MENSAJE DOMINGO 20/12/2015
Por el Hno. Santiago
La razón de ser
Gálatas 5
25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el
Espíritu.
26 No nos
hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
Nuestra vida cristiana se puede resumir en asumir la
historia bíblica (y todo lo que ello significa) como esencia cultural
cristiana.
Todo comenzó con una creación, una caída, un plan de
salvación primeramente mediante un pueblo judío que no alcanzó los objetivos,
posteriormente mediante el nacimiento, vida y obra del Señor Jesús para que
finalmente su Espíritu Santo en nosotros nos guíe y ayude a alcanzar los
objetivos de la Salvación. Necesitamos el Espíritu Santo para vivir por Él y
para Él.
Pero ¿porqué?.
Para algunos cristianos es difícil comprender que
significa vivir en el Espíritu.
Según el mensaje de Pablo, se nos solicita que
andemos según el Espíritu, y en el versículo Ga
5:26, se describe un comportamiento humano típico el cual es
contradictor al propósito del Espíritu…. Tratemos de entender esto.
Por lo general el ser humano vive en el afán de
vanagloria, lo cual produce irritación y envidia; Pero estas cosas no pueden
ser parte de la vida cristiana, no debemos irritarnos unos a otros ni mucho
menos envidiarnos unos a otros.
El andar según la carne, define la razón de ser como
el hecho de nacer, crecer, estudiar, trabajar, pagar impuestos, sobrevivir, y
morir.
El mundo define la vida como el hecho de que el
hombre nace para cooperar en el beneficio de un desarrollo humano basado en el
consumismo para enriquecer a los poderosos. ¿Estará bien esa razón?. ¿Qué
motiva al hombre a seguir esa razón?. Placer, bienestar, comodidad, estar
relajado?.
Una de las primera cosas que aprendemos al nacer en
este mundo es que como un infante, si no lloramos no nos alimentan,
posteriormente si no trabajamos no vivimos.
Para vivir físicamente necesitamos comer y eso es
una ley, "comer para vivir"; y esto nos plantea la primera duda
existencial, porque no sabemos si debemos "comer para vivir" o
"vivir para comer"; Y comer en este mundo no es gratis, así que para
comer debemos trabajar; Y otra vez la duda existencial "trabajar para
comer" o "comer para trabajar". Y la mente entra en un ciclo en
el que no reconoce que es lo primordial, pero a su vez forma parte de su razón
de ser.
La única forma de escapar de esa "razón de
ser" propuesta por el mundo, es convirtiéndonos al Señor Jesús,
adquiriendo una nueva esencia, un nuevo Espíritu, una nueva razón, que
demuestra cuan vana (sin sentido) y cuan vacía es la existencia humana.
Pero al hacernos cristianos debemos comprender que
no podemos seguir en la misma corriente que va el mundo, debemos vivir para la
razón Espiritual de Cristo. ¿Y cómo explicamos esto?
Pues bien, primeramente debemos comprender que
nuestro estado inicial es el estar apartado de Dios, desvinculado, apartado
como un naufrago en el medio del mar, en una isla, sin recurso y sin saber que
hacer. Así es nuestra existencia en este mundo. Nacemos perdidos como un
náufrago, en una tierra contaminada e infectada con una enfermedad que se llama
pecado, en un reino mortal que tiene como rey al príncipe de las tinieblas, que
provoca una razón de ser para la subsistencia, "comer para vivir",
"trabajar para comer" y así está el ser humano motivado por esa regla
hasta que fallece.
Solo los cristianos alcanzan a darse cuenta que son
náufragos en esta tierra; Y si náufragos comprenden que deben ser rescatado y
obviamente sabe que esto no depende de sí mismo por su incapacidad, sino que
espera ser rescatado; Esto genera una razón, que es la primera razón del
cristiano y que llamamos "plan de salvación", que es un rescate que
no está hecho por hombres, no fue ideado por el príncipe de las tinieblas, sino
por Dios. Y la pregunta ¿Cómo hizo Dios el plan de rescate para los náufragos,
si de hecho estamos a "millones de kilómetros de Él"?
Dios en su misericordia, y desde un principio y por
milenios, ha enviado la manera de poder ser rescatado. Primeramente nos envió
un código, una ley, la biblia, las Escrituras para que sepamos como debemos
vivir siendo náufragos y cual es nuestra razón de ser. El Código fue enviado
primeramente al pueblo judío, que lamentablemente no entendieron; Parecía que
la ley de Dios era un lenguaje complejo y no comprendían cual era la voluntad
de Dios. Podemos decir que la voluntad de Dios se reflejaba en los 10
mandamientos y en un sistema legal de 637 leyes (AT); Pero el hombre no podía
decodificar esa información; Y aún cuando ese código (testamento) fue renovado
para los cristianos (NT) los cristianos no alcanzan a comprender la Voluntad de
Dios. Por eso el cristiano se confunde; Y confunde su voluntad existencial con
la Voluntad Espiritual de Dios; Confunde las cosas Espirituales con las cosas
terrenales y muchos utilizan el código (la razón de ser Espiritual) para las
cosas carnales. Y este es el error que está cometiendo la mayoría de los
cristianos, el tratar de mezclar lo que compete a Dios con esta existencia
carnal.
Debemos comprender de que Dios no quiere salvar esta
carne, no le interesa la condición humana, Dios quiere salvar nuestra alma. Y
en ese plan de salvación Dios envió provisión para lo espiritual del hombre, no
para la carnal. Dios propuso que además del código (Las Escrituras) se le envíe
al hombre su Espíritu Santo para que guíe al hombre como usar el código; Por
eso vino Jesús. Dios en su amor se envió así mismo como uno de nosotros para
enseñarnos, para que aprendamos como debemos vivir, como decodificar el código
y hallar la verdadera razón de ser.
Entonces si entendemos esto que es tan básico y no
priorizamos lo carnal, entonces nuestra vida entenderá cual es la Voluntad de
Dios (el cual se resume como santificación).
Volviendo al texto inicial y usando un interlineal
Gálatas 5
25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el
Espíritu.
26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a
otros, envidiándonos unos a otros.
25 ει-Si ζωμεν-estamos
viviendo πνευματι-a
espíritu πνευματι-a
espíritu και-también
στοιχωμεν-estemos andando ordenadamente/marchando en fila
26 μη-No
γινωμεθα-seamos/estemos llegando a ser κενοδοξοι-vanagloriosos/vanidosos
αλληλους-unos a otros προκαλουμενοι-provocándose (a pelea)
αλληλοις-unos a otros φθονουντες-envidiando
Según el Griego Koiné Bíblico
κενοδοξος : Código MAB: 2445
- Pronunciación: kenodoxos
- Diccionario MAB: vanidoso
προκαλεω Código MAB: 3714
- Pronunciación: prokaleo
- Diccionario MAB: [Voz Media] provocar
φθονεω Código MAB: 4637
- Pronunciación: fdzoneo
- Diccionario MAB: envidiar
"No nos hagamos vanaglorioso"
¿Qué es la vanagloria?. Un sinónimo apropiado para
la comprensión es la vanidad.
La vanagloria "vana" de vacío, de
"sin sentido"; y "gloria" de "esplendor".
Buscar vanagloria significa que estamos buscando
algo para nuestro esplendor, para poder lucirnos.
Ejemplo sencillo: Un deportista es un vanaglorioso.
Una persona que se destaca en alguna actividad deportiva y se perfecciona para
poder brillar frente a los demás.
Si entendemos la esencia del ejemplo, nos damos
cuenta de que todos somos vanagloriosos, estamos continuamente buscando nuestro
esplendor.
Otro ejemplo: Las mujeres por ejemplo, no les
alcanza con tener vestidos de un solo color, tienen que tener de varios
colores, con varios motivos y con adornos; Y si todas tienen un mismo vestido,
ella va a procurar que el adorno sea diferente o algo que destaque sobre los
demás. Las mujeres son vanidosas porque es parte de su femineidad, y por eso
buscan lo más caro, lo más lindo, lo más novedoso. El hombre no es muy
diferente, porque también procura el esplendor y si no lo tiene lo finge.
¿Y que provoca la vanagloria?
La vanagloria provoca irritación, ¿Porqué?, porque
impulsa a los demás a alcanzar los mismo.
Y muchos lo hacen a propósito; Muchas mujeres llegan
a la congregación con el vestido más caro, el calzado más caro, los hombres con
el vehículo más nuevo o más grande. Y provocan irritación en los demás, porque
incitan a los demás, los ponen a pensar en eso, a que busquen lo mismo que
ellos tienen.
La vanagloria del hombre dice a los demás
"tengan lo que tengo yo", "hagan lo mismo que hago yo".
La envidia como resultado final
La vanagloria produce irritación y la irritación
provoca envidia.
¿Cómo definimos la envidia?. La envidia tiene su
origen en el celo, envidiar es celar, porque quiero alcanzar el esplendor que
otro promueve.
Y si no lo alcanzo, la envidia produce frustración y
tristeza.
Con estos conceptos más reales podemos expandir el
texto de Gálatas 5:26
"No estemos buscando nuestro propio
esplendor, incitando a los otros a que hagan lo mismo, provocando en los demás
celo y tristeza"
Obviamente esto va en contra de nuestra naturaleza
humana;
Y por eso vino Jesús, para enseñarnos que debemos
hacer, como contrarestar esta condición vanagloriosa.
El ejemplo de Jesús
Juan 5
30 No
puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo,
porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
Que significa que Jesús haya dicho “mi voluntad”?: Dios se hizo hombre y al hacerlo se ajusto a las
reglas de un ser creado; se ajusto a las reglas de este mundo maldito, nacer,
comer de la tierra maldita, trabajar, sudar, sobrevivir; El fue una persona
como cualquiera de nosotros. Aún más, nació en un pueblo sujeto a esclavitud, y
si un romano le exigía debía cargar su bulto y llevarlo por una milla (Mt 5:41), cuando tuvo que pagar los impuestos no
los evito (Mt 17:27), se sujetó a la ley de
aquellos tiempos.
Jesús sabía que hacer la voluntad humana en definitiva es sujetarse a
la voluntad carnal maligna (Ef 2:3, Jn 8:44),
por eso no la buscó, sino que buscó hacer la voluntad de Dios y la hizo.
Como hombre estimamos que tenemos la facultad de decidir y ordenar la
conducta propia; Pero el hecho de pensar en que podemos hacer lo que queramos
es una ilusión, porque no podemos hacer lo que queremos, no tenemos esa
capacidad, solo podemos obedecer la voluntad ajena, “Vosotros sois de vuestro
padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer” (Jn 8:44).
Esta voluntad es una voluntad maligna que solo produce el mal en mi
ser, es inevitable, aunque conozco el bien no lo puedo hacer, pues la ley del
mal está en mi y me domina. “Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta
ley: que el mal está en mí” (Ro 7:21)
Así que mi voluntad esta sujeta al deseo de un “tercero” que está en
mí y que solo busca mi muerte (1 Co 15:56),
esta es la ley del pecado que esta en la carne. Por lo cual no puedo hacer mi
voluntad aunque parezca solo obedezco a mis pasiones, a mis instintos y estos
son puramente malignos. Toda actividad en el mundo es voluntad maligna (1 Jn 5:19).
Solo hay dos voluntades opuestas entre sí y no se pueden relacionar.
Como hijo de Dios, albergo el Espíritu del Señor y al darle el primer
lugar y la prioridad demandada, hará posible rechazar la voluntad maligna y
hacer la voluntad de Dios.
La escasa santidad que el cristiano de hoy tiene (debido a la falta de
disposición a la lectura y la oración y por lo viciado con las cosas del mundo)
no le permite ni siquiera conocer cual sea la Voluntad de su Creador, y
obviamente la busca erróneamente en la conducta u opinión de los demás a los
cuales considera como guía y esto hace, en definitiva, que no haga la voluntad
de Dios sino la voluntad de otro que considera que hace la voluntad de Dios y
esto es realmente terrible.
Aún así la cuestión es: Cómo? interpretar la voluntad de Dios para
obedecerla, aun en las cosas más pequeñas.
El hijo de Dios comete muchos errores por falta de
entendimiento, y esto es visible aún en las tareas cotidianas, pues no
distingue la voluntad maligna en lo que hace su vida, las demandas del sistema
para sobrevivir se imponen, le arrastran, no se pregunta si esa es la voluntad
de Dios, sino que equivocadamente intenta involucrar la voluntad de Dios en sus
tareas, en los resultados del trabajo u oficio o en la toma de decisiones
frente a situaciones humanas. Esto puede ser perjudicial tanto como para los
que no conocen la voluntad de Dios, como para aquellos que conociendo la Soberanía de Dios la
usen para beneficios humanos.
Si bien se ha dicho que la voluntad de Dios se
comprueba (Ro 12:2), no era necesario que
esta expresión someta nuestras pretensiones personales al poder Soberano de
Dios.
Para entender un poco daremos un ejemplo sencillo
que tiene repercusión en todos los ámbitos:
Desde la mañana misma, podría llegar a la panadería
y preguntarse si es voluntad de Dios desayunar con tortillas, al intentar
comprarlas el panadero le dice que ya no hay, entonces la voluntad de Dios será
que coma con facturas, no hay, bueno quizás en última instancia con pan
chanchito (que era lo que menos deseaba). Si quisiera saber la voluntad real de
Dios en esto, diría claramente que “no
solo de pan el hombre vivirá, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4.4; Lc
4:4) pero obviamente como tiene hambre (naturaleza carnal) no le parece
práctico la aplicación de dicho texto, pero si razonara Espiritualmente si
pudiera mover la fe aunque sea un poquito en ese instante se sorprendería de lo
que podría hacer, quizás si tan solamente hubiera leído u orado antes de
desayunar el pan chanchito le hubiera sido grato, por la simple razón de que su
Espíritu está gozoso y supera la necesidad carnal.
Y si consideráramos cosas como:
- Habrá sido voluntad de Dios el
haber llegado tarde al trabajo por no haber sonado el despertador?
- Será voluntad de Dios que apruebe
un examen con tan poco estudio realizado en la semana?, pues me he ocupado de
otras cosas.
- Será voluntad de Dios, que compre
algún artículo costoso que deseo o estimo que necesito, sin tener la
posibilidad de pagarlo?
- Será voluntad de Dios que trabaje
tanto y no tenga tiempo para leer u orar o meditar en la semana?
- Será voluntad de Dios el
practicar algún deporte o buscar un entretenimiento?
- Será voluntad de Dios el hecho de
no encontrar trabajo?
- Será voluntad de Dios que tenga
novio o novia?
- Será voluntad de Dios que mande
mi hijo a la escuela?
- Será voluntad de Dios que esté
enfermo?
- Será voluntad de Dios que todo me
salga mal o salga como no quiero?
- Será voluntad de Dios que baje
algunos kilos si sacrifico mi tiempo asistiendo a un gym?
Todas estas cosas nos ocurren a diario; Podré ver en
ellas la voluntad de Dios?. Evidentemente NO, tarde nos daremos cuenta que todo
eso es consecuencia de haber seguido una voluntad carnal (propia de todo
hombre) que intenté mezclar con lo que yo considero que es cristiano.
Pero sin más vamos a considerar según las Escrituras
1º Tesalonicenses 4
3pues
la voluntad de Dios es vuestra
santificación; que os apartéis de fornicación;
Efesios 2
1Y
él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en
los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros
vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos
por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Hay que entender que si sigo la corriente del mundo,
estoy siguiendo la voluntad maligna, siguiendo mi propia voluntad, la voluntad
de la carne, siguiendo o escogiendo el “destino” de mis pensamientos. Al
hacerlo me enredo con las cosas del mundo que me obligan a tomar decisiones; Y
es aquí donde quiero ver la voluntad de Dios?, cuán equivocados si la respuesta
es sí. La voluntad de Dios es única y no participa en las obras de la carne,
por el contrario esto llama a la ira de Dios.
Si la voluntad de Dios es mi santificación, que hago
haciendo la voluntad de la carne?, podré hacer ambas a la ves?
Gálatas 5
16Digo,
pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es
contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que
quisiereis.
Es evidente que si sigo en la corriente del mundo
estoy en contrariedad con la corriente Espiritual, si de alguna manera quiero
vivir en el mundo siguiendo parcial o totalmente la corriente para obtener
alguna clase de beneficio, no puedo apelar a Dios para que me ayude a lograrlo,
pues en definitiva esta no es la voluntad de Dios.
No hay ninguna actividad que justifique que al hacer
algo en el mundo encontrare la voluntad de Dios en ese proceso.
No puedo pedir a Dios aprobar un examen si no he
estudiado, o que me vaya bien si he estudiado. En tal caso debo darme cuenta
que sometiéndome a la corriente del mundo tendré que seguir sus reglas, como
así también aceptar los resultados de esas reglas.
Pero en ninguna actividad humana podré ver la
voluntad de Dios, sino que todas ellas son la voluntad del maligno cuya
intención es someterme y hacerme perder el tiempo con cosas de la carne.
Colosenses 3
5Haced morir, pues, lo terrenal en
vosotros: fornicación,
impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
6cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia, 7en las cuales vosotros también anduvisteis en otro
tiempo cuando vivíais en ellas. 8Pero ahora dejad también vosotros
todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de
vuestra boca. 9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado
del viejo hombre con sus hechos, 10y revestido del nuevo, el cual
conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento
pleno,
2 Pedro 3
11Puesto
que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa
manera de vivir,
Si todas estas cosas que desean la carnes serán
desechas, porque buscarlas?. Porque intentar ver la voluntad de Dios en la
oscuridad del mundo?.
Lo real en el ámbito Espiritual, es que hagamos su
voluntad que nos apartemos de estas cosas, para anhelar aquellas que nos harán
libres de la esclavitud del mundo.
Colosenses 1
9Por
lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por
vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de
su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10para
que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda
buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
Así que no debo pedir por cosas de la carne, debo
pedir por las cosas que me santifican, por aquellas que me apartan del mal y me
acercan a la voluntad de Dios.
Las cosas cotidianas están sujetas al poder del
maligno, nada de ellas me beneficia pero tendré que buscar un equilibrio para
entender que debo y que no debo tomar de este mundo.
Pero antes de eso, lo primero y principal es como
lograré comprender la voluntad de Dios.
Efesios 3
16para
que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder
en el hombre interior por su Espíritu; 17para que habite Cristo por
la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,
18seáis plenamente capaces de comprender con
todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,
19y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para
que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
El Señor Jesucristo ofrece las riquezas de su
gloria, tales riquezas brindan la sabiduría y la inteligencia para conocer
todas las cosas, no de la forma en el que mundo las muestras porque la ciencia
del mundo es infantil frente a la
Ciencia de Dios. Las riquezas del Señor es un poder inmenso,
agudizan todos los sentidos Espirituales, hace al hijo de Dios indestructible,
lleno de gracia y de verdad. El Señor demanda que se fortalezcan en el hombre
interior con estas riquezas (no con el dinero y el afán del mundo). El objetivo
del trabajo del Señor sobre sus hijos es que durante el desarrollo sean
plenamente capaces de conocer la realidad de todas las cosas, distinguir con
gran precisión todo lo que está a su alrededor, para que al andar por este
mundo no se extravíe sino que sepa usar con inteligencia lo mínimo y necesario
de las cosas que brinda el mundo para la subsistencia de la carne y a su vez
este entregado al 100% a la obra del Señor.
De la única forma que tengamos a Cristo como cabeza
de todo nuestro ser, es beber de estas Aguas Vivas; De la única forma de
escapar de la esclavitud del mundo es tener claridad, luz en el Señor.
1 Pedro 4
1Puesto
que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos
del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne,
terminó con el pecado, 2para no vivir el tiempo que resta en la
carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.
3Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles,
andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y
abominables idolatrías. 4A éstos les parece cosa extraña que
vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os
ultrajan;
Concupiscencia: deseo de bienes terrenos y, en especial, apetito
desordenado de placeres deshonestos.
No bebas de aguas contaminadas por este mundo, pues
estas causan la muerte, generan adicción.
La situación actual de sus vidas es la consecuencia
de beber de esta agua contaminadas, que enceguecen, que despiertan las
ambiciones y los malos deseos a las cosas más absurdas que el mundo ofrece.
El mundo asfixia, nublan el camino del Señor,
desvían la naturaleza del hijo de Dios, los atrapa.
1 Corintios 2
14Pero
el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las
puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 15En
cambio el espiritual
juzga todas las cosas;
pero él no es juzgado de nadie. 16Porque ¿quién conoció la mente del
Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
El objetivo del maligno es que el hijo de Dios, se
extravíe, Si no lo logra hará lo posible para que pierda tiempo obteniendo
cosas de este mundo aletargando su capacidad de obra en el Señor, por último
solicita probar la fe del hijo de Dios para someterlos a pruebas y dejarlos
atrapados o empantanado en algún valle. De alguna de estas forma el hijo de
Dios demora su desarrollo Espiritual, lo cual aletarga el desarrollo de la Iglesia y en definitiva
detienen la obra del Señor.
Así que no debo perder el tiempo buscando la voluntad de
Dios en las cosas terrenales, sino que buscaré la voluntad de Dios en aquellas
cosas que me santifiquen, en aquellas que no produzcan perdidas de tiempo,
dinero o fuerza para los ajenos, sino que generen obras Espirituales, que me
permitan amar a mi hermano que son parte de la Iglesia.
Si hay algo que te esta perturbando o alejándote del
camino, apártate de ellas, vuelve al camino, desechas las obras de la carne.
Lo que pueda en este mundo, lo haré según mis fuerzas
humanas, según la capacidad, pero aún así las evitaría, pues todo es vanidad y
aflicción de Espíritu.
Las cosas cotidianas se hacen, se ajustan a las reglas del
mundo, no puedo saltearlas, no puedo someterlas, lo que tengo que hacer es
evitar que influyan deseos en mi carne o me estorben en mi desarrollo
Espiritual.
Resumiendo: Tres cosas ayudan a la santificación y con ella
doblegarás la carne:
- Orad sin cesar (1 Te 5:17)
- La búsqueda de la verdad (Col
3:16; 2 Ti 3:16)
- La meditación (Sal 1:2)
Al principio costará, pero practícalo y verás
resultados asombrosos.
Quieres vencer al mundo, sigue las pisadas de Jesús,
esto es una demanda a la carne y vida al espíritu (1
Jn 2:6; Jn 13:15; 1 Pe 2:21), todo lo puedes en Cristo que te fortalece (Fil 4:13).
En tus oraciones no dejes de mencionar lo siguiente:
Salmos 143
10 Enséñame
a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;
Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
Cuando entiendas estos entonces entenderás esto:
Mateo 6
31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué
comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles
buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el reino
de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
34Así
que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su
afán. Basta a cada día su propio mal.
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