PÁGINAS DE INTERÉS

EL PERFIL NECESARIO



MENSAJE DOMINGO 04/05/2014

Por el Hno. Gabriel.-

1° Timoteo 3
14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte,
15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.

Tito 1
5 Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé;

Pablo aparte de predicar el evangelio de Cristo y padecer por ello, debía también velar por las iglesias que fundaba, no solo mediante la oración, sino también en la parte practica, porque debía atender personalmente e incluso a la distancia los diferentes problemas que cada una de estas atravesaban, y ¡vaya! que tenían problemas, por esta razón existen las cartas escritas por él anexadas al nuevo testamento, las cuales eran y son el instructivo (el manual) inspirado por Dios para una correcta funcionalidad de la iglesia de Cristo.

El objetivo de este mensaje no es realizar un estudio de las cartas escritas a Timoteo y Tito, sino mostrar a través de ellas algunas falencias y problemas que tenían las iglesias de ese tiempo como también la solución propuesta por el apóstol (guiado por el Espíritu Santo) para la correcta funcionalidad de las mismas

Si hoy por hoy administrar una iglesia no es tarea fácil, aun cuando ya se cuenta con el nuevo testamento en mano, cuanto más difícil debe haber sido para Tito y Timoteo llevar adelante esta labor sin contar probablemente con las escrituras del nuevo testamento en mano. Es por esta razón que el apóstol se ve obligado a enviarles cartas a fin de orientar y aconsejar a ambos como enfrentar y corregir algunos problemas para poner en orden la casa de Dios la cual es la Iglesia de Jesucristo.

La inteligencia que brinda el Espíritu Santo a Pablo para tratar estos asuntos con tanta eficacia es asombrosa, ya que dichas palabras no solo son la solución a los problemas de la iglesia de aquellos tiempos sino para la iglesia de Cristo en todas las edades.

LA CASA DE DIOS
Primeramente el apóstol llama a la iglesia de Cristo “La Casa de Dios” (1°Ti 3:15) y no lo hace en un sentido metafórico para ilustrar que nosotros somos paredes y techos de una construcción, sino refiriéndose a nosotros como familia de Dios, porque el vocablo griego oíkosque se utiliza en esta carta para referirse a “casa” es el mismo que traduce también en otras partes de la biblia como “morada y familia”, porque la intensión de la palabra no hace referencia a una construcción material sino mas bien a una procedencia o linaje de las personas, por ejemplo; José (el que se creía era padre de Jesús) de la casa de David, Siba de la casa de Saúl, etc.

Pablo entonces se refiere a la iglesia como la casa de Dios, y más precisamente como la familia y morada que Dios dirige, porque una familia ha de tener un padre que es el que gobierna la casa, el que instruye e impone como han de vivir los integrantes de ella. En más de una oportunidad Jesús mediante parábolas ilustro que el reino de los cielos es semejante a “un Padre de familia que hacia tal y cual cosa”, y la palabra que se traduce como padre de familia es “oikodespótes”, que es la unión del vocablo “oíkos” = familia, morada, casa  y “despótes” = gobernador, amor, señor


Hebreos 3
5 Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; (y sabemos que Moisés era quien dirigía al pueblo en como andar y vivir)
 6 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.

O sea que nosotros aparte de comprender que somos el cuerpo de Cristo, somos también la casa de Dios, PARTE DE LA FAMILIA QUE DIOS GOBIERNA. Sin embargo observamos en las dos primeras citas bíblicas que leímos (1°Ti 3:15 y Ti 1:5) que la iglesia aun siendo la casa de Dios, padece de algunos problemas de desorden y sujeción al dueño de la casa, por lo cual el apóstol debe escribir estas cartas a los hermanos a fin de corregir tales asuntos.

EL PROBLEMA CIRCUNSTANCIAL
Es muy probable que uno de los tantos problemas que existían haya sido un conflicto de jerarquía, como ser; mujeres queriendo tomar la palabra para presidir en las reuniones, como también aquellas que buscaban ser lideres sobre otras mujeres, las que querían ser directoras de la escuela dominical, como también los hombres celosos unos de otros peleándose por ministrar en los cultos y ser los pastores, muchos opinólogos dando consejos e instrucciones de cómo debería ser la funcionalidad de la iglesia, muchos pensadores y sabios en su propia opinión, muchas voces, mucho egoísmo y una falta total de amor…

¿Cómo se resolvería este gran problema en la casa de Dios? Evidentemente el problema estaba superando a Tito y Timoteo, y por esta razón Pablo al escuchar del asunto instruido por el Espíritu Santo decide escribirles estas cartas enseñando a ambos cual sería la forma de hacer frente mencionados problemas y darle una solución definitiva.

Lo que hace el apóstol Pablo en definitiva es poner parámetros para filtrar las muchas opiniones, a fin de poner en evidencia y diferenciar a los que verdaderamente trabajan para el beneficio de la iglesia de aquellos que simplemente quieren opinar para tener el primer lugar, dejando en claro también que servir en la iglesia de Cristo no es solo administrar un culto de dos horas dos veces a la semana sino un trabajo de todos los días.

LA SOLUCION PRIMORDIAL
La solución propuesta a través de estas cartas sería en definitiva observar el testimonio y desempeño que cada uno de los miembros de la iglesia tenía pero en sus propias familias, comprobando de esa forma la aptitud y eficacia de cada uno de ellos para servir eficientemente en la iglesia de Cristo

1 Timoteo 3
1 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.
2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar;
3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro;
4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad
5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);
6 no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.
7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.

Tito 1
5 Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé;
6 el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía.
7 Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas,
8 sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo,
9 retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen.

Frente a tal demanda imagino que la mayoría de los congregantes bajo la cabeza y se auto-descalificaron a sí mismos, porque tales requisitos ponía en evidencia la ineficacia de sus propias palabras, porque era fácil hablar y proponer cambios para la vida de los otros sin aplicarlos y vivirlos en su propia casa, y tristemente así esta la iglesia de estos tiempos, llena de personas que les gusta critican y hablar de los otros, pero que no hacen nada por vivir lo que ellos mismos proponen.

La espiritualidad de las personas no pasa por la forma en la que predican, sino en la capacidad de administrar sus propios hogares según los designios de Dios, muchas veces sucede que hay personas que son muy buenos predicadores pero cuando se conoce su hogar y su familia uno puede ver la realidad de sus vidas, que a veces esta en un estado deplorable.

Ya desde aquel tiempo sucedía que había muchos que directa o indirectamente anhelaban administrar o gobernar la iglesia, queriendo tener voz y voto en el presbiterio pero solo de la boca para afuera, sin la menor intensión de generar los cambios en sus propios hogares.

Pero como hemos mencionado anteriormente, la experiencia se iba a demostrar primeramente en la vida de las personas, en la convivencia familiar, porque es allí donde se pone a prueba lo que verdaderamente somos, es allí donde pulimos nuestro carácter, nuestros métodos, nuestras formas, es allí donde nos conocemos a nosotros mismos.

Todos los que tenemos familia sabemos que administrar un hogar no es tarea fácil, y que no se la administra solo con palabras, sino que debemos esforzarnos por ella, trabajar por ella, desgastarnos por ella, y no por obligación sino con amor sincero, velando unos por otros para mantener la integridad de la familia, suplir las necesidades, buscar una cobertura, la educación de los hijos, la protección general, etc. De la misma forma Dios trabaja en la vida de cada persona a fin de perfeccionarla para una correcta armonía familiar.

LOS REQUISITOS SON PARA TODOS
Ahora bien, aunque la cita de los textos que hemos leído tanto en Timoteo como en Tito, siempre se han usado para definir los requisitos necesarios que deben cumplir las personas que ministran y pastorean una congregación, como también el mismo título impuesto por las sociedades bíblicas lo declara, es un gran error si se lo toma solo de esa forma, ya que la carta de Pablo se escribió no solo para unos pocos sino para toda la iglesia, por esa razón están en nuestras biblias, y aunque primeramente ha servido para filtrar a las personas, jamás ha tenido la intensión de dividir a la iglesia entre los que trabajan de los que no, sino que en definitiva busca que todos lleguen a la misma medida, alentando a todas las personas a acomodar sus vidas, sus hogares y sus familias.

En muchos casos estas citas se han mal interpretado y usado de muy mala manera, porque actualmente muchas personas que no trabajan en la iglesia piensan que no están obligados a tener en orden su familia, y peor aún, no solo que no tienen en orden sus familias sino que consideran poder criticar a los que si trabajan usando estas citas bíblicas, esperando que los demás tengan en orden sus hogares y como ellos no trabajan en nada consideran que no están obligados a ordenar sus vidas.

Ser parte de la casa de Dios se tiene que ver reflejado claramente en la vida de nuestras familias, en la administración de nuestros hogares.

La solución que el apóstol Pablo aporta para esta ocasión es en definitiva una de las demandas fundamentales de Dios hacia toda la iglesia, no es solo tarea del pastor y diáconos tener la familia en orden, sino de cada uno de los que conforma la iglesia de Cristo.

EL PERFIL NECESARIO
1° Corintios 4
19  Pero iré pronto a vosotros,  si el Señor quiere,  y conoceré,  no las palabras,  sino el poder de los que andan envanecidos.
20  Porque el reino de Dios no consiste en palabras,  sino en poder.

Pertenecer al reino de Dios no consiste solo en palabras, sino en poder, y no en el poder de hacer curaciones y milagros, sino en aquel que opera primeramente en nuestras vidas para generar los cambios en nosotros mismos, para que lo que hablemos no este solo basado en palabras al aire sino en la experiencia de haberlo vivido.

Ser parte de la casa de Dios es comprender que pertenecemos a una nueva familia, la cual es gobernada por Dios, por el Padre Celestial, y esto se debe reflejar primeramente en nuestros propios hogares.

En esta última década se ha vislumbrado un despertar de muchos cristianos que movidos por un celo hacia Dios han decidido salir de las congregaciones donde estaban porque veían que muchas cosas allí estaban mal, y buscado una iglesia centrada en Cristo en la que puedan congregarse nuevamente hallaron una dificultad, la cual era que no estaban tan convencidos de querer ajustar sus vidas en todo lo que las escrituras enseñan.

Lo que trato de verter mediante este mensaje es que no solo los pastores y diáconos son los que deben trabajar para el correcto funcionamiento de la iglesia, sino todos, cada una de las familias, pero primeramente en nuestros hogares.

Pablo a través de la solución propuesta a la iglesia ministrada por Tito y Timoteo establece un perfil necesario para todos los congregantes de las iglesias, a fin de que todos alcancen la medida de la estatura de la plenitud de Cristo para la alabanza de la gloria de Dios.

Un trabajo fundamental de todo cristiano es la familia, y es por donde se comienza, ser parte de la familia de Dios, es algo de todos los días, y esto comienza por nuestros hogares, por la capacidad de mantener un culto familiar, y reuniones de oración en familia, leer juntos, orar juntos.

Hay que borrarse la idea de que solo somos la iglesia los días domingos, Jesús dijo; “donde están dos o tres reunidos en mi nombre allí estoy en medio de ellos” y de seguro no se refería a los domingos solamente sino a la vida cristiana de todos los días. La reunión de los días domingos debe ser solo una conclusión de nuestra labor semanal.

LA TAREA FUNDAMENTAL DE LA CASA DE DIOS
Mateo 21
13 y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.

Una de las tareas fundamentales de todas las familias de la iglesia es velar en oración, mantenerse en oración, y no abandonar esta tarea.

Si usted ya ha empezado esta tarea de tener reuniones familiares en casa, no la abandone, si la abandono retómela, y si aun no ha empezado es tiempo de empezar


La paz del Señor Jesucristo

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