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MENSAJE
DOMINGO 24/03/2019
Por el Hno. Gabriel. -
Introducción
Es la intención de
este mensaje abordar la primera mitad del capítulo 3 de la carta a los
colosenses y desarrollar el contenido doctrinal de la misma, si bien el
análisis es expositivo de todas maneras vamos a resaltar algunos párrafos del
pasaje que nos van a dar el tema del mensaje buscando como siempre su aplicación
práctica para la Iglesia de hoy.
Introducción y Contexto
La meditación
anterior nos mostró la preeminencia y plenitud de Cristo, y esto es sumamente
importante entenderlo, Pablo nos escribe en Col 2:9
Porque en él habita corporalmente toda la
plenitud de la Deidad, 10 y ustedes
están completos en él… hay una
inmensa profundidad doctrinal en esta corta expresión, podríamos detenernos en
este pasaje todo el mensaje, pero no quiero redundar sobre lo que ya se expuso
en el mensaje anterior, de todos modos quiero partir desde aquí como raíz y contexto
para adentrarnos en el capítulo 3.
LA PLENITUD SOLO ESTÁ EN CRISTO
En Él habita corporalmente toda la plenitud de la
deidad… La plenitud de la vida en todos los sentidos es
Cristo, para estar completos no necesitamos más nada sino solo a Cristo, no hay
otra fuente de la que podamos beber agua viva y saciar la sed de nuestras almas
sino solo de Cristo, no hay otro pan que podamos comer y que sacie nuestra
hambre espiritual para siempre sino solo Cristo. Si tuviera todas las riquezas
del mundo, toda la ciencia y una larga vida saludables y no tengo a Cristo
entonces no tengo nada y soy un miserable, pobre ciego y desnudo, una sola cosa
necesita el hombre para estar completo y es Cristo. En Él habita la plenitud y solo
él puede impartirnos de esa plenitud para que estemos completos y hacernos
participe de su naturaleza divina: Juan 1:16 Porque de su plenitud
tomamos todos, y gracia sobre gracia…
Esto nos demuestra
que la plenitud de la vida cristiana no está en perseguir una religión ortodoxa
llena de ritos y reglas para alcanzar la perfección, ni en ninguna formación
académica de preparación humana, sino solo Cristo, en Él estamos completos en
todos los sentidos y hacia todas las direcciones, no necesitamos de más nadie
ni de más nada.
El problema que
estaba atravesando la Iglesia de Colosas era la influencia de los falsos
maestros que rebatían y cuestionaban la Plenitud y Deidad de Cristo,
interponiendo su legalismo riguroso de ritos y normas antiguas entreveradas con
misticismo y sincretismo (culto a los
ángeles y visiones) para alcanzar la plenitud espiritual, cuestionaban el
rito de la circuncisión y la expiación de sus pecados, a lo que Pablo responde:
Colosenses 2:11 En él también fueron circuncidados con circuncisión
no hecha a mano, al echar (eliminación, despojo, renuncia) de ustedes el cuerpo pecaminoso
carnal, en la circuncisión de Cristo 12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fueron también
resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los
muertos. 13 Y a ustedes, estando
muertos en pecados y en la incircuncisión de su [de ustedes] carne, les dio
vida juntamente con él, perdonándoles todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que
nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15 y despojando a los principados y a
las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en «la cruz.»
El legalismo
judaizante de los falsos maestros siempre interponía la circuncisión como
método legal para pertenecer al pueblo de Dios, y con fundamentos del antiguo
pacto justificaban la obligatoriedad de esta marca o rito religioso. Sin embargo,
Pablo no niega la necesidad de nuestra circuncisión, sino que demuestra que
todas las demandas justas de la ley ya fueron cumplidas por Cristo y computadas
a nuestro favor, todo es representado en Cristo, todo lo que hizo nuestro mediador es obrado en nuestra alma y
representado en nuestro espíritu. Nosotros no somos incircuncisos, sino que
fuimos circuncidados en Cristo con circuncisión no hecha a mano, porque la
esencia de la circuncisión no era simplemente el rito exterior sino una
realidad interna y espiritual que obraba en el corazón.
Deuteronomio 30:6 Y circuncidará
Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de
tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda
tu alma, a fin de que vivas.
Romanos 2:28
Puesto que no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la
carne 29 sino que es judío
el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra, la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.
Entonces, somos un
pueblo circuncidado, pero nuestra circuncisión no es hecha por mano de hombres
sino por medio de Dios en nuestro corazón, y lo que
se cortó de nosotros no es el prepucio sino todo el cuerpo pecaminoso carnal,
en otras palabras, la marca de nuestra circuncisión es que andamos en vida
nueva, porque primeramente fuimos sepultados en Cristo por medio del bautismo y
fuimos resucitados con Él mediante la fe en el poder de Dios para una vida
nueva sin pecado. De este modo Dios nos incluyó en
Él por medio de la circuncisión de Cristo. Entonces si la cuestión
señalada por los falsos maestros era que los cristianos son incircuncisos Pablo ya disipo esa
cuestión (fuimos circuncidados en Cristo),
pero estos falsos maestros también añadían que los creyentes debían seguir
sometidos al cumplimiento de normas y reglas morales para agradar a Dios y
estar en paz con él por medio también de la intercesión de ángeles y entidades
espirituales, porque los gentiles habían estado apartados de Dios y condenados
por causa del pecado, legalmente debíamos morir como parte de un proceso
judicial perfecto, había en expediente en nuestra contra, un acta que mostraba
nuestra deuda y nuestra sentencia, allí estaban enumerados cada uno de nuestros
pecados, era una lista de nuestros delitos, y quizás el cuestionamiento de
estos falsos maestros era ¿De qué manera fue eliminada esa acta o expediente
contra nosotros si los ángeles no nos ayudaron? ¿Cómo agradaría nuestra vida a
Dios si no cumplimos su ley? Verso 14 anulando el
acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz
Cuando un hombre
contraía una deuda se convertía en deudor, y todas las cláusulas del préstamo (su tiempo de pago, los intereses y las
penalidades por incumplimiento) se asentaban en un acta la cual era el
instrumento legal con la cual se procedía en contra del deudor en caso de incumplimiento.
Si la deuda no se cancelaba se procedía con la condena descripta en el acta; a veces
eran puestos en prisión, otras se convertían en esclavos de su acreedor o
debían entregar a sus hijos como forma de pago, pero
si la deuda era cancelada el acta era tachada o borrada la tinta del papiro con
aceite y de esta forma quedaba nula.
Pues bien, el pecado
nos convirtió en deudores de Dios por no cumplir con sus estándares morales de
vida, Dios ha prescripto su ley en cada ser humano, gentiles o judíos, a unos
por medio de la ley escrita y a los otros por medio de la ley inscripta en sus
corazones (Ro 2:14-16), de este modo la ley de Dios es el acta contra nosotros,
su sentencia de muerte es irremediable, contrajimos
una deuda tan grande que nos era imposible pagarla, sin embargo, Cristo tomo
nuestra deuda y se la imputo a sí mismo a cambio de computarnos su vida perfecta
y librarnos de toda condenación. Al morir en la cruz cancelo la
totalidad de nuestra deuda y satisfizo la justicia divina, con su sangre borró
la tinta de la lista de todos nuestros delitos registrados en los libros
celestiales, tomó el acta que era contra nosotros y la clavó en la cruz. La lista de los delitos y la causa de un delincuente
crucificado era clavada en la misma cruz, a Jesús le escribieron la
causa de su condena y se la clavaron en su cruz (Mt
27:37), y de alguna manera todos nuestros delitos fueron también
escritos ese día y clavados en esa cruz para que se cumpla toda sentencia sobre
nosotros y morir juntamente con Él. En Cristo estoy completamente justificado y
no necesito de más nada ni de más nadie.
Isaías 1:18
Vengan luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si
sus pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos, si fueren
rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Efesios 2:15 aboliendo en su
carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para
crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz
Gálatas 3:13 Cristo nos redimió
de la maldición de la ley, hecho por
nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un
madero),
Todos nuestros
pecados fueron puestos en la cuenta de Cristo y clavados en la cruz del
calvario, estamos a cuenta con Dios por medio de Cristo, por lo tanto, nadie
puede acusarnos o señalarnos como deudores porque Cristo borro nuestra acta con
su propia sangre. Al morir por nosotros le quito a
toda potestad enemiga el derecho o la base para acusarnos, el pecado nos puso
bajo el dominio del adversario (He 2:14-15)
y bajo prisiones de muerte, pero Cristo al resucitar de los muertos nos liberto
del poder de la muerte triunfando sobre ella una vez para siempre por medio de
la cruz (Ef 4:8-10). Somos libres en Cristo, hemos muerto para la ley que nos
condenaba, hemos sido exonerados de toda culpabilidad y deuda…
LA RELIGIÓN ES UN SEPULCRO BLANQUEADO
16 Por tanto, nadie les juzgue en
comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días sábados
[días de reposo o festivos], 17 todo
lo cual es sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo es de Cristo. 18 Nadie les prive de su [de ustedes]
premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no
ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, 19 y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo,
nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el
crecimiento que da Dios. 20 Pues si han muerto con Cristo en cuanto a los
rudimentos del mundo, ¿por qué, como si viviesen en el
mundo, se someten a preceptos 21
tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques 22 (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas
que todas se destruyen con el uso? 23
Tales cosas tienen de hecho cierta reputación de sabiduría en culto voluntario,
en humildad y en duro trato del cuerpo, pero no tienen
valor alguno contra los apetitos de la carne.
Toda
la ley mosaica de forma absoluta, tanto en su parte ceremonial, como moral y
espiritual ya fue cumplida por medio de Cristo y computada a nosotros en todas
las direcciones, en
obediencia por medio de la vida perfecta de Cristo y en condenación por medio de la muerte de
Cristo, en otras palabras, no le debemos nada a la
ley mosaica, Cristo nos libertó de ella. La ley solo tiene validez
mientras una persona vive, pero muerta la persona la ley ya no tiene vigencia ni
autoridad sobre un cadáver, y nosotros por medio de Cristo hemos muerto para la
ley, de modo que ya no estamos confinados bajo la autoridad de ella.
Romanos 7:4 Así
también ustedes, hermanos míos, han muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que sean de otro, del que resucitó de los muertos, a fin
de que llevemos fruto para Dios.
…6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para
aquella en que estábamos sujetos, de
modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo
de la letra.
No se le puede pedir
a una persona muerta que guarde el día de reposo, no se le puede pedir a un
cadáver que se restringa a una dieta alimenticia, ¡hemos muerto para la ley! por lo tanto hemos sido libertados de sus
demandas, ahora vivimos bajo el régimen y autoridad del Espíritu, nadie puede
imponernos restricciones alimenticias, ordenanzas de guardar los días sábados, días
de fiesta como la pascua o pentecostés e imponernos reglas y ritos de culto.
Romanos 6:6
sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no
sirvamos más al pecado.
2°Corintios 5:17 De
modo que, si
alguno está en Cristo, nueva criatura es las cosas viejas pasaron he aquí todas
son hechas nuevas.
Los falsos maestros de
aquel tiempo enseñaban que la fe en Cristo no era suficiente para alcanzar la
plenitud y por lo tanto se precisaba de ciertas normas de vida religiosa y de
otros mediadores o intercesores para acercarse a Dios y vivir en plenitud con
él, afectando una falsa humillación buscando mostrarse más humildes que los
cristianos e indignos de Dios por lo que justificaban su culto a los ángeles
como mediadores, sin embargo, Pablo rebate toda cuestión religiosa y pagana.
Tristemente hoy
estamos peor, pues a la fecha se han multiplicado las religiones y hay para
todos los gustos, desde los liberales hasta los ortodoxos, cada uno con sus
ritos y costumbres religiosas; están los adventistas del séptimo día que
imponen ciertas restricciones alimenticias y observancia del día sábado, supeditado
a ciertas visiones de su falsa profeta Elena de White (el único alimento que debemos comer es Cristo quien nos concederá el
verdadero reposo eterno), los católicos con un sinfín de mediadores entre
ángeles, santos y beatos y la imposición del celibato para sus pervertidos
ministros (el único mediador entre Dios y
los hombres es Jesús el Cristo), los mormones con las falsas visiones de
José Smith y su prohibición de tomar café y aun dentro del cristianismo mismo
existen ciertas imposiciones de guardar días festivos como la pascua (Cristo es nuestra pascua), navidad, y
ciertas reglas religiosas como obligación de usar velo, no teñirse el cabello, dejarse
la barba, no usar tecnología, hacer ayuno una vez por semana, tales reglas
tienen reputación de una vida devota y santa, pero no tienen ningún valor contra
los apetitos de la carne, y cada uno de nosotros aquí sabemos eso por
experiencia propia.
La religión es un conjunto
de prohibiciones que encarcela a los hombres en una imagen de seuda moralidad y
falsa santidad, con un corazón totalmente corrompido y lleno de maldad,
envidia, celos, avaricia y malos pensamientos, de alguna manera la religión es
como un hilo de lana tratando de amarrar a un pervertido violador, asesino y
ladrón que habita dentro nuestro, al final siempre va a fracasar, tarde o
temprano nuestro corazón explotará y toda esa naturaleza pecaminosa carnal saldrá
como un animal hambriento. La religión solo es
apariencia, nos convierte en sepulcro blanqueado, hermoseado solo por fuera,
pero por dentro todo putrefacto y hediondo, no necesitamos una nueva
religión para alcanzar la plenitud en Dios, solo
necesitamos de Cristo, la perfección está en Él, debemos sumergirnos en Él.
Toda la religión
judía del antiguo pacto con todo el aparato de leyes, ceremonias, ritos y
normas de culto, eran tan solo la sombra, la proyección de Cristo quien es la
realidad concreta y palpable de todas las cosas; Romanos 10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree… Y si en
Cristo tenemos lo real ¿con que fin seguimos mirando y ocupándonos en la sombra?
Hebreos 10:1
Porque la
ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos
sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se
acercan.
LAS IMPLICACIONES Y EVIDENCIAS DE HABER RESUCITADO EN CRISTO
Colosenses 3:1 Si, por lo tanto, han resucitado con Cristo, busquen
las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la
diestra de Dios. 2 Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de
la tierra. 3 Porque han muerto, y su [de ustedes] vida está escondida con
Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, su
[de ustedes] vida, se manifieste [muestre, de a conocer], entonces ustedes
también serán manifestados con él en gloria.
Recuerdo en una
ocasión haber visto un video de un hombre llamado Ray Confort impartiendo su
evangelismo comenzaba con esta pregunta a cada persona que entrevistaba —¿has nacido de nuevo? — Y la mayoría de
los norteamericanos de raíces protestantes no vacilaban en contestar —claro que sí— sin embargo, su atuendo y
forma de hablar decía todo lo contrario, y con esto quiero decir que si de
verdad hemos nacido de nuevo nuestra vida debe dar evidencia de que eso es
cierto. No puedo simplemente decir que soy nueva criatura en Cristo y seguir el
mismo patrón de vida que los demás, a esto mismo se refiere Pablo en este
pasaje, Si han
resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a
la diestra de Dios. Pongan la mirada en las cosas de arriba y no en las de la
tierra. Porque hemos muerto al formato de vida terrenal y nuestra vida está
escondida con Cristo en Dios.
Pablo escribe en su
carta a los gálatas “Con Cristo «estoy juntamente crucificado,» y ya no vivo
yo, mas vive Cristo en mí” (Ga 2:20).
Y en su carta a los romanos escribe: Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por
el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros andemos en vida nueva (Ro 6:4). Si decimos que hemos resucitado en Cristo la evidencia
concreta de esa resurrección es la vida de Cristo reproduciéndose en nosotros, ¿de qué manera? pensando en las
cosas celestiales de arriba, poniendo nuestra mirada y centrando todos nuestros
pensamientos en aquellas cosas que están en Cristo, no
debemos olvidar que fuimos resucitados para heredar un reino en los cielos, por
lo tanto nuestros años en este mundo son nuestro peregrinaje a lo celestial, nuestro
norte ahora es arriba, nuestra brújula ahora apunta hacia los cielos, en donde
de aquí a un tiempo estaremos para vivir eternamente con Cristo.
Hebreos 13:14
porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.
Filipenses 3:20 Mas nuestra ciudadanía
está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesús el Cristo
Busquemos las cosas de arriba…
Buscar es un trabajo, buscar es nuestra responsabilidad, Jesús mismo dijo; Busquen
primeramente el reino de Dios y su justicia… (Mt
6:33), que nuestra cuenta este saldada
por medio de la suficiencia de Cristo no nos convierte en ociosos, antes
trabajábamos por lograr lo que era imposible alcanzar por medios propios, pero
ahora estando ya en Cristo debemos ocuparnos de crecer en Él por medio de la
gracia de su Espíritu. Si por medio de la obra de Cristo fuimos desconectados
del mundo, ahora por medio de su Espíritu debemos conectarnos a la eternidad
gloriosa de Cristo en los cielos, nuestra vida está escondida allí como una
semilla plantada (escondida) en
Cristo, de modo que cuando Cristo se manifieste en aquel día glorioso nosotros
seremos manifestados con Él en gloria.
5 Hagan morir, por lo tanto, lo terrenal en ustedes: fornicación [inmoralidad sexual], impureza, pasiones
desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría 6 cosas por las cuales la ira [furia] de Dios viene sobre los hijos
de desobediencia, 7 en las cuales
ustedes también anduvieron en otro tiempo cuando vivían en ellas. 8 Pero ahora
dejen también ustedes todas estas cosas: ira
[furia], enojo, malicia, injurias [calumnias, blasfemias], palabras deshonestas
de su [de ustedes] boca. 9 No
mientan los unos a los otros, habiéndose despojado del viejo hombre con sus
hechos, 10 y revestido del nuevo, el
cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento
pleno, 11 donde no hay griego ni
judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, esclavo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
La
regeneración de nuestro corazón y nuestra mente no es algo que ocurre en un
instante y de forma inmediata en cuanto nos convertimos a Cristo, si
bien todos nuestros pecados fueron tratados en la cruz del calvario no así nuestra
naturaleza pecadora la cual es tratada por el Espíritu Santo que viene a morar
en nosotros y nos acerca a la santidad, pero es un
trabajo progresivo y continuo, Pablo escribe; (verso
10) el cual conforme a la imagen del que
lo creó se va renovando hasta el
conocimiento pleno, esto implica que el cristiano batallará aun con
su naturaleza caída hasta que ésta sea completamente subordinada a la voluntad
de Cristo.
Aquí se nos dice
claramente que debemos matar todo lo que aun pertenece a lo terrenal en
nosotros, pecados de “inmoralidad sexual
o fornicación” lo cual es un pecado muy peligroso que acarrea muchas
consecuencias, “impurezas”, “pasiones desordenadas y malos deseos” lo cual tienen que ver con
un corazón sucio o inmundo Jesús dijo en Marcos 7:21 Porque
de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los
adulterios, las fornicaciones [inmoralidades sexuales], los homicidios, 22 los robos [hurtos], las avaricias,
las maldades, el engaño, la insolencia [conducta libertina y descarada], la
envidia, la maledicencia [calumnia, blasfemia], la soberbia, la insensatez… y
“avaricia” que es idolatría,
generalmente asociamos la avaricia con el amor excesivo al dinero, sin embargo
la avaricia abarca también la codicia o deseo desenfrenado de querer tener más
de lo que sea, de este modo nos conduce a la idolatría sirviéndonos a nosotros
mismos. Todos estos pecados deben ser aniquilados en nosotros, debemos matar estas
cosas:
Efesios 5:3 Pero
fornicación [inmoralidad sexual] y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se
nombre entre ustedes, como conviene a santos 4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no
convienen, sino antes bien acciones de gracias. 5 Porque saben esto, que ningún fornicario [inmoral sexual], o
inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de
Dios.
Esta clase de
pecados era el pasado de todo creyente, pero ya hemos muerto al pecado y el
pecado murió para nosotros, mientras estábamos en el mundo acarreábamos la ira
de Dios, pero por medio de Cristo esa copa paso de nosotros y fue puesta en
Cristo.
Por un lado, Pablo
presenta una lista de pecados que deben estar bien muertos en nosotros y que operaban en nuestra carne y en nuestra mente, y
por otro lado manda despojarnos de otros pecados que operan en nuestro carácter
y conducta: “ira” enojo que opera en
el corazón y que lleva a tener arranques de ira descontrolados lo cual es malo
para todo cristiano ya que el apóstol Santiago nos escribe; Santiago 1:19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto
para oír, tardo para hablar, tardo para airarse
20 porque la ira [furia] del hombre no obra la
justicia de Dios. “malicia” como deseo de hacerle algo
malo a otro, “injurias” lo cual todo
concluye en calumnia y blasfemia, “palabras
deshonestas” que tiene que ver con insultos y todo tipo de lenguaje
inapropiado.
Del mismo modo que
una persona se despoja de la ropa sucia así el cristiano debe despojarse de los
harapos sucios y andrajosos de una conducta antigua. Se nos manda despojarnos
de estos malos hábitos y vestirnos del nuevo hombre, del nuevo carácter y
conducta de Cristo en nosotros, y esto es una analogía que tiene que ver con
nuestra identidad, por ejemplo: las personas de afuera llevan
el atuendo correspondiente a su profesión, un policía no se viste igual que un
plomero y un piloto de avión no se viste como un deportista, sino que cada
profesión conlleva el atuendo que lo identifica, del mismo modo los cristianos
debemos vestirnos acorde a nuestra nueva identidad y profesión en Cristo. Nos
despojamos del atuendo del hombre pecador y nos vestimos de Cristo.
12 Vístanse, por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de
humildad, de mansedumbre, de paciencia 13
soportándose unos a otros, y perdonándose unos a otros si alguno tuviere queja
contra otro. De la manera que Cristo les perdonó, así también háganlo ustedes. 14 Y sobre todas estas cosas vístanse
de amor, que es el vínculo perfecto. 15
Y la paz de Dios gobierne en sus [de ustedes] corazones, a la que asimismo
fueron llamados en un solo cuerpo y sean agradecidos. 16 La palabra de Cristo more en abundancia en ustedes, enseñándose y exhortándose unos a otros en toda sabiduría,
cantando con gracia en sus [de ustedes] corazones al Señor con salmos e himnos
y cánticos espirituales. 17 Y todo
lo que hacen, sea de palabra o de hecho, háganlo todo
en el nombre del Señor Jesús, dando
gracias a Dios Padre por medio de él.
El pasaje anterior
enumero la lista de las cosas que no debemos vestir, en este último pasaje se
enumera la lista de lo que SI debemos vestir, lo cual son las evidencias
concretas y prácticas de que hemos resucitado en Cristo y andamos en vida
nueva. Nuestra transformación interna dará como resultado una buena conducta
externa. En contraposición con la lista anterior que comienza con ira esta
comienza con entrañable misericordia, y es una lista compuesta de dúos de
virtudes que se relacionan entre si y coexisten en el cristiano.
a) Entrañable misericordia y bondad;
la palabra “entrañable” hace
referencia a algo que proviene de nuestras entrañas, desde muy adentro, esto
significa que la misericordia debe
ser algo que debemos forjar dese nuestro interior y que fluye hacia afuera en
forma de bondad, o sea; la
misericordia es un fruto que se forja en nuestro interior (desde las entrañas, desde el corazón Fil
2:1) y aflora hacia el exterior en forma de bondad. Estas virtudes
siempre van a estar unidas: Efesios 4:32
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros
en Cristo. Necesitamos vestirnos de Misericordia
en lo interior y de Bondad en lo exterior.
b) Humildad y mansedumbre;
del mismo modo que el dúo de palabras anterior la humildad es un fruto que se
forja en nuestro interior y la mansedumbre es aquello que aflora hacia lo
exterior, no puede haber mansedumbre sin que haya
humildad interior, porque para ser manso en lo exterior se necesita haber
derrotado en lo interior el orgullo carnal y el egoísmo y haber revestido el
corazón de verdadera humildad (Fil 2:3).
La humildad es una conducta del alma, y la mansedumbre tiene que ver con
nuestro carácter, con nuestro temperamento; Efesios 4:2 con toda humildad
y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor. Jesús mismo va a decir de Él: Mateo 11:29 Llevad
mi yugo sobre vosotros, y aprended de
mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras
almas… Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes…
Necesitamos vestirnos de Humildad en lo interior y Mansedumbre en lo exterior.
c) Paciencia y Perdón;
Nuevamente, la paciencia se forja desde lo interior y el perdón aflora
hacia lo exterior. La definición de paciencia es la capacidad del alma de
padecer, gramaticalmente paciencia es un compuesto de dos palabras que tiene
que ver con; “alejado de la ira” o “lento para la ira”… En virtud de esto
podríamos decir que Dios nos pide de manera directa que “seamos lentos para la ira”, que no nos enojemos con facilidad,
sino que controlemos ese sentimiento en nosotros. Seamos lentos para enojarnos,
pronto para escuchar y lentos para hablar.
“Perdón” tiene que ver con gracia, con algo que se da gratis, con algo que
se da sin pedir nada a cambio. Colosenses 3:13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así
también hacedlo vosotros. Necesitamos
vestirnos de Paciencia en lo interior y Perdón en lo exterior.
d) El Amor. Pero el cinturón
que une todas estas virtudes es el amor, que es el vínculo perfecto, pues como
Pablo se lo escribe a los corintios, si no tengo amor nada soy (1°Co 13).
Y finalmente si
hemos resucitado con Cristo parte de esa evidencia es que su palabra, sus
enseñanzas van a morar en nosotros, esto no significa que debemos andar con una
biblia bajo el brazo sino con sus enseñanzas impregnadas en nuestra mente y corazón
de modo que seamos dominado por ellas. Porque también de este modo nuestras
alabanzas serán con entendimiento, con sabiduría, entonando salmos e himnos y cánticos
espirituales para dar gloria al Señor, y así todo lo que hagamos sea de palabra
o de hecho lo haremos para la gloria de Dios.
Conclusión
Entonces, con todo
lo que hemos dicho, debemos entender que la plenitud de la vida cristiana está
solamente en Cristo, no hay lugar para el legalismo, para el misticismo ni
mucho menos para el sincretismo de visiones y cosas semejantes. Pero a su vez,
vivir en plenitud con Cristo tiene evidencias concretas de una vida nueva. Que
estemos plenos en Él significa que hemos muerto, hemos sido vaciados y Dios nos
ha llenado con la vida de Cristo lo cual se evidencia por medio de nuestro
carácter… Romanos
13:14 sino vístanse del Señor Jesús, el
Cristo, y no provean para los deseos de la carne… Deberíamos vestir a
Cristo de tal modo que cuando las personas nos vean solo vena a Cristo.
Gracia y paz del Señor Jesús el Cristo. –
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