MENSAJE 1; Redescubriendo la feminidad bíblica
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MENSAJE 2; Para que la palabra de Dios no sea blasfemada
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Texto MENSAJE 1; Redescubriendo la feminidad bíblica
Por Hna. Laura
Desde la última reunión que tuvimos, la cual fue de gran edificación para mi vida, (espero que también lo haya sido para todas uds.), he sido muy confrontada, enseñada y exhortada sobre el tipo de mujer que el Señor Jesús espera que seamos. Desde entonces, he sido inquietada sobre este asunto, mientras tanto, he venido meditando como llevar adelante esto en mi vida, que es lo que el Señor quiere de nosotras como mujeres y como le agradaría q fuese esto, cual es el modelo, cual su diseño, cual su propósito, como alcanzarlo. Y si esta reunión hoy es posible, es porque El en su gracia y misericordia nos ha concedido continuar con este trabajo inquietando y moviendo el corazón de algunas hermanas, para que llevemos adelante este trabajo.
Vamos a orar y rogar juntas al Señor Jesús, para que en esta hora, nuestros sentidos espirituales sean captados por su Palabra y lo que Él quiera enseñarnos.
Para poder hablar de feminidad
La feminidad o femineidad, quizás para muchas este término sea nuevo, puede que nunca lo hayan escuchado, como también puede ser que algunas estén familiarizadas con él. Pero ¿qué es? ¿Qué significa? ¿Será una palabra nueva, o un término de moda? Vamos juntas a profundizar más en este tema.
Etimología de Feminidad: Este vocablo etimológicamente proviene del adjetivo “femíneo” o femenino y del sufijo abstracto “idad” que indica cualidad de. Es decir, es cualidad de femenino.
Conjunto de características físicas, psíquicas o morales que se consideran propias de la mujer o de lo femenino, en oposición a lo masculino.
Nacemos, crecemos y desde temprano se nos implanta un modelo de feminidad, el cual, con el correr de los años se va distorsionando cada vez más, Esto es muy visible ante nuestros ojos. A medida que nuestras vidas se van desarrollando, vivimos bajo ese modelo, bajo sus normas y reglas, adquiriendo valores, características y comportamientos erróneos, crecemos con ese patrón, que está insertado en nuestras mentes y pensamos que ese diseño es verdadero; y no conocemos otro hasta que Cristo nos trae a Él. Nos arrepentimos de nuestros pecados, volvemos a nacer, nos convertimos de las tinieblas a la luz, conociendo así, su inmensa gracia y comienza nuestra nueva vida. Así que como hijas de Dios, nos queda una gran labor por delante, debemos conocer, entre otras cosas, el propósito para el que fuimos creadas.
Todas nosotras fuimos moldeadas por el mundo y su cultura, por sus ideales y corrientes pensadoras, pero se han detenido a pensar por un momento, si ¿este es el verdadero propósito de ser mujer? ¿Es este nuestro diseño? ¿Fuimos diseñadas para vivir de esta manera? ¿Es este nuestro modelo?
Lo que intenta demostrar esta corta meditación es que tenemos dos tipos de feminidad, una falsa, la del mundo, (es la que traemos implantada en nuestra naturaleza pecaminosa y que es fuertemente influenciada por la cultura) y una verdadera, la que Cristo diseñó desde antes de la fundación del mundo y que ejecutó desde el principio de la creación.
Para poder entender la verdadera feminidad, es decir, la clase de mujer que el Señor diseñó en su mente, debemos volver al origen de todas las cosas, y buscar allí el patrón original que el Creador diseñó para nosotras, esto sería algo así, como una madeja de hilo, la cual está toda enredada, y en esa condición no sirve para nada y entonces hay que empezar a desenredar hasta llegar a la punta, al inicio. Una vez que tenemos todo desenredado y la punta del ovillo en nuestras manos, ahora si puede ser bien usado.
Bien, como en toda obra que se va a ejecutar siempre hay un diseñador, alguien encargado de planificar, de trazar, de proyectar un plan, alguien que pensará todo detalladamente sin que falte ninguna cosa, y que luego lo llevará a cabo cuidando de que todo salga conforme a lo planeado sin que haya ningún error. Cada pieza en su lugar en el orden correcto y cada cosa funcionando debidamente. Para que, luego de haber concluido su obra, el diseñador halle satisfacción al ver su trabajo terminado. Bien, en la creación, este diseñador es nuestro Señor Jesucristo, quien hizo todas las cosas, quien diseñó todo en su mente y quien lo llevó a cabo, creando cada cosa perfectamente, para que ocupe el lugar que el determinó y funcione de la manera correcta. Pero ¿Qué espera un diseñador al concluir su obra? Bueno, espera ser reconocido por su trabajo, si es un buen trabajo cosechará alabanza, admiración, respeto, reconocimiento, y gloria, vayamos juntas a:
Col.1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Todo fue hecho por medio de Él y para Él. Debemos entender que hay un Creador quien diseño todas las cosas, lo que vemos y lo que no vemos y este Creador diseñó tanto al hombre como a la mujer, Él pensó como debía ser esta mujer, como serian sus características físicas y mentales y cuál sería su función, bien, Él la formó de acuerdo a su patrón, a su molde y le designó ciertas tareas de acuerdo a un orden. Vayamos a:
Gn.1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen (צֶלֶם tsélem: apariencia, figura, modelo), conforme a nuestra semejanza (דְּמוּת demút: figura; forma; molde; patrón; diseño; réplica); y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Cuando las escrituras nos relatan que Dios hizo al hombre y a la mujer, nos muestran que lo creó a su imagen y semejanza, es decir conforme al diseño (patrón, molde) que El tenía en mente. Ambos con igual valor y dignidad delante del Señor, pero con diferentes funciones de acuerdo al orden que Él estableció y por supuesto con diferentes características físicas (distinción de géneros) la distinción de géneros era necesaria para que cada uno funcionara correctamente dentro de la creación. Entonces, en lo que es valor y dignidad delante del Señor el hombre no es superior a la mujer, ni la mujer es superior al hombre, sino que ambos son iguales delante del Señor. Pero dentro de la creación cada uno fue diseñado para cumplir con ciertos roles, con determinadas funciones y responsabilidades, dentro de la creación el hombre y la mujer son diferentes.
El hombre y su función: el fue diseñado y creado para que señorease sobre la creación (gn.1:26) fue creado primero lo cual indica que le fue asignada autoridad. Pero estaba incompleto sin alguien que lo complementase en el cumplimiento de la tarea de llenar, de multiplicar y de sojuzgar la tierra.
1 Co.11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.
(Gn. 2:7, 2:21-22, 1Ti.2:13, para trabajar y mantener, para proveer y proteger (gn.2:15-17)
La mujer y su función: fue diseñada como una ayuda idónea (עֵזֶר Ezer: ayuda, ayudadora)
Idónea (נֶגֶד Négued: parte opuesta; contraparte, o cónyuge; presencia, vista.
c) Diccionario Chávez ézer ke-negdó = una ayuda como su propia presencia, es decir, idónea (Gén_2:18, Gén_2:20).
Idónea: Que reúne las condiciones necesarias u óptimas para una función o fin determinados.
La mujer fue creada segunda, y fue hecha con el fin de completar la parte que faltaba al hombre. Vale decir, que la mujer fue diseñada para ser la ayudadora, el complemento que el hombre necesitaba y también para estar sujeta al hombre y a su autoridad. La mujer fue hecha para suplir la deficiencia del hombre.
Un puritano llamado Mathew Henry dijo lo siguiente:- La mujer fue hecha de una costilla del costado de Adán: no fue hecha de su cabeza para gobernar o tener dominio sobre él, ni de sus pies para ser pisoteada por él; sino de su costado para ser igual a él, de debajo su brazo para ser protegida y cerca de su corazón para ser amada. Adán perdió una costilla, sin ninguna disminución de su poder o atractivo (pues, sin duda, la carne se cerró sin cicatriz alguna), pero en su lugar hubo una ayuda idónea para él que compensó abundantemente su pérdida.
Eva, una vez creada y presentada a su esposo estaba satisfecha con él, con su función y con el orden que Dios había establecido para ambos, ella fue hecha para estar sujeta a su esposo, para ayudarle y para la fundamental tarea de la reproducción, ella estaba protegida y cuidada por él y disfrutaba de ello, sabiendo que ese era su propósito.
Ambos estaban completos, funcionando cada uno en la tarea que Dios había designado para ellos. Y esto era bueno. (Gn.1:31)
Pero lamentablemente vemos que el enemigo de Dios se presenta con el propósito de alterar ese perfecto orden y lo hace por medio de aquello en lo que es experto, con engaño y va por quien era más propenso a caer en sus engaños, a Eva. Miren cuán importante es notar esto, que la mujer fue engañada por satanás
2 Co.11:3 Pero temo que como la serpiente con su astucia (mala intención, la destreza o habilidad para engañar) engañó (sedujo completamente con engaño) a Eva, vuestros sentidos (entendimiento, mente, percepción, pensamientos) sean de alguna manera extraviados (corrompidos, destruídos, arruinados, viciados) de la sincera fidelidad a Cristo.
Este versículo es clave para nosotras las mujeres, porque nos muestra como desde el principio operó Satanás en la mente de la mujer, seduciéndola y engañándola para desviar su mente de la fidelidad a Dios, Donde primero cedió Eva, fue en darle breve cabida mental a la posibilidad insinuada por la serpiente de que ellos no morirían y que serian como Dios.
Tal desobediencia trajo como consecuencia un terrible desorden en la creación, roles invertidos, la falta de sujeción de la mujer hacia el hombre, la rebeldía contra su autoridad, autosuficiencia, el querer ejercer control y dominio sobre el hombre y el anhelo por llegar a ser como él. Y por parte del hombre, un exceso de control o dominio sobre la mujer. Así es como se genera la constante guerra de los sexos.
A partir de allí, y a lo largo de la historia y hasta este día, vemos este comportamiento y la lucha de la mujer por querer independizarse totalmente del hombre, oponiéndose a él, alejándose cada vez más del propósito divino de nuestro Creador. La cultura influyente, los pensamientos humanistas q nos llevan a la autosuperación y a la egolatría, los cuales son opositores a la verdad, las filosias y huecas sutilezas mentirosas y destructivas de la corriente perversa feminista, son las que nos han llevado a apartarnos mas y mas del verdadero propósito y perfecto modelo y diseño y del llamado de Dios para la mujer, todas estas cosas son las que han destruido la verdadera feminidad, instaurando así una falsa.
Hemos nacido bajo esta cultura y déjenme decirles que todo lo que nosotras conocemos sobre feminidad proviene del mundo, nuestra manera de pensar, de vestir, de caminar, de movernos, de adornarnos, de relacionarnos, de ser esposas, de ser madres, de ser hijas, todo nuestro estilo de vida está regido por el mundo y su influencia feminista.
Este perverso movimiento se ha levantado y se introducido en el mundo destruyendo todos los valores y alterando el orden, creando así mujeres confundidas y engañadas con una supuesta felicidad momentánea pero que a la larga trae dolor, pena y angustia y muerte. Y lamentablemente vemos que también ha influenciado a las mujeres de la Iglesia y lo vemos en los falsos ministerios.
El problema es que muchas de nosotras en nuestra cultura hemos absorbido del mundo la manera de pensar y de vivir. Nosotras ni siquiera conocemos la manera de Dios; o si la conocemos, la rechazamos; o la conocemos y la ignoramos. Esto es cierto en todas las áreas de nuestras vidas.
Bien, ahora quienes deberían estar reflejando la verdadera feminidad no lo están haciendo, quienes deberían estar mostrando aquello que dignifica a la mujer no lo están haciendo, quienes deberían estar realzando el diseño verdadero no lo están haciendo ¿por qué? Porque también nos dejamos engañar y seducir por lo que el mundo nos impone. Y por esta causa el nombre de nuestro señor Jesucristo es blasfemado y tenido en poco por causa de las mujeres. Y ¿qué haremos?
Ro. 12:2
No os conforméis (συσχηματιζομαι sisjimatizome, susjematizo, amoldar, dar la misma forma) a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Tenemos un Creador, nuestro Señor Jesucristo, ¿lo conoces verdaderamente?, Él es quien diseñó a la mujer con todas sus características físicas y mentales, con todas sus virtudes y cualidades, el modelo perfecto de la feminidad que Dios tenía en mente, Él lo llevó a cabo y se encontraba en Eva, luego de la caída ese modelo se perdió, pero a la verdad siempre estuvo allí, esperando ser encontrado por alguna mujer que lo quiera para su vida y a la verdad hubieron muchas mujeres que lo alcanzaron y lo vivieron y fueron mujeres verdaderamente hermosas y dignas y fueron sobresalientes en medio de una generación maligna y perversa. Por medio de las cuales el nombre de Dios fue glorificado. Sus conductas, sus maneras de pensar, de hablar, de vestir, sus virtudes, su prudencia, sus obras, su sabiduría, sus vidas enteras dieron testimonio de que eran hijas de Dios. Y ahora nos toca a nosotras, este es un llamado a despertar y a ir en busca de Jesucristo y de su hermoso diseño, si realmente anhelamos esta feminidad cristiana, verdadera y bíblica tenemos que ir pos de Jesucristo y rendirnos a Él y sumergirnos en su gracia para que Él nos transforme completamente.
Necesitamos ser conformadas a Cristo, a su diseño y si quieres saber cómo debe ser una hija de Dios tenemos que orar, tener una comunión íntima con Él y también tenemos el manual de instrucciones, donde buscar, las escrituras, la biblia nos muestran de principio a fin como es ese modelo. Allí debemos zambullirnos, de allí tenemos que tomar para nosotras, para moldear nuestro carácter, allí debemos hallar verdadero gozo y deleite, al cultivar esta feminidad, esto llenará tu vida, el hecho de entender y conocer el verdadero diseño para el cual fuimos creadas. Y vivirlo traerá gran satisfacción a nuestras vidas y a la vida de la Iglesia. Pero si no lo leemos seremos llevadas por aquella feminidad mundana, aquella vida vacía y vana, la cual tiene un fin amargo y de muerte. Estaremos siempre divagando sobre cuestiones y sin poder llegar al conocimiento pleno de la verdad.
Por último, debemos anhelar, generar y esforzarnos por lograr este cambio, oh, que nuestro Señor Jesús nos ayude, desde nuestro interior lo necesitamos, como mujeres, como sus hijas, como esposas y madres, como mujeres solteras, jóvenes, ancianas y viudas. Necesitamos redescubrir su perfecto diseño e ir en pos de él y vivirlo cada día, para que su Nombre sea dado a conocer en este tiempo y sea Glorificado por nuestras conductas y nuestras vidas, viviendo en sujeción a Cristo, a nuestros esposos, a nuestros ancianos.
Fuimos creadas para la Alabanza de su Gloria Ef.1:3-12
La paz del Señor Jesús con todas
Texto MENSAJE 2; Para que la palabra de Dios no sea blasfemada
Texto MENSAJE 2; Para que la palabra de Dios no sea blasfemada
Por el Hno. Gabriel
Introducción
¿Porque hablamos de redescubrir la feminidad bíblica? porque está perdida, la cultura mundana y religiosa hizo que se pierda la feminidad bíblica.
Por un lado, en la sociedad secular, el mundo insertó el movimiento feminista que se encargó de anular la feminidad natural de la mujer para hacerla cada vez más competitiva con el hombre en sus funciones, vale decir que lo único que trajo aparejado el movimiento feminista fue erradicar la feminidad (el carácter femenino natural) para insertar en la mujer un carácter masculino (por esta razón busca constantemente competir con el hombre y estar a la par). Y por otro lado, en la iglesia, tristemente sucedió también lo mismo, las mujeres cristianas perdieron la dirección bíblica del modelo de mujer que Dios diseño y forjaron un nueva feminidad religiosa pero según el modelo o molde mundano, lo que resultó en el falso ministerio femenil en donde las mujeres no se sujetan a los maridos, ni mucho menos se encargan de criar a sus hijos, y para peor, se involucran en trabajos ministeriales que Dios encargó rigurosamente solo a los hombres, y de allí nacieron; pastoras, apóstol mujer, profetas, evangelistas, etc. que no es otra cosa sino el feminismo mundano adentrado a la iglesia, y la mujer cristiana de hoy, nace sumergida en esa falsa cultura femenil, pensando que eso es lo que Dios ordena y desea para la mujer, y por eso se lanzan desenfrenadamente en una competencia con el hombre para estar a la par de él.
Romanos 12:2 No se conformen a este siglo, sino transfórmense por medio de la renovación de su [de ustedes] entendimiento, «para que» comprueben cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Por otro lado está el otro extremo que es igual de malo que el primero, en donde ciertas iglesias, aplican rigurosamente ciertas normas en donde las mujeres se ven totalmente anuladas, en esas iglesias básicamente la mujer ni siquiera puede orar en el culto, sino tiene que estar confinada al silencio y a la inactividad total (como una persona muda), tiene que abandonarse del todo al punto tal que su apariencia parece la de un zombi vestido y solo debe estar disponible para embarazarse y dar a luz más hombres… suena medio exagerado pero es real, y una Iglesia así es como un jardín lleno de flores pero todas marchitas, todas secas, quizás como Iglesia se jactan de tener mujeres sujetas, pero infelices, de rostros apagados, de mirada en cautiverio y desdicha colectiva.
Colosenses 2:23 Tales cosas tienen de hecho cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo, pero no tienen valor algunocontra los apetitos de la carne.
Entonces, dentro del ámbito cristiano existen dos polos respecto de lo que se piensa de cómo debe ser la conducta de la mujer, uno liberal sin sustento bíblico y otro bíblico legalista, pero sin Espíritu, y lo que suele suceder es que van de un extremo a otro, y esta es la razón por la cual hablamos de redescubrir la feminidad bíblica, lo que a su vez sería también conocer el verdadero ministerio femenil en la Iglesia.
¿Qué es “feminidad bíblica”?
¿A que nos referimos cuando hablamos de feminidad bíblica? Nos referimos al modelo de Dios para la mujer en la Iglesia, molde que encierra la función de la mujer, el carácter de la mujer y el atavío y ornato de la mujer cristiana.
Dios creo a la mujer como ayuda idónea del hombre, lo cual nos indica que la mejor utilidad de la mujer será siempre al lado del hombre y no separada de él, hablo en primer término para las casadas. Dios no creo a la mujer para que crezcan separadas del hombre sino junto a él como su esposa y ayuda idónea del mismo modo que en el sentido espiritual la iglesia crece como esposa junto a Cristo quien es su esposo, y separada de Él nada puede hacer (Jn 15:5).
Para la gente de afuera, que la mujer sea una ama de casa es sinónimo de fracaso, sin embargo, para la vida cristiana, la mejor ayuda de la mujer proviene de la casa, al punto tal que una mujer que no es útil en su casa mucho menos será de utilidad en la iglesia. Con esto estamos diciendo que el ministerio femenil cristiano comienza desde los hogares, de mujeres que asumen la función bíblica de ser ayuda idónea del esposo. Y podríamos profundizar en esto, sin embargo, no es el punto que queremos mostrar con esta meditación, pero si es importante recordar que la mayor cosa que puede hacer una madre por sus hijos es amar a su esposo y demostrarlo mediante el respeto, de lo contrario, si los hijos ven que su madre no respeta a su padre, entonces los hijos aprenderán también a no respetarlo.
Efesios 5:22 Las casadas estén sujetas a sus propios esposos, como al Señor 23 porque el esposo es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a «sus» esposos en todo… 33 Por lo demás, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo y la esposa respete a su esposo.
Por otro lado, hablar de feminidad bíblica es hablar también del ornato y atavío de la mujer cristiana, y en este sentido tristemente la cultura mundana también se impuso en la iglesia llevando a la mujer cristiana a la sensualidad. Pero aquí es necesario hacer una aclaración, porque una cosa es la sensualidad y otra cosa es la belleza, Dios no está en contra de la belleza, pero sí está en contra de la sensualidad y de lo extravagante. En este sentido, la feminidad bíblica también impone una cultura y atavío para la mujer cristina, entonces; No deje que el mundo le diga cómo debe ser y vestir, sino deje que Dios le diga cómo debe ser usted
En esta transición, muchas mujeres equivocadamente cayeron también en el error de irse de un extremo a otro, unas pecan por liberal y sensual y otras por legalistas extremas, y como ya hemos mencionado antes, los dos extremos son igualmente malos. Es obvio que la sensualidad está totalmente desaprobada por Dios, por ende, la sensualidad ni siquiera es un punto a debatir, directamente la mujer no debe vestir provocativo, y con esto nos referimos a ropa ajustada y escotada mostrando provocativamente partes de su cuerpo. El problema con la vestimenta se suscita cuando se van para el otro extremo, que yo le llamo el abandono total. No se les llama a las mujeres a abandonarse como una pordiosera, sino a que se atavíen con pudor (decente) y modestia y sin extravagancia. Dicho de otro modo, no es un llamado a pasar de la sensualidad para que se convierta en un zombi, sino a tener decoro como una mujer respetada.
1°Timoteo 2:9 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia [buen sentido y prudencia] no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,
1°Pedro 3:2 considerando su [de ustedes] conducta casta y respetuosa. 3 Su [de ustedes] atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, (no es una restricción total al atavío, sino a lo extravagante y exagerado) 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.
En el radicalismo de querer lucir como santas muchas mujeres entraron en conflicto con ellas mismas desde un punto legalista tratando de resolver cuestiones tales como; ¿me puedo maquillar? ¿me puedo teñir el cabello? ¿puedo usar aros y pulseras? Déjenme responder de este modo, cuando mencione que Dios está en desacuerdo con la sensualidad pero no con la belleza, me refería a que la belleza de la mujer no es aquella que exalta su cuerpo sino su rostro, cuando en las escrituras se menciona la belleza de la mujer generalmente se refiere al rostro de ellas, ahora, con esto no estamos diciendo que la mujer está en libertad de maquillarse exageradamente como mujer de carnaval o como una bailarina o vedet, tampoco como payaso o como si hubiese perdido una guerra con pistolas de pintura, sino con seriedad, lo mismo sucede con teñirse el cabello, es obvio que pintarse el pelo de color verde o azul no es apropiado, pero no hay nada malo en no querer abandonarse a las canas, una mujer no es más santa por dejarse las canas o menos santas por teñirse, o también con el hecho de usar aros y pulseras, si se usan exageradamente como en la india entonces habría un problema, pero si usa pendientes moderados para embellecer el rostro no hay conflicto con eso, y con todo esto nos referimos a que una mujer puede exaltar su rostro siempre y cuando no sea provocativo ni sensual, sino que su rostro trasmita respeto y castidad. Como hemos mencionado antes, no es un llamado a abandonarse y andar demacrada, sino a exaltar la belleza bíblica de la mujer. Generalmente las mujeres que se van al extremo legalista son mujeres solteras o viudas que ya no tiene cierto interés en cuidarse, pero la mujer casada no puede decidir esto sola, sino con el consentimiento del marido.
El ministerio femenil en la iglesia
Pero lo que queremos realmente enfatizar en esta reunión es el ministerio femenil en la Iglesia, habíamos mencionado antes que el ministerio comienza en la casa, pero no queda confinado solamente a las paredes de un hogar, sino que también se extiende hacia la iglesia, y nuestra cita de referencia para esta reunión es:
Tito 2:3 Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus esposos, para que la palabra de Dios no sea injuriada [calumniada, blasfemada].
Este pasaje, aunque es un texto breve, nos muestra la existencia genuina de un ministerio femenil en la Iglesia, pero basado en una feminidad bíblica.
Y así como hay ancianos dispuestos para la instrucción de la Iglesia, también debe haber ancianas piadosas que aman a Dios para que trabajen con las mujeres más jóvenes a fin de formarlas bajo el molde o diseño bíblico para que alcancen a ser mujeres de Dios. Y el mismo pasaje también nos muestra cual debe ser el carácter, la función y ornato de la mujer cristiana, y esto con el fin de que la palabra de Dios no sea blasfemada sino glorificada por la conducta de las mujeres.
Entonces, es un hecho de que dentro de la Iglesia existe un ministerio para las mujeres, en donde las mujeres ancianas tienen un trabajo fundamental, y aclaro que aquí la palabra anciana, del mismo modo que en el hombre, hace referencia a “la más antigua”, pero más antigua principalmente en el camino y luego también en la edad, vale decir que, cuando se habla de anciana no necesariamente se refiere a mujeres que peinen canas, porque puede haber mujeres dentro de la iglesia que peinen canas pero que tengan solo 4 años de convertidas, y puede haber una mujer adulta que aún no peine canas pero que lleve más de 20 años de transitar en la senda del Señor. Dicho de otro modo, lo que prima va a ser su madurez y experiencia en Cristo, y es obvio que tal cosa se comprueba por medio del testimonio y vida más que por las palabras.
Requisitos de las ancianas
Esta cita en primera instancia nos muestra la necesidad funcional del ministerio de la mujer dentro de la Iglesia; para instruir a las más jóvenes, y el objetivo de esto es para que la palabra de Dios no sea blasfemada, por otro lado, nos muestra cuales son los requisitos y parámetros que definen a una anciana apta para esta labor, y vamos a profundizar un poco en este asunto:
Las mujeres que sirvan como maestras de las más jóvenes deben ser; reverentes en su porte, y esta expresión se refiere a que su conducta demuestre reverencia en primer término a Dios y que sean mujeres honorables y respetuosas, luego dice; no calumniadora, y la palabra del griego es “diabolos”, o sea, que no sean diablas, que no calumnien a nadie, que no viertan acusaciones falsas, y en este sentido, las mujeres saben usar muy bien su lengua pero para hacer daño más que otra cosa, el chismerío forma parte de la calumnia, y eso es algo desaprobado por Dios, por esta razón, la mujer que sea llamada a la instrucción de las más jóvenes debe ser una mujer seria, que no se presta para el chismerío y calumnia, también dice que “no sean esclavas del vino”, y esta expresión está más dirigida a que no tenga ninguna clase de vicio y debilidad, de lo contrario no estaría apta para ayudar a otros si ellas misma necesitan ayuda, y finalmente se solicita que sea “maestra del bien”, y la expresión se refiere más a que demuestre (no con palabra sino con acciones) como se debe vivir, lo que implica que no se le pide a la mujer que sea simplemente una intelectual de la biblia, sino que haya practicado y vivido lo que se dispone a enseñar, y se refiere más precisamente a lo que siguen en los versos 4 y 5, que tengan buen testimonio de su hogar y de haber trabajado para su hogar en la crianza de sus hijos, habiendo estado sujetas a sus maridos y con experiencia y virtud para enseñar a las demás.
La necesidad
La necesidad del ministerio es instruir a las mujeres más jóvenes, y no solo en edad, sino también en su andar en Cristo, a que vivan de acuerdo al modelo o molde de Dios, y aquí, Pablo, de forma resumida presenta como deben vivir las mujeres de la Iglesia, y se refiere primeramente a las casadas;
Que amen a sus esposo, y el amor se demuestra con respeto, que tristeza me da cuando las mujeres se refieren a sus esposos de forma despectiva, incluso conocí a una mujer que cuando se refería a su marido le decía el perro, y esa irrespetuosidad no es otra cosa sino falta de amor, entonces tales mujeres deben ser enseñadas y deben aprender a amar a sus esposos y también a sus hijos, y el amar a un hijo no se demuestra con comprarle la mejor ropa o las mejores cosas, sino con la instrucción apropiada para que crezcan sabiamente, esto implica que la mujer debe estar preparada en la doctrina.
Que sean prudentes, y la prudencia no es una virtud, sino una acción, es una orden, prudencia tiene que ver con sobriedad y sensatez para juzgar las cosas y tomar decisiones, del griego se refiere a una mente equilibrada, que piensa bien antes de hacer o decir algo.
Que sean castas, y la palabra castidad es pureza, y la pureza es algo que comienza en el corazón y se refleja en la apariencia exterior, una mujer que se dice cristiana y viste sensualmente no puede ser considerada una mujer pura, sino que su atuendo demuestra que su corazón está contaminado de una cultura mundana y pecadora, porque su atuendo, les guste o no, trasmite lo que hay en su corazón.
Que sean cuidadosas de su casa, y esto tiene que ver con ocuparse del hogar con todo lo que implica administrar un hogar, vale decir que una mujer que sirve en la iglesia no puede tener un hogar abandonado, desordenado, puede que circunstancialmente este así por alguna razón que justifique, pero no puede permanecer así simpre, y el trabajo de cuidar el orden del hogar es de la mujer, esto tiene que ver también con un gobierno financiero y también de orden.
Que sean buenas, es obvio que esto se refiere a una virtud interna de la mujer, tiene que ver con su carácter, se trata de una mujer no problemática, no pendenciera, una mujer que busca el bien del hogar, que hace lo bueno con el esposo y no es un estorbo o un contrincante para él, tristemente sucede a veces que los esposos prefieren trabajar más hora para no llegar a casa y tener que aguantar los berrinches y quejas de su esposa amargada, pero eso no es propio de un hogar cristiano.
Que se sujeten a sus esposos, y por último se nos habla de que sean sujetas a sus esposos, y esto habla de sumisión, pero no sumisión jerárquica y distintiva, sino funcional, se refiere a que la mujer se ocupe de sus funciones y el hombre de las suyas, la cabeza de la mujer es el hombre, es el que ejerce la responsabilidad de la familia delante de Dios, y para que el hombre pueda ejercer sabiamente su función necesitara de una esposa sujeta que sea su ayuda idónea para hacer funcionar el hogar.
Este versículo tan breve nos presenta seis funciones primordiales para la mujer cristiana, y hasta se podría explayar una por una en cada reunión del año que viene. El pasaje también nos muestra la necesidad que urge de llevar adelante este trabajo de instrucción a las mujeres más jóvenes, y es para que la palabra de Dios, el evangelio mismo no sea desacreditado y blasfemado por causa de sus conductas mundanas.
El Resultado
Para que una persona se convenza de que Dios puede salvar del pecado, necesita ver a alguien que haya sido trasformado en su vida, y esto solo se logra por medio de una conducta diferente, una vida santa que demuestre que el evangelio verdaderamente genera cambios. Si las mujeres cristianas afirman creen en la palabra de Dios, pero no se sujetan a ella ni la obedecen con sus acciones, la palabra es entonces deshonrada, desacreditada, injuriada. Muchos se han burlado de Dios y de su verdad por causa de la conducta mundana de los cristianos, ellos dicen, y con razón; -que, si la palabra de Dios ni siquiera causa efecto en los propios cristianos, entonces porque se espera que cause efecto en la vida de otros- de este modo la palabra de Dios es considerada ineficaz por causa de la conducta de las mujeres cristianas.
1°Pedro 3:1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa.
La mejor forma de ganar y convencer a otros será por medio de la conducta, van a obtener mejor resultado con su conducta, una cosa el golpear con palabras, pero más efectivo es golpear con el comportamiento. Se una mujer, pero se una mujer para tu esposo y para Dios mediante la obediencia y conducta.
El Objetivo de la reunión
¿Que esperamos de esta reunión? o ¿Cuál es el objetivo que se tiene detrás de hablar de este tema?; Se espera que ese ministerio femenil bíblico pueda conformarse en la iglesia, que pueda ser funcional e inclusivo para las mujeres, que pueda establecerse un grupo de trabajo con hermanas que sean llamadas a este servicio y que cumplan con los requisitos y virtud espiritual para trabajar.
Como hemos visto el trabajo es objetivo, y la objetividad del trabajo proviene de las escrituras, vale decir, el ministerio que no obedece a la susceptibilidad de la mujer, no hacemos esto para conformar el corazón humano sino el de Dios, todo el ministerio va a estar regulado por el presbiterio de la Iglesia, vale decir, que cada actividad y trabajo va a someterse a la aprobación de los ancianos
No es fácil llevar adelante un ministerio cuando hay celos, diferencias e inmadurez, no es competencia para ver quien habla mejor, sino se trata de alcanzar el objetivo bíblico de orientar a las mas jóvenes.
Permítanme dejar aquí un aspecto Bíblico, para un mejor entendimiento de la feminidad de una mujer; que la mujer NO es imagen de Dios, ni del hombre, sino gloria del hombre. El hombre es quién es imagen de Dios (1 Corintios 11:7). Amén.
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