PÁGINAS DE INTERÉS

LA SEGURIDAD DE MI SALVACIÓN


Por el Hno. Gabriel

Salmo 23
1  Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2  En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3  Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5  Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
 
David, quien había sido pastor de ovejas en su juventud conocía perfectamente cuales eran los riesgos y peligros que corría cada oveja del rebaño mientras iba de camino al prado, pero a su vez él mismo también era una oveja bajo el cuidado de Jehová su pastor, y en este sentido él sabía que su vida no corría ninguna clase de peligro sino que en manos de Jehová estaba totalmente seguro, porque sabía que Jehová como pastor no fallaría en su cuidado, por tanto declara “JEHOVÁ ES MI PASTOR, NADA ME FALTARA”

Ahora nosotros al igual que David también tomamos la posición de ovejas frente al único y gran Pastor Jesucristo (1°Pe 5:4), por tanto nuestra proclamación y salmodia debería ser la misma que la de David “Jesús es mi pastor, nada me faltara” ¿lo creo realmente?

Juan 10
11  Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

Comprender que Jesús es nuestro pastor debe causar en nosotros una verdadera paz y profunda seguridad de salvación, porque entendemos que estando al cuidado de Él estaremos a salvo de todo mal, porque Jesús como pastor no ha fallado ni falla en esta labor sino que Él es el Buen Pastor. Su cuidado y responsabilidad sobre el rebaño es segura y nada faltara de todo lo que se le encomendó, por tanto si yo estoy en su mano ¿quién me arrebatara de Él? (Ro 8:31 y 37-39), ¿habrá acaso alguien que pueda opacar o ensuciar el trabajo de Jesús como el Buen Pastor? Si Jesús perdiera una de sus ovejas entonces él ya no sería el buen pastor sino un pastor descuidado y negligente, pero como sabemos que esto no ha ocurrido ni ocurrirá con él, entonces podemos decir y proclamar “¡JESÚS ES MI PASTOR!! ¡NADA, NADA, NADA ME FALTARA!!”

Juan 6
39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

Juan 10
27  Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
28  y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
30  Yo y el Padre uno somos.

La voluntad del Padre es que Jesús no pierda absolutamente nada de lo que se le había encomendado, y Jesús cumplió la voluntad del Padre al cien por ciento, porque estando en la cruz él mismo dijo “consumado es” dando a entender que todo aquel encargo recibido por el Padre estaba concluido, terminado, acabado, completado ¿Crees esto?
Si Jesús es nuestro pastor, o sea nuestro supervisor, nuestro guarda, nuestro regidor, entonces la seguridad de nuestra salvación no radica en cuan buenos y habilidosos llegamos a ser en el camino angosto, sino en cuanto de verdad creemos que estamos bajo su cuidado y protección, esto a su vez sería “cuanto creemos verdaderamente que Él como pastor dio su vida por nosotros”, y también cuanto creemos verdaderamente que la obra que Él hizo en la cruz es suficiente para expiar todos nuestros pecados y otorgarnos vida eterna en el reino de Dios (Ef 2:8-9), ¿crees esto? ¿Realmente creemos que nuestra salvación al final es por gracia y no por obras y que no tenemos que movernos ni un centímetro a la derecha o a la izquierda por alcanzarla sino que depende de Dios? por supuesto que creer conlleva una serie de acciones que demuestran un cambio radical en nuestras vidas, pero al final nuestra salvación no gira entorno de lo que hacemos o somos, sino entorno de lo que Él ya hizo por nosotros.

Mucho se oye hablar en el ámbito evangélico respecto que si “la salvación se pierde o no se pierde, si debemos cuidarla o no”, sin embargo tales expresiones están en un grave error, porque la salvación no es algo que tenemos en nuestras manos como una perla preciosa debemos cuidar, sino es algo que por medio de Cristo vamos a alcanzar. Por lo tanto nuestra seguridad de salvación no debe radicar en el hecho de que nosotros la hacemos segura con nuestro cuidado y prudencia, porque el día que fallamos inmediatamente pensamos que ya no seremos salvos, por esta razón nuestra seguridad de salvación debe descasar en el hecho de que el Señor Jesús me pastorea, entonces allí puedo gozar de paz y tranquilidad en mi andar diario. Al final la seguridad de nuestra salvación no está en lo que hacemos sino en lo que creemos.

Decir que nuestra salvación se pierde o tener temor de no alcanzarla es atribuirle falencias y errores al trabajo de Jesús como Pastor y Salvador, porque si Él es nuestro pastor entonces nuestra salvación es segura, porque Él es un buen pastor y ninguna oveja se ha perdido de su mano, pero si pensamos que somos de su rebaño y que al final no vamos a alcanzar la salvación entonces Jesús no es un buen pastor, ya que no puede salvar a sus propias ovejas ¡mucho cuidado!! Otro pensamiento a corregir es aquel que hace pensar a los cristianos que; “ya somos salvos pero debemos cuidar nuestra salvación”,  o sea que si yo no camino con sumo cuidado voy a terminar en el infierno, al final Jesús me salvo pero mi salvación en ultimo termino estaba en mis manos, entonces qué clase de salvación me dio Jesús que al final no me salvo sino que me termino enviando al infierno, este pensamiento es un grave error, Jesús es mi Salvador y de ninguna manera a fallado en la tarea de salvarnos ¿crees esto?, la cuestión no radica en si mi salvación se pierde o no, sino en determinar “si soy de su rebaño o no lo soy, si Jesús verdaderamente me está pastoreando o no”. NO podemos creer que Él es nuestro Pastor y Salvador pero al final pensar que no vamos a alcanzar la salvación, o creo que Él es mi Pastor y Salvador y descanso sobre este terreno de que por medio de Él alcanzare la salvación o directamente no creo que soy de Él, nuestra seguridad de salvación no proviene de nosotros mismos sino de Él, por tanto deberíamos proclamar de forma constante ¡JESÚS ES MI PASTOR, NADA ME FALTARA!! MI SALVACION ES SEGURA EN JESÚS

Como cristianos debemos creer y descansar en esta verdad, debemos confiar que Él nos pastorea y no nosotros mismos, por tanto nuestro destino es seguro en Él (1°Pe 5:7), no debemos andar temerosos pensando en que si soy salvo o no, sino debemos confiar y descansar en su cuidado, si declaramos en nuestras oraciones que Él es nuestro Pastor entonces nuestra salvación jamás estará en dudas, ahora esta verdad de ninguna manera justifica que nos deslicemos al pecado, sino antes nos da paz y tranquilidad para acercarnos cada vez más a Él en santidad

Una de las cosas que hay que cambiar en nuestro modo de pensar es que nuestra futura salvación no la aseguramos con nuestros buenos hechos y tampoco la ponemos en peligro con nuestras torpezas, porque el que nos pastorea es Jesús y no nosotros a nosotros mismos.


Isaías 35
8  Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.
9  No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos.

La seguridad de salvación no depende de cuan habilidosos seamos en la senda angosta, sino en cuanto estamos confiemos que Él nos pastorea.

1° Corintios 1
26  Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
28  y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
29  a fin de que nadie se jacte en su presencia.

Romanos 9
16  Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

La paz del Señor Jesucristo


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