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MENSAJE
DOMINGO 14/05/2017
Por el Hno. Gabriel.-
Introducción y Contexto
Continuando con
nuestro breve estudio de la primera carta a los Corintios abordaremos en esta
ocasión los capítulos 10 y 11 en
donde el apóstol Pablo continua instruyendo a la Iglesia respecto de conductas
y procedimientos internos que deben corregirse.
Lo expuesto en el capítulo 10 de la carta es
una continuación de los capítulos anteriores, que tiene su comienzo desde el
capitulo 8 en adelante los cuales son el contexto de este capítulo:
1°Corintios
8:1 En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. 2 Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe
saberlo. 3 Pero si alguno ama a
Dios, es conocido por él.
Había en la iglesia de Corinto ciertos hermanos
que habían alcanzado un alto conocimiento de la doctrina lo que a su vez le
permitía gozar de cierta libertad respecto de su forma de vida sin que sus
conciencias se dañen, como por ejemplo comer cosas sacrificadas a los ídolos
sin ningún tipo de inconvenientes, sin embargo Pablo por medio de esta carta sugiere
que los tales restrinjan su libertad a fin de no dañar la conciencia de los
hermanos más débiles los cuales podían malinterpretar esa libertad pensando que
todo eso estaba permitido y de ese modo caer en el horrendo pecado de la
idolatría (1°Co 8:8-12).
De acuerdo a lo que Pablo expresa en el
capítulo 9 es probable que tales personas (las
que tenían conocimiento) no aceptaban las reconvenciones de Pablo porque no
lo consideraban quizás un apóstol verdadero, por lo que Pablo defiende su
apostolado mostrando que él mismo con todo y ser apóstol y con la libertad y
derechos que tenía en Cristo de todos modos prefirió restringir su libertad y
algunos de sus derechos para no causar tropiezo a nadie allí (1°Co 9:12), restringió su libertad en
Cristo a fin de ganar a todos, y concluye el capitulo 9 con esta expresión la
cual es la introducción al capítulo 10:
1°Corintios 9:25 Todo aquel que
lucha, de todo se abstiene; ellos, a la
verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 26 Así que, yo de esta manera corro, no
como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido
heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
Con esta analogía Pablo propone que todos
aquellos que habían alcanzado cierto conocimiento en Corinto se comporten como atletas
que participan de una competencia, los cuales a pesar de tener libertad para
comer y hacer lo que quisieran con su cuerpo de todos modos se restringían y
abstenían en su dieta y forma de vida con tal de alcanzar el premio por el que
competían.
Pablo mismo se comportaba como un atleta
espiritual, absteniéndose de sus libertades y derechos, golpeando y
sacrificando su cuerpo con tal de alcanzar el premio, porque si no se
comportaba como un verdadero atleta que mantiene una rigurosa disciplina podía
quedar eliminado; no sea que habiendo siendo heraldo yo mismo venga a ser eliminado… puedo
ser un buen competidor, pero mi falta de abstención puede dejarme fuera de la
carrera.
Esta era una exhortación directa para aquellos
que habían crecido en el conocimiento a fin de que se comporten como verdaderos
competidores y se abstengan de abusar de su libertad a fin de no dañar a los más
débiles y puedan alcanzar el premio sin quedar descalificados.
Y a fin de fortalecer esta exhortación Pablo pone
como ejemplo al mismo pueblo de Israel el cual a pesar de haber sido participe
de la demostración del poder de Dios y de haber sido guiados por Dios mismo en
el desierto, de todos modos la gran mayoría de ellos terminaron descalificados;
habiendo sido
heraldo fueron eliminados… y este es el peligro que Pablo va a enfatizar
desde el cap. 10:
1°Corintios
10:1 Porque no quiero, hermanos, que
ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el
mar; 2 y todos en Moisés fueron
bautizados en la nube y en el mar, 3
y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la
roca espiritual que los seguía, y la roca era
Cristo. 5 Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron
postrados en el desierto.
Todos los
israelitas que salieron de Egipto con la mano poderosa de Dios fueron una
generación privilegiada por ver lo que vieron y experimentar el poder de Dios,
ellos debían ser los heraldos de Dios y anunciar su poder y justicia en todas las
naciones sin embargo fueron descalificados, y la causa de su descalificación
fue haber abusado de su libertad y convertirla en un libertinaje.
Por medio de Moisés
(quien fue la persona designada por Dios
para sacarlos de Egipto) todos ellos fueron sumergidos (bautizados) en el poder de Dios al abrir las aguas del Mar Rojo y
fueron también sumergidos en la presencia de Dios por medio de aquella nube que
los guió durante todo su peregrinaje en el desierto. Además fueron sustentados con
agua y comida suministradas espiritualmente por medio del poder de Dios en
medio del desierto, bebiendo agua de una roca herida la cual era una prefigura
de Cristo quien es la Fuente de Agua Viva. Sin embargo, a pesar de tantos
privilegios fueron descalificados
6
Mas estas cosas sucedieron
como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas,
como ellos codiciaron. 7 Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el
pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar. 8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día
veintitrés mil. 9 Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y
perecieron por las serpientes. 10 Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el
destructor. 11 Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para
amonestarnos a nosotros, a quienes han
alcanzado los fines de los siglos. 12
Así que, el que piensa estar firme, mire que
no caiga. 13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero
fiel es Dios, que no os dejará
ser tentados más de lo que podéis resistir,
sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar
Las cosas que le acontecieron
al pueblo judío no son una mera historia informativa, sino una amonestación
para nosotros respecto de que nos sucederá si tenemos un comportamiento
libertino. Cuatro pecados sobresalen en esta lista que Pablo expone como
resultado de la descalificación del pueblo judío que cayó en el desierto; “la idolatría”, “la fornicación”, “tentar a
Dios” y “la murmuración o motín”. Eran un pueblo fuerte, en Dios estaban
seguros, pero cayeron, y el principio de su caída no fue su seguridad sino su
libertinaje,
así que el que piensa estar firme mire que no caiga por casusa de su
libertinaje. Puede que hayan atravesado y superado muchas pruebas,
pero sepan que hasta ahora solo fueron pruebas comunes, del orden humano, y no
fueron tentados más de lo que podían soportar, y en cada prueba Dios también
les proveyó de una salida. Porque fiel es Dios con sus hijos, los cuales no los
expone a pruebas que no puedan soportan, sino que de acuerdo al crecimiento de
cada uno permite que sean probados en aquello que pueden resistir, y en cada
situación por mas difícil que sea siempre hay una salida provista por Dios para
que puedan soportar. Por ejemplo; si fuéramos levantadores de pesas y solo
tenemos capacidad de levantar 100 kg, el no va a permitir que seamos probados para
levantar 200 kg, sino de acuerdo a nuestras capacidades y limitaciones.
14 Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. 15 Como a sensatos os hablo; juzgad
vosotros lo que digo.
Todo lo expuesto
hasta aquí desde el inicio del capítulo 10 fue solo el prologo de Pablo para introducirse
en lo que verdaderamente quiere enfatizar, y es confrontar el pecado de la
idolatría, el cual estaba seduciendo y venciendo a algunos corintios. Ya desde
el capítulo 8 en adelante viene abordando este tema el cual no ha concluido aun,
sino que busca no dejar cabos sueltos.
16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? 17
Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues
todos participamos de aquel mismo pan. 18
Mirad a Israel según la carne; los que comen
de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar? 19 ¿Qué
digo, pues? ¿Qué el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los
ídolos? 20 Antes digo que lo que los
gentiles sacrifican, a los demonios
lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero
que vosotros os hagáis partícipes con
los demonios. 21 No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la
mesa de los demonios. 22 ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él? 23 Todo me es lícito, pero no todo conviene;
todo me es lícito, pero no todo
edifica. 24 Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.
En el capítulo 8 (lo hemos visto en la meditación del domingo
pasado) Pablo ya ha tratado el asunto de los ídolos pero en el contexto de
que los ídolos no son dioses ni representan a dioses sino que eran el producto
de la fantasía de los hombres los cuales imaginaban que el cielo estaba lleno
de dioses que dominaban la tierra, a lo que Pablo responde en el cap. 8:5 y 6 que para los creyentes solo
hay un solo Dios y por lo tanto los ídolos en si nada son (simples imágenes de cerámica). No obstante, si bien entendemos
claramente que no hay dioses fuera de Dios entonces en último término ¿a quién le ofrecían sacrificios los paganos
si no era al Dios verdadero? Se los ofrecían a los demonios, dicho de otro
modo, lo que se escondía detrás del ídolo no era un dios sino un demonio…
Ahora, del mismo
modo que el cristiano cree y está convencido que tiene comunión con Cristo por
medio de participar de la cena del Señor en el partimiento del pan y la copa de
vino, la cual tiene un profundo trasfondo espiritual, ya que el pan y el vino representan
su cuerpo y su sangre, y del mismo modo que el pueblo de Israel comían de la
carne del sacrificio realizado en el altar y por lo tanto tenía comunión con el
altar y el sacrificio, entonces comer lo sacrificado a los ídolos al final los
pone en comunión con los demonios, demonios que arrastraban la mente de los incrédulos
a ese comportamiento animal e inmoral que tenían luego de la cena.
Bajo esta
perspectiva NO se puede participar de la Cena del Señor y tener comunión con Él
y luego participar de una cena idolátrica y tener comunión con los demonios ¿provocaremos a
celo al Señor? Santiago 4:5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos
anhela celosamente?
Esto no se trata
de cuan fuerte seamos o de cuan firme estemos en el camino del Señor sino de no
provocar a celos al Señor; ¿vamos a tener
comunión con Él y luego con los paganos y sus demonios?
Si bien es verdad
que Cristo nos hizo libre ¡Cuidado! Todo puede ser licito pero NO todo
conviene, todo puede ser licito pero NO todo edifica, la libertad no es algo
individual en la iglesia, sino grupal, no se trata solo de los fuertes sino también
de fortalecer a los débiles, a eso se refiere al apóstol con buscar el bien del otro.
El conflicto
detrás de todo este asunto continuaba siendo la conciencia débil del hermano,
los cuales veían la libertad de los más maduros y malinterpretaban sus
acciones.
Por ejemplo; hay
cristianos que como entretenimiento juegan al póker (pero sin apuestas, como un juego de mesa), pero un cristiano que
recién empieza y tenía problemas de ludopatía ¿qué puede pensar? –Ha,
entonces puedo seguir apostado en el casino y ser cristiano– como también
los cristianos que participan de eventos religioso de parientes no creyentes; bautismo de infantes, 1° comunión, chayadas,
fiestas de 15, casamientos mundanos, y un cristiano débil que recién sale
de todas esas cosas ¿qué puede pensar?
Y cuantos casos posibles podríamos citar. Es mejor no participar por mas
conocimiento y firmeza que se tenga, al final no es una cuestión de libertad,
sino de glorificar a Dios con nuestras vidas.
25 De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin
preguntar nada por motivos de conciencia; 26
porque del Señor es la tierra y su plenitud. 27 Si algún
incrédulo os invita, y queréis ir, de
todo lo que se os ponga delante comed, sin
preguntar nada por motivos de conciencia. 28 Mas si alguien os dijere: Esto fue
sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. 29 La conciencia, digo, no la tuya,
sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia
de otro? 30 Y si yo con
agradecimiento participo, ¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy
gracias? 31 Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa,
hacedlo todo para la gloria de Dios. 32 No seáis tropiezo ni a judíos, ni
a gentiles, ni a la iglesia de Dios; 33
como también yo en todas
las cosas agrado a todos, no procurando
mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.
1°Corintios
11:1
Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.
Esta última parte
del capítulo es como una advertencia para no irse al otro extremo como los
legalistas, los cuales directamente prohibían comer carne y otros alimentos (1°Ti 4:3), sin embargo ese no es el
punto aquí, de hecho Pablo escribe; si algún pariente los invita y quieren ir, vayan, “pero”
si algún cristiano débil se encuentra allí y sabe que toda esa comida fue sacrificada
a un ídolo (demonio) entonces no coman, por dos razones;
primeramente para no participar de ese sacrificio a los demonios y segundo para
no dañar la conciencia del hermano débil el cual puede tropezar, no tiene
sentido hacer que mi libertad en Cristo se ponga en tela de juicio por causa de
una comida, puedo ser desacreditado en todo mi servicio solo por eso.
Dicho de otro modo; puedes ser un excelente competidor en esta carrera,
pero puedes quedar descalificado por tu falta de abstención en tu disciplina
espiritual.
Una cosa es participar de eventos seculares de parientes incrédulos, pero
nuestra participación no debe ser para ser uno
con ellos y amoldarnos a ellos, sino debemos mostrarnos como luz para que
puedan escapar de las tinieblas y convertirse a Cristo.
Nuestra libertad
en Cristo debe tener el propósito de honrar y glorificar a Dios en todo y no a nosotros
mismos, entonces ¡cuidado!, que
nuestra libertad no sea tropiezo a nadie, sino antes por el contrario, nuestra
libertad debe contribuir a la edificación de los hermanos; Así como yo lo hago dice Pablo; el cual no busco agradarme a mí mismo
sino ser de edificación para la iglesia, por tanto sean imitadores de mí así
como yo imito a Cristo.
La señal sobre la
mujer
1°Corintios 11:2 Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y
retenéis las instrucciones tal como os las entregué. 3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y
Dios la cabeza de Cristo. 4 Todo varón que ora o profetiza con la
cabeza cubierta, afrenta su cabeza. 5
Pero toda mujer que ora o profetiza con la
cabeza descubierta, afrenta su cabeza;
porque lo mismo es que si se hubiese rapado. 6 Porque si la
mujer no se cubre, que se corte también el cabello;
y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra.
En este capítulo
Pablo va a dar ciertas instrucciones que tienen que ver más con la posición de
la mujer de acuerdo al orden establecido por Dios, probablemente ya había
abordado el asunto en su carta anterior (1°Co 5:9) pero
aun quedaban algunos cabos sueltos.
Esta clase de
instrucciones nos hace pensar que en la Iglesia de Corinto había mujeres que no
querían sujetarse al orden establecido por Dios sino querían atribuirse el
mismo derecho que los hombres y estar a su altura (tal como sucede hoy en día),
por esta razón Pablo comienza escribiendo; el orden establecido por el
Creador es así; Cristo es la cabeza del hombre, el hombre la cabeza de la mujer
y Dios la cabeza de Cristo, y ¿qué
significa todo esto? Primero hay que aclarar que “cabeza” se refiere a quien ejerce la autoridad sobre otro, de modo
que el que está debajo de la cabeza debe sujetarse a la cabeza, sin embargo es
necesario aclarar también que sujeción
no significa inferioridad sino funcionalidad para un determinado
propósito, porque Jesús no es inferior al Padre, pero en su funcionalidad como
Hijo se sujeto a la voluntad del Padre para hacer su obra (Jn
6:38), del mismo modo sucede con el hombre y la mujer, el hombre es quien
ejerce la autoridad sobre la mujer y la mujer debe sujetarse al hombre, y no se
trata de una cuestión de superioridad sino de funcionalidad (Ga 3:28), aunque en el sentido físico el
hombre si es superior a la mujer.
Ahora, todo este
orden establecido por Dios no solo debe aceptarse mental e internamente sino
debe también evidenciarse exteriormente y llevarse a la práctica, para que se
comprenda mejor; el sentido de esto es similar a como son diferenciados en un
ejercito las cabezas de los soldados por medio de sus uniformes (con esto no estamos diciendo que el hombre
es una especie de sargento para la mujer), del mismo modo la señal de
autoridad externa entre el hombre y la mujer se determina por medio del velo en
la cabeza de la mujer, y la razón de esto es porque hay espectadores que
observan los cuales no solo son los hombres y mujeres sino también los ángeles,
ya llegaremos a este punto.
En este contexto el
hombre debía orar y predicar con la cabeza descubierta, esa era su señal de
autoridad (no cubrirse), y si el
hombre cubría su cabeza estaba mostrando que él no tenía autoridad, o bien no quería
ejercerla, y en definitiva era algo vergonzoso para él mismo porque tal acción lo
ponía al nivel de la mujer. Del mismo modo sucedía con la mujer que no quería cubrir
su cabeza sino se reusaba a tener la señal de autoridad sobre ella y de ese
modo oraba a Dios y servía en la Iglesia, tal acción era un acto de
insubordinación a los principios ordenados por Dios el Creador, a lo que Pablo
propone que si no quiere tener señal de autoridad sobre su cabeza y no quiere
sujetarse al hombre entonces que se corte el pelo como los hombres o bien que
se rasure toda la cabeza, y si cortarse el cabello como un hombre le daba
vergüenza entonces que se ponga una señal de autoridad.
Si bien hoy para
algunas mujeres no le es vergonzoso usar el cabello corto como los hombres, en
aquel tiempo era algo deshonroso para la mujer, porque la convertía en una
mujer despreciada por los hombres.
Por otro lado me
interesa aclarar que cuando Pablo escribe; “la mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta”
esto de ningún modo se refiere a que la mujer puede ejercer la función de
pastor y maestro en la iglesia, de hecho él va a explicarlo un poco más
adelante; 1°Corintios
14:34 vuestras mujeres callen en las
congregaciones; porque no les es
permitido hablar, sino que estén sujetas,
como también la ley lo dice. 35 Y si
quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la
congregación.
Luego también: 1°Timoteo 2:11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. 12
Porque no permito a la mujer enseñar, ni
ejercer dominio sobre el hombre, sino estar
en silencio.
Muchas mujeres que
equivocadamente ejercen un falso pastorado en las iglesias tratan de aferrarse
a este texto (1°Co 11:5) para
justificar su falso ministerio, pero la realidad es que en la Iglesia de Cristo
la mujer no puede enseñar a los hombres, no puede ser pastora, eso no existe,
si puede enseñar a otras mujeres y a los niños y eventualmente exponer el
evangelio a otras personas (Hch 18:26),
siempre y cuando sean mujeres piadosas y espirituales y de buen testimonio,
pero eso no la convierte en pastora ni profeta ni nada por el estilo. De hecho
se puede profundizar mucho más en el asunto, pero no es la intensión ni el tema
de esta meditación, sino que esta es una simple aclaración.
7
Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios;
pero la mujer es gloria del varón. 8
Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, 9 y tampoco el varón fue creado por
causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su
cabeza, por causa de los ángeles. 11
Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; 12 porque así como la mujer procede del
varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.
Funcionalmente el
hombre fue creado para señorear sobre la tierra, aunque el pecado estorbo esta función
primaria en el hombre de todos modos el propósito de su creación fue para que
él señoree, por eso se dice que es imagen y gloria de Dios en su sentido
funcional, pero la mujer fue creada como ayuda idónea del hombre, su función no
era señorear sino ser ayuda del que señorea (el
hombre), y además, creacionalmente el hombre no procede de la mujer, sino
que la mujer fue formada del hombre, del costado, de aquella costilla.
Esto nos demuestra
que a pesar de haber caído el hombre y la mujer en desobediencia, de todos
modos Dios mantiene el orden original, el hombre como cabeza y la mujer sujeta
al hombre como ayuda idónea, y esta distinción de autoridad entre uno y otro
debe evidenciarse exteriormente mediante una señal en la cabeza de la mujer la
cual es “el velo”, y esto no solo se
exhibe delante de la esfera terrenal sino también delante de las esferas
invisibles de los ángeles los cuales están observándolo todo.
Nuevamente, sujeción
no significa inferioridad, porque delante de Dios tanto el hombre como la mujer
tienen el mismo grado de importancia (Ga 3:28),
pero su funcionalidad conjunta aquí en la tierra va a permitir que la obra de
Dios avance en todo sentido.
13 Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? 14 La naturaleza misma
¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? 15 Por el contrario, a la mujer dejarse
crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.
16 Con todo eso, si alguno quiere
ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.
Con todo lo
mencionado hasta aquí y de acuerdo al texto Pablo expresa que no es apropiado
que una mujer se acerque a Dios en oración sin poner un velo en su cabeza, tal
acción demostraría que ella no está sujeta al orden y funcionalidad establecido
por Dios desde el principio, acercarse así es adoptar una posición de
insubordinación a lo dispuesto por Dios, es como decirle “no estoy de acuerdo con que el hombre sea mi cabeza”
La naturaleza
misma hace una distinción entre el hombre y la mujer dándole a la mujer más
cabello que al hombre como una especie de velo, una forma de señal externa de
distinción entre uno y otro, y esto se demuestra claramente en el desarrollo
hormonal de la mujer la cual por medio del estrógeno produce más cabello que el
hombre con mucha más facilidad, y aun siendo anciana conservan su cabellera a
diferencia del hombre que por causa de la testosterona lo pierde con más
facilidad después de los 40 años y llegan a quedar calvo, por eso es normal ver
a hombres calvos, la naturaleza los hace así, pero no es normal ver mujeres
calvas, la naturaleza les ha provisto cabello.
Y si la naturaleza
hace esta distinción externa entre el hombre y la mujer, cuanto más la iglesia
debería respetar esa función y hacer una distinción, y si a alguno no le parece
apropiado Pablo concluye diciendo; “Sepan
que las iglesias de Cristo no tienen la costumbre de revertir este asunto,
funcionalmente el hombre es cabeza de la mujer y Cristo cabeza del hombre, y
esto se exhibe exteriormente”
Ahora, hay dos
cosas importantes aquí, por un lado la
funcionalidad impuesta por Dios desde el principio; “el hombre cabeza de la mujer” y por otro lado la señal que hace tal distinción entre uno y otro que es “el velo” La funcionalidad ineludiblemente
debe seguir vigente en la iglesia y no debe cambiarse jamás, la polémica sería ¿qué hacemos con la señal de autoridad que debe
usar la mujer para hacer tal distinción? Y la respuesta es “el velo” cada vez que se acerque a Dios
en oración… el texto es innegable y no habla de costumbre sino de señal.
Sin embargo hay
que aclarar también que de nada le sirve a la mujer llevar un velo sobre su
cabeza cuando ore sino se sujeta a su marido, el velo no es garantía de
sujeción sino la señal de ello, la sujeción nace del corazón y es en primer
término para con Dios y luego para con el hombre pero en obediencia a Dios.
Puede existir el caso que ore con velo, pero al final este insubordinada a la
voluntad de Dios porque no se sujeta al hombre, por lo tanto en toda mujer le
es preciso vestir primeramente el corazón con obediencia y luego cuando haya alcanzado
y entendido el temor a Dios entonces usar una señal sobre su cabeza al omento
de orar, “el velo”. Pero tal
rudimento no es algo que se impone desde el frente, la mujer debe alcanzarlo
primero funcionalmente (sujeción al
hombre) y luego exteriormente (el
velo) por causa de los espectadores (los
ángeles).
Finalmente, el
conflicto no es el velo como asunto principal, sino la sujeción como
funcionalidad. El velo no hace más espiritual a la mujer, sino su ornato
interno es lo que la va a definir como una mujer piadosa y espiritual. El velo
no es algo condenatorio, pero si negarse a la sujeción funcional.
Desordenes en la
Cena del Señor
17 Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque
no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. 18 Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay
entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. 19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que
se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. 20 Cuando,
pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. 21 Porque al comer, cada uno se
adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.
22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que
comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que
no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.
Pablo está
disgustado y avergonzado por enterarse lo mal que procedían los corintios en la
cena del Señor, una conducta desordenada e irreverente que debe ser corregida
con urgencia, porque conmemorar la cena del Señor por medio del pan y el vino debe
ser un momento armonioso y espiritual en donde toda la iglesia tiene comunión con
Cristo y también entre unos y otros, sin embargo ellos se dividían. Es un poco irónico,
se supone que la idea de juntarse como iglesia es para estar unidos como
hermanos, sin embargo los corintios se congregaban para dividirse, pero por
otro lado mediante estas divisiones y disensiones podía evidenciarse con
claridad los carnales de los espirituales.
Respecto de lo que
es en si la práctica de “La Cena del
Señor” estaban haciendo cualquier cosa, un desorden probablemente
arrastrados por su cultura griega los cuales estaban acostumbrados al desorden
en sus cultos idolátricos y sacrificios, y a lo mejor pensaban que La Cena del
Señor debía ser algo festivo y de jolgorio, pero erraban terriblemente por
falta de discernimiento… si quieren hacer una cena desordenada e irreverente hagan
esto en sus casa
Formato de la Cena
del Señor
23 Porque yo recibí del
Señor lo que también os he enseñado: Que
el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado,
diciendo: Esta copa es el nuevo
pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la
bebiereis, en memoria de mí. 26 Así,
pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte
del Señor anunciáis hasta que él venga.
Aquí Pablo no está
exponiendo su parecer de cómo debe ser La Cena del Señor, sino que él mismo
dice; “Yo
recibí del Señor”, y puede
referirse a una revelación directa de parte de Dios que tiene perfecta
coincidencia con los evangelios:
Primeramente tomo
el pan y lo partió en representación de su cuerpo el cual iba a ser partido y
entregado como una ofrenda a Dios en propiciación por su pueblo, y luego tomo
el vino como símbolo de su sangre la cual se derramaría para expiar nuestras pecados,
y por medio de ella se establecía un Nuevo Pacto con Dios en donde el hombre
sería justificado por medio de la justicia y meritos de Cristo, y toda nuestra
culpa sería imputada a Él quien se convertía en nuestro sustituto para recibir
todo el peso de la ira divina que correspondía a nosotros en la muerte.
De este modo, lo
que el hombre no pudo lograr por merito propio lo logró Cristo por nosotros, lo
cual nos lleva a estar eternamente agradecido a Cristo quien hizo posible nuestra
reconciliación con Dios. El cielo ya no nos vería como enemigos sino ahora como
amigos de Dios, por tanto tan espectacular y gloriosa gracia debía conmemorarse
siempre en la Iglesia para que los cristianos no se olviden nunca que fue por
medio de Cristo que fuimos acepto a Dios, solo por medio de los meritos ajenos
de Cristo, y eso deberíamos recordarlo en cada cena.
Anunciar su muerte
es anunciar su obra expiatoria y sustitutiva en la cruz a favor de los hombres,
es anunciar la justificación por medio de Cristo, es anunciar su vida hasta que
Él venga.
Consecuencias
de la irreverencia en La Cena del Señor
27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor
indignamente, será culpado del cuerpo y de
la sangre del Señor. 28 Por tanto,
pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe
indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. 31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos
juzgados; 32 más siendo juzgados,
somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo. 33 Así que, hermanos míos, cuando os
reunís a comer, esperaos unos a otros. 34
Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio.
Las demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere.
En el pasaje anterior se exponía la importancia
y trascendencia que tiene la cena del Señor en la Iglesia, por tanto un hombre
que no comprende la relevancia de tal evento no puede ni debe tomar la Cena del
Señor, porque hacerlo con indiferencia o falta de discernimiento es
menospreciar el cuerpo y la sangre de Cristo, es un acto de irreverencia directa
contra Dios, dicho de otro modo es burlarse y no darle importancia de la sangre
de su Hijo;
Hebreos 10:28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de
tres testigos muere irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis
que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto
en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30 Pues conocemos al que dijo: Mía es
la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su
pueblo. 31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!
Por tanto examínese cada uno y vea primeramente
si ha comprendido y discernido la relevancia de la Cena del Señor, porque si no
lo ha comprendido es mejor que se abstenga de tomarla a fin de no pecar de indiferencia
y exponerse al juicio del Señor, cosa que ya había precedentes de que algunos
por causa de esto habían sido castigado con enfermedades e incluso con la
muerte física. Tales castigos no tenían la intensión de destruir sino de
corregir y llamar al arrepentimiento a los irreverentes, a fin de que no que se
pierdan en la condenación del mundo.
Finalmente, si alguno no quiere sujetarse a estas
instrucciones entonces que se quede en su casa y coma allí desordenadamente
todo lo que quiera, porque no tiene sentido que venga a juntarse a la iglesia
para ofender a Cristo y recibir el juicio del Señor.
La paz del Señor Jesús el Cristo.-
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