MENSAJE DOMINGO 28/02/2016
Por el Hno. Gabriel.-
Continuando con la temática del estudio de los evangelios a
fin de abordar “La vida y obra del Señor Jesús” en la
tierra, habiendo considerado la enseñanza desde el principio con los primeros
versículos del libro de Juan, continuado con el marco histórico de la época y
con el libro generacional de Jesús para demostrar su ascendencia real, hoy me
toca meditar respecto de los anuncios y nacimientos tanto de Juan el mensajero
profetizado como de Jesús el Mesías esperado. Tales acontecimientos solo se registran
en el evangelio escrito por Lucas quien fue el único de los cuatro escritores
que se tomo el trabajo de reportar con precisión todos estos hechos desde el
principio.
¿Quien fue Lucas?
Lucas, al igual que Juan, es tan solo el escritor del
evangelio, ya que como en meditaciones anteriores hemos mencionado, la autoría
de toda la escritura es propia del Espíritu Santo quien inspiro a los hombres
que Dios escogió para redactar dichos documentos (2°Ti 3:16).
Si bien Lucas no se identifica como el escritor directo del
evangelio (él no se menciona así mismo
como el escritor), dicho trabajo se le atribuye a él por la forma en la que
conjuga los verbos en primera persona (con
el pronombre plural “nosotros, nos”) al
momento de relatar los sucesos en el libro de “Los Hechos” (Hch 16:17, 20:6, 13 y 14, 21:7, 10, 12, 16 y 18, 28:11,
15)
No se cuenta con datos de Lucas en las escrituras, es muy
escasa la información que hay de él, de hecho Pablo lo menciona como su
colaborador solo en tres de sus cartas (Colosenses,
2°Timoteo y Filemón) y también como “el médico amado”. De
acuerdo a la salutación final de la carta a los Colosenses (Col 4:7-18) se concluye que Lucas
era de origen gentil, ya que allí no se lo identifica dentro del grupo de los colaboradores
que pertenecían a la circuncisión. Tampoco hay datos precisos respecto del año
en que se escribió dicho evangelio, pero se calcula que fue entre el año 60 y 61 dC posterior a los
evangelios de Mateo y Marcos (se estima
que Lucas pudo haber recurrido al evangelio de Marcos como fuente de
información).
Preludio
A diferencia de los otros evangelios, Lucas comienza el
relato del evangelio tomando como punto de inicio el anuncio del nacimiento de
Juan “El Bautista”, quien sería el
mensajero profetizado que iría delante del Mesías preparando su camino para su posterior
recibimiento. Pero… ¿Por qué comenzar el relato del evangelio de Cristo desde este
punto histórico? ¿Por qué no comenzar directamente el evangelio del Señor Jesús
con el relato de su nacimiento? ¿Es acaso importante el anuncio del nacimiento
de Juan? ¿Significa algo específico? ¿Cuál es el punto aquí?...
La respuesta las últimas preguntas es ¡SI! El relato del
nacimiento de Juan gtiene un significado específico dentro del marco histórico
de la manifestación del Mesías. Hemos de saber que desde la última vez que Dios
hablo al pueblo judío por medio del los profetas, y particularmente por medio
de Malaquías quien es el último profeta del antiguo testamento, desde estas últimas
palabras de Dios a Malaquías hasta el anuncio del nacimiento de Juan pasaron aproximadamente
unos 430 años. O sea que, tenemos un extenso tiempo de silencio y de ausencia
de palabra divina por parte de Dios hacia su pueblo. No hubo comunicación entre
Dios y los hombres durante cuatro siglos y medio (generaciones enteras pasaron anhelando escuchar alguna palabra departe
de Dios pero murieron en este periodo de silencio Divino). Si bien en todo
este tiempo, el cual se denomina periodo inter-testamentario, sucedieron muchos
hechos históricos de relevancia, entre los cuales se registran el levantamiento,
disolución y caída del imperio Griego (Alejandro Magno), la conocida y polémica
revuelta de los Macabeos tras la temporal independencia de los judíos del
dominio de Antíoco Epifanes (Sirio) (de
ahí nace la conocida fiesta de Hanukkah o Dedicación que se conmemora hasta el
día de hoy), el surgimiento del reino asmoneo, la formación de las sectas
de los fariseos y saduceos, el levantamiento del imperio Romano. Pasaron tantas
cosas, pero en lo que se refiere a manifestación de Dios a su pueblo no hubo absolutamente
ninguna.
La intensión de Lucas al iniciar el relato del evangelio
desde el anuncio del nacimiento de Juan es mostrar que aquel tiempo de silencio
de cuatrocientos años que Dios había guardado para con su pueblo había llegado
a su fin. Después de más de cuatro siglos de misterio e incertidumbre Dios
nuevamente volvía a comunicarse con su pueblo, nuevamente había palabra de Dios
para ellos, nuevamente una manifestación de Dios para los hombres –
¿se lo imaginan? ¡Qué alegría más sublime debe haber sido para ellos! Después
de tanto tiempo nuevamente Dios se comunicaba con ellos –
Lucas 1
21 Y el pueblo estaba esperando
a Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el santuario.
22 Pero cuando salió, no les
podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el santuario. El les hablaba por señas, y permaneció mudo (Dios
se había manifestado nuevamente pero aun el pueblo no podía comprender de lo
que esto se trataba).
23 Y cumplidos los días de su
ministerio, se fue a su casa.
Entonces, la respuesta al porque Lucas comienza su relato
con el anuncio del nacimiento de Juan es para mostrar; primero que el silencio
de Dios había llegado a su fin y segundo demostrar también la conexión directa
que hay entre la ultima profecía del libro de Malaquías y el cumplimiento de esta
a partir del anuncio del nacimiento de Juan el bautista.
Malaquías 4
5 He aquí, yo os envío el
profeta Elías, antes que venga el día de
Jehová, grande y terrible.
6 El hará volver el corazón de los padres hacia
los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.
Lucas 1
11 Y se le apareció un ángel del
Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso.
12 Y se turbó Zacarías al verle,
y le sobrecogió temor.
13 Pero el ángel le dijo:
Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elizabet te dará
a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.
14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se
regocijarán de su nacimiento;
15 porque será grande delante de
Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el
vientre de su madre (similar al voto nazareo a
excepción del pelo largo, ejemplos; Sansón, Samuel, Jeremías, etc.)
16 Y hará que muchos de los
hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.
17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de
Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al
Señor un pueblo bien dispuesto.
Vaya conexión que hay entre el final del último libro del
antiguo testamento (Malaquías) y el
principio de uno de los primeros libros del nuevo testamento (evangelio escrito por Lucas). Es como
si el evangelio de Lucas fuera la continuación directa del último libro del
antiguo testamento, desde la última vez que Dios hablo en el antiguo testamento
hasta la primera vez que retomó la comunicación en el nuevo testamento. O sea,
el antiguo testamento finaliza anunciando la venida del mensajero que Dios
enviaría delante del Mesías, y el nuevo testamento inicia anunciando el
nacimiento de ese mensajero prometido. Y si el mensajero había llegado entonces
el Mesías sería prontamente manifestado. Esto es lo que Lucas intenta demostrar
con el relato del nacimiento de Juan antes que el de Jesús, no se trata de una
cuestión jerárquica de nacimientos como si el de Juan fuera más importante que
el de Jesús, sino se trata de una cuestión de orden cronológico y profético.
Para Lucas el principio del relato del evangelio comienza
desde el día que Dios volvió a hablar a su pueblo Israel.
Lucas 1
3 me ha parecido también a mí, después de haber
investigado con diligencia todas las cosas desde su origen (desde
la primera palabra de Dios en el nuevo testamento), escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo,
4 para que conozcas bien la verdad de las cosas
en las cuales has sido instruido.
El año de los
nacimientos
Pero además de esto, el cual se considera el preludio al
nacimiento del Mesías, lo que nos aporta el rico y abundante relato del evangelio
de Lucas con el anuncio del nacimiento de Juan, es poder establecer con precisión
el tiempo del nacimiento del Mesías, no en lo que a fecha y hora se refiere (porque son datos muy especulativos) pero
si en lo que a mes y año respecta. Cosa que para la mayoría de la humanidad es algo
confuso por causa de las religiones, las cuales han distorsionado intencionalmente
esta fecha para lucrar y engañar a las personas por medio de ella (¿25 de diciembre? ¿Y esa fecha de donde
salió? ¿Si Jesús no nació el 25 de diciembre, entonces el nacimiento de quien se
está celebrando ese día?).
Hablar de fechas y años nos lleva a considerar como cosa primera
si el “año uno” actual con el que se
datan los hechos de la historia universal (aC y dC) está bien determinado o no.
La respuesta es; NO, el actual año uno
con el que se datan los sucesos de la historia universal está mal calculado.
Este error se arrastra desde el siglo VI (525 dC) de la era
cristiana, donde un cura católico (Dionisio
el Exiguo) al momento de establecer un sistema para numerar los años y
determinar la fecha de la pascua hizo mal los cálculos, porque tomo como
parámetro la línea de los emperadores romanos y el surgimiento de Roma y no las
Escrituras. Este cura omitió descuidadamente un período de aproximadamente 4
años. Este error y muchos otros comenzaron a corregirse posterior al siglo XVI.
Y para no rehacer todo el fechado completo de toda la documentación histórica,
prefirieron correr el nacimiento de Jesús en el calendario de la era cristiana.
De este modo, según el cálculo de ellos, Jesús nació el 4 aC -¿raro verdad?-. Todos estos datos están certificados
teniendo en cuenta la línea de tiempo ofrecida por las Escrituras. Esto implica
que los historiadores seculares están diferidos casi unos dos o tres años de
estos sucesos debido al uso de calendarios imperfectos (Juliano y posteriormente el Gregoriano). De esta manera, según los
calendarios actuales, los anuncios y nacimientos de Juan y Jesús
ocurrieron entre los años 5 y 4 aC.
El mes del nacimiento
Lucas 1
5 Hubo en los días de Herodes,
rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elizabet.
…
8 Aconteció
que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su
clase,
9 conforme
a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor.
De acuerdo al primer libro de Crónicas (1°Cr 24:1-19), mil años antes del
nacimiento de Jesús, el rey David antes de morir, había establecido un orden anual
en el servicio sacerdotal para que todos los descendientes de Aarón tuvieran
participación a lo largo del año en el servicio sacerdotal. En aquel entonces
se establecieron 24 órdenes, o sea, dos por cada mes, 16 para el linaje de
Eleazar y 8 para el linaje de Itamar, ambos hijos de Aarón. Cada orden
ministraba medio mes lunar correspondiente al año del calendario judío. Recordamos
que los judíos usaban un calendario lunar de 354 días con
doce meses lunares alternando meses de 29 días a los de 30 días, esto se debe a
que el
giro de la luna alrededor de la tierra tiene un término de 29 días y 12 hs,
o sea, 29 días y medio, por esta razón los meces del calendario lunar alternaban
entre meces de 29 y 30 días.
Con estos datos podemos reconstruir el calendario Lunar y
hacer una equivalencia con el calendario solar utilizado actualmente a fin de
determinar la repartición de los servicios sacerdotales a lo largo del año.
Determinando el mes de servicio de Zacarías (padre
de Juan el Bautista) se puede conocer el mes de nacimiento de Juan el
Bautista, y conociendo el mes de nacimiento de Juan el Bautista se puede
determinar el mes de nacimiento del Señor Jesús, ya que el nacimiento de Juan
el Bautista fue seis meces antes que el nacimiento del Señor Jesús (Lc 1:26,36).
La clase de Abías, grupo sacerdotal a la cual pertenecía
Zacarías había caído en la octava suerte (1 Cr 24:10), lo que implica que
debía ministrar las últimas dos semanas del cuarto mes del año lunar del
calendario judío. O sea, el primer mes del calendario lunar judío se llama Abib
o Nisán (nombre pos-exílico) y su
periodo corresponde entre Marzo y Abril de nuestro año calendario solar. El
cuarto mes del calendario lunar judío se llama Tammuz (nombre pos-exílico) y corresponde a Junio y Julio de nuestro
calendario solar. Dicho de otro modo, Zacarías entro al santuario entre Junio o
Julio de nuestro calendario. Es importante destacar que Zacarías volvió a su
casa al terminar su servicio, es decir al final del cuarto mes (Lc 1:23) (fin de Julio).
Es previsible inferir que, tan pronto como Zacarías regreso
a su hogar, Elizabet quedó embarazada en la primera semana del quinto mes lunar
(Av), o sea, finalizando Julio. A partir de allí, nueve meses lunares contando
desde Av (fines de Julio), la fecha
de nacimiento de Juan cae posterior a la pascua o fiesta de los panes sin
levadura (Juan estaría naciendo a mediados
del mes de Abril).
De acuerdo con el relato de Lucas, cuando el ángel Gabriel
aparece a María para anunciar el nacimiento de Jesús habían trascurrido ya seis
meces del anuncio del nacimiento de Juan:
Lucas 1
26 Al sexto mes el ángel
Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
…
36 Y he aquí tu parienta Elizabet, ella también
ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril;
Con estos datos se puede determinar que el ángel apareció a
María a mediados del mes de Tebet (décimo
del año lunar religioso judío que equivale a Diciembre - Enero de nuestro
calendario solar). Es muy probable que la virgen quedara encinta en el
momento mismo de aceptar la voluntad de Dios. Y nuevamente nueves meses lunares
después, a mediados del mes Etanim o Tisri (nombre
pos-exílico) equivalente a finales de septiembre (terminando el Verano e inicio de Otoño en el hemisferio norte)
nacía el Señor Jesús en plena fiesta de los Tabernáculos.
Dicho de otro modo, la fecha de nacimiento de Jesús sería a fines de Setiembre
de acuerdo a nuestro calendario solar.
Un dato más que contribuye favorable y espiritualmente a
este cálculo es la cita de Juan 1:14 la cual leyendo del texto griego textualmente
dice:
Juan 1:14
και→Y ο→la λογος→Verbo/Palabra σαρξ→carne εγενετο→vino/llegó a ser και→y εσκηνωσεν→habitó en tienda/(tabernaculizó) εν→en ημιν→nosotros και→y εθεασαμεθα→vimos την→a/al/a el δοξαν→gloria/esplendor αυτου→de él/su/sus δοξαν→gloria/esplendor ως→como μονογενους→de unigénito παρα→junto (a/al)/al lado de πατρος→Padre πληρης→lleno χαριτος→de gracia/bondad inmerecida και→y αληθειας→verdad
La gracia de Dios en
Zacarías y Elizabet
Otras enseñanzas que podemos tomar de este extenso y rico
relato que hace Lucas del anuncio del nacimiento de Juan como un preludio al
nacimiento del Mesías, es la gracia y poder de Dios sobre la vida de Zacarías y
Elizabet, los cuales eran un matrimonio avanzado en edad y sin ninguna prole
por causa de la esterilidad de Elizabet.
De acuerdo a las palabras del ángel Gabriel en el verso 13
del capítulo 1 (Lc 1:13 Pero el ángel le dijo:
Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída,
y tu mujer Elizabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan),
es evidente que Zacarías, a pesar de su avanzada edad y de la esterilidad de su
mujer, continuaba orando a Dios para que se le conceda un hijo. Y a pesar de
que no creyó inmediatamente lo que el ángel le decía (Lc 1:18), esto no quita la
constancia en oración que debe haber tenido este hombre delante de Dios, que al
margen de la realidad de su situación (viejo
y con esposa vieja y estéril), no había perdido la esperanza en Dios para
que revierta su situación, cosa que para el resto de las personas era algo imposible
de revertir. Elizabet, para el resto de las personas era conocida como la estéril
–
¿se lo imaginan? – o sea, cada vez que una persona hacía mención de
la esposa de Zacarías se dirigía a ella como “la estéril” (Lc 1:36 Y he aquí tu parienta Elizabet,
ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban
estéril) Por
cierto, tal designación para ella no era ningún alago, antes por el contrario, era
una humillación, ya que ser estéril en aquel tiempo era considerado una
afrenta, una humillación departe de Dios (Lc 1:25 Así
ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta (vergüenza,
humillación) entre
los hombres). Sin embargo,
para sorpresa y admiración de todos, y para demostrar que para Dios no hay nada
imposible, esta situación fue revertida. Esta pareja de ancianos y de mujer
estéril fue escogida por Dios para traer al mundo, nada más y nada menos, que al
mensajero que iría delante del Mesías. Aquello que para los demás era
menospreciado y débil (Elizabet) fue usado
por Dios para avergonzar a lo fuerte (1°Co 1:27-28), porque nada es imposible para
Dios (Lc 1:37 porque nada hay imposible para
Dios).
Quien iba a pensarlo, que un profeta del calibre de Juan del
cual Jesús mismo da testimonio diciendo “que
de entre los nacidos de mujer no se ha levantado otro como Juan” (Mt 11:11)
haya venido de una pareja de ancianos y estéril como lo eran Zacarías y
Elizabet (era algo irrisorio). Sin
embargo Dios lo quiso así, y mostro gracia en esta pareja menospreciada de
ancianos, de hecho el nombre de Juan significa “Jehová ha mostrado” gracia, o también, “el favor de Jehová”.
El anuncio del
nacimiento de Jesús
El mismo ángel que había aparecido a Zacarías para anunciar
el nacimiento de Juan, apareció también a María (Lc 1:26-38), la virgen escogida
por Dios para traer al mundo al Mesías, al Cristo profetizado, al Hijo del
Altísimo, a Emanuel el Dios encarnado. Tal concepción sería algo único y
extraordinario en toda la humanidad, ya que dicha concepción no sería por parte
de hombres sino por parte de Dios mismo, una concepción puramente espiritual y santa,
un misterio velado para los hombres, María misma pregunta; Lc 1:34-35 Entonces María
dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues
no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá
sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
Una virgen concebiría un ser en su vientre, ¡qué hecho tan increíble e improbable!,
sin embargo, a diferencia de Zacarías, María creyó inmediatamente lo que el
ángel le anunciaba (Lc 1:45), entendiendo perfectamente lo que
esta situación le representaría en su vida moral, porque como le explicaría a José y al resto de la sociedad que
continuaba siendo virgen al margen de estar embarazada (Mt 1:18-19). Es evidente que
María necesitaba aclarar algunas cosas detrás de estos desconcertantes anuncios
(ella
concebiría siendo virgen, su parienta Elizabet anciana y estéril ahora estaba
embarazada), y por esta razón decide visitar apresuradamente a
Elizabet su parienta la cual vivía en las montañas. Lo curioso del relato de
esta visita es que en cuanto María llego a casa de Elizabet, ella no necesito
abrir su boca para explicar absolutamente nada de su situación a Elizabet,
porque el Espíritu Santo se encargo de revelar este asunto a Elizabet sin
necesidad de las palabras de María. Si María tenían alguna duda imagino que tal
revelación fue una clara respuesta para ella, porque posterior a las palabras
de Elizabet María expreso un salmo de alabanzas a Dios (Lc 1:46-55).
Lucas 1
39 En aquellos días,
levantándose María, fue de prisa a la montaña,
a una ciudad de Judá;
40 y entró en casa de Zacarías,
y saludó a Elizabet.
41 Y aconteció que cuando oyó Elizabet
la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elizabet fue llena
del Espíritu Santo,
42 y exclamó a gran voz, y dijo:
Bendita
tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.
43 ¿Por qué se me concede esto a
mí, que la
madre de mi Señor venga a mí?
44 Porque tan pronto como llegó
la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi
vientre.
45 Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá
lo que le fue dicho de parte del Señor.
Nacimiento de Juan el
bautista
Elizabet estuvo encerrada la mayor parte de su embarazo en
casa (Lc
1:24-25), o sea que muy pocas eran las personas que estaban enteradas
de que la conocida y menospreciada estéril ahora estaba embarazada. De hecho
muchos de sus vecinos y parientes se enteraron de ello el día en que Juan
nacía, (Lc 1:57-58 Cuando a Elizabet se le
cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo. Y cuando oyeron los
vecinos y los parientes que Dios había engrandecido para con ella su
misericordia, se regocijaron con ella). Posterior al nacimiento de
Juan, Zacarías su padre recibió el habla, y de este modo se cumplieron las
palabras del ángel Gabriel (Lc 1:20 Y
ahora quedarás
mudo y no podrás hablar, hasta el día en que
esto se haga, por cuanto no creíste mis
palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo)
Pero además de todo esto, tanto Elizabet como Zacarías en
cuanto fueron llenos del Espíritu Santo proclamaron salmos de alabanzas a Dios
confirmado también por medio del Espíritu Santo que Juan era el Elías
profetizado y Jesús el Mesías esperado (Lc 1:67-79). El reino de los cielos se había acercado,
Dios mismo en medio de los hombres.
Final
De hecho muchas profecías del antiguo testamento hayan cumplimiento
durante el nacimiento de Juan y Jesús, tema que por cierto vamos a tratar en la
próxima meditación la cual va a abarcar desde el nacimiento de Jesús, su niñez
y adultez, observando todas las profecías que se cumplieron en este tiempo.
La paz del Señor Jesucristo.-
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