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MENSAJE SÁBADO 03/06/2017
Por el Hno. Gabriel.-
Introducción
1°Corintios 10:16 La copa de
bendición que bendecimos, ¿no es la
comunión de la sangre de Cristo?...
Este versículo fue
el que inspiro a la construcción de este mensaje; aquí se nos menciona al pasar
que hay una Copa que nos imparte una
enorme y sublime bendición por medio de la muerte de Cristo, y a su vez se nos
dice que es una Copa que nosotros
bendecimos en el sentido que jamás nos cansaremos de agradecerle a Dios por
ella. Pero ¿cómo llego esta copa a
nuestras manos? ¿Cuál es el trasfondo
o contexto de esta historia? Eso es precisamente lo que abordaremos con
esta meditación.
Contexto y Desarrollo
Mateo 26:36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama
Getsemaní (prensa de
aceite), y dijo a sus discípulos: Sentaos
aquí, entre tanto que voy allí y oro. 37
Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38 Entonces
Jesús les dijo: Mi alma está
muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí,
y velad conmigo. 39 Yendo un poco
adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. 40 Vino luego a sus discípulos, y los
halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una
hora? 41 Velad y orad, para que no
entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es
débil. 42 Otra vez fue, y oró por
segunda vez, diciendo: Padre mío, si
no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. 43 Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos
estaban cargados de sueño. 44 Y
dejándolos, se fue de nuevo, y oró por
tercera vez, diciendo las mismas palabras.
Lucas 22:41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de
piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 43 Y se le apareció un ángel del cielo
para fortalecerle. 44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su
sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. 45 Cuando
se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa
de la tristeza; 46 y les dijo: ¿Por
qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.
Tantas veces he
leído estos pasajes y aun considero no comprenderlos en profundidad. A lo largo
de su ministerio Jesús demostró tener poder para enfrentar la braveza del
viento y del mar y sosegar ese poderío (Mt 8:23-27) [la violencia de la
naturaleza no era un problema para él], se paro frente a endemoniados
que tenían fuerza descomunal para romper grillos y cadenas sin embargo con su autoridad
los subyugó (Mr 5:1-20) [la fortaleza de las
huestes espirituales enemigas no representaban ningún problema para él],
se paro frente a las diferentes enfermedades y reprendiéndolas huían de su
presencia (Lc 4:39) [las enfermedades no
eran un obstáculo en su ministerio], se paro frente al mismo Satanas
y con el poder de su palabra lo sometió a sus órdenes (Mt
4:10-11, 12:29) [el príncipe de las tinieblas no podía detenerlo],
le dio órdenes a personas que habían muerto y éstos inmediatamente salieron
caminado del sepulcro (Jn 11:43-44) [la muerte no representaba
un estorbo para a él], hablo con denuedo frente a las autoridades y
nadie podía resistirle (Jn 7:45-46),
refiriéndose a su vida dijo; Juan 10:17… yo
pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo
de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a
tomar…
Pero por primera
vez en el jardín de Getsemaní algo desconcertante está sucediendo con Él, está entristecido
y angustiado sobremanera, literalmente le dijo a sus discípulos: “mi alma está
muy triste hasta la muerte”… luego mientras oraba con gran agonía e
intensidad su cuerpo empieza a sufrir una “hematidrosis”
(sudor con sangre) nunca antes había experimentado
la debilidad física, su carne estaba exenta de afecciones y enfermedades porque
no tenía pecado, pero por primera vez su carne experimenta un debilitamiento
físico, esta orando con agonía y del griego esta palabra tiene que ver con “lucha, contienda” esta oración que Él
está haciendo en Getsemaní es como un combate que está sosteniendo con todas
sus fuerzas. En la carta a los Hebreos refiriéndose a este evento se reporta; Hebreos 5:7 Y
Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y
lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor
reverente. Y aquí las palabras “ruegos
y suplicas con gran clamor” tienen que ver con “gritos”, [¡Si hermanos!]
Él esta orando con lagrimas y en parte con gritos en ese jardín llamado “Prensa de aceite”, y la tensión de tal
oración agonizante hace que los capilares subcutáneos de su piel se revienten y
empiece a sudar grandes gotas de sangre, probablemente su presión sanguínea
estaba desbordada, su corazón como si estuviese por reventar (varón de dolores experimentado en
quebranto). En otras ocasiones había llorado y había sentido tristeza (Jn 11:35, Lc 19:41, 13:34) pero lo que
sucede esta vez en el jardín de Getsemaní es diferente, dicho de otro modo, lo
que realmente ocurrió allí está más allá de nuestra comprensión, no nos damos
una idea de lo que verdaderamente sucedió allí aquel día…
La pesada copa en su mano
Orando Jesús dice;
Padre mío, si
es posible, pase de mí esta copa, el evangelio de Marcos registra; Abba Padre,
todas las cosas son posibles para ti, ¡aparta! de mí esta copa, entonces Jesús tiene una
copa en sus manos, tanto como que Él tiene que beberla como que también va a
ser derramada sobre Él, pero esa copa no es suya, sino es la copa de la ira de
Dios destinada para todos nosotros, todos nuestros castigos de manera
particular están concentrados en esa copa de ira, pero en ese momento (en la dispensación de los tiempos) está
en manos de Jesús, y antes de beberla y de que ésta caiga sobre Él, pregunta; Padre, si no es tu voluntad arranca esta copa de mis
manos, porque estoy a punto de renunciar a mi santidad y ser envuelto por el
pecado ajeno, voy a ser separado y cortado de Ti, tomare el lugar de los
malditos y cargare con la maldición de todos, seré aplastado con tu castigo y
beberé del cáliz amargo de tu ira, solo si esa tu voluntad…
En ciertas
ocasiones cuando Él oró los cielos se abrieron y una vos celestial respondía a sus
oraciones (Jn 12:28 Mt 17:5, 3:17),
pero esta vez los cielos permanecieron en silencio, nada sucedió aquella noche,
no había otra forma de expiar los pecados ajenos, la copa de ira que Dios
preparo para sus enemigos seria derramada sobre su propio Hijo, Él bebería el
castigo particular de cada uno de nosotros puesto en esa copa, millones de
millones de formas de castigo diferentes estaban trazados en esa copa, la cruz
fue simplemente el medio visual de la ira de Dios, pero nadie podrá explicar jamás
lo que en verdad experimento Él el día de su muerte en la cruz.
Su angustia en
aquel jardín no tenía nada que ver con el temor carnal de los azotes y burlas, o
con los tormentos sicológicos de la cruz, de hecho en varias ocasiones anuncio
su muerte en la cruz sin ningún temor, pero ahora estaba bebiendo el cáliz de
ira de Dios, bebiendo el juicio de Dios, esta bebiendo el sufrimiento, dolor,
agonía del furor implacable del Juez Justo sobre la maldad. Esa copa nuca fue
preparada pensando en Él sino pensando en nosotros, pensando en nuestra
aniquilación por causa de la maldad, todas aquellas maldiciones proclamadas en
el monte Ebal (Dt 27:11-26) [Maldito el que practica la idolatría en oculto, maldito el
que deshonra a su padre y a su madre, maldito el que acciona contra su prójimo,
maldito el que hace errar a los ciegos, maldito el que hace injusticia con la
viuda y el huérfano, maldito el que comete adulterio y fornicación, maldito el
que se ayunta con animales, maldito el que comete incesto, maldito el que daña
a su prójimo, maldito el que recibe soborno, maldito el que trasgrede la ley]
todas estas maldiciones que identifican el pecado de los hombres estaban
concentradas en esa copa y fueron derramadas sobre el Hijo del Hombre, el
Cristo de Dios, destinado para recibir tal ira.
Entonces no se
trataba de que Jesús estuviera angustiado y con cierto temor porque los hombres
lo humillarían y finalmente lo matarían clavándolo en una cruz (muchas personas morían en la cruz en aquel
tiempo), se trataba de algo muy superior, se trataba de beber el cáliz de
la ira de Dios y ser separado del Padre. Nosotros que nacimos en pecados
separados naturalmente de Dios no nos damos una idea de lo que significo para
el Cristo sin pecado hacerse pecado por nosotros sufrir la ira de Juez Justo,
experimentar la muerte por todos y separarse del Padre (2°Co
5:21).
No estaba en manos
de Satanas esta copa de ira, no fue Satanas quien mato a Jesús en aquella
cruenta cruz, como algunos piensan que se trataba de la hora de las tinieblas (Lc 22:53), ¡Dios lo mato! derramando sobre Él todo el peso de la ira divina a
fin de redimir a los escogidos.
Isaías 53:3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue
menospreciado, y no lo estimamos. 4
Ciertamente llevó él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y
nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.5 Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como
ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros…
10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado,
verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano
prosperada.
La ira de Dios
Entonces toda esta
situación en Getsemaní no se trata de otra cosa sino de la ira de Dios, y
aunque no llegamos a comprender el peso de esa copa, solo podemos acercarnos a una
leve descripción de ella por medio de lo que las escrituras mismas expresan del
cáliz de la ira de Dios;
Jeremías
10:10 Mas Jehová es el Dios verdadero;
él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira
tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir
su indignación.
Jeremías
7:20 Por tanto, así ha dicho Jehová el
Señor: He aquí que mi furor y mi
ira se derramarán sobre este lugar,
sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los
frutos de la tierra; se encenderán, y no se apagarán.
Salmo 75:8 Porque el cáliz está en la mano de Jehová, y
el vino está fermentado, Lleno de mistura; y él derrama del mismo; Hasta el
fondo lo apurarán, y lo beberán
todos los impíos de la tierra.
Sofonías
3:8 Por tanto, esperadme, dice Jehová,
hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es reunir
las naciones, juntar los reinos, para derramar
sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira;
por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra.
Nahúm 1:5 Los montes tiemblan delante de él, y los collados se
derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en
él habitan. 6 ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿Y quién
quedará en pie en el ardor de su enojo? Su
ira se derrama como fuego, y por él se hienden (rajan, rompen, quiebran) las peñas.
Estas citas
describen solo una porción de la potencia del cáliz de la ira de Dios frente a
la rebelión, los que bebieron en esa ocasión de esta copa no permanecieron en
pie sino que fueron destruidos, nadie pudo resistir ni soportar su furia y su
ira, ningún hombre quedo en pie después de ella, nadie sobrevivió a ese cáliz de
ira temporal. Pero ahora Jesús en Getsemaní tiene en sus manos la copa de ira
que concentra el castigo final de todos los pecadores, el castigo no solo para
una nación o para una determinada ciudad, sino para millones de personas que habían
luego de creer en Él, una inmensidad de personas como un mar de gente que están
rogando que alguien ¡por favor! se
interponga entre ellos y Dios, porque Jehová viene con su cáliz para destruir a
los pecadores, y su palabra para nosotros de alguna manera son como las que
presenta el profeta Nahúm cuando Dios va a destruir una ciudad (Nínive);
Nahúm
3:5 Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos, y descubriré tus faldas en tu rostro, y mostraré a las
naciones tu desnudez, y a los reinos tu vergüenza. 6 Y echaré sobre ti inmundicias, y te afrentaré, y te pondré como
estiércol.
El
mediador
¡Heme aquí contra ti! tales palabras no generan otra cosa sino terror
en nosotros, porque ¿quién podrá resistirle?
¿Quién será aquel que se anime a pararse frente a Él y recibir el cáliz de su
mano?
Entonces es aquí
donde se abre el telón de Getsemaní, y vemos a un mediador presentándose ante
el Juez a fin de sustituirnos, a fin de mediar por nosotros, ningún otro abogado
en el mundo se atrevería a representarnos en esa corte celestial, pero Él es un
abogado diferente, tomaría de la mano del Juez la copa de todos nosotros la y
la bebería por nosotros, y de ese modo dejaría satisfecha la ira de Dios y a
toda una incontable multitud de almas legalmente justificadas para heredar la vida
eterna. ¡Gloria a Dios! ¡Bendito Aquel que intervino por nosotros!
¡Alabado sea Jesús el Cristo nuestro eterno Salvador!
1°Timoteo
2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6 el
cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su
debido tiempo.
2°Corintios
5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en
él.
Juan
18:11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete
tu espada en la vaina; la copa que el
Padre me ha dado, ¿no la he de beber?
Intercambió su
sangre por la nuestra, heredo nuestra muerte y nos hizo herederos de su vida,
bebió nuestra copa de muerte y nos dio a beber de su copa de vida, se puso entre
el Juez y nosotros y recibió la estocada de muerte, el aguijón de la muerte fue
enterrado en su pecho, el sepulcro alzo su voz y clamo a gran voz ¡victoria el Cristo ha muerto! y su alma
descendió a las partes más profundas de la tierra (Ef
4:9, 1°Pe 3:19). Día caliginoso fue aquel, lleno de oscuridad y
tinieblas, y las últimas palabras que pronuncio antes de morir fueron;
Consumado es…
Mateo
27:46 Cerca de la hora novena, Jesús
clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has desamparado?
Te desamparo porque fuiste encontrado culpable de toda la maldición
cometida por la humanidad, encontrado culpable por toda clase de mal e
infracción cometida por los hombres, encontrado culpable de transgredir cada
uno de mis estatutos de manera constante y desenfrenada… Te desamparo a Ti para
poder amparar a otros que no tiene posibilidad…
Juan
19:28 Después de esto, sabiendo Jesús
que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. 29 Y estaba allí una vasija llena de
vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un
hisopo, se la acercaron a la boca. 30 Cuando
Jesús hubo tomado el vinagre (como una prefigura del amargo cáliz de ira), dijo: Consumado es.
Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.
¡Consumado es! Que expresión de profunda tristeza, pero a su
vez también ¡Que expresión tan gratificante!, gratificante para los que fuimos justificados
por medio de Él; es un manera de decir; –¡se
termino! la copa de ira que tanto terror nos causaba está vacía, fue derramada
sobre la tierra y ni una pizca de ese sufrimiento nos salpico, sino que cada
gota de ella fue bebida por nuestro Salvador Jesús el Cristo, ya no hay mas
expresión de ira departe de Dios hacia nosotros, sino que ahora nos mira con aceptación
y amor por causa de haber sido declarados “justos”
por medio de la muerte expiatoria y sustitutiva de su propio Hijo–
Cómo vamos a corresponder tan sublime acto de
amor y misericordia, que podemos dar para compensar aunque sea un céntimo de su
amor; ¡nada! nada hay en nuestras manos que pueda de alguna manera retribuir
algo de tan grande obra, nunca tuvimos un obsequio para darle (Despreciado y
desechado entre los hombres, y como que escondimos de él el rostro, fue
menospreciado, y no lo estimamos), y si algo le dimos gustosamente fue nuestra
copa de ira, la cual acepto y arrebato de nuestras manos y la bebió por
nosotros, y a cambio nos dio su copa de gracia, copa de sangre que testifica en los cielos y en la tierra que nuestro castigo finalmente
se cobro la vida que tanto demandaba y ahora la cuenta esta saldada, lo que a
su vez implica también que somos coherederos la vida…
Ahora tiene sentido aquel pasaje del libro de Números 14:18
Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por
inocente al culpable;
¿Cómo haría Dios
para combinar misericordia y perdón sobre los pecadores y a su vez no tenerlos
por inocente porque son culpables? La respuesta es Cristo, lo hizo por medio de
Cristo, nos mostro su misericordia y perdón por medio de imputar nuestras
culpas en los lomos de su propio Hijo Jesús, y derramar sobre él todo el peso
de la justicia divina de manera que ningún culpable sea declarado inocente. Amor e Ira, Juicio y Misericordia, Culpabilidad y Perdón,
Condena y Liberación, Sentencia y Justificación, todas ellas convergen en
Cristo.
La copa de gracia y bendición
“Mi copa de ira por su copa de gracia”, este es el título del mensaje, que busca exhibir también su
indescriptible e insuperable Copa de Bendición y Copa de Salvación para todos
los que por la gracia de Dios hemos de creer en Él.
1°Corintios 10:16 La copa de
bendición que bendecimos, ¿no es la
comunión de la sangre de Cristo?...
Salmo 116:12 ¿Qué pagaré a Jehová Por todos sus beneficios para
conmigo? 13 Tomaré la copa
de la salvación, E invocaré el nombre de Jehová.
¡Vaya gracia! con la que
fuimos bendecidos por Dios, ¡Vaya Copa!
que recibimos de Él, Copa llena de sangre; Sangre preciosa, sangre invaluable,
sangre divina, sangre de pacto, sangre de promesa, sangre de justificación,
sangre de gracia, sangre de vida. No hay mejor bebida para la humanidad que la
que ofrece su copa, si su copa fuera una fuente deberíamos correr
apresuradamente a beber de ella cada día. Jesús mismo dijo que el que no come
su carne y bebe su sangre no tiene parte con Él (Jn
6:56), y todo aquel que de ella tome tiene vida eterna. ¡Oh que el
Señor nos atraiga en pos de ella cada día! Que esa copa se aferre a nuestras
manos para no soltarla nunca. ¿Cuánto vale es pacto? ¿Cuánto vale esa copa? Se
dice que la vida terrenal no tiene precio, cuanto más una vida eterna en los
cielos con Cristo. No hay mayor bendición que haber recibido de Él esta copa de
gracia, porque por medio de ella nos bendijo con toda bendición espiritual en
los lugares celestiales en Cristo, para la alabanza de la gloria de su gracia (Ef 1:3). Si nuestra copa fue muerte su
copa es Vida, si nuestra copa fue ira su copa es Amor.
La suerte de los que rechazan la copa
Por último
permítanme contar el final de la historia, este Mediador que bebió nuestra copa
de ira y cargo con nuestros pecados enfrentando la muerte por nosotros, finalmente
resucitó, y tal como las profecías y los salmos anticipaban pasado tres días Él
fue librado de la muerte;
Salmo
16:10 Porque no dejarás mi alma en el
Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
También parte del Salmo 18:
9, 15, 16 y
17 declara; Inclino los cielos y
descendió, los abismos de las aguas y los cimientos del mundo quedaron al
descubierto por su reprensión y el soplo de su nariz, y me tomo, me saco de las
muchas aguas, me libro de mi poderoso enemigo… Fue
el Padre el que lo mato y fue el Padre el que lo resucito (1°Co
15:15).
Levantado de los
muertos fue exaltado hasta lo sumo y se le dio un Nombre que es sobre todo
nombre, y al sonar de su Nombre toda rodilla de lo que está en los cielos y en
la tierra y debajo de la tierra se doblara y toda lengua confesará que Jesús el
Cristo es el Señor (Fil 2:9-11),
ahora reina hasta que todos sus enemigos sean puestos al estrado de sus pies y
todos aquellos que no bebieron de su copa de gracia serán torturados con la
copa de ira que no quisieron soltar.
Juan
3:36 El que cree en el Hijo tiene vida
eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Romanos
1:18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo
contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la
verdad;
Apocalipsis 6:15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los
capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de
los montes; 16 y decían a los montes y
a las peñas: Caed sobre
nosotros, y escondednos del rostro de
aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá
sostenerse en pie?
¡Ay! de aquellos que no fueron bendecidos con
la copa de gracia de nuestro bendito Salvador, y también ¡Ay! de aquellos que
habiendo bebido de la copa escupieron y despreciaron su sangre.
Conclusión
Hebreos
10:29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que
merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto
en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
Somos llamados a una vida de entera gratitud a
Dios por medio de Cristo, nuestros ojos cada día no deberían enfocarse o
distraerse en otra cosa que no sea Él, no hay mejor bendición que ésta que
obtuvimos de su copa, y seriamos unos necios si permanecemos inmutables ante
tan grande y loable verdad. Lo menos que podemos hacer es rendir nuestras vidas
a Cristo y ofrecer nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y agradable como
nuestro culto racional (Ro 12:1).
Si Él tan solo nos hiciera probar una sola gota de aquella amarga copa de furor
sería suficiente para derribarnos en tierra y quedar postrarnos ante Él rogando
por clemencia y misericordia, pero le plació librarnos por completos de ese
cáliz, y tal conocimiento debería compungir nuestro corazón a diario.
Hebreos 12:3 Considerad a
aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse
hasta desmayar.
Los cristianos del primer siglo cambiaban
radicalmente el curso de sus vidas luego de comprender la verdad del evangelio,
sufrieron por la defender y anunciar esta verdad, murieron confesándola y proclamándola,
pero abandonaros este polvoriento mundo dejando una marca para la gloria de
Cristo… Ahora es nuestro turno, es hora de imitar a Cristo, es hora de ser su
Iglesia…
La paz del Señor Jesucristo.-
Tremendo mensaje, gloria a nuestro eterno Salvador Jesucristo.
ResponderEliminarlo leo y edifica mi vida , abre mis ojos a los misterios y verdades escondidas en su palabra, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarVerdad que edifica y da paz a nuestro corazón. Bendito El Salvador que dio su vida por mi. Gloria a ti mi SEÑOR.
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