MENSAJE
DOMINGO 06/09/2015
Por
el Hno. Gabriel
Continuando con la serie de predicaciones “Los atributos de una genuina conversión”,
me propongo abordar la cuarta parte de esta la cual he titulado “La unidad con el evangelio de Cristo”.
De hecho esta predicación es la
continuación de aquella ultima (Las
características de andar en luz) en la cual hablábamos de que alumbrar
tiene que ver con impartir a Cristo por encima del bien social que uno pueda
generar en beneficio de las personas, porque
es el evangelio lo que verdaderamente va a alumbrar la vida de las personas
para sacarlas del error del pecado y convertirlas a Cristo. Habíamos
hablado que el “efecto de alumbrar” solo se logra con el mensaje de Cristo y no
con una caridad social que pudiéramos hacer en beneficio de otros, pero a su
vez, de ningún modo desmerecíamos o
anulábamos el hecho de que como cristianos debemos ser compasivos y caritativos
con los que no tienen, antes recalcábamos que estas actitudes (condolerse del mal ajeno) forman
parte del carácter cristiano y deben existir en nosotros para ayudarnos
mutuamente como iglesia y también hacia afuera. De hecho la recomendación
que Pablo recibe en el inicio de su ministerio por parte de los otros
apóstoles (Ga 2:10) es “que se acuerde de los pobres” y que no descuide esta área en su
ministerio, pero también vemos que esta tarea no se prioriza por encima de
la predicación del evangelio, sino tan
solo lo acompaña.
Otra cosa que también habíamos marcado en la última
predicación era que alumbrar es “reprender
las obras de las tinieblas” (Ef 5:11), o sea corregir
aquellas conductas que a la luz de Cristo están mal, y con esto nos referíamos a
que un cristiano durante alguna conversación con un incrédulo no puede
consentir con sus malas obras, sino debe reprenderlas, debe corregirlas, por
supuesto que esto no se trataba de una
guerra de palabras y gritería con el incrédulo, sino mas bien con el poder del Espíritu de Cristo en
nuestras bocas quien se encarga de hacer la obra, porque hablar de Cristo
no es una virtud humana sino que es dado por Dios para aquellos que están en
continua comunión con Él.
Portar el mensaje de Cristo y tener la capacidad de
impartirlo es la tarea más honorable que
Dios nos ha concedido, Pablo cita en su carta a los Romanos (Ro 10:14-15)
una porción del libro de Isaías (Is 52:7) donde se expresa “Cuan hermosos son los pies de los que
anuncian la paz, de los que traen las buenas nuevas”, y esto de verdad es
así, porque hablar y anunciar las virtudes de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo es alumbrar a los que están en prisiones de oscuridad. Hablar de
Cristo forma parte de nuestra naturaleza
espiritual, y con esto no me refiero
a que seamos todos evangelistas, sino tan solo a dejar que Cristo fluya por medio de nosotros en todo tiempo y en todo
lugar, a obrar naturalmente como lo hicieron también los cristianos del
primer siglo (Hch
8:4), anunciar las virtudes
de Aquel que nos saco de las tinieblas para que andemos en luz y para que
seamos luz.
1°Pedro 2
9 Más vosotros sois
linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas
a su luz admirable;
- Anunciar las virtudes de
nuestro Dios ¡que tarea más honorable!! - Sin embargo existe
un problema con esta honorable labor, algo que ya ha sucedido antes y que
sigue sucediendo ahora, y ese problema es “No
puedo hablar de Cristo”, y las razones o el porqué de esto es; “Me da vergüenza hacerlo” o también “No estoy preparado para hacerlo”. Y me
propongo abordar estas dos cuestiones en el desarrollo de esta meditación.
¿TE AVERGÜENZAS DEL EVANGELIO?
Decir que el evangelio me
causa vergüenza es hablar de que me causa deshonra y humillación delante de
otras personas, es
ver al evangelio como algo que descalifica y degrada a los hombres. O sea, en
vez de que el evangelio sea un adorno de gracia a mi vida, - así como
el proverbio ilustra a la sabiduría (Pr 4:9) - o
en vez de que sea parte de mi armadura
espiritual (Ef
6:15) como soldado de Cristo, parece ser que es todo lo contrario,
representa un estorbo que estropea mi imagen
por tanto necesito esconderlo o deshacerme de él para que nadie lo note en mi.
Puede que suene un poco extremo describirlo de esta manera,
no obstante es la cruda realidad de las iglesias. Pensar que existen cristianos (generalmente los jóvenes) que se
avergüenzan del evangelio, que se avergüenzan de su fe, no es algo raro o
extremo en la iglesias, antes por el contrario, es el común en la mayoría de ellas. Pero como hemos dicho
anteriormente este tipo de situaciones no es algo que haya empezado en estos
tiempos, sino que ya ha sucedido antes, incluso desde el inicio de la
iglesia, y uno de esos casos fue el de Timoteo, quien fue compañero de Pablo
durante su ministerio.
2°Timoteo
1
7 Porque no nos ha dado
Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
8 Por tanto, no te
avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo,
sino participa de las aflicciones (el
mal) por
el evangelio según el poder de Dios,
El verso 9 y 10 describen
el alcance y poder del evangelio de Cristo…
9 quien nos salvó y llamó con llamamiento
santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia
que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
10 pero que ahora ha sido manifestada por
la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
…
12 Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he
creído,
y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
…
15 Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia, de los cuales son
Figelo y Hermógenes.
16 Tenga el Señor misericordia de la casa
de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no se
avergonzó de mis cadenas,
Dos tipos de situaciones son las que provocaban que un
cristiano se avergüence del evangelio, una de ellas era el daño físico (azotes,
apedreamientos, prisiones, etc.) que se les ocasionaba por causa de su fe,
esto fue lo que provoco que Timoteo se avergüence del evangelio, y el otro es el daño emocional que ocasiona la burla
y el escarnio público (afrenta) por
causa de manifestar nuestra fe, y este es el caso de los cristianos actuales.
En el tiempo de los primeros cristianos hablar y confesar
la fe en el Señor Jesucristo representaba
en la mayoría de los casos la muerte (2°Co 4:11), por esta razón no fue nada fácil
para los cristianos del primer siglo confesar su fe delante de los hombres, tuvieron
que padecer mucho por causa del Nombre de Cristo. Frente a esta situación
muchos cristianos se avergonzaban del evangelio y retrocedían porque no estaban lo suficientemente
preparados para soportar y afrontar este tipo de situaciones. Aun los
propios compañeros de Pablo se avergonzaban del evangelio por causa de ver
el duro trato que tenía que enfrentar y padecer el apóstol por causa de Cristo.
Muchos de ellos retrocedieron y se volvieron atrás avergonzándose del
evangelio.
2°Timoteo
4
16 En mi primera defensa
ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les
sea tomado en cuenta.
17 Pero el Señor estuvo a mi
lado, y me dio fuerzas, para
que por mí fuese cumplida la predicación, y que
todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león.
Temor al daño físico fue lo que
provoco que muchos cristianos del primer siglo se avergüencen del evangelio, sin embargo no es el caso del cristianismo actual, ya que en este tiempo no se padece
persecución por causa del evangelio -
¿entonces por qué los cristianos de hoy se avergüenzan del evangelio? - Lo que provoca la vergüenza en los
cristianos de hoy es el daño emocional que genera confesar el Nombre de Cristo
en todo lugar, o sea aquella burla publica y humillante (el escario), a la que se enfrentan los
cristianos de hoy por causa de creer en Jesús (generalmente los jóvenes).
De acuerdo al ambiente social que nos rodea, ya sea
laboral, estudiantil o de parentesco, es
casi inevitable que la gente se burle de los cristianos y haga ofensas por
causa de confesar a Cristo (lo digo
por experiencia), para la gente del mundo el comportamiento cristiano es de
gente tonta, gente que no aprovecha la vida yendo en pos de lo malo, y por esta
razón busca humillarlo y avergonzarlo por ello. Frente a este tipo de
ataques muchos cristianos deciden camuflarse, esconder su fe, que no es otra
cosa que avergonzarse del evangelio.
Quienes hacen esto es
evidente que no han entendido la preciosidad del evangelio de Cristo. Debemos entender que para Dios
nosotros como personas (como seres
humanos) somos tan solo un recipiente en donde Él ha depositado su
evangelio, y lo que realmente tiene valor
no es el recipiente sino el contenido, o sea el evangelio. El apóstol Pablo
en su segunda carta a los corintios refiriéndose al evangelio escribe;
2°Coriontios
4
7 Pero tenemos este tesoro (refiriéndose al evangelio) en vasos de barro (refiriéndose
a nosotros), para que la excelencia del poder sea
de Dios, y no de nosotros,
Para Dios nosotros somos
tan solo vasos de barro, el recipiente,
y no es el recipiente lo que importa,
sino el contenido. Lo que realmente tiene poder es el evangelio. Si
entendiésemos la preciosidad del evangelio de Cristo de seguro no nos avergonzaríamos
de él en ningún momento y en ningún lugar, sino que con la frente en alto
declararíamos y exhibiríamos nuestra fe porque
es algo de lo cual estamos más que orgullosos.
La razón por la que he titulado este mensaje “La unidad con el evangelio de Cristo”
es porque considero al evangelio de
Cristo algo tan valioso como lo es la esposa para el esposo y viceversa,
porque entiendo que ningún esposo o esposa se va a avergonzar jamás de su
pareja, antes por el contrario, va a
andar de la mano con ella en todo lugar sin ninguna clase de pudor, y la razón de esto es porque la ama, está
enamorado de ella. Tanto la esposa como el esposo no se avergüenzan uno
del otro, sino que con toda honra se muestran juntos porque se aman, porque
hay un vinculo de intimad entre ellos
que los convierte en una sola persona que no se pueden separar. Del
mismo modo veo al evangelio de Cristo en los cristianos, como algo vinculado a nosotros de forma tan
intima que jamás se puede separar y que nunca nos va a causar vergüenza. Sin
embargo tengo que decir que he conocido casos en que tanto hombres como mujeres
se avergüenzan de su pareja. Sin ir más lejos permítanme mencionarle el caso de
una pareja de novios que conocí en la iglesia en la cual me bautice hace ya
unos 14 años atrás: resulta que esta
pareja de novios se mostraba de la mano frente a todos los hermanos de la
iglesia, y parecían felices el uno con el otro, sin embargo como ella estudiaba
en un colegio secundario medianamente caro y de gente de alta clase social,
cada vez que sus compañeras de colegio la visitaban sin previo aviso, si
resultaba que ella estaba con su novio en ese momento, no tenia mejor idea que
esconder a su novio en el baño todo el tiempo que duraba la visita de estas
(unas 2 o 3 horas como mínimo)… Estaba más que obvio que sentía vergüenza
de él, no lo amaba lo suficiente y por
esta razón debía esconderlo para que no la vieran junto a él. Algo así
sería el caso con los cristianos que se avergüenzan del evangelio, quieren
andar con Dios siempre y cuando nadie lo sepa porque de lo contrario les genera
vergüenza, y esto es porque aun no aman a Cristo y no han comprendido la
esencia del evangelio de Cristo.
Romanos 1
16 Porque no me
avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree;
al judío primeramente, y también al griego.
- ¡No me avergüenzo del
evangelio porque es poder de Dios!! -
Aquí Pablo no está haciendo una presentación del evangelio algo así como si nosotros presentáramos a nuestras esposas del siguiente
modo - esta es mi esposa y yo no me
avergüenzo de ella – suena medio raro ¿verdad? Pero NO es este el caso de Pablo, él está haciendo una afirmación, esta declarando delante de todos
que él jamás se va a avergonzar del
evangelio de Cristo frente a los pecadores cualquiera fuere la circunstancia,
porque el evangelio es poder de Dios, el
evangelio es el depósito más honorable que el hombre pueda portar en sí mismo,
no hay nada que se le compare en esta
tierra. Si de verdad hemos entendido esto entonces jamás nos avergonzaremos
del evangelio.
Marcos 8
38 Porque el que se
avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la
gloria de su Padre con los santos ángeles.
NO ESTOY PREPARADO
Si bien uno de los casos por el cual el cristiano no
habla de Cristo es por la vergüenza que
le genera, el otro caso a tratar es que no habla de Cristo “porque no está preparado para impartir a
Cristo”. Dicho de otro modo no sabe cómo responder cuando se le pregunta
acerca de su fe (se hace un embrollo)
1°Pedro 3
15 sino santificad a Dios
el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados (dispuesto, listo, etc.) para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el
que os demande razón de la esperanza que
hay en vosotros;
El apóstol Pedro nos exhorta por medio de esta carta a que
como cristianos debemos estar siempre preparados
para responder de una manera comprensible, razonable y bíblica el porqué somos cristianos,
o porque creemos lo que creemos. En otras palabras el cristiano debe haber
comprendido claramente la obra expiatoria de Cristo en la cruz y su gloriosa
exaltación, y debe tener la
capacidad de explicarlo con palabras cuando surja la oportunidad. Un claro
ejemplo de esto fue Esteban (Hch 7)
quien demostró estar plenamente preparado para presentar defensa delante de
aquellos que demandaron razón de la esperanza que había en él. Por supuesto que esto esta intrínsecamente
vinculado al Espíritu Santo, ya que como Jesús mismo lo dijo (Lc 12:11-12)
es el Espíritu quien va a poner la palabras que hemos de decir en cada ocasión,
pero debo aclarar que el Espíritu Santo
no obra por arte de magia en ese momento, sino antes nos recuerda aquello que
ya hemos leído, comprendido y vivido (Jn 14:26 el Espíritu
Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y
os recordará todo lo que yo os he
dicho).
La falta de preparación, y con esto nos referimos a la
falta de lectura y oración, hace que el cristiano no sepa cómo responder
cuando se le demanda una respuesta de porqué
es cristiano, y esto a la verdad es
consecuencia de no haber escudriñado las escrituras para comprobar la doctrina
de Cristo. Cada cristiano tiene que haber comprobado (así como los hermanos de Berea en Hch 17:11)
y degustado de las doctrinas de Cristo a
fin de estar en un terreno firme respecto de lo que cree, así al momento de
responder cualquiera fuere el caso sabe perfectamente cómo hacerlo (1°Ti 4:13 y
15).
Estar preparados tiene
que ver con saber perfectamente qué es lo que creemos y porqué lo creemos. Pero si como cristianos no leemos
y no oramos difícilmente vamos a estar preparados, y aunque es Dios quien da
las palabras en cada ocasión, no lo hace
por arte de magia, sino lo hace según la potencia de su Espíritu conforme a
la sabiduría que hayamos alcanzado luego de haberla buscado diligentemente y
hallado.
2°Timoteo
3
15 y que desde la niñez has sabido las
Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer
sabio
para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios,
y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia,
17 a fin de que el hombre
de Dios sea perfecto, enteramente preparado (completo) para toda buena obra (trabajo,
actividad).
Un conocimiento pleno de las
escrituras nos va a permitir responder de forma eficaz y contundente a
cualquiera que demande razón de la esperanza que hay en nosotros, nos
va a permitir redargüir sabiamente cualquier argumento que se levanta en contra
del conocimiento de Dios (2°Co 10:4-5), porque como hemos dicho
anteriormente ¡El evangelio es poder de Dios!! Y debemos estar plenamente
convencidos de que en verdad lo es. Nuestra
confianza no debe apoyarse en el razonamiento humano para explicar las cosas, sino
en el conocimiento que da Dios el cual excede a todo conocimiento humano (Ef 3:18-19), sabiduría que desciende puramente
de lo alto (1°Co1:30,
2°Co 2:5), sabiduría de Dios.
Obtener la sabiduría de Dios demanda que cada cristiano
escudriñe diariamente las escrituras, porque ellas son el testimonio de nuestro
Señor Jesucristo, nosotros tan solo debemos exponer lo que ya está escrito
acercad de Él.
Juan 5
39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida
eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
CONCLUCIÓN
Por tanto no te avergüences del evangelio porque es poder
de Dios para salvación, es un invaluable
y precioso tesoro que Dios puso en nosotros, y su intensión de seguro no
fue para que andemos avergonzados por causa de él, sino por el contrario, el evangelio honra a las personas que lo
poseen, porque tal conocimiento es sabiduría puramente de lo alto y no de los hombres.
Fuimos diseñados por Dios para portar su
evangelio en todo tiempo y en todo lugar, esto forma parte de alumbrar, esto forma
parte de seguir sus pisadas, esto forma parte del propósito de Dios.
Si por causa del evangelio debemos sufrir afrentas, burlas,
humillaciones, desprecio, tengámonos por dignos de padecerlas con gozo, porque
para esto hemos sido llamados, porque
también Cristo padeció por nosotros dejándonos ejemplo para que sigamos sus
pisadas (1°Pe
2:21).
Filipenses
1
29 Porque a vosotros os es concedido a
causa de Cristo, no sólo que creáis en él,
sino también que padezcáis por él,
2°Timoteo
1
12 Por lo cual asimismo
padezco esto; pero no me avergüenzo,
porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para
aquel día.
La
paz del Señor Jesucristo.-
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