PÁGINAS DE INTERÉS

FE, UNA ACCIÓN



MENSAJE DOMINGO 31/01/2016
Por el Hno Daniel.-

La fe provoca en nosotros una acción directa que es la de creer en Cristo Jesús autor y consumador de la fe, reconociendo que Dios vino en carne vivió entre los hombres, predico un reino celestial, hizo señales y maravillas, murió por nuestros pecados, se levanto al tercer día de entre los muertos y luego se apareció durante 40 días a mas de 500 testigos; fue recibido arriba en gloria con la promesa de regresar para establecer y confirmar un reino de inmortales.

Esa fe nos enseña por medio de esa acción que debemos bautizarnos para nacer de nuevo, recibir su Espíritu Santo que nos convence de pecado primeramente y luego consuela nuestras vidas en esperanza hasta su regreso. Esa fe es la que nos hace partícipes de la señal del nuevo pacto que es su cuerpo y su sangre, pan y vino, vivir una vida santa y desechar el mal.

La fe es uno de los principios de la ley perfecta de Dios, no se puede tener fe sin haber creído en Jesús, no hay obras buenas si no hay fe, y no hay fe sin obras ni obras sin fe.
Pero, ¿Cómo es mi fe? ¿Conoces tu fe? Es mas ¿conoces la medida de tu fe?
Lo primero que obtenemos como hijos recién nacidos es la común fe. La que nos sirve para la conversión, esa fe que fue puesta en nosotros por el oír el evangelio es la primera acción de Dios en nosotros, él nos encuentra primero y nos da su fe para que le veamos.

Si leemos Romanos 10:17. Podemos encontrar la punta del iceberg, el inicio de la fe en nuestras vidas. Esta fe primeriza solo hace que creamos al que fue enviado a nosotros, a Jesús. ALELUYA.
El oír con fe, es la primera obra genuina del Espíritu santo en nuestras vidas. Y solo Jesús puede despertar nuestros sentidos para que le creamos, pues a la verdad el evangelio se predica a todos, pero los que oyen con FE son los únicos que lo alcanzan. Las escrituras son claras al asegurar que la palabra se predica a todo hombre, pero solo es provechosa a sus escogidos, si leemos Hebreos 4:1 nuestros corazones gritaran “OH GLORIA AL CORDERO, QUIEN PUSO EN MI VIDA LA FE PARA OÍR SU PALABRA, PORQUE SI ASÍ NO FUESE, DONDE ESTARÍA YO.

Debo ser claro también en esto, la fe es una acto pre destinatario, es decir solo se acciona en los que están destinados a oír, pude activarse en tu infancia como en tu vejez, pero se activara siempre y cuando sea tiempo de escuchar con los oídos santos del espíritu de FE. Esto no es un invento mío, es solo un atributo soberano de Jesús, la fe no es de todos, es una ley de Dios. 2° Tesalonicenses 3:1-5.

El origen de la fe en el mundo. Hebreos 11.
La fe en el mundo se refleja desde la creación, pero vemos las acciones de fe recién desde Abel. Tengamos en cuenta esto, la fe de Abel no era un fe para creer en Dios, Tanto Abel como Caín sabían de Dios de su poder y de su gloria, así que no hacía falta el creer con fe, la fe de estos dos se mide en su acción y en este caso la fe está sujeta al sacrificio de ambos.  Abel tuvo una acción poderosa de fe, sabiendo que el sacrificar un cordero agradaba a Dios, pues era el símbolo máximo de expiación.  No así Caín que sacrifico los frutos del mundo que simbolizaban la fuerza del hombre en la tierra. Los dos sabían de Dios, solo uno actuó por FE. Dios no necesitaba probar la fe de Abel, el sabia quien era este hombre, pero si la fe de Caín, él sabía que su accionar no era bueno y su corazón no era recto, otra hubiese sido la historia si por medio de la palabra de Jehová Caín se hubiese arrepentido, pero no fue así.

De Abel hasta el llamado de Abraham solo vemos acciones de fe, llamados y hombres obedeciendo. Pero solo a partir de Abraham vemos que Dios empieza a probar la fe de los hombres, ya no solo el accionar, sino el poder de creer en su palabra.

El poder de la palabra de Dios esta escondida en la promesa que él nos da.
 A Abraham Dios le da una promesa, esta es efectivizada con el nacimiento de Isaac en quien Dios empezaría a trabajar para traer una gran nación y la simiente Santa. Y ¿como prueba Dios la fe de Abraham? Solo a través del cumplimiento de su palabra, Abraham creyó en la promesa de un Dios que no era mentiroso, pero a su vez obedeció a un Dios que no se podía desobedecer sin recibir un castigo.

Abraham ofrece a Isaac en sacrificio, convencido de que Dios proveería para el sacrificio, o con la convicción de que aun cuando el cuchillo degollara a su hijo el vería de en medio del altar una resurrección, porque si algo sabia Abraham es que la promesa de Dios no puede ser quebrada. Dios manda un animal a fin de que Abraham no sacrifique a Isaac habiendo confirmado su pacto con él y engrandecido su fe. Dios probo la fe de Abraham, pero si Abraham mataba a Isaac Dios debía resucitarlo,  porque se lo había prometido, había prometido que de ese muchacho se empezaría a gestar una gran nación. Por eso Dios no permitió que Abraham mate a Isaac, por la sencilla razón de que la prueba ya no sería una prueba de FE, sino una prueba de la palabra y la promesa de Dios, en otras palabras Abraham hubiese probado a Dios y no Dios a Abraham.
 Abraham es el comienzo de la fe como evangelio para creer, es el padre de los que creen en Cristo en su promesa, en su verdad en su reino

La fe es el paso esencial de la justicia, no hay justicia verdadera sin fe, un hombre es justo por creer en Cristo Jesús, quien justifico nuestros pecados en la cruz, no que los apaño ni los defendió, sino que los justifico quitándolos, un hombre con fe toma decisiones justas y obra en justicia.

Fe para creer, fe que obra. Santiago 2:14-26
No puede haber una fe que no lleva obras, no hablamos de obras que se proyectan en construcción de templos o en servir a los pobres un palto de comida, ni en hacer limosnas ni caridad ni beneficencia, esas no son acciones de la fe, sino acciones sociales.

Tampoco hablamos de obras de la fe aquellas que son de evangelismo y predicación, eso es obrar por el reino, cumplir el mandato de expansión.

Las obras de la fe están ligadas a la acción de creer en las promesas de DIOS.
El poder de DIOS se manifiesta en la fe para creer en sus promesas. Veamos este pasaje. Marcos 7:24-30. Aquí la mujer cananea le pide a Jesús por su hija, pero la pregunta es ¿qué es lo que sano a su hija? el poder que emanaba de Jesús o la fe de la mujer en creer en la promesa y el poder de Jesús. Es obvio que el poder de la fe en Cristo sano a su hija, ella sabía que Jesús podía sanarla, no dudaba, no puso a prueba a Jesús para ver si él podía o no, sino que su fe fue puesta a prueba en la insistencia a JESÚS que pasaba por allí. Veamos el panorama, una mujer dando voces y aun Jesús caminando sin voltearse a ella, normalmente diríamos, “que se cree este, que le voy a estar rogando, vaya a saber si en verdad sana el judío este”. Pero esa no fue su reacción, ella ante lo que parecía una indiferencia de Jesús, siguió clamando. Estaba convencida que si Jesús daba la orden su hija sanaría. Su fe fue probada para ver si ella realmente creía en que Jesús era el Mesías, el hijo de David, y aunque no era judía, aunque no era hija de la promesa de Abraham por medio de la carne, fue hecha hija de Dios por medio de la promesa de la FE, de que Jesús vino para dar VIDA Y VIDA en abundancia. El poder de la fe puesta a prueba salvo a su hija.

Entonces podemos decir que la fe de esta mujer lleva obras, no en que ella sano a su hija, sino en que su esperanza en Jesús le devolvió la vida a ella y a su hija.
 Mi fe no puede sanarte, no puede darte vida ni levantarte, no es mi fe por más crecida que este la que va a sanar y hacer milagros, sino es la certeza de que Dios puede hacer lo que prometió. Pablo hacia milagros por la promesa que él había escuchado de Cristo, que en Nombre de Jesús sanarían, harían maravillas y demás cosas, no era una fe que creía en su superioridad intelectual, sino en la promesa. La mayoría de los milagros que hizo Jesús estuvo relacionado con personas que creyeron en El, vemos muchas veces decir a Jesús TU fe te ha salvado, o te ha limpiado o demás.

Que un milagro se obre atravez mío no es una obra de fe para mi vida, sino para la vida del que recibió tal milagro. Primero, Jamás puedo atribuir el milagro de Dios de una sanidad a mi persona sino a Cristo, porque la promesa es que en su Nombre se harán las cosas, si no hay invocación, no hay acción, segundo, la persona receptora de un milagro no cree en mí, sino en que Dios es poderoso para que atravez de la justicia de sus siervos pueda hacer tal o cual cosa.

Las obras de la fe se muestran en cuanto a crecido mi fe para con Jesús, y en cuanto creo que sus promesas son poderosas hasta el punto que si tuviese mi fe crecida como un grano de mostaza vería grandes cosas.

Una fe crece si es probada. 1° Pedro 1:6-7
 Ahora bien, la común fe o la fe primaria que sirve para creer en Cristo al oír con fe, esa permanece, pero debe experimentar un crecimiento, y esto es con prueba de fuego. La fe debe crecer si o si, la promesa de Dios no es que vamos a ser felices una vez que creemos, sino que vamos a ser probados para elevarnos a la excelencia de Cristo Jesús.

Una  fe se prueba en la aflicción, los escases, la perdida y el pasar por distintos valles, incluso el de la muerte.
Eso es algo por el cual pasaremos, no podrás saber si tu fe a crecido o no si es que no pasas por un periodo prolongado o corto de aflicción.

Dios se complace en tocar tus pilares de seguridad para ver si confías en sus promesas. El tocara el pilar de tu economía para ver si confías en la promesa de que  el proveerá aun en la escases, para ver si buscas su reino y su justicia esperando confiado en que el añadirá.

Si es que pasas por esta prueba confiado en que nada te faltara y que Dios proveerá y que ni tu calzado ni tu casa se desgastaran en tiempos de necesidad; entonces “grande es tu fe”, pero si reniegas, te vienes abajo, quieres abandonar la obra, andas idiota y preocupado porque tu familia te atosiga en eso de “ que vamos a comer, que vamos a hacer” te deprimes y decaes, si eso te pasa, eres “hombre de poca fe”, digo esto para que cuando pase, sepan si su fe a crecido o no, si has pasado, estas pasando o pasaras por este valle, debes saber sincerarte contigo mismo y decir, “grande es mi fe, o hombre de poca fe fui o soy”.

El va a tocar el pilar de ti vida familiar, para ver si estas sementados en sentimientos o en su promesa que nadie puede amar más a su familia que a Dios, y el que ama más a su familias que a Dios no es digno de él, el hará esto para ver si amas mas a tu familia que a Él, si es que por una causa u otra un hijo enferma una madre o un abuelo muere, una esposa cae en cama; y tu encomiendas tus caminos y la vida de los tuyos a Dios sin decaer ni deprimirte, si no te alejas del camino y aun en la perdida de un ser querido sabes decir “Jehová dio Jehová quito sea su nombre engrandecido”, entonces tu le amas mas que TODO “GRANDE ES TU FE”. Pero si has pasado o estas pasando por este valle y te estás deprimiendo o te deprimiste, has renegado, casi dejas la iglesia, la obra de la iglesia, tu trabajo en la iglesia, o caíste en poso depresivo y demás, “hombre de poca fe eres”.

Hermano, hermana, ahora sabes si tu fe ha crecido o no, si es que no ha crecido atravez de estos valles, pero aun así no has renunciado y retomaste el camino, volverás a ser probado, es necesario que tú fe CREZCA SI O SI. Y si has sido probado y tu fe ha crecido, pues volverás a ser probado porque  es necesario que atraves de muchas tribulaciones heredemos el reino de Dios. Hechos 14:22.

Hermano, Dios no abandona a sus hijos en las tribulaciones que les hace pasar, el va con nosotros, CONFIEMOS pues él nos prueba hasta donde aguantamos en nuestra fe y espíritu, en nuestro físico y en nuestro andar. 1° Corintios 10:13

Job fue probado en todo en un solo día, y su perseverancia en la fe en Dios le devolvió 100 veces más.
Ahora, eres hombre de 1 o de 100.


La paz del Señor.

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