MENSAJE DOMINGO 28/08/2016
Por el Hno. Gabriel.-
Reanudando con el desarrollo de todos los eventos que
acontecieron en la última semana del ministerio del Señor Jesús en la tierra,
abordaremos en esta ocasión el evento de la crucifixión de nuestro Señor
Jesucristo, mensaje que he titulado “La
Crucifixión de Jesús – Asesinato en 1° Grado”.
Hechos 13:28 Y sin hallar en él
causa digna de muerte, pidieron a Pilato que se le matase.
Introducción y
contexto
Hablar de la crucifixión y muerte del Señor Jesús es un
evento que puede abordarse desde varios puntos de análisis. Y me refiero que
puede tratarse a) desde el punto de vista legal
para conocer el proceso de juicio y sentencia al que se le sometió al Señor
Jesús, b) desde el punto de vista médico para
entender las causas clínicas de su fallecimiento luego de haber sido
brutalmente azotado y clavado allí en la cruz, o c)
desde el punto de vista espiritual para entender el valor de lo que implica y el
alcance que tiene este sacrificio expiatorio a favor de la humanidad.
Obviamente tratar de desarrollar todos los puntos de vista en una sola
meditación de una hora no será posible ya que al ser un tema mucho más extenso
demandaría más tiempo. No obstante nos esforzaremos en abordar de todos modos
este evento respetando un orden cronológico y mostrando primeramente la mirada
legal y clínica del asunto.
De acuerdo a los cálculos expuestos en las meditaciones
anteriores, este evento se ubica en la fecha 26 de Marzo del año 31dC de
acuerdo a nuestro calendario, y por supuesto es el día 14 de Abib o Nisán del
calendario judío. Resumiendo diremos, hasta aquí los discípulos ya han cenado
la pascua con el Señor, Judas ha salido a para concretar su traición al
maestro, el resto de los discípulos cantaron el himno (Mt 23:30) y aproximadamente a
las 11 de la noche (inicio de la segunda
vigilia) salieron con el Señor al monte de los olivos. Estando allí luego
que el Señor les hubo instruido profundamente y orado por ellos (Jn 13, 14, 15,
16 y 17) siendo aproximadamente la hs 2 de la mañana se aparto Jesús
al huerto de Getsemaní junto con Pedro Santiago y Juan para orar solo y que estos discípulos velasen con
él, pero por causa del cansancio agotador se dormían y no podían velar con el
Señor (Mt
26:36-46), y posterior a todo esto, quizás siendo ya las 3:30 de la
mañana llego Judas el traidor con una turba de personas entre los que había
soldados y alguaciles que pertenecían a la guardia del templo y prendieron a
Jesús para llevárselos a casa del Anás y Caifás y someterlo allí a un juicio
injusto para inculparlo y sentenciarlo a pena de muerte.
Desarrollo del Proceso
Legal
Es evidente que las autoridades judías, (el sumo sacerdote y el sanedrín compuesto por saduceos, escribas y
fariseos) para poder emitir una sentencia de muerte sobre una persona
debían moverse bajo el marco legal que justifique tal sentencia, de lo
contrario perderían toda credibilidad y autoridad como Corte Suprema de
Justicia para los judíos, sin embargo la aprobación final de la pena de muerte
dependía de la autorización del prefecto romano (en este caso Poncio Pilato) debido a que Jerusalén estaba bajo el
dominio del Imperio Romano.
Llevar adelante un juicio injusto para sentenciar a muerte al
Señor Jesús no fue un asunto improvisado que resulto en su muerte impensada,
sino algo premeditado que se elaboró maliciosamente para tal fin, o sea, una
conspiración.
1) Primer paso; El Complot
Mateo 26
1 Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a
sus discípulos:
2 Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser
crucificado.
3 Entonces los principales sacerdotes, los
escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote
llamado Caifás,
4 y tuvieron consejo (complot, conspiración) para prender con engaño a Jesús, y matarle.
5 Pero decían: No durante la fiesta, para que
no se haga alboroto en el pueblo.
Esto demuestra claramente que la muerte de Jesús en manos de
las autoridades romanas fue un claro caso de asesinato en primer grado planificado
por las autoridades judías (los judíos
asesinos intelectuales y los romanos asesinos materiales) Un asesinato es calificado como de “primer grado”
cuando hay premeditación y acechanza o también alevosía, es decir: Traición; Y
todas estas cosas se llevaron a cabo para poder dar muerte al Señor Jesús (traición por parte de Judas Mt 26:14-15 y
conspiración por parte de las autoridades judías)
Hay que comprender que la muerte de Jesús no fue
una muerte cualquiera. No se trata de que un grupo de maleantes atacara a Jesús
clavándolo en un madero para dejarlo allí. La muerte de Jesús fue una ejecución
pública mediante sentencia judicial por parte de las autoridades
gubernamentales. Es decir, que se elaboraron una serie de documentos legales
para establecer el juicio y la sentencia de muerte. Y aunque hacia afuera había
toda una caratula legal que justificaba esta sentencia, no obstante Jesús fue
asesinado por las autoridades imperiales y religiosas. Las autoridades
intentaron disfrazar el asesinato como un juicio justo, de manera de que el
pueblo creyera que Jesús murió porque era un delincuente o un criminal.
2) Segundo Paso; El Falso Juicio
Mateo 26
57 Los que prendieron a Jesús le
llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos.
…
59 Y los principales sacerdotes y los ancianos y
todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la
muerte,
60 y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban.
Pero al fin vinieron dos testigos falsos,
61 que dijeron: Este dijo: Puedo
derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.
62 Y levantándose el sumo
sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?
63 Más Jesús callaba. Entonces
el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el
Cristo, el Hijo de Dios.
64 Jesús le dijo: Tú lo has
dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la
diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
65 Entonces el sumo sacerdote
rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora
mismo habéis oído su blasfemia.
66 ¿Qué os parece? Y
respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!
67 Entonces le escupieron en el
rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban,
68 diciendo: Profetízanos,
Cristo, quién es el que te golpeó.
Los juicios por procesos criminales no se debían hacer por
las noches sino durante el día y de forma pública ya que de lo contrario era
considerado ilegal, pero en este caso como se trataba de un complot se armo
todo de forma premeditada infringiendo normas y códigos judiciales con tal de
poder llevar consumar dicha conspiración.
Era totalmente inusual que se convoque al sanedrín a una audiencia
a altas horas de la madrugada (aprox.
4:30 am) para tratar un asunto judicial de pena capital. Sin embargo
llevaron adelante el juicio sentando a Jesús en el banco del acusado y
presentando testigos que pudieran declarar en su contra para poder avalar así la
premeditada sentencia de muerte, pero los testimonios presentados eran tan
débiles en sí y sin concordancia entre ellos (Mr 14:56 y 59) que no justificaban
de ningún modo una pena de muerte para el acusado.
Al ver el sumo sacerdote que nada lograba con todo el
despliegue teatral que había montado, ya que Jesús nada respondía a todo lo que
se le decía, puso a Jesús bajo juramento con Dios como intermediario para que
respondiera si él era verdaderamente el Cristo el Hijo de Dios, a lo que Jesús
respondió –
tú has forzado esta respuesta, Yo soy el Cristo, el Hijo del Hombre, yo soy
Aquel que verán venir en las nubes sentado a la diestra del poder de Dios tal
como lo vieron los profetas – y por supuesto todo esto era verdad,
pero el sumo sacerdote lo considero una blasfemia por el simple hecho que él no
creía en Jesús, considero su propia opinión como el factor determinante para
emitir un veredicto injusto y sentenciar a Jesús a la muerte.
3) Tercer paso; Las causas
La causa legal que las autoridades judiciales adujeron para
avalar la premeditada pena de muerte de Jesús fue encontrarlo culpable de “Blasfemia contra Dios” porque siendo
hombre se hizo igual a Dios (Jn 5:18, 10:33), lo cual de acuerdo a la ley
mosaica una blasfemia contra el Nombre de Dios debía ser castigada solo con la
muerte por apedreamiento.
Levíticos 24:16 Y el que blasfemare el
nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda
la
congregación lo apedreará; así el
extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.
Las autoridades de esta corte de justicia encontraron a
Jesús culpable del delito de blasfemia contra
Dios con lo cual cerraron la causa y condenaron a Jesús a la muerte. Pero
de acuerdo a la ley mosaica Jesús debía ser muerto con la pena de apedreamiento,
sin embargo eso no sucedió, sino que finalmente, pese a las leyes del tribunal
judío, Jesús fue muerto mediante la pena de la crucifixión romana. Y la razón
de este asunto era que los judíos por causa de estar subordinados a la
autoridad de Roma (Jerusalén había sido
considerada ciudad de Roma por tanto no tenia rey sino gobernador, su rey en
este caso era el Cesar mismo) no podían ejercer la pena de muerte con nadie,
sino dependían de la autorización y consentimiento del prefecto romano en
turno, quien en esta ocasión era el gobernador Poncio Pilato. Así que por más
que ya tenían una sentencia previa ahora debían buscar la aprobación del
gobernador, no obstante a los judíos no les importaba si la sentencia de muerte
se ejecutaba mediante apedreamiento o crucifixión, al final solo querían
asegurarse de que Jesús sea muerto.
Juan 18:31 Entonces les dijo
Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le
dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie;
El problema secundario que se suscitaba posterior al
veredicto judío es que ahora debían justificar tal veredicto delante del
procurador romano, el cual debía reconsiderar si la pena se llevaba a cabo o no.
O sea que para los judíos era un juicio doble ya que tenían que tener una causa
legal constituida bajo las leyes judías que avala la sentencia de muerte y
luego otra una causa legal constituida bajo las leyes romana que justifique la
sentencia de muerte de Jesús.
Como todo esto formaba parte de una conspiración los judíos
ya habían pensado en todo a fin de cubrir todos los detalles, eran unos
perversos maquinadores, parte de su naturaleza malvada la vemos en el caso de
la mujer adúltera (Jn 8:1-11) en donde demostraron no tener
ninguna intensión de hacer valer la ley de Moisés sino tan solo encontrar un
motivo para poder acusar a Jesús.
Una vez que determinaron la sentencia bajo las leyes judías,
siendo muy de mañana (aprox. 5:45 o 6:00
am) fueron a ver a Poncio Pilato para que ratificara esta sentencia, para
lo cual adujeron una nueva causa contra Jesús para validar la sentencia bajo
las leyes romanas.
Lucas 23
1 Levantándose entonces toda la
muchedumbre de ellos, llevaron a Jesús a Pilato.
2 Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte a la nación, y que prohíbe
dar tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un rey.
Para las leyes romanas la causa legal con la cual los judíos
inculparon a Jesús fue “Insubordinación e
insurrección en contra de la autoridad de Cesar”, negado a Cesar como rey de
los judíos y además constituyéndose el mismo rey en rebelión contra el imperio
romano y sobre Poncio Pilato quien era el encargado de juzgarle en nombre de
Roma.
Sin embargo, a pesar de la maliciosa y falsa acusación, Pilato
como buen procurador se tomo el trabajo de interrogar a Jesús respecto de las
acusaciones para reconsiderar el veredicto judío y pronunciar el veredicto
final
Lucas 23
3 Entonces Pilato le preguntó,
diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y
respondiéndole él, dijo: Tú lo dices.
4 Y Pilato dijo a los principales sacerdotes, y a la
gente: Ningún
delito hallo en este hombre.
5 Pero ellos porfiaban (disputaban obstinadamente), diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea
hasta aquí.
Luego del primer interrogatorio, Pilato se dio cuenta que
las acusaciones contra Jesús eran falsas, y a fin de librarse del asunto lo
envió a Herodes quien administraba la jurisdicción de Galilea (aunque para esos días visitaba Jerusalén)
pero fue inútil ya que Jesús ninguna palabra le respondió a Herodes, el cual
molesto por la actitud de Jesús lo devolvió a Pilato (Lc 23:6-12).
Luego de esto Pilato nuevamente interrogó a Jesús
ratificando su primera apreciación de la inocencia de Jesús respecto de los
cargos con los que se le acusaba, por tanto estaba a punto de hacer declinar la
sentencia que había propuesto el concilio judío (la corte de justicia judía).
4) Cuarto paso; Las sentencias
Lucas 23
13 Entonces Pilato, convocando a
los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo,
14 les dijo: Me habéis
presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de
aquellos de que le acusáis.
15 Y ni aun Herodes, porque os
remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre.
16 Le soltaré, pues, después de castigarle.
Hasta aquí al primer veredicto de Pilato contra Jesús fue
solo el castigo mediante el azotamiento romano, sentencia que se llevo a cabo
inmediatamente.
Un azotamiento romano era un sentencia muy cruel,
por lo general más del 60% de los azotados moría a los días o semanas o bien
quedaba lisiado o con graves quebraduras.
Las Escrituras revelan que Jesús fue azotado
con “flagrum” (Mt 27:26; Mr 15:15). El flagrum era un azote que
constaba de un mango rígido del cual se desplegaban varias cuerdas que tenía
pedazos de metal o huesos agudos entretejidos para producir desgarros y
terribles heridas en la piel. La víctima era atada a un poste por las muñecas
poniéndolas por sobre su cabeza y se estiraba sus pies lejos del poste de
manera que la piel de la espalda quedase tensa. Un experto en el manejo del
látigo podía literalmente rasgar la piel de la espalda lacerando los músculos y
algunas veces exponer los riñones u otros órganos internos a la vista (despellejar). En algunos casos el solo
azotamiento resultaba fatal. El azotamiento se realizaba a piel desnuda sin
respetar partes del cuerpo. Jesús fue azotado por soldados romanos.
Pero no acaba allí, también hicieron una corona de
espina la cual colocaron a golpes en la cabeza de nuestro Señor Jesucristo provocándoles
serias heridas (Mt
27:29-30; Jn 19:2), sobre todo afectando la ramificación del tronco
venoso temporal, parietal y occipital.
Mateo 27
28 y desnudándole, le echaron
encima un manto de escarlata,
29 y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de
espinas, y una caña en su mano derecha;
e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de
los judíos!
30 Y escupiéndole, tomaban la caña y
le golpeaban en la cabeza.
Luego de este despiadado castigo
llevaron a Jesús nuevamente ante Pilato:
Juan 19
4
Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que
entendáis que ningún delito hallo en él.
5 Y
salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!
6
Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces,
diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y
crucificadle; porque yo no hallo delito en él.
Al volver a Pilato, Jesús necesitaba asistencia
médica de urgencia, había perdido y estaba perdiendo mucha sangre debido a las
múltiples heridas. No obstante los líderes religiosos no se conformaron con ver
a Jesús despellejado, querían verlo muerto, temían que pudiera recuperarse y sanar
de aquellas graves heridas.
Solía soltarse un preso en tiempos de pascua,
cualquiera que el pueblo quisiera, era una costumbre que se había impuesto;
Esto era una forma que tenía el procurador romano de congraciarse con el pueblo
judío. Pilato aprovechó la oportunidad y trajo al peor preso que tenían en
Jerusalén, a Barrabás acusado de homicida y revolucionario, un hombre
despreciable, a fin de condenar a este y dejar libre a Jesús, ya que ningún
delito digno de muerte había hallado en él, pero para su infortunio, todo el
pueblo judío influenciado y asesorado por los sacerdotes pidieron que se les
soltase a Barrabás (un hombre
sanguinario) y crucificaran a Jesús (Mt 27:15-21; Mr 15:7-11; Jn 18:40).
Pilato quería dejar libre a Jesús, pero no pudo
convencer a las masas judías que alborotadamente pedían la muerte de Jesús a
gritos, además prevaleció la instigación y manipulación de los judíos los cuales
empezaron a acusar públicamente a Pilato de incumplimiento en sus deberes y
funciones de acuerdo a las leyes romanas, pero con la única
intensión de que el veredicto final de Jesús sea la muerte por crucifixión.
Juan 19
12 Desde entonces procuraba
Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas,
no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone.
13 Entonces Pilato, oyendo esto,
llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado,
y en hebreo Gabata.
14 Era la preparación de la
pascua, y como la hora sexta (6:00
am según el método romano). Entonces dijo a los
judíos: ¡He aquí vuestro Rey!
15 Pero ellos gritaron:
¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les
dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes:
No
tenemos más rey que César.
16 Así que entonces lo entregó a ellos
para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron
Mateo 27
24 Viendo Pilato que nada
adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del
pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros.
25 Y respondiendo todo el
pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.
5) Quinto Paso; La ejecución de
la Pena de muerte; La Crucifixión
De este modo los juicios sobre Jesús llegaron a su fin,
luego de haber sido procesado por las autoridades judías (el sanedrín como suprema corte de justicia) y habiendo sido
encontrado culpable con causa legal de “Blasfemia
contra Dios” fue sentenciado a muerte por pena de apedreamiento, pero para
validar este juicio fue luego procesado en un segundo juicio por autoridades
romanas (el gobernador Poncio Pilato) siendo
encontrado culpable con causa legal de “Insubordinación
e insurrección en contra de la autoridad de Cesar” por lo que fue sentenciado
a la muerte con la pena de crucifixión. Sin embargo nada de todo lo que estos papeles
legalmente constataron en contra de Jesús fue verdadero, fue sometido a un
juicio injusto, la verdadera caratula legal de todo este asunto fue “Asesinado en primer grado contra el autor
de la Vida”
Para Jesús no hubo prisión intermedia como un privilegio del
cual pudo gozar Barrabas, ni tampoco un juicio justo como el de cualquier
malhechor, se dice que el talmud otorgaba
como mínimo un plazo perentorio de cuarenta días de prisión para poder apelar y
determinar una justa sentencia, pero Jesús de acuerdo a la profecías de
Isaías (Is
53:8) fue privado de estos procedimientos básicos (Hch 8:33),
el mismo día del arrollador y abrupto juicio
fue directamente sentenciado a la muerte como si se tratase de un hombre despreciable
que no merece vivir ni un segundo más sobre la tierra, fue cortado
violentamente de los vivientes por medio de aquella cruz, buscaron apresuradamente
deshacerse de él a fin de que no quedasen rastros de su existencia, quitado en la flor de su edad como hombre
que se va sin dejar descendencia, sin embargo el profeta pregunta “su generación ¿quien la contara?”,
porque su vida finalmente no se acabo en aquella cruz sino que continuó por
toda la eternidad engendrando así una generación indestructible (He 2:10) para
toda la posteridad.
Jesús fue sentenciado a muerte y tomó su cruz (Jn 19:17) para
salir al monte más cercano de la ciudad de Jerusalén, al monte de la entrada
norte, llamado “Gólgota” (cráneo o calavera) junto al camino o
entrada principal para que todos lo vieran.
Al salir del muro de la ciudad y cuesta arriba
Jesús necesitó ayuda y Simón de Cirene fue obligado a ayudar a Jesús hasta el
lugar donde debía ser crucificado.
Jesús fue crucificado en la hora tercera del día
como se relata en Marcos 15:25 esto implica que era aproximadamente las
9:15 am del miércoles 26 de marzo del año 31dC.
Cerca del mediodía (hora sexta) hubo un
oscurecimiento total hasta la hora novena 15:15, momento en que Jesús entregó
el espíritu y murió.
Marcos 15
21 Y obligaron a uno que pasaba,
Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le
llevase la cruz.
22 Y le llevaron a un lugar
llamado Gólgota, que traducido es: Lugar de la Calavera.
23 Y le dieron a beber vino
mezclado con mirra; mas él no lo tomó.
24 Cuando le hubieron
crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes sobre ellos
para ver qué se llevaría cada uno.
25 Era la hora tercera cuando le crucificaron.
26 Y el título escrito de su causa era: EL REY DE
LOS JUDÍOS.
27 Crucificaron también con él a
dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda.
28 Y se cumplió la Escritura que
dice: Y fue contado con los inicuos.
29 Y los que pasaban le
injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Bah! tú que derribas el templo de
Dios, y en tres días lo reedificas,
30 sálvate a ti mismo, y
desciende de la cruz.
31 De esta manera también los
principales sacerdotes, escarneciendo, se decían unos a otros, con los
escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar.
32 El Cristo, Rey de Israel,
descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que estaban
crucificados con él le injuriaban.
33 Cuando vino la hora sexta, hubo
tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
34 Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz,
diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?
que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
35 Y algunos de los que estaban
allí decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías.
36 Y corrió uno, y empapando una
esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad,
veamos si viene Elías a bajarle.
37 Mas Jesús, dando una
gran voz, expiró.
38 Entonces el velo del templo
se rasgó en dos, de arriba abajo.
39
Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había
expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios
Lucas 23
34
Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
…
46 Entonces Jesús, clamando a
gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.
47 Cuando el centurión vio lo
que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre
era justo.
48 Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían
golpeándose el pecho.
Juan 19
28 Después de esto, sabiendo
Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese:
Tengo sed.
29 Y estaba allí una vasija
llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola
en un hisopo, se la acercaron a la boca.
30 Cuando Jesús hubo tomado el
vinagre, dijo: Consumado es. Y
habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.
Causas clínicas del
fallecimiento
De esta manera Jesús murió en la cruz; la evidencia
concreta no solo radica en que los soldados lo vieran muerto después de haber
estado un poco más de seis horas en la cruz, sino en que lo corroboraron
abriéndole el costado con una lanza, en la parte baja del pulmón, de donde
salió agua y sangre, lo cual demuestra clínicamente que Jesús había muerto por
asfixia, agotamiento físico-mental y posiblemente por un colapso cardíaco
debido a la pérdida de sangre.
La ejecución de pena de muerte por medio de la
crucifixión era una verdadera tortura, primeramente hacían cargar al condenado
su propia cruz (el travesaño vertical)
la cual pesaba aproximadamente entre 60 y 95 kg, exponiendo a la persona a la
afrenta y humillación pública, en el camino la gente hacia burla de las
víctimas y los escupían. Llegado al lugar de la crucifixión lo clavaban en la
cruz, estiraban sus brazos sobre el poste trasversal y atravesaban sus manos
con unos inmensos clavos que se llamaban pinchos los cuales atravesaban la
madera y eran doblados para que la víctima no tenga posibilidad de soltarse,
del mismo modo sujetaban sus pies con un clavo que atravesaba ambos pies por el
empeine sobre el poste vertical. Si bien las heridas de los clavos no eran
fatales no obstante el dolor que estas producían era insoportable y mayor aun
con el paso de las horas. La orientación de la cruz era de tal manera que el
sol encandilase a las victimas provocándole sofocación, agotamiento y
deshidratación. Para ampliar la tortura se les negaba el agua y en su lugar se
le daba bebidas amargas que provocaban aun más sed (hiel mesclada con vinagre). Con el paso de las horas los músculos
se agotaban, hay calambres horribles por causa de la posición y el esfuerzo por
poder respirar. Es probable que todo eso sea consecuencia del tétanos que les
provocaban los clavos en el cuerpo.
Cuando las piernas no podían soportar más el peso
del cuerpo el diafragma se constriñe haciendo imposible la respiración, esta es
la razón por la cual se les rompían las piernas a los crucificados, para
acelerar el proceso de muerte por asfixia.
Juan 19
31 Entonces los judíos, por
cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en
la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato
que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.
32 Vinieron, pues, los soldados,
y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido
crucificado con él.
33 Más cuando llegaron a
Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas.
34 Pero uno de los soldados
le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.
35 Y el que lo vio da
testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que
vosotros también creáis.
36 Porque estas cosas sucedieron
para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.
37 Y también otra Escritura
dice: Mirarán
al que traspasaron.
Marcos 15
42 Cuando llegó la noche, porque era la preparación, es decir, la víspera del día
de reposo,
43 José de Arimatea, miembro
noble del concilio, que también esperaba el reino de Dios, vino y entró
osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
44 Pilato se sorprendió de que
ya hubiese muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si ya estaba
muerto.
45 E informado por el centurión, dio el cuerpo a José,
46
el cual compró una sábana, y quitándolo, lo envolvió en la sábana, y lo puso en
un sepulcro que estaba cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada
del sepulcro.
Conclusión
Jesús murió de una forma brutal y humillante, condenado y
tratado como un malhechor y puesto en medio de malhechores. Y aunque él no
mereció nada de esto no obstante fue el designio de la voluntad del Padre, para
que se cumpliese que Él sería hecho maldición por nosotros (Dt 21:22-23) exhibido
públicamente sobre el madero como un hombre maldito y desobediente enemigo de
Dios a quien Dios jamás miraría, y todo esto solo con el fin de redimirnos de esa
maldición, sufriendo Él en cuenta nuestra, sustituyéndonos en el madero se
exhibió públicamente ante todas las huestes espirituales y terrenales a fin de
que todos los que miraran a Él sean justificados por medio de la fe en su
sangre para perdón de todos nuestros pecados, para que los que creen en él sean
identificados en su muerte humillante y en su vida resucitada.
Gálatas 3
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros
maldición (porque está escrito: Maldito todo el que
es colgado en un madero)
Juan 3
14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el
Hijo del Hombre sea levantado,
15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.
Juan 12
32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.
Finalmente Jesús fue puesto en un tumba muy cerca
de donde había sido crucificado y esa tumba fue sellada con la autoridad romana
y la tumba estaba vigilada por una guardia de de 6 a 16 soldados para evitar
que el sepulcro fuese abierto. Pero pasado los tres días salió triunfante
de allí, suelto los dolores de la muerte por cuanto era imposible que sea
retenido por ella (Hch 2:24) y resucito de entre los muertos
para gloria de Dios Padre.
Salmos 16:10
Porque no
dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
1°Corintios 15
54…Entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la
muerte en victoria.
55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro,
tu victoria?
56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el
poder del pecado, la ley.
57 Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la
victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
La paz del Señor Jesucristo.-
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