiar nuestros pecados y reconciliarnos con la justicia de Dios, porque
todos nosotros debíamos morir sin misericordia por causa de nuestros pecados,
pero Él se interpuso entre Dios el Juez Justo y nosotros pecadores rebeldes y
perversos, y cargo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, muriendo Él
en cuenta nuestra como nuestro sustituto, Él que nunca peco se imputó nuestras
culpas sobe sí mismo, pero cumplida su muerte, pasado tres días fue resucitado
por el poder de Dios, exhibido a todas las potestades celestes, y este hombre
que murió de forma vergonzosa y humillante en una cruenta cruz fue exaltado
hasta lo sumo por el poder de Dios, y se le dio un Nombre que es sobre todo
nombre, para que en el Nombre de Jesús toda rodilla se doble y confiese que
Jesús el Cristo es el Señor para siempre Amén.
Quienes escucharon
este mensaje de la boca de ellos creyeron al evangelio y cambiaron sus vidas
para siempre, pero no tan solo por oír el mensaje, sino por sumergirse en el
mensaje, sumergirse en la doctrina de Cristo, se convencieron de esta verdad, fueron
atraídos por Jesús, y tal convicción los llevo a cambiar sus vidas, ahora nosotros
lo leemos y nos emocionamos con sus vidas, pero no podemos depender eternamente
de testimonios y experiencias ajenas, no debemos conformarnos con leer la
historia de otros cristianos fieles, sino debemos también nosotros vivenciar al
Cristo resucitado, sumergirnos en Él, correr en pos de Él, alcanzar su mente en
nosotros, su espíritu en nosotros, su vida en nosotros, para que ya no vivamos
nosotros sino Él en nosotros, eso es una verdadera conversión, eso es nacer de
nuevo, eso es convicción por el evangelio.
La Convicción
Convicción,
convicción, convicción, que virtud tan sobresaliente y que ausencia padece de
ella el cristianismo actual, porque si tal virtud estuviera presente en el
cristianismo de hoy serían personas totalmente diferentes al mundo, pero
tristemente eso no se ve, porque los cristianos de ahora se esfuerzan por ser
un clon del mundo, se ve en los jóvenes y en muchos adultos también, su forma
de vestir y de hablar los delata. Convicción es lo que marca la diferencia, es
lo que nos lleva a caminar felices y gozosos por el sendero angosto de la
salvación, siguiendo con gusto cada pisada del Señor Jesús por más difícil que
sea el valle que nos haga caminar.
¿Qué es la convicción? ¿De qué se trata? Convicción
es estar seguro de que algo es real y latente aunque no lo veamos, por ejemplo;
cuando una persona recibe un golpe eléctrico por haber tocado un cable pelado
nunca nadie lo va a convencer de que lo toque de nuevo porque está convencido
de lo que le causa, esa firmeza es convicción, del mismo modo el cristiano debe
estar convencido pero de la corriente del Espíritu de Cristo en su vida y nada
debería hacerlo desistir, en el sentido espiritual convicción es una parte
fundamental en la estructura misma de la fe en Cristo, convicción es lo que identifica
la fe, es lo que autentifica la fe del cristiano.
Hebreos
11:1 Es, por lo tanto, la fe la certeza de lo que se espera, la
convicción [firme
argumento irrefutable] de lo que no se ve. 2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
Fue por la fe que los hombres antiguos alcanzaron
un “buen testimonio”, fue su certeza
y convicción lo que hizo que sus vidas sean extraordinarias, sobresalientes,
fue su fe la que los distinguió del resto del mundo. Y
todo esto nos enseña que una fe autentica cambia las vidas, transforma a las
personas, y en virtud de esta verdad debemos examinar nuestra fe, debemos
revisar nuestras convicciones, ¿Creo en Cristo con la misma fuerza con
la que creyeron los primeros cristianos? ¿Tengo acaso la misma fe que todos
esos cristianos fieles? No son preguntas que podamos responder con palabras
sino con hechos, debemos demostrarlo, es nuestra vida la que debe responder que
clase de fe tenemos.
Quizás alguno pueda equivocadamente pensar; —Yo creo
en Cristo, tengo fe, pero me parece que eso de la convicción es medio
exagerado, no creo que a Dios no le importa mucho—
Hebreos
11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Dicho de otro modo; Sin convicción y sin certeza es imposible
agradar a Dios porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe
y esté totalmente convencido que es galardonador. No puedo creer en
Cristo sin estar primeramente convencido del evangelio para mi propia vida, debo
creer en Él para testificar de Él, de otra manera mi predicación será ineficaz,
no será creíble. El evangelio es primeramente personal, y a menos que lo
busques apasionadamente Cristo no será real en tu vida, debo ser atraído por Él
así como lo fue el hombre de la parábola del tesoro escondido; enciérrate a
solas con Él, espéralo hasta que sea real en tu vida, de otro modo tu vida no alcanzará
un buen testimonio, si bien la fe es algo abstracto, algo puramente espiritual,
se hace visible por medio de lo empírico (de
lo experimental), es la única manera de que Cristo sea glorificado en tu
vida, la convicción fue el sello que distinguió a cristianos sobresalientes a
lo largo de la historia (John Bunyan,
David Brainer, Jonatan Edwars, George Whitefield y tantos otros),
convicción los llevo a actuar de forma diferente, a renunciar a sus propias
vidas y proyectos, porque entendieron que los proyectos del Señor eran mucho
mejor y más excelente.
Evidencia y marcas de convicción; Buen Testimonio
Hebreos
11:24 Por la fe (convicción
y certeza) Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse
hijo de la hija de Faraón, 25
escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los
deleites temporales del pecado, 26
teniendo por mayores riquezas el vituperio [deshonra mediante falsa acusación]
de Cristo que los tesoros «de los egipcios» porque «tenía puesta la mirada» en
el galardón. 27 Por la fe dejó a
Egipto, no temiendo la ira [furia] del rey porque se sostuvo como viendo al
Invisible.
Su mirada estaba puesta
en la certeza de lo que esperaba, en su galardón en Cristo, y se sostuvo por
convicción viendo al Invisible, certeza y convicción, de otro modo no podría
haber sido usado por Dios.
Hebreos
11:33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron
promesas, taparon bocas de leones, 34
apagaron fuegos impetuosos [poderosos], evitaron filo de espada, sacaron
fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron
en fuga ejércitos extranjeros. 35
Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección mas otros fueron
atormentados, no aceptando el rescate [liberación], a fin de obtener mejor resurrección. 36 Otros experimentaron vituperios
[deshonras mediante falsas acusaciones] y azotes, y a más de esto prisiones y
cárceles. 37 Fueron apedreados,
aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada anduvieron de acá para
allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados,
maltratados 38 de los cuales el
mundo no era digno errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y
por las cavernas de la tierra. 39 Y
todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio (hicieron proezas, son los héroes del antiguo testamento) mediante
la fe (convicción y certeza), no
recibieron lo prometido 40
proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos
perfeccionados aparte de nosotros.
Hebreos
12:1 Por tanto, “nosotros también”, teniendo
en derredor nuestro tan grande nube de testigos (mártires),
despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y
corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús (en lo invisible, lo mismo que Moisés), el autor
y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él (esto no es otra cosa que certeza y convicción de lo que le
espera detrás de la cruz) sufrió la cruz, despreciando el oprobio, y
se sentó a la diestra del trono de Dios. 3
Consideren (piensen, fíjense) a
aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que
su [de ustedes] ánimo no se canse hasta desmayar. 4 Porque aún no
han resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado
1°Corintios
9:26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura de esta
manera peleo, no como quien golpea el aire, 27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, «no sea
que» habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
Si deseamos que
nuestras vidas glorifiquen a Dios y sean dignas de Él y de escribirse en libros
eternos, debemos tener convicción y
certeza de lo que creemos, de otro modo Él no brillará en nosotros, pasaremos
por este mundo como simples piedras sin valor arrojadas por el bosque, pero
cuando tenemos convicción nuestras vidas se convierten en metales preciosos que
brillan para Cristo en medio del horno de la refinación. No esperemos que Él
abra las puertas del cielo para que podamos ver la gloria celestial antes de
tiempo y así convencernos, es obvio que si eso pasaría nuestras vidas cambiaría
radicalmente, sin embargo, en un sentido espiritual Él ya lo hizo, porque las
escrituras mismas son esa ventana de la gloria reservada en los cielos para los
que creen, las escrituras son el espejo que refleja la gloria de Dios, solo nos
falta estar convencido de ello: Pablo escribe en 2°Co
3:18 por
tanto nosotros todos mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del
Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen como por el
Espíritu del Señor… Y, por otro lado, el Señor Jesús mismo les dijo a
sus discípulos; Mt 28:20 …he aquí yo estoy con ustedes
todos los días, hasta el fin del mundo.
Amén… ¿lo crees? ¿Estamos convencidos que Cristo está con
nosotros del mismo modo que estuvo con sus discípulos? Convicción es lo que
marcara la diferencia.
Pasión y fervor por el evangelio
Ahora, convicción y certeza por lo invisible NO es
algo que este en la naturaleza del hombre, no podemos simplemente decidirlo o
fabricarlo, tampoco se trata de entusiasmo, sino que proviene de Dios, la fe es
fruto del Espíritu Santo, de modo que tener convicción
y certeza es consecuencia de la operación del Espíritu Santo; en su carta a
los colosenses Pablo escribe; Col 1:29
para lo cual también trabajo, luchando según la
potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.
¿Porque
razón los apóstoles del Señor predicaron con tanto denuedo? ¿Porque razón
Esteban, Felipe, Pablo, Apolos y demás hombres de la biblia servían con tanta
pasión y fervor?
Porque estaban llenos del Espíritu Santo, ellos no tenían un estudio completo (exegesis) respecto de quien de quien era
el Espíritu Santo y que orden ocupaba entre el Padre y el Hijo; ¡Ellos estaban llenos del Espíritu Santo!
Oraban probablemente noches enteras, amaban estar a solas con Dios, amaban su
evangelio, amaban su palabra, estaban llenos de fe… y no eran hombres
celestiales y diferentes a nosotros, sino tan comunes y pecadores como lo fuimos
también nosotros, pero ellos creyeron de todo corazón, se rindieron al
evangelio.
Si bien la convicción y certeza provienen de
Dios, no operará a menos que nosotros mismos nos pongamos en el trabajo de
buscar a Dios de todo nuestro corazón, nuestro trabajo es buscarlo, asirnos de
su palabra, clamar a Dios para que nos llene de su Espíritu, para que ocupe
cada centímetro de nuestra mente y nuestro corazón, rogarle que ponga en
nosotros pasión por Él, fervor por Él, que haga arder nuestro corazón, pero no
tan solo un momento fugaz como un fuego artificial, sino de forma constante
Romanos
12:11 En lo que requiere diligencia, no perezosos fervientes
en espíritu, sirviendo al Señor (y aquí la palabra “ferviente”
tiene que ver con hervir, con estar caliente, de Espíritu fervoroso, apasionado)
12 gozosos en
la esperanza sufridos en la tribulación constantes en la oración
Debemos redescubrir
la pasión y fervor que ha perdido la Iglesia, estamos fríos, nos hace falta
espíritu fervoroso para servir, para orar, para trabajar, debemos despertar del
sueño en el que nos metió la religión, debemos salir en pos de Él, debemos
avivar el fuego del don en nosotros, debemos buscar ese avivamiento ¡pero de verdad! no como los
pentecostales que solo gritan y prometen, y al otro día siguen siendo iguales.
Pablo le escribe a los de Filipo que estén asidos de la palabra de vida:
Filipenses
2:15 para que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin
mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecen
como luminares en el mundo 16 asidos (aferrados, agarrados) de la palabra de vida (no de la biblia, sino de lo que contiene la biblia), para que
en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano
he trabajado.
Evidencias de falta de convicción; Vergüenza
Cuando tenemos ausencia
de convicción y certeza se hace evidente por medio de la vergüenza, podemos ser
excelentes cristianos dentro del culto, pero unos pésimos cristianos en el
trabajo, en la casa o cuando estamos solos, y esto sucede porque nos
avergonzamos del evangelio, no nos identificamos con Cristo, preferimos hablar
de cualquier otra cosa menos de Cristo, decimos que lo amamos, pero en oculto
sentimos vergüenza de Él, y no me refiero solo en el sentido de testificarlo,
sino también en el hecho de vivirlo, porque no vivimos como Cristo nos mandó,
sino como el mundo manda y nos da vergüenza vivir como cristianos y que la
gente se burle de nosotros… y tal vergüenza no es otra cosa sino falta de
convicción:
2°Timoteo
1:8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro
Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el
evangelio según el
poder de Dios,
Romanos 1:16
Porque no me avergüenzo del evangelio TM [de Cristo] porque es poder de
Dios para salvación a todo aquel que cree al judío
primeramente, y también al griego.
Romanos
15:19 …de modo que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de
Cristo
Que lejos estamos de poder hacer nuestras estas
palabras de Pablo, ser como los discípulos de Jesús que con denuedo exponían el
evangelio en todo lugar porque estaban convencido de ello, se sostenían viendo
lo invisible, habían puesto sus ojos en el gozo que estaba delante de ellos, en
lo que aún no veían pero lo deseaban, estaban vestidos de convicción y certeza,
tal era esa certeza en lo porvenir que no tenían miedo a fallecer con tal que
sea en el servicio a Cristo, su certeza se evidenciaba por medio de su
seguridad en aquello que esperaban, y no se trataba de una vana esperanza sino
de una esperanza viva… y ninguno de los que en Él confiaron fue jamás
avergonzado.
Certeza en lo que se espera: Una esperanza viva
Con toda seguridad y
sin ningún titubeo Pablo escribe:
2°Timoteo 4:6
Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está
cercano. 7 He peleado la buena
batalla, he acabado la carrera, he guardado [conservado, cumplido] la fe. 8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me
dará el Señor, juez justo, en aquel día y no
sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
1°Pedro
1:3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Cristo, que
según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la
resurrección de Jesús, el Cristo de los muertos, 4 para una herencia incorruptible, incontaminada e
inmarcesible, conservada [reservada]
en los cielos para ustedes,
Certeza, tiene que ver con la
seguridad, con garantía, es tener por cierto que lo que el Señor Jesús prometió
lo cumplirá; esperamos su venida, aquel día cuando el cielo se parta y su
iglesia sea levantada con Él, cuando nos siente a su mesa y nos haga participe
de sus riquezas, cuando nos de aquella piedrecita con un nombre nuevo para
habitar en la nueva Jerusalén para siempre, en donde ya no habrá llanto ni dolor,
sino que Él mismo será nuestro sol.
Convicción y certeza fue lo que le dio sentido
glorioso a la vida de los primeros cristianos, no vivieron para ellos mismos,
sino para el dador de la vida, renunciaron a sus planes personales para hacer
de los planes de Dios su vida misma, y al final les esperaba la recompensa, no
había en ellos miedo a fallecer, porque la muerte física era simplemente un
paso, un río que debían atravesar, tenían convicción y certeza en aquello que
habían creído, por causa de ella sus vidas cambiaron, convicción y certeza
hicieron que sus vidas tengan buen testimonio, escribieron sus nombres con
sangre, no pasaron desapercibidos por este mundo, fueron hombres y mujeres
extraordinarios… ¡Ahora es nuestro turno! es tiempo de que camines con Cristo
en esa convicción y certeza.
Conclusión
El temible reproche que Dios le hace a la Iglesia
en Laodicea es que los cristianos de ese lugar no eran ni frio ni caliente,
sino tibio, y lo tibio será vomitado de la boca de Dios, esto nos demuestra que
no tenemos alternativas, debemos ser cristianos fervientes en el Espíritu, de
lo contrario Él nos vomitará. Debemos orar como los primeros cristianos que le
pedían a Dios que les conceda denuedo para predicar su palabra
Al final la pregunta es; ¿crees en Jesús con TODO
tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma y con todas tus fuerzas? Si Él
no es todo en nosotros entonces Él no es nada en nosotros.
2°Corintios
13:5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a
vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que
Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
La paz del Señor Jesús el Cristo. –
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