MENSAJE
DOMINGO 22/04/2018
Por el Hno. Gabriel. -
Introducción
Continuando con nuestro
estudio de la carta a los Gálatas y acercándonos ya al final de la misma abordaremos
el capítulo 5 en donde se expone un claro contraste entre lo que es andar en
carne y lo que es andar Espíritu lo cual se evidencia por medio de los frutos
que cada uno produce.
Contexto
Los capítulos
anteriores demostraron que fue solo por medio de los méritos de Cristo que el
hombre fue hecho parte de la familia de Dios y reconocido como hijo legítimo a
fin de ser heredero juntamente con Cristo, ¡solo por medio de Cristo!: Efesios 1:5 …habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesús, el Cristo, según el puro afecto
de su voluntad… cualquier intento humano por ganarse la gracia y el
favor de Dios por fuera de Cristo es un rotundo fracaso porque que el mejor de
nuestros intentos no deja de ser un trapo de inmundicia delante de Dios,
entonces si los cristianos de Galacia habían sido “reconocidos” legalmente como parte de la familia de Dios tan solo
por los méritos de Cristo (su obra
expiatoria en la cruz), no había ningún sentido en que continúen en el
esfuerzo humano de tratar de agradar a Dios según sus obras muertas (eso es legalismo); Gálatas 4:9 más ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo
conocidos (reconocido como
hijos) por
Dios, ¿cómo es que se vuelven de nuevo a
los débiles y pobres rudimentos, a los cuales se quieren volver a esclavizar?...
sin Cristo, por más esfuerzo humano nos era imposible formar parte de la
familia de Dios, una sola respuesta tiene Dios para aquellos que aún confían en
sí mismos para alcanzar la salvación: Mateo 7:23 Y
entonces les declararé: Nunca les conocí (nunca les reconocí como parte de esta familia ¿Qué buscan aquí? esta
no es su casa) apártense de mí,
hacedores de iniquidad… continuar en ese legalismo judío no tenía ningún
provecho ni ninguna ventaja para los cristianos de Galacia, era un retroceso,
por esta razón Pablo expresa en el verso 19 del capítulo 4: Hijitos
míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea
formado en ustedes… había que empezar nuevamente con ellos a fin de
hacerlos volver del error en el que habían caído.
Entonces Pablo, a
fin de tratar el asunto recurre al principio de la historia, y por medio de la
historia de Abraham y sus dos hijos (Ismael
hijo de Agar e Isaac hijo de Sara) por el Espíritu construye la analogía que
refleja los dos pactos; el del monte
Sinaí por medio de la ley y las obras y el nuevo pacto por medio de la gracia y
la fe en Jesús la simiente prometida, mostrando que aquellos que se apoyan
en la ley son los hijos de la esclava mientras que los que se apoyan en la
gracia por medio de la fe son los hijos de la libre;
Gálatas 4:22
Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos uno de la esclava, el otro de la
libre. 23 Pero el de la esclava
nació según la carne más el de la libre, por la promesa. 24 Lo cual es una alegoría, puesto que estas mujeres son los dos pactos el uno proviene del monte Sinaí, el
cual da hijos para esclavitud éste es Agar. 25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén
actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. 26 Mas la Jerusalén de
arriba, la cual es madre de todos
nosotros, es
libre.
¿Cuál es en si la analogía? Si hacemos un breve
repaso podremos entender más claramente lo que Pablo está hablando: Dios había prometido
a Abraham hacer de él una nación grande (Gn 12:2,
13:16), sin embargo los años pasaron y Sara no concebía porque era
estéril, lo cual llevo a pensar a Abraham que de acuerdo a la costumbre su
heredero sería su mayordomo Eliezer el damasceno, pero él clamo a Dios y Dios reafirmó
su promesa diciéndole claramente que le daría un hijo; no te heredará éste, sino un hijo tuyo será
el que te heredará Gn 15:1-4,
sin embargo siguieron pasando los años y Sara seguía sin concebir así que
usando del esfuerzo humano y carnal buscaron alcanzar la promesa divina por
medio de méritos propios —¿Cómo podemos
contribuir para alcanzar la promesa de Dios?— producto de tal esfuerzo nació
Ismael hijo de la esclava Agar quien representa el fruto de las obras según la
carne (porque fue concebido puramente por
voluntad de la carne): —¡Señor aquí
te traigo a Ismael fruto de nuestro esfuerzo humano y de nuestra colaboración para
que se pueda hacer realidad tu promesa— sin embargo no funciono porque Dios
lo desecho, no solo que lo desecho, sino que también lo expulso para que no
herede la promesa porque era hijo de la esclava, y
todo esto es una prefigura de que todo el esfuerzo humano por alcanzar la santidad
y la promesa de Dios por medio de la ley es inútil, el mejor esfuerzo del
hombre siempre será visto como un Ismael y finalmente será desechado.
No así con Isaac el verdadero
hijo de la promesa en donde el esfuerzo humano no tuvo lugar ni participación alguna,
sino que todo fue de acuerdo a la intervención de Dios, porque humanamente
hablando era imposible que Sara concibiese un hijo, porque no solo era estéril,
sino que además ya había pasado su tiempo de posible fecundación (menopausia), sin contar también que
Abraham era hombre viejo de 100 años de edad, sin embargo, Dios lo hizo posible
y producto de la intervención del poder de Dios en Abraham y Sara nació Isaac,
quien representa la gracia y el poder de Dios para hacer posible que los
hombres alcancen la promesa celestial.
Ismael era obra y
fruto de la carne, hijo de la esclava y por lo tanto no tendría parte en la herencia,
Isaac era fruto de los méritos de Dios, hijo de la libre y legítimo heredero de
la promesa. Agar representa el pacto de la ley y las obras cuyo fruto siempre
será un Ismael que finalmente será desechado y expulsado, mientras que Sara representa
el nuevo pacto basado en la intervención de Dios por medio de la obra de Cristo
para hacer nacer por medios sobrenaturales y milagrosos hijos legítimos como
Isaac verdaderos herederos de las promesas de Dios…
Gálatas 4:31 De
manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
Entonces si somos
hijos de la libre nuestra esperanza no está puesta en las obras de la ley o el
legalismo para vivir esclavizados a ellas, sino en la libertad que nos provee
la gracia de Dios para vivir por medio de la fe en Cristo Jesús nuestra segura
esperanza de redención:
Gálatas 5:1
Estén, por lo tanto, firmes en la libertad «con que» Cristo nos hizo libres, y no estén otra vez sujetos al
yugo de esclavitud. 2 He aquí, yo
Pablo les digo que, si se circuncidan, de nada
les aprovechará Cristo. 3 Y otra vez testifico a todo hombre
que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. 4 De Cristo se
desligaron, los que por la ley se justifican de la gracia han caído.
Entonces, si está
claro que por medio de la fe en Cristo somos libertados del yugo de la ley y
por ende de toda condenación y maldición que acarrea vivir bajo la ley, debemos
entonces afirmarnos en el terreno de la fe y gracia de Dios, dicho de otro
modo, debemos aferrarnos, asirnos con todas nuestras fuerzas a la gracia de
Dios por medio de la fe y ya no vivir pensando en que el hombre tiene capacidad
para agradar a Dios por medio de obras muertas, nada de lo que hagamos humanamente
hablando va a superar la obra de Cristo en la cruz, por ende el legalismo es
inútil, infructuoso y a la vez un menosprecio a la sangre de Cristo derramada
en la cruz, nuestro único terreno firme como cristianos al momento de
acercarnos a Dios es la fe en la sangre de Cristo salpicada a mi alma, todo lo
demás es inmundicia. Ya hemos arado con
el yugo de la ley y ningún surco derecho hemos trazado para nuestras vidas,
descansemos ahora en los méritos perfectos de Cristo por medio de la fe.
Pablo como judío y
como ex fariseo celoso de la ley les da testimonio que la circuncisión y todas
las prácticas religiosas no tuvieron ningún provecho para él cuanto más no será
inútil para un gentil. O es por la ley o es por la gracia, pero no se puede
mezclar religión con Cristo, no se puede mesclar legalismo con gracia, pensar
que por medio de la circuncisión en la carne y practicar ciertas reglas religiosas
era merecedor de la salvación de Dios era negar abiertamente la eficacia de la
obra de Cristo en la cruz, era desligarse de Cristo, soltarse de la mano de
Dios para continuar construyendo una escalera de arena para llegar al cielo, y
quienes se sueltan del eslabón de la fe en Dios caen de la gracia, quedan
excluidos de la gracia.
Si bien la
circuncisión superficial hoy por hoy no se practica como medio religioso en el
cristianismo actual de todos modos existe una “circuncisión virtual”, cristianos que se imponen ritos religiosos
para creerse más santos, pero lo peor de esto es cuando se lo imponen a otros cristianos
como si fueran medios necesarios para alcanzar la santidad; —vístete así, péinate así, habla así, vive
así, etc.—
5 Puesto que
nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la
esperanza de la justicia 6 porque en Cristo Jesús ni la
circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
Nuestra santidad y
nuestra justificación no está puesta en nuestras obras religiosas sino en la
obra concluida de Cristo en la cruz, y esta verdad absoluta es confirmada por el
Espíritu Santo en nosotros para que vivamos por fe, fe que nos va regenerando a
la vida piadosa y carácter amoroso de Cristo. Si bien existe la circuncisión
virtual (que hemos expuesto
anteriormente) también existe la “incircuncisión
virtual”, que es aquella vida libertina que vive en pecado sin ser
regenerada y que malinterpreta la gracia de Dios. Sin embargo, la insignia de
vivir por fe es la regeneración que opera el Espíritu Santo en la vida de todo
creyente llevándolo a la genuina santidad, no por imposición sino por regeneración
de mente y de corazón, y el distintivo de esta regeneración es el amor, una
vida digna de imitar. Una cosa es que alguien te
imponga una forma de vida legalista y religiosa y otra muy distinta es que tú mismo
desees imitar la vida piadosa de un hermano regenerado.
7 Ustedes corrían
bien ¿quién les estorbó para no obedecer a la verdad? 8 Esta persuasión no procede de aquel que les llama. 9 Un poco de
levadura leuda toda la masa. 10 Yo confío respecto de ustedes en el
Señor, que no pensarán de otro modo; más el que les perturba [agita, inquieta]
llevará la sentencia, quienquiera que sea.
Incluir el legalismo
con la idea de perfeccionar la vida cristiana al final fue un estorbo para los
gálatas, si la vida cristiana es comparada con una carrera el legalismo sería como
una pesada mochila que impide al cristiano poder avanzar hacia la meta. Es
obvio que si Dios nos pone en esta carrera no va a ser Él quien ponga los obstáculos
para detenernos, está claro que el legalismo no
proviene de Dios, esta doctrina de mesclar la fe o la con obras y conductas
impuestas es una persuasión puramente humana, no proviene del Espíritu Santo,
así que cada cristiano debe revisar sus convicciones respecto de cómo vive su
vida cristiana; ¿estorba a los demás o
los ayuda a correr mejor? ¿los detiene a lo alienta? El cristianismo no es
un conjunto de prohibiciones que limita y contiene al cristiano, eso es
religión, tampoco es libertad para hacer lo que me venga en ganas
involucrándome en prácticas pecaminosas, el
verdadero cristianismo radica en una conversión y regeneración por medio del Espíritu
Santo, comienza desde adentro hacia afuera.
O es por la ley o es
por la gracia, pero no se pueden mezclar, tan solo un poco de legalismo leuda
todo el cristianismo y lo distorsiona, porque es como una levadura que se infiltra
y se propaga, sin embargo, para el que vive por fe la
gracia es absoluta, suficiente e infalible. Así que todos aquellos
falsos maestros que estaban propagando este falso evangelio, quienquiera que
sean, recibirán el castigo, y ¡vaya que esto es de temer! ya que el Señor Jesús
mismo advirtió respecto de aquellos que hagan tropezar a los más pequeños;
Mateo 18:6 Y cualquiera que
haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo
profundo del mar.
¡Cuidado! Que
nuestro cristianismo no se convierta en legalismo y obstáculo para los más
pequeños.
11 Y yo, hermanos,
si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal
caso se ha quitado el tropiezo de la cruz. 12
¡Ojalá se mutilasen los que les perturban! 13
Porque ustedes, hermanos, a libertad fueron
llamados solamente que no usen la libertad como ocasión para la carne, sino sírvanse por amor los unos a los otros. 14 Porque toda la ley en esta sola
palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15 Pero si se muerden y se comen unos a otros, vean que también no
se consuman unos a otros.
Es evidente que
entre tantos falsos argumentos estos judaizantes también aseguraban que Pablo
mismo también estaba de acuerdo con la circuncisión y demás ritos, quizás
porque estaban al tanto de que Pablo en cierta ocasión circuncido a Timoteo (Hch 16:3), sin embargo, tal afirmación carecía
de sentido, ya que si Pablo predicaba la ley juntamente con la cruz no habría
razón para que padezca persecución de parte de los judíos ortodoxos los cuales
acusaban a Pablo de rechazar la ley de Moisés, y en caso de predicar la
circuncisión de nada servía predicar el evangelio de la cruz ya que se trataría
de una contradicción de términos, en tal caso la cruz sería un obstáculo de
tropiezo que debía ser quitado con inmediatez. Pero estaba claro que los
argumentos de los falsos maestros eran puras falacias, engaños, calumnias, con
el único fin de imponer la circuncisión como norma y señal de Dios, a lo que
Pablo sugiere;
Si tanto les gusta
confiar en la circuncisión entonces que directamente que se mutilen, que se castren
del todo y que se consagran a Dios como eunucos y se acabaron los problemas,
que mejor que tal sacrificio, sin embargo, por medo de Cristo a libertad fuimos
llamados, libertad del frustrante y condenatorio yugo de la ley y del pecado,
pero tal libertad del pecado y de la ley de ningún modo es una licencia para
pecar, fuimos libres del pecado y no libres para
pecar, y en algún punto esa era la mala exegesis de los judaizantes ya
que afirmaban que la gracia era una licencia para pecar que debía ser regulada
con la ley mosaica (Ro 6:1),
sin embargo lo que ignoraban es que la gracia de Cristo regenera al hombre y le
provee las herramientas necesarias para vivir en santidad por medio del
Espíritu Santo, mientras que la ley manda al hombre lo que debe hacer pero no
lo capacitaba para lograrlo. El verdadero reflejo o señal de libertad en Cristo
no es volverse al pecado sino abundar en amor unos con otros, y en el sincero amor
radica el cumplimiento natural de la ley;
Romanos 13:9
Porque: No adulterarás, no matarás, no robarás [no «dirás falso testimonio,»]
no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 10 El amor no hace mal al prójimo así que el cumplimiento de la ley es el amor.
Los judaizantes predicaban
el guardar la ley, pero al mismo tiempo la trasgredían con sus hechos, ya que
su accionar era pura disensión y pleitos. Y eso es
exactamente lo que produce el legalismo, por un lado, predica santidad, pero
por otro lado practica la discordia… —si no te peinas como yo ya no serás
mi amiga, si no piensas como yo ya no serás mi compañero, si no te amoldas a mis
ideas ya no somos hermanos— el legalismo desune mientras que el amor restaura y
une verdaderamente a los cristianos en el mismo Espíritu
16 Digo, por lo
tanto: Anden en el Espíritu, y no
satisfagan los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es
contra el Espíritu, y el del Espíritu es
contra la carne y éstos se oponen entre sí, para
que no hagan lo que quisieren. 18
Pero si son guiados por el Espíritu, no están bajo la ley.
“Andar en el Espíritu” ... que expresión tan profunda y cautivante a la
vez, como si estaría escrito en un “chino
antiguo e indescifrable” para el cristianismo de hoy, sin embargo, andar en el Espíritu debe ser el denominador
común de todo cristiano, para eso hemos recibido el Espíritu Santo, para
que gobierne nuestra vida y nos santifique y no
para que sea nuestro confidente y confesor. El solo hecho que el
cristiano llegue a preguntarse que es andar en el Espíritu denota su falta de
andar en él. Andar en el Espíritu es haber muerto a la carne y sus deseos
pecaminosos y egoístas para vivir tan solo para conformar el deseo y voluntad
de Dios, dicho de otro modo, se trata de vivir bajo la influencia del Espíritu Santo
por medio de la oración, lectura y piedad, y no bajo los deseos carnales. Andar
en el Espíritu no es una opción sino un mandato, es un trabajo diario y
constante. Se puede reforzar este pasaje con lo que Pablo les escribe a los
cristianos de Roma:
Romanos 8:5
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne, pero los que son
del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6 Porque el ocuparse de la carne es
muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7 Por cuanto los designios [intenciones, tendencias] de la carne
son enemistad contra Dios porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco
pueden 8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9 Mas ustedes no viven
según la carne, sino según el Espíritu, si
es que el Espíritu de Dios mora en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él…
14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos
son hijos de Dios.
Si el Espíritu Santo
mora en nosotros no es un convencimiento interno, sino que esto se evidencia
por medio de los frutos que producimos, son nuestros frutos lo que van a
declarar si estamos andando en el Espíritu o en la carne:
19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación [inmoralidad sexual],
inmundicia, lascivia [conducta libertina y descarada], 20 idolatría, hechicerías [farmacias], enemistades,
pleitos [peleas, contiendas], celos, iras
[furias], contiendas, disensiones [divisiones], herejías, 21
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas
acerca de las cuales les amonesto, como ya se lo he dicho antes, que los que
practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Lo que en último
término determinará si andamos en el Espíritu o en la carne no será nuestro
intelecto bíblico y nuestro legalismo de normas y leyes sino nuestras obras,
nuestros frutos, frutos que Pablo se encarga de mencionar para que cada uno a
la luz de estas acciones identifiquemos con quien estamos caminando a diario:
Adulterio, fornicación, inmundicia y lascivia son
pecados sexuales ilícitos y depravados que arrastran al hombre a la perdición…
todo cristiano que no está andando en el Espíritu no está exento de caer en
estos pecados, y si quisiéramos ir un poco más allá tal como el Señor Jesús lo
enseñó tales pecados e inmundicias ni siquiera deben estar en la mente del
cristiano. Ministros reconocidos fueron seducidos por estos pecados y la razón
de ello fue que no estaban andando en el Espíritu
Idolatría
tiene que ver con servir a ídolos, involucrarse
en cultos y prácticas idolátricas, pero además, muchos de esos ídolos hoy por
hoy no son imágenes de yesos y estatuas sino también figuras humanas que la
gente admira, incluso en el ámbito evangélico existe la idolatría a un pastor o
cantante
Hechicerías, y esta palabra es
la traducción del vocablo griego “farmakia”
de la cual se deriva la palabra farmacia y fármacos, y está relacionado con
drogas dentro del ocultismo, brujería y magia, hoy por hoy está presente por
medio de las drogas alucinógenas.
Enemistades, peleas, celos, enojos, discusiones,
oposiciones y divisiones, sectarismo y envidias, pecados que se manifiestan dentro de un entorno
social de la iglesia, dentro del grupo humano, diferencias, mini grupos, si
dentro de la iglesia lo primero que predominan son las divisiones está claro en
que están andando tales cristianos.
Homicidios, borracheras, orgias y cosas semejantes,
estos pecados ya son un poco más exagerados, y está claro que un cristiano no
va a andar ni practicar tales cosas, estos pecados aberrantes se daban dentro
del contexto de fiestas y cultos idolátricos paganos en donde se emborrachaban
y daban rienda suelta a su perversión incluso hasta cometer homicidios.
“Los que practican tales cosas” …Practicar hace referencia a una acción continua
y habitual, una cosa es caer en algún pecado de estos (los que tienen que ver con lo social como peleas, divisiones, etc.)
y dolerse por ello y buscar el arrepentimiento genuino, pero otra cosa distinta
es practicar estos pecados de manera habitual sin tener ninguna conciencia de
culpa ni arrepentimiento, tales personas, por más que asistan a cultos y
reuniones, no tendrán herencia en el reino de Dios.
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza contra tales
cosas no hay ley.
Más los frutos del
Espíritu Santo no son teorías espirituales que debemos asimilar como un mero
conocimiento y nada más, hay cristianos que tiene una velocidad para responder
con la cita de gálatas 5:22 cada vez
que se habla de los frutos espirituales, pero no he visto la misma velocidad en
aplicarlo. Entonces lo que Pablo nos ofrece en esta lista no son definiciones y
conceptos que debemos memorizar sino virtudes y acciones que cada cristiano
debe alcanzar, experimentar y poner por obras
Así como por los
frutos de la carne se pone en evidencia una persona, también por medio de los
frutos espirituales se expone y se descubre si un cristianismo es genuino o no,
y por favor mientras digo esto no esté pensando en el
hermano sino en usted mismo, porque somos expertos en detectar las fallas ajenas,
pero ciegos para ver las propias.
Amor; y una definición precisa de lo
que implica y lo que abarca la vemos en 1°Corintios 13:4
El amor es sufrido, es benigno el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece 5 no
hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor 6 no se goza de la injusticia, más se
goza de la verdad. 7 Todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Gozo; Satisfacción y
alegría sincera, no algo artificial o fingido, y todo lo contrario a tristeza y
desanimo, la fuente de nuestro gozo debe ser de la esperanza en Él… el cual por el
gozo puesto delante…
Paz, que no pelea, que no causa
división sino antes busca la paz, la unión fraternal
Paciencia; que tiene capacidad
de soportar el agravio o situaciones de esta naturaleza
Benignidad; no solo un buen
trato en las reuniones sino un interés sincero por los hermanos todos los días
Bondad, No tan solo un
trato amable entre hermanos sino principalmente en el hogar, con los hijos con
los esposos con las esposas
Fe tiene que ver con convicción y certeza,
pasión y denuedo para vivir el cristianismo autentico
Mansedumbre sumisión a la
voluntad de Dios para servir, pero no de forma agobiante o impuesta sino como
un deleite para el cristiano
Templanza tiene que ver con dominio
propio para alejarse y rechazar el pecado y buscar la santidad
Entonces, está claro
que andar en el Espíritu Santo se evidencia por medio de sus frutos y no por
conocimiento intelectual bíblico, no por legalismo. Andar en el Espíritu Santo
no es un legalismo de obligaciones impuestas y prohibiciones que fuerza tales
acciones y actitudes, ¡NO!, lograr los frutos espirituales no es una cuestión
de ley impuesta sino de la obra regeneradora del Espíritu Santo en cada
cristiano.
24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con
sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu, andemos
también por el Espíritu. 26 No nos hagamos vanagloriosos
[vanidosos, esplendorosos], irritándonos [provocándonos] unos a otros,
envidiándonos unos a otros.
Andar en el Espíritu
es haber muerto a la carne, es haber crucificado a la carne para ya no seguir
sus pasiones y deseos, y esta expresión tiene que ver tanto con deseos de
placer carnal como con deseos vanagloriosos de superación según el mundo y
también con deseos del legalismo. Si de verdad el Espíritu nos ha vivificado a
nueva vida debemos entonces andar y caminar en esa nueva vida con nuevos deseos
y nuevos anhelos.
Curiosamente este
capítulo finaliza con esta exhortación, como si fuera una consecuencia
inevitable del cristiano que ha alcanzado cierta madurez intelectual, legalismo
fariseo, ya que parece inevitable no enorgullecerse e imponerse sobre los más
pequeños, y aunque puede tener una buena exegesis bíblica no obstante su
actitud para impartirlo es irritante, repulsiva, está constantemente
compitiendo para demostrar que sabe más y envidiando a los que le superan, entonces
el conocimiento bíblico sin aplicación es un falso cristianismo; Fil 2:3 Nada hagan por contienda o por vanagloria antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo
Conclusión
El legalismo es un impedimento para andar en el
Espíritu, por lo tanto, ¡renuncien al legalismo! renuncien a esa religión
engañosa, no confíen en ustedes mismos, no confíen en si se tiñen o no se
tiñen, en si usan polleras o pantalón, si usan barba o no, si tienen tele o
computadora, no se distraigan con ustedes mismos, ustedes no son el centro de
atención de la vida cristiana ¡Cristo lo es! El verdadero cristianismo radica
en observar a Cristo, en caer rendido a sus pies, en ser lleno de su Espíritu,
en ser regenerados por su poder, y finalmente evidenciar a Cristo por medio del
amor. ¡Anden en el Espíritu! busquen andar en el Espíritu, dejen de lado la
vara inútil de su legalismo y empiecen a buscar su servicio a Dios, empiecen a
hablar de la necesidad de evangelizar, empiecen a hablar de la venida del
Señor, empiecen a llorar por los que viven cerca de ustedes y aún no están
convertidos, vengan a tocar la puerta de mi casa pero no para decirme que la
fulana se viste así o asá sino para orar hasta que su corazón sea consumido en
Cristo… Anden en el Espíritu y no satisfagan los deseos de la carne.
La paz del Señor Jesús el Cristo. –
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