MENSAJE
SÁBADO 05/05/2018
Por el Hno. Gabriel. -
Introducción
Juan 12:32 Y yo,
si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré (arrastrar, traer) a mí mismo. 33 Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir.
Es mi intención en
esta noche meditar entorno a este pasaje, trillarlo una y otra vez a fin de
sacar el grano desnudo (la enseñanza en
su esencia) de lo que el Señor Jesús nos está hablando aquí.
Contexto
El contexto de este
pasaje nos muestra que Jesús cuando habla de ser levantado de la tierra se está
refiriendo a su muerte en la cruz, de alguna manera él esta diciendo; —y yo si fuere exhibido clavado en una cruz
a todos atraeré a mí mismo—
Unos versículos
anteriores (versículos 20 al 22)
muestran que unos griegos estaban buscando a Jesús, tenían mucho deseo de
verle, pero esto solo fue una señal que indicaba que el tiempo de morir había
llegado para Jesús, porque la realidad es que no era su poder sobrenatural,
curativo y milagroso lo que atraería a todas las personas, tampoco su gracia y autoridad para enseñar, sino lo que produciría
fruto abundante sería su muerte, así como el grano debe morir para dar fruto
así el Hijo de Dios debía morir para atraer a todos a sí mismo.
Juan 12:20 Había
ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. 21 Estos, por lo tanto, se acercaron a
Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron,
diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús. 22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés
entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. 23 Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la
hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24 De cierto, de
cierto les digo, que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo,
pero si muere, lleva mucho fruto…
Entonces, está claro
que Jesús se refiere a su muerte en la cruz como el objeto de atracción para
toda la humanidad, para todas las tribus, lenguas, razas y naciones. Dicho de
otro modo, la atracción de la humanidad hacia el Cristo el Hijo de Dios no
estaba centrada en otra cosa sino en que todos vean y contemplen a Jesús el
Cristo levantado y calvado en una cruenta y humillante cruz romana, ese fue el
diseño y plan de Dios el Padre para que todos fueran atraídos hacia su Hijo, suena
un poco ilógico, ¿verdad? —Hijo te voy a enviar a la tierra y voy a
hacer que todas las personas de diferentes razas, tribus, pueblos y naciones sean
atraídas hacia ti y para que eso ocurra te voy a torturar con azotes y
finalmente te levantaré clavado a una cruz romana hasta que agonices y mueras
allí—
Ahora, ¿Es atractivo
ver a un hombre clavado en una cruz sufriendo y agonizando hasta la muerte? Por
supuesto que NO, tal cuadro no tenía ningún atractivo para las personas que
estaban con él y le oían, muchos hasta ese momento pensaban que Jesús era el Mesías,
pero jamás se habían hecho la idea de seguir a un Mesías muerto y además muerto
de forma humillante y vergonzosa. De alguna manera las personas que oyeron tal
declaración en boca de Jesús censuraron sus palabras y le dijeron; verso 34 Le respondió la gente: Nosotros hemos escuchado de la
ley, que el Cristo permanece para siempre. (y eso si es atractivo) ¿Cómo, por lo
tanto, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado (sea crucificado y exhibido de esa manera)? ¿Quién es este Hijo del Hombre? (este no es el Mesías profetizado, este no
es el Mesías que vive para siempre) … También
Pedro en una ocasión cuando Jesús hablaba de su muerte y padecimiento en
Jerusalén él empezó a reconvenirle diciéndole; en ninguna manera esto te acontezca (tú
tienes que vivir y vencer) (Mt 16:22), y estas reconvenciones por
parte de las personas daban a entender que la mera
idea de un Cristo muerto en una cruz no era nada atractivo para ellos y mucho menos
muerto a mano de romanos de forma vergonzosa y humillante como un vil malhechor
vencido y derrotado… no, no, no, eso no tiene ningún atractivo para
nadie.
¿Cómo podían las
personas ser atraídas por un Cristo muerto en una cruz? ¿Qué tiene de atractivo
esa imagen? Muchas personas morían crucificados en aquel tiempo (Jesús no fue el primero en morir clavado en
una cruz), y detenerse a mirar a alguno de ellos de seguro generaba muchas
clases de sentimientos tales como; desprecio, odio, venganza, vergüenza,
apatía, indolencia, lástima, satisfacción, etc. pero nunca generaría “atracción”
no se oía decir; como me atrae aquel
ladrón o aquel asesino clavado en la cruz ¿no verdad? Sin embargo, cuando
se trata de Cristo levantado en una cruz se nos dice que ese cuadro es el
centro de atracción para toda la humanidad.
Pero no termina
allí, ¿qué atractivo puede tener seguir a un hombre que en cuanto se da vuelta
y te mira lo único que te dice es: —niégate
a ti mismo, deja de pensar en ti, muerte a tu yo, toma una cruz y muere y
recién podrás seguirme— ¿De verdad espera Jesús que alguien le siga con
esos argumentos para nada encantadores y respuestas para nada atractivas? antes
que una invitación a seguirle sus palabras son una incitación a huir de él… ¿de
verdad puede llegar alguien a ser atraído e ir en pos de Él?
Lucas 9:23 Y
decía a todos: Si alguno quiere venir detrás [en pos] de mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz [cada día], y sígame. 24 Porque todo el
que quiera salvar su vida, la perderá y todo el que pierda su vida por causa de
mí, éste la salvará.
¿Qué es la atracción?
Es como si se
tratase de una atracción sin atractivo. Obviamente no se trata de una atracción
física según la carne, no estamos hablando aquí de belleza física sino de una
atracción espiritual. Entonces ¿A qué se refiere el Señor Jesús cuando habla de
atraer a todos a él mismo por medio de aquella cruz? Bueno. Lo primero que
diremos es que su atracción no es un sentimiento carnal sino una acción
consecuente, porque el vocablo griego
usado aquí para “atracción” también
se traduce “arrastrar o traer”. O
sea, no somos atraídos o arrastrados a Cristo no por el acto físico de la
crucifixión en si sino por lo que se esconde detrás de esa crucifixión.
Tampoco es una
atracción instantánea y encantadora de una mirada al paso, sino surge por detenerse
a contemplar a Cristo levantado en esa cruz. Hay algo cautivante allí, algo
atractivo hay en ese monte calvario que detiene a las personas y lo ha hecho
durante siglos. Quienes presenciaron ese momento contemplando al Cristo
crucificado experimentaron cierta conmoción entreverado con terror y dudas; se
dice que un centurión grito; ¡Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios!
¿Cómo llegó este hombre a hacer tal declaración? Y es que también una serie de
eventos deslumbrantes y extraordinarios sucedieron aquel día entorno a la cruz
de Jesús.
Los eventos entorno a la cruz
Puede que muchos
malhechores hayan ocupado el Gólgota con una cruz, pero al declinar el día su
muerte y su historia se esfumo con ellos y sus cuerpos se arrojaron en el
olvido, sin embargo, el caso de Cristo es un evento totalmente diferente,
sobresaliente y extraordinario; porque aquel día el cielo mostro su desagrado,
todo se oscureció en presencia de un sol cenital, a pleno medio día no hubo luz,
tinieblas cubrieron la tierra, al momento en que Jesús expiró se conmovieron
los cimientos del mundo y un gran terremoto sacudió toda la ciudad, tal fue su
magnitud que el velo sagrado del templo que separaba y ocultaba el lugar
santísimo se rasgó por la mitad, las rocas que tapaban los sepulcros se partieron,
y las muchas personas que vieron tales sucesos exclamaron; Verdaderamente este
era Hijo de Dios y se volvieron golpeándose el pecho (Mt
27:45-54, Lc 23:44-48).
¡He aquí parte del sentido
de la atracción de Cristo en la cruz! ¿Quién podría haber pasado por alto
aquellos eventos? Todo se oscureció alrededor de ellos y todo tembló debajo de sus
pies, imagino que todas las personas del lugar incluida las que estaban en sus
casas, en algún punto al ver todo lo que sucedía desviaron su vista hacia
aquella cruz, de una u otra manera Cristo en la cruz cautivo la atención de
todas las personas del lugar, atrajo todas las miradas e hizo que abandonasen sus
labores y quehaceres para contemplarlo a él, ya sea por buena voluntad o
forzados, de una u otra manera ellos tuvieron que contemplar esa cruz.
Analógicamente
podríamos decir que los primeros efectos que experimentamos al contemplar a
Cristo en su cruz es que ésta nos sacude, nos hace temblar, nos estremece el
alma, nos nubla la mirada, porque hay un poder que emana de esa cruz, no es la
cruz el poder, sino es de Aquel que fue sujeto en ella. Quienes compusieron
algunos de los himnos más trascendentales de la Iglesia cristiana fueron
inspirados por la imagen vivida y cautivante de Cristo en la cruz:
En el monte clavario, estaba una
cruz,
Emblema de afrenta y dolor
Mas yo amo a Jesús que murió en
la cruz
Por salvar al más vil pecado…
Otro
himno dice:
Oh cuanto anhelo la cruz de
Jesús
Y la sangre que en ella el
vertió
No solo lava mis pecados, más
transforma toda mi alma
A la imagen de aquel que me amo…
Lo que se esconde detrás de esa cruz
Hoy por hoy la cruz
es un símbolo dentro del cristianismo actual y de la religión en sí, (lo vemos en los cementerios, en las
iglesias, en las diferentes religiones, se ha convertido en un icono religioso
y supersticioso) sin embargo, no es ni debe ser la cruz el elemento de
atracción para las personas, no somos llamados a idolatrar la cruz, sino entender
lo que se esconde detrás de la cruz del calvario en donde Cristo fue levantado,
por un lado, muchos fueron atraídos hacia aquella cruz por medio de los eventos
extraordinarios que envolvieron la crucifixión de Jesús aquel día, pero algo
más cautivante y atrayente se esconde más allá de esa cruz, y se trata del gozo
puesto delante de ella:
Hebreos 12:2
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la
cruz, despreciando el oprobio, y se
sentó a la diestra del trono de Dios.
Por más aterrador
que podía ser pensar en morir torturado en aquella cruenta cruz, de todos
modos, el gozo puesto más allá de esa cruz fue mucho más atractivo, cautivante
y superior que el dolor y humillación, la cruz fue
el escalón más bajo que tuvo que descender Cristo en su humillación, pero a su
vez fue también el trampolín de su gloriosa exaltación (Fil 2:5-11).
El poder que emana de Cristo en la cruz
Cuando empezamos a
contemplar a Cristo levantado en la cruz con ojos espirituales empezamos a
distinguir la hermosura que envuelve ese cuadro glorioso, empezamos a
experimentar la atracción más fuerte hacia Jesús levantado en esa cruz, porque
hay un poder que emana de ese sacrificio pascual y es su poder expiatorio para justificar
a todo pecador arrepentido, esa cruz es un imán para hombres débiles y
pecadores como tú y como yo, esa cruz es el imán de la tierra cuyo poder de
atracción arrastra a los pecadores hacia Él, es el poder del evangelio que
emana de la cruz.
1°Corintios 1:18
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden, pero a los que se salvan, esto
es, a nosotros, es poder de Dios (es poder de Dios que emana de
ese lugar).
Poder salvífico,
poder del perdón, poder de reconciliación, poder de justificación, poder de
vida eterna, poder libertador, poder de victoria.
Colosenses 2:13 Y a
ustedes, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de su carne, les dio vida juntamente con él, perdonándoles todos
los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que había contra
nosotros, que nos era contraria, quitándola
de en medio y clavándola en la cruz, 15
y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en «la cruz.»
Su muerte en esa
cruenta cruz, aunque parezca irónico decirlo, es un poderoso mensaje de vida
para todos los que son atraídos hacia Él, no hay mensaje más importante que
este, referido al asunto Pablo escribe:
1°Corintios 2:2
Puesto que me propuse no saber entre ustedes cosa alguna sino a Jesús, el Cristo, y a éste crucificado.
Aunque a primera
vista contemplar a Cristo en la cruz no tiene nada de atractivo sino antes era
visto como un símbolo de derrota, no obstante, su levantamiento en la cruz fue la
trascendental victoria aplastante e irreversible sobre satanás y sobre la
muerte misma, ¡SI! ¡El aguijón de la muerte y el acusador que es el diablo y
satanás fueron vencidos en aquella cruz! (He 2:14, 1°Co
15:55)
Visto de ese modo la
imagen de El Cristo en la cruz pierde toda esa parte terrorífica y repelente y
se convierte en nuestro atractivo y en nuestra necesidad, la cruz de Cristo nos atrae porque es nuestra necesidad por causa de
nuestros pecados condenatorios. De ningún modo la cruz de Cristo nos es
impuesta de forma arbitraria, sino que esa cruz revela nuestro camino a la vida
eterna y es nuestra solicitud delante de Dios, somos nosotros mismos los que
nos acercamos al Señor y le decimos atráeme hacia esa cruz, arrástrame hacia
ella, cautívame por medio de ella, mátame en esa cruz.
Los beneficios de Cristo en la cruz
De alguna manera el
levantamiento de Cristo en la cruz es nuestra única medicina contra el veneno y
enfermedad del pecado, y del mismo modo que Moisés tuvo que erigir sobre un
asta una serpiente de bronce en el desierto a fin de que todos los que miraran
a ella sean curados del veneno mortífero de las serpientes ardientes (lo cual era una prefigura que tipificaba el
levantamiento de Cristo en la cruz), así fue también Cristo levantado en la
cruz para que todos aquellos que miraran a Él fueran sanados del veneno
mortífero del pecado vertido por la serpiente antigua que es el diablo y satanás.
Juan 3:14 Y
como Moisés levantó la serpiente
en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Isaías 45:22 Vean a mí (mirad a mi), y sean salvos, todos
los términos de la tierra, porque yo soy
Dios, y no hay más.
Entonces, ahora
tiene mucho sentido cuando Jesús dice; Y yo, si
fuere levantado de la tierra, a todos atraeré o arrastraré a mí mismo (Jn 12:32).
¡Ahora sí se torna
atractiva esa cruz! ¡ahora sí las personas corren hacia esa cruz, así como
probablemente corrían los hebreos a mirar la serpiente de bronce en el
desierto! así corren ahora los pecadores arrepentidos a Cristo para ser sanados
por Él… —¡Oh si Señor, atráeme hacia ti!
¡Encandílame con tu cruz para que corra desesperado hacia ti! ¡Quita todos los
obstáculos porque quiero correr hacia ti! ¡Oh que nadie se interponga en esta
mi carrera hacia Él! — y de alguna manera todo esto no es sino el clamor
de la Iglesia representada en el libro de cantares cuando Salmón escribe; Atráeme detrás de ti correremos (Cnt 1:4).
La atracción hacia la cruz de Cristo
El apóstol Pablo sentía
tanta atracción hacia esa cruz que llega al punto de desearla aun también en el
sentido físico buscando sufrir la misma muerte que el Señor Jesús ya que para
él sería un verdadero honor, no solo vivir como él sino morir como él:
Filipenses 3:10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección,
y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su
muerte,
Tal era su atracción
y admiración por aquel cuadro de su Redentor y sustituto en la cruz que era
también su constante motivo de gloria, no había otra razón para gloriarse sino
en la obra de Cristo en aquella cruenta cruz.
Gálatas 6:14 Pero «lejos esté» de mí gloriarme, sino en la cruz de
nuestro Señor Jesús el Cristo, por
quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.
Cada uno de nosotros
como cristianos deberíamos experimentar exactamente la misma atracción de Pablo
y de todos esos santos hombres del pasado, jamás
deberíamos ver la cruz de Cristo como una escena desgarradora y terrorífica
sino como el objeto de nuestra atracción divina y gloriosa.
—¡Quién es ese que esta clavado en esa cruz! ¡Quién es ese que ha
ocupado mi lugar! ¡Quiero conocerle, quiero hablar con Él! — Debemos
experimentar el ser atraídos hacia Cristo, Él debe ser deseado por nosotros,
debe ser nuestro verdadero deleite; ¿Crees que Él
es irresistiblemente hermoso? El profeta Hageo escribe por medio del
Espíritu y referido al Mesías le llama “El Deseado” de las naciones; Hageo 2:7 y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los
ejércitos.
Podemos entender
racionalmente estas palabras, pero otra cosa diferentes es que esta verdad sea trasmitida
a todo nuestro ser, obviamente no es fácil porque podemos sentir deseos
internos por Él pero una rebelión externa de nuestro ser, no podemos ordenarle
a nuestro corazón que sea atraído a Cristo, sin embargo, debemos forzarlo y esforzarnos
por llevar cautivo todo nuestro ser a Él.
Isaías 26:9 Con
mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte…
Salmo 119:10 Con todo mi corazón te he buscado No me dejes desviarme de tus mandamientos.
Hermanos, que Cristo
sea el Deseado no es una opción para nosotros, la Iglesia debe ser atraída
hacia su esposo y debe desearle con todo su ser, con todos sus miembros, con
todas sus células, por lo tanto, debemos buscarle y experimentar esa atracción natural
y espiritual hacia Él, debemos degustar de su presencia en la intimidad, oír su
voz y seguirle (Jn 12:27), debemos
experimentar la verdad absoluta del tesoro escondido, de que NO hay tesoro más
preciado y deseado que Cristo en esa cruz, Cristo no es poesía, no es retórica,
Cristo es la vida misma del cristiano y nosotros debemos andar en Él.
Conclusión
Hay algo cautivante
que se esconde en esa cruz, y es Cristo Jesús, la vida, el camino, la verdad,
esa cruz me atrae, esa cruz me llama y me lleva postrado a Cristo, debo
atravesar esa cruz para estar con Él, debo correr hacia esa cruz.
Cuando hemos sido
atraídos hacia alguna persona, los que somos casados lo hemos experimentado con
nuestras esposas y viceversa, cuando hemos sido atraídos hemos quitado del
medio todo aquello que podía alejarnos de ella, nos hemos vestido mejor, hemos
quitado todo obstáculo que se interponía, si vivía lejos de alguna manera nos
dábamos maña para estar cerca de ella y no nos importaba el correr de las horas
con tal de estar con la mujer que deseábamos, y nos esforzábamos para que esa atracción
sea consolada con la presencia, del mismo modo pero en un sentido superior y
espiritual debemos no solo ser atraídos por Cristo sino trabajar para alcanzar el
consuelo de su presencia sea real en nosotros, tal como el escritor de la carta
a los Hebreos lo expresa debemos quitar de nosotros toda traba y obstáculos, si
fueren pecados ocultos o vicios que generan infección despojémonos de todo
ello:
Hebreos 12:1
…despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por
delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe… el
Deseado de las naciones, el imán de la Iglesia
Experimente el ser
atraído en pos de Jesús.
La paz del Señor Jesús el Cristo. –
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