PÁGINAS DE INTERÉS

PREPARADOS PARA SERVIR



MENSAJE DOMINGO 15/11/2015

Por el Hno. Gabriel.-

Esta es la séptima parte de la serie titulada “Evidencias de una genuina conversión”, la cual intenta  mostrar el desarrollo y evolución de la vida cristiana desde el momento en que se inicia la conversión. Y hasta aquí las predicaciones anteriores describieron de forma sintética el desarrollo individual que atraviesa el cristiano hasta alcanzar la suficiente madurez espiritual para poder “Andar en el Espíritu”. Y aunque alcanzar tal nivel espiritual para “Andar en el Espíritu” podría considerarse la cima de la vida cristiana, sin embargo la carrera del cristiano no termina allí. Porque una vez formados no somos destinados a vivir una vida cristiana independiente y aislada donde solo importo yo y mi santidad con el Señor y nadie más, sino que somos llamados a trabajar en la viña del Señor y relacionarnos con la iglesia de Cristo para servir a otros que han iniciando el camino angosto del mismo modo que nosotros. Jesús durante tres años formó a sus discípulos, tanto en lo  doctrinal como también en lo práctico, pero no fue para que luego ellos se queden con los brazos cruzados, sino fue para enviarlos a trabajar a fin de que por medio de ellos otros también sean formadosy vaya que trabajaron arduamente por amor de Cristo El Señor  Jesús nunca tuvo la intención de formar discípulos para que vivan un cristianismo autónomo y descomprometido, sino que formo discípulos para ponerlos luego a servir a los que habían de creer en Él por medio de ellos. Del mismo modo todo cristiano que alcanza la formación doctrinal y espiritual no puede quedarse de ocioso en la iglesia, sino que debe empezar a trabajar, en otras palabras debe empezar a servir a los demás. Y este es el tema que vamos a desarrollar en este mensaje el cual se titula “Preparados para Servir”.


El propósito de Dios: transformarnos en siervos como Jesús…
Romanos 8
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Está claro que Dios tiene un firme propósito aquí en la tierra con cada uno de sus hijos, y ese propósito es formarnos a la imagen de su Hijo primogénito Jesús, o sea, darnos la forma de Jesús en lo que a su mente y carácter se refiere, a fin de que seamos perfectos siervos así como Jesús fue un perfecto siervo (Fil 2:5-11). No hay mayor complacencia para Dios sino en que cada uno de nosotros sea conformado a la imagen de Jesús (Mt 17:45), a la de un varón perfecto que solo obra influenciado por la voluntad de Dios según la potencia del Espíritu Santo.

Cuando el cristiano ya formado anhela servir a Dios lo primero que debe tener presente es que la única forma de hacer este trabajo es bajo la influencia de la mente de Cristo,  porque Él es único y perfecto modelo de lo que es un verdadero siervo de Dios. ¿Por qué es importante aclarar esto? Equivocadamente el cristiano de hoy ha adoptado dentro de la iglesia una forma de servicio jerárquica que no proviene de Dios sino del mundo. Una idea muy humana y carnal que busca exaltar al hombre antes que a Dios. Sin embargo no es este el modelo que Jesús nos enseño, sino todo lo contrario. En cierta ocasión dos de sus discípulos (Santiago y Juan) pretendieron ocupar una posición jerárquica sobre los demás discípulos, no obstante la respuesta de Jesús en esta ocasión marcó una clara enseñanza de cómo habría de funcionar el servicio dentro de las iglesias.

Marcos 10
35 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos.
36 El les dijo: ¿Qué queréis que os haga?
37 Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.
41 Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan.
42 Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad.
43 Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,
44 y el que de vosotros quiera ser el primero (el principal, el más importante), será siervo de todos.
45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

Marcos 9
33 Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?
34 Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor.
35 Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.

Con estos pasajes nos queda más que claro que pensar en servir en la obra de Cristo comienza por una renovación en nuestra manera de pensar, desarraigando cualquier idea o razonamiento mundano que busque una posición de liderazgo. Entonces una de las primeras cosas que hay que aclarar cuando se habla de servir a los santos es que el servicio en la iglesia de Dios ¡NO es jerárquico! sino funcional. Por tanto cualquier tarea y área de trabajo dentro de la iglesia es honorable y ninguna es superior a otra. Y si no tenemos la capacidad de verlo de esa manera difícilmente podamos servir en la iglesia, porque ser la iglesia consiste en la funcionalidad y armonía de todos los miembros en las diferentes áreas sin que haya desavenencia (contrariedad) en las diferentes funciones - por eso se llama cuerpo, porque todos los miembros armonizan – (Ef 4:16, 1°Co 12:25-27).

El verdadero servicio: lavar pies…
Es triste ver como muchos pastores, diáconos y predicadores dentro de las iglesias se estiman superiores a los demás, y hacen de su rol y función una posición de liderazgo sobre los demás hermanos. Por esta equivocada razón muchos empiezan a anhelar el servicio de la enseñanza y pastorado, no por una cuestión de beneficio hacia los congregantes, sino por una cuestión de reconocimiento, vanagloria y exaltación - ¡Pastor! ¡Pastor! - Sin embargo tal posición es exactamente la de los fariseos la cual el Señor Jesús condeno en aquel tiempo, porque tales personas amaban la alabanza y reconocimiento público de la gente, sin embargo su calidad de enseñanza y servicio a favor del pueblo se reflejaba en la pésima condición espiritual que tenían los judíos de ese tiempo – eran pésimos maestros,  cero discernimiento espiritual, ¡el Mesías estaba en medio de ellos y fueron capaz de reconocerlo! -

Mateo 23
6 y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas,
7 y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí (hoy Pastor, Pastor).
8 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
9 Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.
10 Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo
11 El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo.
12 Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Ser maestro, predicador, pastor, profeta, diacono, etc. no son cargos jerárquicos en la iglesia, sino tan solo posiciones funcionales de servicio. Cada una de estas funciones dentro de la iglesia tienen un objetivo, y es servir literalmente a los congregantes para que todos alcancen la mente de Cristo.

Como referencia Pablo busca corregir este conflicto en la iglesia de Corinto donde habían empezado a dividirse:
1°Corintios 3
5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.
6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.

Si estás buscando grandezas para ti no estás preparado para servir, estás poniendo una barrera entre el propósito de Dios y el tuyo propio. Mientras tengas tus propios intereses y ambiciones personales, no podrás alinearte con la obra de Dios. Solo podrás lograrlo si renuncias a tus planes personales y dejas que Él te guíe directamente a su propósito.

Pero además servir a los santos en la iglesia no solo tiene que ver con predicar y enseñar la sana doctrina, sino también con practicar la misericordia y el amor de Dios atendiendo aun las necesidades prácticas de cada hermano del mismo que Jesús lo enseña en Mateo 25:34-40, donde se relata que hubo hombres cuyo trabajo fue hospedar y saciar el hambre y sed de algunos hermanos, como también visitar a los enfermos y suplir las necesidades de los que estaban en la cárcel (eso es servir). Además algo incomprendido en las escrituras es hallar la razón lógica de ¿Por qué Jesús les lavo los pies a los discípulos? ¿Había acaso necesidad de que Él haga esto? Sin embargo la respuesta podría estar en el primer verso del capítulo 13 del evangelio escrito por Juan, el cual dice “como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin”.

Juan 13
12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? (probablemente su respuesta mental es ¡NO, no sabemos!)
13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.
14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
16 De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.
17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.

El Señor Jesús demostró que ser un siervo al servicio de Él es humillarse y adoptar literalmente la posición, mente y conducta de un siervo en la casa de su amo, sometido a cumplir la tarea que Él asigne y no la que el siervo escoja. Si era por escoger tareas Pedro ya había escogido, porque él consideró que la tarea de “lavar los pies” no era una tarea para él, mucho menos para Jesús, porque él era “El Señor” y “el Maestro” como podría el maestro lavar los pies de sus discípulos ¡eso está mal!, porque corresponde que sea el discípulo (en último caso) quien lave los pies del maestro y no al revés – o sea que si Pedro hubiera sido el maestro en ese momento él jamás hubiera lavado pies de sus discípulos, y este es  exactamente el pensamiento de los maestros de hoy, se consideran tan superiores a los demás hermanos de la iglesia que hacen que ellos les laven los pies, mientras ellos están sentados en sus sillones de maestros esperando que se los atienda -, sin embargo el Señor Jesús se encargo de derribar este pensamiento de superioridad, exaltación y jerarquía, a fin de enseñarles a sus discípulos que servir a Dios requiere que cada uno adopte literalmente la mente de un siervo que debe humillarse y obedecer sin cuestionar absolutamente nada.

Dicho de otro modo, servir a Dios es buscar literalmente el beneficio ajeno, el beneficio del hermano, del congregante, es tener la mentalidad de que realmente quiero que tal hermano conozca a Cristo y no que me conozca a mí como “el representante de Cristo”. No se trata de los hombres,  se trata de Cristo. El Señor Jesús dijo: “El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia” (Jn 7:18).

El objetivo de los siervos: perfeccionar a los hombres…
Si realmente entendemos que trabajar para Cristo se trata de un servicio a favor del otro, entonces descubrimos que nuestro servicio tiene un objetivo, que ya no tiene que ver conmigo sino con el otro.

Efesios 4
13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

Servir a Dios tiene un objetivo, y el objetivo es que todos alcancen la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, que todos alcancen la perfección en el Señor. Una de las formas de medir la calidad de nuestro servicio es por medio de lo que reflejada la congregación. Muchas iglesias se jactan en tener un amplio y lujoso local de reuniones con quinientos o más miembros, sin embargo el estado de cada familia es pésimo, los pastores llevan décadas predicando y enseñando pero la situación de los congregantes no cambia, siguen en pecado y con un amplio desconocimiento bíblico, y la razón de esto es porque no están sirviendo de la manera que Cristo enseño, sino que sirven buscando su propio interés, ni siquiera les importa si el congregante ha crecido o no, si conoce a Cristo o no, solo les importa su reconocimiento y posición jerárquica – aman que todos los congregantes le llamen¡ pastor!, ¡ pastor!, tales palabras son como música para sus oídos, sin embargo lo que menos hacen es pastorear -  Pablo escribe en su carta a los colosenses que su labor y servicio consistía en presentar a cada uno de los hermanos perfecto delante de Cristo – ¡pero qué gran ejemplo y que sentido del deber más glorioso que había en la mente de Pablo!! -

Colosenses 1
24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;
25 de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios,
28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;
29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí

¿Quieres servir a Cristo? Lo primero que hay que entender es que no se trata de reconocimientos humanos sino de un objetivo que tiene que ver puramente con el otro y no contigo (y vas a dar cuenta de ello), tu solo eres un instrumento en manos de Dios (Hch 9:15), por lo cual no tienes ningún derecho a jactarte y envanecerte como si se tratase de ti, sino que debes dar constantemente la gloria a Dios (1°Co 1:26-29), porque es Él quien lo hace por medio de ti.

En más de una ocasión el Señor Jesús hablo de que todo aquel que busca ser enaltecimiento aquí en la tierra al final va a ser humillado, y el que se humilla para servir a los demás, será luego enaltecido (Mt 23:12, Lc 14:11, 18:14). 1°Pedro 5:6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo. Así que mientras estemos al servicio de Dios solo nos debe preocupar cumplir el objetivo y no una exaltación humana.

El dirigente de la obra es el Señor, los hombres no decidimos…
Otra cosa importante que el cristiano debe entender cuando empieza o anhela servir en la iglesia de Cristo es que quien decide y dirige la obra es Dios por medio de su Espíritu y no los hombres. Por tanto no se trata de lo que el hombre desee sino de lo que Dios desea. El hombre no tiene ninguna potestad de elegir tareas, trabajos o donde servir, sino es Dios mismo quien se encarga de todas las decisiones, es Él quien reparte en su obra como han de trabajar los siervos por la sencilla razón de que es su obra y no la nuestra.

Hechos 13
1 Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.
3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.

Pablo jamás eligió su área de trabajo, sino fue Dios mismo quien determino donde le sería útil, y debemos de saber que Dios es inmutable (Stg 1:17), por tanto Él no ha cambiado su manera y forma de proceder, a la fecha es Dios quien se reserva el derecho de decidir quien trabaja en su viña y donde a de trabajar cada uno de sus siervos. Y esto es algo que como cristianos debemos tener muy presentes, porque si sucede que de nuestro propio corazón escogemos trabajos y quehaceres para agradar a Dios no solo estamos incurriendo en un gran error sino que nos constituimos enemigos directos de Él, y frente a esta actitud Dios solo tiene una respuesta para tales personas; “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mt 7:23) – pero Señor en tu nombre profetizamos, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros, y en tu nombre formamos nuestra propia iglesia… ¡Fuera!! -

Es bueno que como cristianos tengamos el deseo de servir a Dios en su viña, pero ¡cuidado!, debemos ubicarnos, es su viña, es su obra, y es Él quien la dirige. El apóstol Santiago nos exhorta por medio de su carta a que “no nos constituyamos maestros muchos de nosotros porque de lo contrario recibiremos mayor condenación” (Stg 3:1) y ¿por qué razón lo dice?, porque desempañar la función de maestro no es una decisión humana sino un designio de Dios que se ejecuta por medio de su don.

Los requisitos; demuestran la eficacia de nuestro cristianismo
Si como cristiano hemos comprendido todas las cosas mencionadas hasta aquí se puede decir que ya tenemos una buena disposición mental para servir a Dios, pero aun falta algo que es indispensable, y son “los requisitos”, que es nada más y nada menos lo que Dios requiere de sus servidores para poder trabajar en su viña.

La vida de todo cristiano que empieza a servir en la obra de Dios debe ser una vida ordenada, ya sea que sea soltero o casado no puede tener cosas irresueltas al medio (en todo sentido), de otro modo su mensaje o trabajo va a carecer de veracidad. Como cristianos debemos entender que el efecto de nuestra conversión impacta primeramente en nuestra vida personal para acomodar todo lo que este desordenado. Y si no soy capaz de ordenar mi casa y mi familia entonces no tengo capacidad para ejercer el servicio de Dios. De que nos sirve un siervo que dedique muchas horas de trabajo a la iglesia pero que lo que él enseña no funcione en su hogar, sería como buscar hacer funcionar en otros un Dios que no funciona en su familia. Es triste y lamentable ver como muchos de los que sirven en las iglesias de hoy se llenan la boca hablándoles de Jesús a otras personas pero sus casas están totalmente desordenadas.

1° Corintios 4
19  Pero iré pronto a vosotros,  si el Señor quiere,  y conoceré,  no las palabras,  sino el poder de los que andan envanecidos.
20  Porque el reino de Dios no consiste en palabras,  sino en poder.

Y no se refiere al poder para hacer curaciones y milagros, sino en aquel que opera primeramente en nuestras vidas para generar los cambios en nosotros mismos y en nuestro hogar, a fin de que lo que hablemos este fundando en la experiencia de haberlo vivido.

Conclusión
Por último, solo me queda decir que me he explayado tanto para tratar de generar un conciencia limpia en cada cristiano al momento de servir, mostrando primeramente que servir en la viña del Señor conlleva una disposición mental que es la adopción de la mente de un siervo. Pero también he querido mostrar que todo cristiano una vez que ha alcanzado la suficiente madurez espiritual debe conocer su llamado a servir en la iglesia y no ha estar de ocioso, no existe el soldado a su propia expensa, como tampoco debe existir el cristiano formado sin que sirva en la iglesia. Una vez que hemos alcanzado la madurez espiritual debemos conocer departe de Dios cual es la tarea que nos toca desempeñar. Hay personas que han tenido extraordinarias experiencias con Dios y desean estancarse en aquella vivencia y desentenderse del mundo, pero no debemos estancarnos en esa experiencia personal ignorando el mundo que nos rodea. Pedro, Santiago y Juan estuvieron con Jesús en la montaña cuando él se trasfiguró delante de ellos y además aparecieron Moisés y Elías, a estos discípulos les pareció que aquel momento era lo más sublime que hasta entonces habían vivido, y no tuvieron mejor idea que proponerle a Jesús que hagan enramadas para quedarse a morar allí, sin embargo Jesús les mostro que había que bajar de allí y continuar con la labor. Del mismo modo también nosotros, una vez preparados debemos bajar de la montaña y conocer cuál es el servicio al que Dios nos llama.

1° Pedro 4
10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

Filipenses 2
13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Colosenses 3
23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;

La paz del Señor Jesucristo.-


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