para descargar este audio click aquí
MENSAJE
DOMINGO 01/10/2017
Por el Hno. Gabriel. -
Introducción
Continuando con
nuestro breve, pero interesante y cautivador estudio de la Carta a los Romanos, abordaremos por medio de este mensaje, el
contenido doctrinal del capítulo 3, a fin de proseguir desde la última
meditación impartida por nuestro hermano Santiago y continuar absorbiendo todas
las riquezas contenidas en este hermoso libro.
Contexto
Permítanme comenzar
leyendo los últimos versículos del capítulo 2, a fin de tener el contexto para
introducirnos claramente en el desarrollo del capítulo 3;
Romanos 2:17 «He
aquí,» tú tienes el sobrenombre de
judío, y te apoyas en la ley, y te
glorías en Dios, 18 y conoces su
voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor, 19 y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están
en tinieblas, 20 instructor de los
indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la
verdad. 21 Tú, por lo tanto, que
enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de
robar [hurtar], ¿robas [hurtas]? 22
Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los
ídolos, ¿cometes sacrilegio? 23 Tú
que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? 24 Porque como está escrito, el nombre
de Dios es injuriado [calumniado, blasfemado] entre los gentiles por causa de
ustedes. 25 Puesto que en verdad la
circuncisión aprovecha, si guardas la ley pero si eres transgresor de la ley,
tu circuncisión viene a ser incircuncisión. 26 Si, por lo tanto, el incircunciso guardare las ordenanzas de la
ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? 27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente
la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión
eres transgresor de la ley. 28
Puesto que no es judío el que lo
es exteriormente, ni es la circuncisión la que se
hace exteriormente en la carne 29
sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la
del corazón, en espíritu, no en letra la alabanza del cual no viene de los
hombres, sino de Dios.
Hasta el final del
capítulo 2, Pablo ya ha acusado tanto a judíos como gentiles, que todos son
culpables delante del Tribunal de Dios, y por ende todos serán condenados,
porque ya sea con conocimiento de la ley o sin conocimiento de la ley son
culpables igualmente, tal como quedó demostrado en la meditación anterior, que el
hecho de ignorar la ley no me exime de culpabilidad al hombre, con conocimiento
o sin conocimiento de ella es culpable frente a Dios. Vale decir, no existe el
hombre moralmente bueno o religiosamente santo, porque, por un lado; los judíos
conocían la ley, pero se cansaron de quebrantarla, mientras que, por otro lado,
los gentiles no conocían la ley mosaica, pero sus conciencias estaban
habilitadas para discernir entre lo bueno y lo malo moralmente hablando, así
que, tanto por la ley mosaica como por la conciencia humana, todos serán
juzgados por Dios el Juez Justo en su Tribunal Celestial. No perdamos de vista,
como se dijo en la meditación anterior, que Pablo de alguna manera, está exponiendo
el sumario caso del hombre, o de la humanidad, que dispuesto y listo para ser
procesado en la Suprema Corte de Justicia Divina en los Cielos (los hombres urgentemente deben buscar un
abogado…).
Frente a este
sumario, los judíos, equivocadamente pensaban que ellos estaban exentos, porque
consideraban tener cierta ventaja sobre los gentiles, por causa de las promesas
y el pacto hecho a Abraham, por causa de ser el pueblo escogido de Dios, su
especial tesoro, en fin, tenían cierta jactancia por conocer al Dios vivo, pero
no se daban cuenta que les hubiese sido mejor no conocerlo, porque en cierto
modo aventajaban a los gentiles por haber recibido el pacto y la promulgación
de la ley, pero no fueron hacedores de ella. Antes, vinieron a estar en peor condición
que los gentiles frente a Dios, porque pecaban con conocimiento de causa, eran
hipócritas, su lema al final era; “haz lo
que digo, pero no lo que hago” tal como Jesús lo declara (Mt 23:3).
Y ahora, frente a todo
lo expuesto, desde un sentido legal, el capítulo 3 nos muestra, que existen
objeciones lógicas de parte de los judíos, pero desde un razonamiento puramente
humano, como una especie de protesta, en donde Pablo muestra las objeciones que
pudieran surgir por parte de los hombres, pero que al final, tales exposiciones
lo único que logran es hacer relucir la perfecta justicia de Dios sobre la
maldad e injusticia de los hombres:
La Apelación del Hombre
Romanos 3:1 ¿Qué
ventaja tiene, por lo tanto, el judío? ¿o de qué
aprovecha la circuncisión? 2 Mucho, en todas maneras. Primero,
ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios. 3 ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad (fe) de Dios? 4 De
ninguna manera antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso como está
escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres
juzgado.
Hasta aquí ha
quedado demostrado, que tanto judíos como gentiles paganos están en igual problema
para con Dios, los paganos por su libertinaje y los judíos por su desobediencia
a la ley, entonces, si ese es el caso del judío y del gentil, la protesta es;
– ¿Qué sentido tiene entonces, que Dios haya
formado su propio pueblo si al final lo condena del mismo modo que a los
paganos? Si todo esto finalmente termia así entonces Dios ha quebrado su
palabra, ha roto su fidelidad para con su pueblo porque no ha cumplido lo que
prometió, y ¿de que sirvió la señal de la circuncisión para diferenciarnos del
resto, y de que sirvió todo el pacto trazado sobre promesas y sellado con
sangre si finalmente somos condenados con el resto sin acepción alguna?
Como una especia de
apelación de parte de los hombres, y más precisamente de los judíos, que buscan
desacreditar en tal caso, la calidad de Juez que es Dios y peor aún, acusarlo
de Infiel, y desaprobar de alguna manera su autoridad y capacidad para
juzgarlos.
Y si tal apelación
tendría lugar, podrían sumarse no solo los judíos, sino todos los hombres del
mundo y cuestionar la facultad de Dios como Juez, objetar su competencia e
imparcialidad para juzgarlos, diciendo de alguna manera; si la reputación de Dios es que le ha fallado a su propio pueblo ¿entonces
qué podemos esperar de sus juicios?… Muy astuto departe del hombre ¿verdad?, pero finalmente todos sus
falsos argumentos terminarán vindicando a Dios como el Justo y su veredicto
como la única verdad absoluta, lo que implica que todos ellos serán vistos culpables
e inmerecedores de las promesas de Dios.
Sin embargo, el
problema aquí no es Dios, sino los hombres, el judío, su incredulidad para
recibir las promesas, porque ciertamente corrían con todas las ventajas; conocían
la ley de Dios, conocían sus testimonios, su Palabra les fue confiada, debían ser
un pueblo sabio y el mejor sobre la tierra (Dt 4:6),
pero su incredulidad los excluyo de Dios y los convirtió en paganos, con sus
acciones demostraron NO creer en Dios, eligiendo vivir como paganos, y por más
que estaban circuncidados exteriormente, de todos modos todo su ser era gentil
y pagano, fue su injusticia lo que exhibió su verdadera naturaleza pagana, por
lo tanto, al haberse excluido ellos mismos no pueden luego reclamar las promesas
que nunca creyeron, no pueden reclamar una justicia que nunca vivieron, al
final su incredulidad demostró que ellos no son el pueblo de Dios, por más lazo
sanguino…
Nuevamente el turno
del Objetor; – ¿Acaso porque algunos no creyeron en sus testimonios y pactos
Dios anulo su Pacto y desistió de cumplir sus promesas para con todos? – NO de
ninguna manera, Dios es Fiel, y por más que todos los hombres, tanto judíos como
gentiles, tuvieren acuerdo para acusar a Dios de infiel a sus promesas o
desleal a sus palabras, finalmente ese juicio concluiría en que todos los
hombres son hallados mentirosos, y Dios fiel y veraz, porque su justicia se
exhibe por causa de la injustica del hombre, vale decir que; al final los
hombres con toda su desobediencia e incredulidad, fueron el medio que Dios uso
para hacer relucir su perfecta justicia en toda la creación.
5 Y si nuestra
injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.) 6
En ninguna manera de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? 7 Pero si por mi
mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador? 8 ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya
condenación es justa, afirman que nosotros decimos): Hagamos males para que
vengan bienes?
Nuevamente el Objetor;
– Entonces la única forma por la cual brillo y abundó la justicia y verdad de
Dios fue por medio de la desobediencia e hipocresía del hombre, y mientras más
pecábamos más relucía la justicia y verdad de Dios, vale decir que; los judíos fuimos
herramientas para hacer brillar su justicia, o sea que, toda su ley, sus
testimonios y todas sus promesas al final no fueron dadas como un salvo
conducto para el hombre, sino antes se usó para exhibir la maldad y pecado de
todos, y por medio de este ensayo se exhibió la perfecta justicia de Dios. Si
ese era el plan desde el principio entonces no es correcto juzgar al hombre por
su injustica, al fin y al cabo, todo se diseñó para tal fin. Y desde ese punto
de vista hasta sería lógico pensar que es mejor pecar más, así como los paganos
para que más abunde la justicia y bien de Dios… y por supuesto esto era una
calumnia de los judíos hacia los cristianos, en cierto modo acusaban a Pablo de
predicar una vida libertina y sin disciplina esperanzada en una salvación sin
obras, pero por supuesto todo eso era falso (todo
esto es un adelanto de lo que va a desarrollar luego en el capítulo 6).
Que la injusticia de
los hombres haya hecho relucir la justicia de Dios no significa que Dios es más
o menos Justo de acuerdo a la cantidad de pecados de los hombres, Dios es Justo
más allá de que los hombres pequen más o pequen menos, su cualidad y calidad de
Justo es inmutable, lo cual implica que Dios de ningún modo pasará por alto el
pecado de unos cuantos judíos para condenar a todos los paganos (así era la lógica de los judíos, querían
que Dios castigara a los paganos por su vida pecaminosa, pero que los perdonara
a ellos en base a sus promesas), si así fuera no sería un juicio justo, y
Él mismo no sería un Juez Justo.
9 ¿Qué, pues?
¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera puesto que ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos
están bajo pecado.
Hasta aquí, Pablo se
ha encargado de exponer el sumario que tiene toda la humanidad en la Suprema
Corte de Justicia en los Cielos, sumario que no hace diferencia entre judíos y
gentiles como para condenar a unos y salvar a otros, sino que demuestran que
todos serán tratados imparcialmente por el Juez Justo, y todos recibirán la
condenación que merecen, porque indistintamente de la nacionalidad todos están
en igual condición pecaminosa delante de Dios. Vale decir que los pecadores no
se diferencian en nacionalidad, linaje o bandera, porque el pecado no obedece a
nacionalidad, grupo étnico o grupo sanguíneo, sino que afecta a toda la raza humana
por igual (como una enfermedad que no
hace distinción alguna), sea judío o gentil, sabio o ignorante, pobre o
rico, no hay diferencia, todos pecaron y por ende todos serán condenados por
Dios el Juez Justo.
El Ensayo de Dios sobre los Hombres
10 Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno 11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron,
a una se hicieron inútiles No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 13 Sepulcro abierto
es su garganta Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus
labios 14 Su boca está llena de
maldición y de amargura. 15 Sus pies
se apresuran para derramar sangre 16
Quebranto y desventura hay en sus caminos 17
Y no conocieron camino de paz. 18 No hay temor de Dios delante de sus ojos. 19 Pero sabemos que
todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda
boca se cierre y todo el mundo quede
bajo el juicio de Dios 20 ya que por las obras
de la ley ningún ser humano será justificado delante
de él porque por medio de la ley es
el conocimiento del pecado.
Todos estos versos,
son de alguna manera como el resultado de una radiografía que Dios hizo de toda
la humanidad, sin embargo, tal resultado final de toda la humanidad sumida en
pecado, en donde no se halló ningún justo entre todos ellos, de ningún modo es
una sorpresa para Dios, dicho de otro modo; Dios no está sorprendido y apesadumbrado
porque la humanidad fallo y fracaso el pacto para salvarlos, NO, sino que todo este
asunto estaba perfectamente planeado por Dios, ya los salmos anunciaban el
resultado de este ensayo que Dios trazo sobre toda la humanidad (Sal 14:1-3, 53:1-3, 5:9, 140:3, 10:7, 36:1);
Salmo 66:10
Porque tú
nos probaste, oh Dios Nos ensayaste como
se afina la plata. 11 Nos metiste en la
red Pusiste sobre nuestros lomos
pesada carga.
Salmo 53:2 Dios
desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún
entendido Que buscara a Dios. 3 Cada uno se había
vuelto atrás; todos se habían corrompido;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno.
Quedó demostrado que
ningún hombre sobre la faz de la tierra tiene la capacidad de ser justo por
méritos propios, no tienen capacidad para retener la verdad de Dios, tampoco
tienen inclinación natural para buscar a Dios, y no por falta de oportunidad,
sino porque la rebeldía está ligada a su corazón, y por mas instrucción que se
les imparta, al final se alejan como soldados desertores que huyen para sumarse
al bando enemigo, se suman a las filas del adversario y se complacen en hacer
el mal.
Otros salmos
referidos a la corrupción del hombre dicen que; cuando hablan solo exhiben su
putrefacción y muerte de corazón, no hablan para corregir sino para engañar a
otros, sus palabras al final son veneno de muerte, maldición y amargura, corren
hacia el mal, dañan y destruyen todo a su paso, siembran dolor y sufrimiento, y
jamás se encontrara paz en sus caminos, no hay temor a Dios en ellos, no hay reverencia
ni sumisión a su señorío, no consideran sus juicios y su condenación, pero
finalmente todos serán juzgados y condenados.
¿De que sirvió
entonces la introducción de la ley y la formación del pueblo judío? Fue para
demostrar a todo el mundo la incapacidad del hombre natural para cumplir y
satisfacer las demandas de Dios, dicho de otro modo; el pueblo judío solo fue
la probeta de ensayo con la cual se determinó la contaminación de todos los
hombres, Por ejemplo; Cuando un inspector de
sanidad quiere corroborar la pureza del agua de un pozo, el solo va a tomar un
poco de ella en un tubo para examinarla en un laboratorio, y cuando detecta que
el agua del tubo está contaminada directamente declara contaminada toda el agua
del pozo, del mismo modo hizo Dios con la humanidad, solo tomo una parte de
ella para ensayarla y corroborar la condición y contaminación total de todos
los hombres.
Vale decir entonces
que al final la ley no fue dada para justificar al hombre, sino para exhibir su
perversión y rebeldía (Ro 5:20, 1Ti
1:9); dicho de otro modo; Nunca hubiésemos conocido cuan torcida está
una línea sino hasta que pongamos una línea recta al lado, así también la ley vino
a ser como esa línea recta que determino cuan torcidos estaban los hombres.
Una Gloriosa Doble Imputación
21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de
Dios, testificada por la ley y por los
profetas 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesús, el
Cristo, para todos los que creen en él.
Porque no hay diferencia, 23 por
cuanto todos pecaron, y están destituidos
de la gloria de Dios, 24 siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la
liberación [redención] que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su
sangre, para manifestar su justicia, «a causa de»
«haber pasado por alto,» en su paciencia, los pecados pasados, 26 «con la mira de»
manifestar en este tiempo su justicia, «a fin de que»
él sea el justo, y el que justifica «al que es» de la fe de Jesús.
Cuando todos los
argumentos demuestran la total inhabilidad e incapacidad del hombre para ser justificado
por méritos propios, cuando ya no quedan argumentos válidos ni apelaciones por
parte del hombre, entonces se manifiesta la única e incomparable e irrepetible justificación
de Dios para los hombres por medio de la Fe (esperanza
y certeza) en Jesús, una justificación para nada improvisada, sino trazada
desde antes de la fundación del mundo y anunciada de antemano por los profetas como
el único medio legal y eficiente para salvar a los hombres (Ro
1:2, Jer 31:33-34).
1°Pedro 1:18
sabiendo que fueron rescatados de su [de ustedes] vana manera de vivir, la cual
recibieron de sus [de ustedes] padres, no con cosas corruptibles, como oro o
plata, 19 sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado [dado a conocer] en los últimos [postreros,
siguientes] tiempos por amor de ustedes,
Juan 14:6 Jesús
le dijo: Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida nadie viene al
Padre, sino por mí.
Jesús, el único
camino para la justificación de los hombres, sean judíos o gentiles, no hay
diferencia; por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su
gracia, mediante la liberación [redención] que es en Cristo Jesús… de
alguna manera Él es el arca que nos salvará del diluvio que se avecina; ¡corran
a Él! ¡Se viene el diluvio, pero esta vez no será agua! será su ira derramada
sobre el pecador, ¡corran al arca, corran a Cristo! ¡Sálvense!
El evangelio es la
proclamación divina del mismo Tribunal de Dios que dice a todos los hombres;
¡Miren a Cristo Jesús en la cruz y creen en Él y serán declarados justos de
forma gratuita! Es la más grande dádiva departe de Dios para salvar a los
hombres, pero a costa de poner en su Cristo Jesús todos nuestros pecados y
ejecutar en él nuestra sentencia para librarnos de la condenación y satisfacer
la justicia de Dios… Pero, además; Cristo no solo se encargó de sufrir nuestra
sentencia en la cruz, sino que nos atribuyó (traspasó)
también todos los méritos de una vida de obediencia perfecta (Ro 5:19) para que recibamos justa y
legalmente la vida eterna y heredemos el reino de Dios…
O sea que, la obra expiatoria
de Cristo en la cruz se trata de una doble imputación a nuestro favor, no solo
se encargó de imputar nuestras culpas sobre sus lomos, sino que además nos
imputo sus méritos de perfecta obediencia en nuestros lomos; para que se
entienda mejor vamos a hacer una suposición: “Estoy siendo juzgado en el Tribunal
de Dios, y por supuesto soy encontrado culpable de todos los cargos de pecador,
pero de alguna manera apelo para que todos mis pecados y culpas le sean
imputados a un hijo mío, un bebe recién nacido que nunca peco (al margen que todos tienen naturaleza
pecaminosa, suponemos que no le dimos tiempo a practicar el pecado… no
olvidemos que es una suposición), y vamos a suponer que Dios acepta tal
sustitución, lo cual significa que el bebé muere en mi lugar y yo quedo libre
de los pecados con que se me acusaba, sin embargo tal imputación solo me libra
de una condenación al infierno, pero de ningún modo me otorga una entrada a la vida
eterna con Cristo en los cielos como galardón, porque para ser adentrado en su
glorioso Reino Celestial, no solo necesito no haber pecado nunca, sino que
también necesito haber vivido una perfecta vida de obediencia a Dios, cosa que
el bebé no la tuvo porque no le dimos tiempo a vivir y por lo tanto no me la
pudo imputar, o sea que con el ofrecimiento del bebe solo he logrado estar sin
pecado, pero no tengo méritos de obediencia a la ley de Dios, y si me
propusiera obedecer solo resultaría en un fracaso y nuevamente me condenaría,
entonces una imputación solamente del pecado no es suficiente para mí, sino que
además necesito que se me imputen los méritos ajenos de una perfecta vida de
obediencia a Dios para ser galardonado por Él y adentrado a la vida eterna en
los cielos… y ambas imputaciones las encuentro solamente en Cristo, porque no
solo se llevó mis pecados en sus lomos, sino que puso sobre los míos todos sus méritos
de una perfecta obediencia para hacerme heredero de sus riquezas celestiales en
los cielos ¡Gloria a Dios!... es como haber terminado en último lugar en una
carrera, pero finalmente el ganador me llama al podio y me entrega el primer
premio a mí… ¿crees esto? Todo aquel que cree en Él no será avergonzado.
2°Corintios 5:21 Al
que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en él.
1°Pedro 2:24 quien
llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que
nosotros, estando
muertos a los pecados, vivamos a la justicia
y por cuya herida fueron sanados.
Romanos 5:19
Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron
constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
Una doble y gloriosa
imputación a nuestro favor, satisface tanto la pena como el precepto de la ley,
dicho de otro modo; no solo nos sustituyó en la condena, sino que nos sustituye
también con su perfecta vida; Gálatas 2:20 Con
Cristo «estoy juntamente crucificado,» y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí y lo
que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Tal gloriosa y
sublime obra expiatoria, tal justificación departe de Dios, no se hizo en un
lugar escondido, sino que se exhibió públicamente, y a esto se refiere Pablo en
el versículo 25 cuando escribe; a quien Dios puso como propiciación, refiriéndose a que el sacrificio de Cristo fue
hecho delante de todos; una muerte violenta en la cruz para aplacar la ira de
Dios y el derramamiento de sangre para satisfacer la santidad ofendida de Dios,
y de este modo pasar por alto la muerte sobre los hombres, como nuestra pascua,
de hecho Él es nuestra pascua, porque así como la sangre en los dinteles de las
puertas de los hebreos hizo pasar la muerte sobre ellos, así también la sangre
de Cristo hizo pasar la muerte por encima de nosotros sin que suframos daño
alguno.
Tan gloriosa
propiciación, tuvo lugar en el tiempo que estaba determinado por el calendario
de Dios, ni antes ni después, sino en el tiempo justo, y de esta manera Dios mostró
también su paciencia para con todos, porque bien pudo haber matado y destruido
para siempre a Adán y Eva desde el principio en cuanto pecaron y así evitar la
propagación de toda una humanidad pecaminosa, sin embargo, no fue así, sino que
fue paciente para con todos, desde Adán hasta el último hombre que ha de creer
en Él, a fin de justificarlo solo con base en la sangre de su Hijo Jesús El Cristo,
a fin de que todos proclamen que Dios es Justo y también el que justifica
gratuitamente al que es de la fe en Jesús el Cristo, para que toda la gloria
sea dada a Dios el creador para siempre amen… ¿Dónde pues, queda la jactancia?
NO EXISTE, sino tan solo hay lugar para darle gloria a Él.
El que se Gloría que se Gloríe en el Señor
27 ¿Dónde, por lo tanto, está la jactancia? Queda
excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las
obras? No, sino por la ley de la fe. 28 Concluimos, por
lo tanto, que el hombre es
justificado por fe sin las obras de la ley.
29 ¿Es Dios solamente Dios de los
judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los
gentiles. 30 Porque Dios es uno, y
él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los
de la incircuncisión. 31 ¿Luego por
la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.
Frente a tan sublime
y excelsa obra de justificación, imputada gratuitamente por medio de la Fe en
Jesús, no hay lugar alguno a la jactancia del hombre, sino tal solo lugar a la
alabanza de la gracia de Dios. Quedó demostrado que no podemos lograr la justificación
en base a méritos propios, sino solo por medio de los méritos de Cristo, vale
decir; que el único documento legal que un hombre puede presentar en aquel
Tribunal Celestial para hallar eterna redención, es su verdadera Fe en Cristo,
y no hay otro Nombre bajo el cielo dado a los hombres en el que podamos ser
salvos (Hch 4:12), Él es el
único medio legal para toda la humanidad sin acepción de personas, porque Dios
es Juez de toda la creación, y juzgara igualmente a todos los hombres, sea judío
o gentil todos serán tratados imparcialmente por Él, de modo que Cristo es el
Salvador de todos los hombres que creen en Él sin distinción alguna.
Por último, Pablo
hace una aclaración necesaria, ya que cualquiera podría llegar a pensar que
ésta justificación y salvación por gracia denigra la ley, pero de ningún modo es
así, sino antes se aplica de tres maneras, primeramente, la ley se cumple para
condenar al hombre por su pecado, en segundo lugar; cumple su objetivo de
demostrar la incapacidad del hombre en satisfacer las demandas de Dios y, en
tercer lugar; llega a cumplirse naturalmente en la vida del cristiano por medio
de un corazón regenerado, una mente nueva y un Espíritu Santo en el hombre,
dicho de otro modo, se cumple por medio de la vida de Cristo en mí, aquella
naturaleza divina que me lleva cautivo a la obediencia a Cristo.
1°Corintios 1:26 Pues
vean, hermanos, su [de ustedes] vocación [llamamiento, reclutamiento], que no
son muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles 27 sino que
lo necio [ignorante, imprudente,
irracional] del mundo escogió Dios, para
avergonzar a los sabios y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo
fuerte 28 y lo vil del mundo y lo
menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. 30 Más por él están
ustedes en Cristo Jesús, el cual nos ha
sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y liberación [redención] 31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
Conclusión
Una cosa es saber
esta verdad y entenderla, pero algo muy distinto es hacer de esta verdad
nuestro tesoro y posesión, y de eso se trata la parábola del tesoro escondido,
de una persona que, habiendo descubierto la verdad del evangelio, no le basto
solo con verla o descubrirla, sino busco con gozo aferrarse y apoderarse de
ella para el resto de su vida, y tal tesoro cambio su vida para siempre, del
mismo modo el evangelio, una vez comprendido, debe cambiar la vida del cristiano
para siempre, es morir para que los años que nos quedan Él vivía su vida en
nosotros.
La paz del Señor Jesús
el Cristo. –
0 comentarios:
Publicar un comentario