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01
– PRESÉNTATE CON DILIGENCIA A DIOS APROBADO
Por el Hno. Gabriel.-
2°Timoteo 2:15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de
verdad.
Como todos saben esta cita bíblica es la
consigna principal de la temática de este retiro; “Procura presentarte a Dios aprobado”, la que a su vez hemos
dividido en tres títulos a desarrollar a manera de taller doctrinal: 1) Preséntate con diligencia a Dios aprobado, 2) Aprobado como obrero que no tienen
de que avergonzarse y 3) Que usa
bien la palabra de la verdad
Particularmente considero esta cita bíblica como
el parámetro perfecto que define resumidamente a un verdadero siervo de Dios.
Esta primera parte abordará el primer título
que es; “Preséntate con diligencia a Dios
aprobado”.
Introducción
y contexto
Sin ánimo de ahondar mucho quiero destacar
brevemente el contexto de la cita bíblica para comprender un poco más cuales
fueron las razones por la que Pablo tiene que escribirle estas palabras a
Timoteo. Y tal como lo mencionan los versos 6 y 7
del capítulo 4 Pablo esta al final de su carrera (año 67 aprox.), está preso en una
cárcel del Roma por causa del evangelio y la persecución de los cristianos,
privado de un régimen fluido de visitas (va
a ser muy difícil comunicarse con él 2°Ti 1:17) y sabe perfectamente que su ministerio
terrenal está llegando a su fin, esta a poco tiempo de ser martirizado en Roma (2 años aprox.), su muerte ahora es
inminente por tanto esta carta va a ser una de sus últimas recomendaciones
escritas a Timoteo y hasta podríamos decir que Pablo se está adelantando a
despedirse de Timoteo en caso de que éste no llegue a Roma para verlo (2°Ti 4:9). En esta última carta va a
exhortarlo a que no se acobarde (2°Ti 1:6-8)
por causa de la persecución que estaban padeciendo los cristianos en mano de
Nerón, sino que se mantenga firme en el ministerio de la predicación del
evangelio sin avergonzarse porque no es propio del cristiano actuar de esa
manera ya que no ha dado Dios Espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de
dominio propio (2°Ti 1:7).
En virtud de esto podríamos interpretar que
Pablo esta adelantándose también a preparar a Timoteo como uno de sus reemplazantes
en el trabajo ministerial del evangelio a los gentiles, y por esta razón le
hace el encargo del versículo 2:15; Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como
obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad… dicho de otro modo –apresúrate a
presentarte delante de Dios como un obrero listo y
capacitado para poder reemplazarme y ser usado en la continuación del
ministerio que yo estoy finalizando– o sea, un obrero estaba a punto de salir del
campo de batalla (de la viña del Señor)
y se precisaba de otro preparado al mismo nivel que Pablo para continuar dicha labor.
Podríamos ilustrar también esta situación como
que una bacante está por quedar vacía en la viña del Señor y se precisa de un
obrero preparado y calificado que pueda ocupar esa vacante y desempeñar
correctamente tal función, por supuesto que la elección es y será siempre del Señor
Jesús quien es el dueño de la viña, Él es quien escogerá a uno de entre todos
los postulantes, no obstante nuestro trabajo y obligación es estar preparados para
poder presentarnos delante de Él como obreros aprobados que no tiene nada que
los avergüence o desacredite sino que usan correctamente la palabra de la
verdad. Dicho de otro modo es tener la capacidad de decir; “Aquí estoy Señor para lo que pueda ser
útil”
Isaías
6:8 Después oí la voz del Señor, que
decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por
nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
Aunque esta cita tiene perfecta aplicación en
Cristo, de todos modos vemos por medio de ella la capacidad de un obrero para
presentarse delante de Dios, pararse frente a Él sin sentir vergüenza y de
acuerdo a la voluntad del Padre poder decir; “Heme aquí envíame a mi”…
La
diligencia
2°Timoteo 2:15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado…
La “diligencia”
tiene que ver con una actividad que debe ejecutarse sin pérdida de tiempo,
podríamos decir que “la diligencia”
es una cuestión de prioridad, que está relacionada con la forma en la que
ordenamos nuestras actividades de acuerdo al grado de importancia que estas
tienen, y en el sentido espiritual lo que el apóstol Pablo nos está diciendo
por medio de esta corta expresión es que “presentarse
a Dios aprobado” es una cuestión de prioridad para todo cristiano, es un encargo
departe de Dios que debe ocupar el primer lugar de nuestra lista de tareas y
por tanto no puede quedar pendiente sino ejecutarse con prontitud, algo que
necesariamente debemos hacer y que consideramos más importante que comer, beber
o vestirse. “Presentarse a Dios aprobado”
es una cuestión que requiere diligencia, requiere prontitud, requiere prioridad
para todo cristiano.
El Señor Jesús valora mucho la “diligencia” en sus hijos y por el
contrario aborrece la “negligencia” o
ese espíritu indolente y perezoso de algunos cristianos, aquella actitud
descuidada que no pone atención a las cosas de Dios sino vive despreocupado de
ellas; –sé que
tengo que orar todos los días pero se me hace tarde para ir al trabajo y lo
hare a la noche si no estoy cansado. Sé que tengo que leer la biblia pero lo
voy a hacer después de ver este partido o esta película. Sé que tengo que
preparare para ser útil en la iglesia pero ya habrá tiempo para esas cosas,
primero trabajare para mí– Un claro
ejemplo de esta clase de cristianos negligente lo vemos en la parábola de los
talentos (Mt 25:14-30), en donde
el Señor “llama” a tres de sus siervos y les reparte sus bienes (su espíritu y su don) para que los
administren y los trabajen de manera correcta, sin embargo solo dos de ellos se
ocuparon diligentemente en el asunto (priorizaron
el encargo de su Señor y trabajaron en ello) y el tercero no priorizó el
encargo sino se ocupo más de sus cosas personales (trabajo, estudio, afanes personales, etc.) y de esta manera enterró
el talento que su Señor le había dado poniéndolo probablemente al final de su
lista de tareas (como debajo de todo de
manera que no se veía y quedo allí totalmente olvidado e improductivo), no
obstante observamos que cuando su Señor vuelve y estos tres siervos deben “presentarse delante de Él” los “diligentes” son bien recompensados y el
“negligente” son severamente
castigado:
Mateo 25:19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos
siervos, y arregló cuentas con ellos (o sea debían presentarse delante de su señor). 20 Y
llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos,
diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros
cinco talentos sobre ellos. 21 Y su
señor le dijo: Bien, buen
siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el
gozo de tu señor… (También paso el segundo que había recibido dos talentos y recibió
la misma gratitud de su Señor…) 24 Pero llegando
también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres
hombre duro (los negligentes siempre anteponen justificativos y empiezan a acusar
a otros), que siegas donde no sembraste y
recoges donde no esparciste; 25 por
lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes
lo que es tuyo (no me pidas más, considero haber hecho lo básico y necesario). 26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde
no esparcí (con tus
mismas palabras te juzgo)… 28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo
al que tiene diez talentos. 29
Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que
tiene le será quitado. 30 Y al siervo inútil (al negligente) echadle en las tinieblas de afuera;
allí será el lloro y el crujir de dientes.
Esta parábola nos ayuda a comprender aun mejor
el sentido de las palabras de Pablo a Timoteo, porque nos muestra claramente la
capacidad o virtud de algunos siervos para presentarse delante de Dios como
obreros aprobados que no tienen de que avergonzarse ya que han procurado con
diligencia ocuparse en los encargos de Dios, y en contraste con esta virtud se exhibe
también la negligencia de algunos siervos indolentes y perezosos que no se han
ocupado en las cosas del Señor por tanto están totalmente abochornados delante
de Él sin siquiera poder levantar sus miradas por la vergüenza que les genera
su ineptitud. A su vez también nos muestra que Dios premiara la diligencia de
sus siervos y castigara severamente la negligencia de los siervos indolentes. Los
diligentes entraran al gozo del Señor (¡que
galardón!) y los negligentes serán arrojados a las tinieblas de afuera (¡que castigo espantoso!).
En virtud de esto podríamos entonces
decir que “la diligencia” es una virtud que debe necesariamente vestir a todo
cristiano delante de Dios, mayormente a los que trabajan en el ministerio (He
2:1, Ef 5:15-17).
Romanos 12:11 En lo que
requiere diligencia, no perezosos;
fervientes (activo,
eficaz) en espíritu, sirviendo al Señor;
2°Pedro
3:14 Por lo cual, oh amados, estando en
espera de estas cosas, procurad con
diligencia ser hallados por él sin mancha (sin pecado) e irreprensibles (sin ningún reproche), en
paz.
Otra cosa que podemos destacar hablando de “la
diligencia” es el contraste que nos muestran los proverbios entre “el diligente y el negligente”, exponiendo
por medio de esta diferencia (o análisis)
primeramente la bienaventuranza que degustarán los diligentes y la desdicha que
experimentaran los negligentes, lo cual aplicado en un sentido espiritual nos
habla de que los diligentes gozarán de la abundancia y riquezas celestiales de
Dios y los negligentes serán privados de ellas (Pr
12:27, 21:5, 13:4). O sea que dependiendo de cuál sea tú disposición
y dedicación a los intereses de Dios (negligente
o diligente) se determinará tú futura condición; podrás ser espiritualmente
pobre y desventurado, o espiritualmente rico y bienaventurado.
Proverbios 10:4 La
mano negligente empobrece; Mas la mano de los
diligentes enriquece.
Proverbios 12:24 La
mano de los diligentes señoreará; Mas la negligencia será tributaria.
Presentarse
a Dios aprobado
Entonces volviendo a nuestro versículo
principal vamos a desarrollar la segunda parte; 2°Timoteo 2:15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado… Hasta aquí ya hemos
visto que “la diligencia” tiene que
ver con priorizar las cosas de Dios, y en este sentido Pablo le está diciendo a
Timoteo que una prioridad que urge en la vida de todo cristiano es “presentarse a Dios aprobado” ¿Pero qué
significa “presentarse a Dios”? ¿Que
implica esta tarea? ¿A qué se refiere exactamente el apóstol?
Primeramente diremos que “presentarse a Dios” tiene que ver
con comparecer delante de Él, y esta comparecencia es similar a como los obreros
de aquel tiempo debían presentarse delante de su señor y dar cuenta de sus
servicios y a su vez demostrar su aptitud para ejecutar nuevas tareas –en lo poco has sido
fiel en lo mucho te pondré Mt 25:21– sin embargo así como había
obreros calificados que no vacilaban en presentarse delante de su señor porque
estaban aptos para desempeñar otras labores, existían también obreros ineptos que
no calificaban para realizar trabajos en la viña de su señor por tanto se avergonzaban
y no deseaban presentarse delante de Él por causa de su ineptitud. Con esto vemos que presentarse delante de Dios es una
virtud que destaca solo a los siervos aprobados, los negligentes siempre buscaran
eludir el presentarse delante de Dios.
Ahora bien, aunque la expresión “presentarse a
Dios aprobado” de la cita bíblica en cuestión se refiere de forma
directa a comparecer delante de Dios y disponerse como obrero aprobado para
toda buena obra (mas adelante lo
desarrollaremos), de todos modos me gustaría detenerme aquí y desglosar esta
expresión en dos partes; 1) presentarse a
Dios y 2) aprobado, ya que
considero necesario enfatizar lo que implica en la práctica que un siervo (hombre o mujer) tenga la capacidad de presentarse
delante de Dios.
1)
Presentarse a Dios
Hasta aquí hemos hablado de que los siervos
deben comparecer delante de su Señor, y esta comparecencia en el sentido
práctico está asociada de manera directa con la oración, con la comunión íntima
que establece Dios con sus siervos por medio de la oración. En otras palabras hablar de que los hombres deben “presentarse delante de Dios” es un
llamado a la constante oración, se trata de alcanzar la capacidad de adentrase diariamente
a la presencia de Dios por medio de la oración y permanecer gustosamente en su
presencia. Dicho de otro modo, tener la virtud de “presentarse delante de Dios” se trata de ser hombres y mujeres de
mucha oración, se trata de haber hecho de la oración nuestra necesidad
absoluta.
Salmo 5:3 Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
Salmo 42:1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. 2 Mi alma tiene sed de Dios, del
Dios vivo; ¿Cuándo
vendré, y me presentaré delante de Dios?
A veces tenemos la equivocada idea de que “presentarse delante de Dios en oración”
es algo opcional en la vida cristiana, algo que nos es tan necesario hacer y
por ende puede esperar, como si la oración fuera un paracaídas que solo debe
usarse en caso de emergencia y que esperamos nunca tener que usarlo – ¡que equivocados
nos volvemos cuando pensamos así! – Sin embargo bíblicamente
observaremos que “presentarse diligentemente delante de Dios en oración” tiene
que ver con una necesidad básica en todo cristiano. Y así como nuestra
naturaleza física necesita del agua para subsistir y corremos a ella cada vez
que tenemos sed, del mismo modo en el sentido espiritual el cristiano necesita
del agua espiritual y por ende correrá diariamente a la presencia de Dios para
ser saciado por Él; Juan 7:37…Jesús
se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba… pero también “presentarse
delante de Dios en oración” es consecuencia de haberle entendido y conocido
por medio de su poder, gloria y hermosura, es haber abiertos los ojos espirituales
y ver que no hay absolutamente nada más hermoso y atractivo que Él en este
mundo, por ende naturalmente desearemos estar en su presencia y contemplar su
hermosura; Salmo 27:4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté
yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida (dicho de otro modo; que pueda presentarme delante de Dios todo los
días de mi vida) , Para
contemplar la hermosura de Jehová, y
para inquirir en su templo.
Entonces, desde el punto de vista bíblico-espiritual
podemos resumidamente decir que “presentarse
delante de Dios en oración” tiene que ver con aquella necesidad espiritual de
estar postrado delante de Dios y buscar diligentemente su rostro en oración, es
desearle con todas nuestras fuerzas, es haber encontrado en Él el tesoro
escondido que hace que todo lo demás en nuestra vida pierda valor frente a su
hermosura, se trata sencillamente haberle conocido y degustado de esa
misteriosa atracción ineludible hacia Él. Presentarse
delante de Dios tiene que ver con una comunión intima que Dios establece personalmente
con su siervos, tiene que ver con ser sumergidos en la presencia de Dios, tiene
que ver con ser inundados con su Espíritu Santo y dicho de forma más directa
tiene que ver con haber degustado la presencia de Dios mediante aquella manifestación
intima por medio de la oración… Presentarse delante de Dios se trata de conocer
verdaderamente a Dios.
En virtud de esto podríamos plantear “el presentarse delante de Dios en oración”
desde varios puntos de análisis; a) Como la dependencia necesaria que todo
cristiano debe tener de Dios, b) Como la necesidad imperiosa de alcanzar una
comunión intima con Él, c) Como el degustar ser atraídos por Dios y d) Como
consecuencia de haber sido lleno del Espíritu Santo. Y me interesa hablar de
estos cuatro aspectos de la oración los cuales reflejaran si somos cristianos
diligentes para presentarnos delante de Dios o somos cristianos negligentes
para presentarnos delante de Dios.
a) Presentarse a Dios en Oración; La dependencia
necesaria de Dios
Entonces, una de las condiciones que hace que
el cristiano se presente delante de Dios de manera constante radica en su “total dependencia de Dios”; Así como nuestros
pequeños hijos están a diario en nuestra presencia y necesitan de nosotros para
suplir sus necesidades físicas (comida, bebida,
ropa, techo, etc.) y cobijarse bajo nuestro amparo, del mismo modo el
cristiano debe depender de Dios y estar diariamente en su presencia para
subsistir espiritual y físicamente de Él. Si decimos que Dios es nuestro Padre
Celestial entonces debemos comportarnos como verdaderos hijos, sin embargo algo
en lo que solemos fallar en la práctica y de forma constante es en adoptar la
posición de hijos delante de Dios; decimos que él es nuestro Padre Celestial
pero nos resistimos a depender de Él, decimos que él es nuestro Padre Celestial
pero queremos vivir emancipados de su autoridad, decimos que él es nuestro
Padre Celestial pero nos comportamos como huérfanos desobedientes, decimos que
él es nuestro Padre Celestial pero no tenemos ni la más mínima intensión de ir
a su presencia.
Sin embargo vivir en dependencia de Él se trata
de renunciar a nuestra torpe autosuficiencia diaria y abandonar la huerfanidad
espiritual y humillarnos diariamente en su presencia como verdaderos hijos
necesitados del Padre.
Esto en la práctica implica que voy a recurrir
a Él de manera constante en todas mis necesidades; si estoy en aflicción voy a Él,
si estoy alegre voy a Él, si estoy en escases voy a Él, si tengo abundancia voy
a Él, si estoy en debilidad voy a Él, si estoy fortalecido voy a Él, si me
encuentro angustiado voy a Él, si estoy aliviado voy a Él, si estoy cargado voy
a Él, si me encuentro descansado voy a Él y así para cada situación de mi vida
voy a correr a Él como un niño corre a los brazos de su padre.
Salmo 91:1 El que habita al abrigo (cuidado) del
Altísimo Morará bajo la sombra (cercanía) del Omnipotente.
b) Presentarse a Dios en Oración; La
necesidad de una comunión intima con Él
A medida que el cristiano crece en aquella
dependencia necesaria de Dios mediante una vida devocional de oración diaria
ira conociendo a Dios cada vez más hasta el punto de alcanzar “una comunión intima con Él”, y el hecho
de que inconscientemente nos preguntemos; ¿y
qué es eso? pone en manifiesto nuestra falta de comunión con Dios.
Solemos tener una idea muy básica de lo que es
presentarse delante de Dios en oración, consideramos que solo se trata de
cerrar los ojos y habar cosas breves y reiterativas solo por un corto momento, de
modo tal que cuando leemos pasajes bíblicos que dicen cosas tales como que “Dios se manifiesta en la vida de los
cristianos” quedamos desconcertados sin comprender a ciencia cierta si es
algo metafórico que nunca ocurre o es algo real que solo llegan a degustar unos
pocos.
Salmo
25:14 La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto.
Juan
14:23 Respondió Jesús y le dijo: El que
me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Una cruda realidad que golpea a la mayoría de
los cristianos de hoy es que pueden llegar estar durante 15 años de sus vidas,
luego de haberse bautizados, viviendo una vida religiosa de asistencia a los
cultos con muy breves tiempos de oración pero ¡sin conocer verdaderamente a Dios!, sin haber degustado de su
presencia en sus vidas, solo viviendo de las experiencias ajenas, ya sea
bíblica o de algún predicador, pero siendo totalmente ajena a ellos mismo, son
cristianos que caminan por los límites de la vida cristiana y nunca se adentran
verdaderamente a la presencia de Dios, llegan a pensar que algunas expresiones bíblicas
que hablan de la comunión intima y de la manifestación de Dios en los hombres son
solo un mito o cosas del pasado, y prefieren vivir por fuera del circulo de la
comunión íntima con Dios, fuera del circulo privado de Cristo, y hasta puede
que pasen toda su vida en esa condición. No obstante, para aquellos que en
algún punto pueden ver esta cruda realidad Él esta esperándolos para adentrarnos
en sus cámaras…
Juan
14:9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace
que estoy con vosotros, y no me has
conocido, Felipe?...
3) Presentarse a Dios en Oración; Ser
atraídos por Dios
Ya hemos hablado de que presentarse a Dios en
oración debe ser una cuestión de dependencia necesaria de Dios, también hemos
hablado de que presentarse a Dios en oración tiene que ver con una comunión
intima entre Dios y los hombres, sin embargo otra cosa importante a mencionar
referida al mismo tema es la atracción real que existe departe de Dios hacia
los hombres, aquel efecto que tiene que ver con ser deslumbrado por la
hermosura de Dios y nos obliga a buscarle hasta incluso de forma desesperada,
tal como lo ilustra “la parábola del
tesoro escondido” o también “la
parábola de la perla de gran precio” (Mt 13:44-46),
en donde observamos que aquellos que descubrieron el reino de Dios consideraron
que su hallazgo era lo más hermoso e invaluable en sus vidas y por lo tanto se
despojaron de todo tan solo para poder correr en pos de Él.
Juan 12:32 Y
yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo
Cantares 1:4 Atráeme; en
pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras;
Nos gozaremos y alegraremos en ti…
Podemos hacer de la oración un hábito religioso
y obligado con una rutina de oraciones vacías y sin sentido, pero jamás habrá
oración sincera a Dios a menos que nos sintamos atraídos a su presencia, a
menos que seamos cautivados por su hermosura, a menos que le hayamos
descubierto verdaderamente como nuestro tesoro.
Particularmente soy de los que piensan que un
trabajo que el cristiano tiene a lo largo de toda su vida es buscar a Dios
hasta ser hallado de Él, considero que lo empírico es fundamental en la vida de
todo cristiano que ama a Dios, soy de los que piensan que los hombres deben
salir a los montes y montañas a buscar la presencia de Dios, y con esto no me refiero a buscar
apariciones fantasmagóricas de Él sino a su presencia en el Espíritu Santo,
tal como lo hizo nuestro propio Señor Jesucristo.
Amós
5:4 Pero así dice Jehová a la casa de
Israel: Buscadme, y viviréis;
Juan
1:38 Y volviéndose Jesús, y viendo que
le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le
dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?
Cantares 1:7 Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía;
En virtud de esto podríamos decir que “presentarse diligentemente delante de Dios
en oración” es consecuencia de haber sido atraídos por Él, y tal atracción
guarda relación de manera directa con el vinculo que existe entre Cristo y su
iglesia; Él como el esposo y la iglesia como su desposada, por tanto tal
atracción entre Dios y los hombres tanto en un sentido espiritual como físico
debe existir en todo cristiano que ama verdaderamente a Dios.
4) Presentarse a Dios en Oración; Llenos
del Espíritu Santo
Y por último, dentro de este subtitulo de lo
que implica “presentarse delante de Dios
en oración” quiero mencionar la necesidad imperiosa que tiene todo
cristiano de “ser lleno del Espíritu
Santo”. Podemos tener cierta idea de lo que significa ser llenos del
Espíritu Santo, pero puede que haya un abismo bastante profundo entre esa
realidad y nuestras vidas.
Equivocadamente a veces consideramos que ser
llenos del Espíritu Santo es una opción en la vida cristiana, sin embargo
hablar del Espíritu Santo es hablar del Espíritu de Cristo (Ro
8:9, 1°Pe 1:11), es hablar de que su Espíritu nos transformará a la
imagen de Cristo, y a menos que no estemos llenos de su Espíritu jamás
llegaremos a ser tal como Cristo fue. Por tanto es una necesidad imperiosa para
todo cristiano ser llenos del Espíritu Santo, y esto por supuesto tiene que ver
también con nuestra manera de presentarnos delante de Dios aprobados, ya que la
aptitud del cristiano al momento de presentarse a Dios no viene determinada por
cualidades humanas sino por medio de su Espíritu, así que mientras más llenos
estemos de su Espíritu Santo tanto mejor para nosotros, porque mientras más
llenos estemos de Él mejor calificado estaremos.
Efesios 5:18…antes bien sed llenos del
Espíritu,
Debemos ser llenos del Espíritu Santo, debemos
ser sumergidos en el Espíritu de Cristo, debemos ser bautizados en el Espíritu
Santo, y tal suceso generalmente va a estar asociado a la oración (Hch 4:31), el libro de los hechos nos
enseña que en aquellas ocasiones en que el Espíritu Santo cayó sobre las
personas estas estaban reunidas y la mayoría de la veces estaban orando. Dios
no va a derramar su don sobre aquellos que sean apáticos a la comunión con Él,
pero si va a ser propicio y derramará su Espíritu sobre aquellos que se
mantengan en oración constante delante de Él: Lucas 11:13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas
dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
De esta manera (con estos cuatro puntos de análisis) vemos que “presentarse delante de Dios en oración”
es una necesidad vital para la vida de todo cristiano, es un trabajo que debe
hacerse con diligencia.
Salmo 73:28 Pero en cuanto a mí, el acercarme a
Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas
tus obras.
2)
Aprobados
2°Timoteo 2:15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado…
Hasta aquí ya hemos hablado de la necesidad de
ser “diligentes”, también hemos
hablado de forma particular de lo que implica para un cristiano hacerse del
habito de “presentarse delante de Dios en
oración”, y por último, aunaremos tres conceptos; “diligencia”, “presentarse a Dios” y “aprobado”, y hablaremos de lo
que implica presentarse
diligentemente a Dios PERO “aprobado”.
Es verdad que como cristianos nos vemos en la
imperiosa necesidad de presentarnos delante de Dios por los diferentes motivos
que hemos mencionado arriba, pero no nos olvidamos que el contexto de esta cita
bíblica en cuestión (2°Ti 2:15)
se trata de la diligencia de un siervo para presentarse (comparecer) delante de su Señor para desempeñar la función que se
le asigne pero que debe estar aprobado.
O sea que no se trata solo de presentarse
delante de Dios (no se trata solo de orar), sino se trata de presentarse
delante de Él pero aprobado.
Aprobado tiene que ver con estar calificado, y
en el sentido práctico esto tiene que ver con haber superado satisfactoriamente
las diferentes situaciones que han puesto a prueba su fe. Esto nos demuestra
que hablar de un siervo aprobado no se trata de una persona formada
intelectualmente para hablar frente a la congregación, sino se trata
principalmente de una formación de carácter y capacidad espiritual determinada mediante pruebas y exámenes prácticos a lo
largo de sus vidas (diferentes valles y
situaciones difíciles), los cuales han generado la aptitud, competencia y aprobación necesaria
para desempeñarse en la viña del Señor. Por consiguiente, hablar
de un obrero aprobado no se trata solo de una cuestión de elocuencia o
intelectualidad bíblica, sino de una cuestión de “espiritualidad experimental”.
Además la aprobación y aptitud de un siervo
para el servicio no es un don instantáneo entregado por Dios de un día para
otro, sino es un trabajo que Dios mismo ha venido ejecutado durante un tiempo
determinado en la vida de la persona, para sacar al final de toda la
preparación sacar a luz un obrero aprobado por Dios para toda buena obra.
2°Corintios 3:5 no que seamos competentes por
nosotros mismos para
pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia (sabiduría y capacidad para trabajar) proviene de Dios, 6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del
espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
Hebreos
13:20 Y el Dios de
paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de
las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21 os haga aptos (capacite) en toda obra buena para
que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por
Jesucristo; al
cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
1° Tesalonicenses 2:4 sino que
según fuimos aprobados (que ha superado las pruebas) por Dios para que
se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a
los hombres, sino a Dios, que
prueba nuestros corazones.
Conclusión
Entonces, en virtud de todo lo mencionado hasta
aquí debemos examinarnos a nosotros mismos (2°Co 13:5)
y considerar si somos siervos diligentes o negligentes, siervos que corren
desesperadamente a la presencia de Dios o siervos que se reúsan a ir en pos de
Él, siervos que se presentan delante de Dios aprobados o siervos que están
desaprobados y avergonzados.
Trabajo importante es para cada cristiano
autoanalizarse y poder trabajar en aquellas áreas en las que encuentra con
ciertas falencias, así que con toda prontitud atendamos nuestra vida espiritual
a fin de “Presentarnos
diligentemente a Dios aprobado…”
La paz del Señor Jesucristo.-
Excelente.
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