02
– MATRIMONIOS DISEÑADOS POR DIOS; LAS FUNCIONES
Por el Hno. Gabriel.-
Introducción
Mateo
19:10 Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no
conviene casarse.
¿Por qué hacemos
esta reunión de matrimonios? ¿Qué nos proponemos logar con ella? Hacemos esta
reunión de matrimonios por una necesidad imperiosa que hay en la Iglesia, que
es lograr que los matrimonios actuales se conformen al diseño de Dios, hacer de
nuestro matrimonio aquello para lo cual Dios lo ha diseñado principalmente;
exhibir por medio de nuestro matrimonio en todos lados el amor de Cristo (el esposo) por su Iglesia (la esposa).
Si alguien
quisiera saber cómo es el amor de Cristo por su Iglesia eso debería reflejarse
en los matrimonios cristianos.
Entonces, hacemos
esta reunión de matrimonios porque tenemos una necesidad, y esa necesidad se ha
convertido en nuestro objetivo que llegar a ser; “Matrimonios diseñados por Dios”
Ya habíamos
mencionado que el matrimonio cristiano es un pacto de fidelidad primeramente a
Dios, en donde tanto el hombre como la mujer se comprometen a amarse de manera mutua
e incondicional indistintamente de las circunstancias que los rodeen, y la
fidelidad de ese amor es primeramente para con Dios… es por ser fiel a Dios que
amo a mi esposa, y es por ser fiel a Dios que mi esposa me ama, ese es nuestro
pacto delante de Dios, amarnos, y quien va a tomar cuenta de nuestro pacto en
caso que fallemos es Dios.
Entonces el motor
de mi amor por mi esposa no es porque ella es bella y virtuosa sino el pacto que
con Dios para amarla. En virtud de esto podríamos decir que; permanecer casado
no se trata de permanecer enamorados sino se trata de permanecer fieles a Dios,
y esa fidelidad va a ser que mi amor por ella sea incondicional e inagotable.
Este es el modelo
de amor matrimonial que Dios diseñó para sus hijos, y lo demostró por medio de
Cristo y su Iglesia, y de esto nos habla el apóstol Pablo en la carta a los Efesios, y más precisamente en el capítulo 5 versos 22 al
33; pasaje tan profundo en su contenido que nos revela, por decir de
alguna manera, la esencia que sostiene el matrimonio cristiano;
Efesios 5:22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es
cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su
Salvador. 24 Así que, como la
iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en
todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del
agua por la palabra, 27 a fin de
presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga
ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también
los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su
propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la
iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y
de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a
su mujer, y los dos serán una sola carne. 32
Grande es este misterio; mas yo digo
esto respecto de Cristo y de la iglesia. 33 Por lo demás, cada uno de vosotros
ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
Las Funciones Serviciales del Esposo y de la Esposa
En meditaciones
anteriores habíamos visto por medio de este pasaje bíblico primeramente el
diseño de Dios para el matrimonio, que dicho de otro modo era descubrir o
redescubrir cuál era el objetivo del matrimonio cristiano en la tierra, luego
vimos también la forma práctica de sostener un amor incondicional tal como el
de Cristo por su iglesia, sin embargo, algo que es preciso comprender dentro
del matrimonio cristiano es que el mismo es “funcional”,
es decir tanto el esposo como la esposa tiene
funciones determinadas para que el matrimonio alcance el objetivo:
En este pasaje se
encuentran varias analogías referidas a las funciones específicas tanto del
esposo como de la esposa:
1) El esposo como
figura de Cristo y la esposa como figura de la Iglesia
2) El esposo como
cabeza de la mujer y la esposa como cuerpo de la cabeza
3) El esposo debe
amar como Cristo ama a la Iglesia y la esposa se debe sujetar al esposo como la
Iglesia está sujeta a Cristo
Hablar de las
funciones bíblicas de los cónyuges siempre ha sido visto como un concepto “machista y dictador” en donde los
hombres tienen toda la autoridad en la casa y las esposas debe someterse y
obedecer en todo lo que ellos quieran, pero ese es un pensamiento muy infantil
e inmaduro, porque hablar de que el hombre es cabeza de la mujer y de que la
mujer debe sujetarse al hombre son funciones serviciales para que el matrimonio
funcione tal como Dios desea, no son posiciones jerárquicas. Además, ser cabeza
no se trata solo de dar órdenes, sino de asumir la responsabilidad que implica
cuidar de la esposa (que es el cuerpo), por otro lado, someterse al esposo no se trata
solo de obedecer órdenes y renunciar a su cerebro, sino asumir la
responsabilidad que implica sujetarse al Señor en la función de ser esposa.
La función del esposo como cabeza
Esta cita nos
enseña que el esposo es cabeza de la esposa pero inmediatamente antepone a
Cristo como el modelo de lo que implica ser cabeza de la esposa; porque el marido es cabeza de la mujer, así
como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador
(verso 23).
Entonces el marido
es cabeza de la mujer pero no según su propia idea, sino como Cristo es cabeza
de la Iglesia, lo que implica una responsabilidad y una entrega servicial. Por
ejemplo; ¿Qué le
significo a Cristo ser cabeza de la iglesia? Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y
la cuida, como también Cristo a la iglesia (verso 29)
Ser cabeza de la Iglesia
a Cristo le represento el trabajo de sustentarla y cuidarla como su cuerpo. En
virtud de esto podríamos decir que ser cabeza le representa al esposo el
trabajo de brindarle a la esposa protección y provisión tanto física como
espiritual, o sea, no se trata de que me siento en un sillón a darle órdenes a
mí esposa, sino se trata de un arduo trabajo de velar por ella y trabajar por
ella, eso es ser cabeza, eso es amar a la esposa…
O sea, por un lado
tenemos que ser cabeza se trata de proveer a su esposa la comida física todos
los días, y eso a la verdad no cuesta mucho, porque se trata de conseguir un
empleo o desarrollar algún trabajo que me brinde los recursos necesarios para
suplir las necesidades alimenticias del hogar. Pero por otro lado tenemos el
trabajo de la provisión espiritual, lo cual no es tan fácil como lo primero,
porque para brindar a la esposa provisión espiritual el marido debe conocer esa
comida, que dicho de otro modo se trata de conocer a Dios y degustar de ese
alimento espiritual para luego poder proveérselo a la esposa.
En la práctica
esto tiene que ver con cultos familiares, tiempos de oración y lectura que los
esposos tienen con la esposa, una disciplina que promueva el crecimiento
espiritual de toda la familia. Proveer alimento espiritual obliga a los esposos
a reunir a su familia en la mesa y así como le brinda el alimento físico
también tener tiempos de lectura y oración. Lea un devocional como guía o
simplemente las escrituras, y si no sabe qué hacer o que decir pida ayuda, pero
no descuide esta responsabilidad de ser cabeza, si no lo hace su esposa será un
cuerpo sin cabeza.
Pero no acaba
allí, hemos hablado que aparte de la provisión física y espiritual, ser cabeza
también se trata de la protección física y espiritual, lo cual implica que el
esposo deberá asumir la responsabilidad de cuidar de la esposa en el sentido
espiritual y físico. La protección espiritual obligará al marido a estar
comprometido con la oración diaria por su esposa, cuidar de ella que no sea
espiritualmente confundida o engañada, ni tampoco hacer nada que la confunda
Por otro lado la
protección física implica que deberé enfrentar todo tipo de peligro con el solo
hecho de salvaguardar su integridad física, y por más que mi esposa sepa artes
marciales, al momento de cualquier amenaza debo ser yo primeramente quien
enfrente el peligro por más que ella pueda dominar la situación mejor que yo.
Muchos esposos
cristianos adoptan una posición jerárquica frente a su esposa y le dicen; debes obedecerme en todo porque yo soy
cabeza tuya, pero la realidad es que vas a ser cabeza de tu esposa solo si
asumes la responsabilidad que este servicio implica.
Resumiendo
podríamos decir que solo eres cabeza si cumples la función de cabeza así como
Cristo la cumplió con su iglesia, dándole protección y provisión.
Efesios 5:25 Maridos, amad
a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del
agua por la palabra, 27 a fin de
presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga
ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también
los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su
propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la
iglesia,
La función de la esposa sometiéndose al esposo
Una palabra que
aborrecen o les cuesta mucho aceptar y adoptar a todas las mujeres cristianas
es el “someterse o sujetarse a su marido”,
si fuera por ellas a lo mejor la borrarían de la biblia, y esto se debe a que
no ven esta acción (someterse) como
un servicio funcional para el bien del matrimonio sino como algo humillante y
deshonroso para ellas (y esto demuestra
su egoísmo). Quieran o no, muchas mujeres cristianas tiene la idea
equivocada que pueden competir con el hombre, que pueden estar a la altura de
los hombres, y por esta razón se resisten al hecho de tener que someterse o
sujetarse al hombre, como diciendo; – pero yo puedo
hacer lo mismo que él porque me tengo que poner a sus pies? – no dejan
de ver esto como si fuera algo jerárquico, algo competitivo, y muchas veces no
se puede negar que en algunos casos, la capacidad intelectual de la mujer es
superior a la del hombre, y por lo tanto quieren constituirse cabeza del hogar.
Que una mujer
pueda trabajar y traer el sustento al hogar no le da derecho a designarse
cabeza del esposo, porque esto no se trata de una elección humana sino de un
designio de Dios; en una ocasión Jesús le lavo los pies a sus discípulos (Jn 13:1-20), pero en ningún momento los
discípulos pensaron que eran superiores a su maestro, al margen que las
funciones se habían invertido por un momento, de todos modos todos sabían allí
cual era su lugar.
Si aclaramos el concepto
de sumisión es probable que entendamos cual es la correcta función de la
esposa;
Efesios 5:24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así
también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
1°Pedro
3:1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también
los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus
esposas, 2 considerando vuestra conducta casta (no es sensual, pura) y respetuosa. 3 Vuestro
atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de
vestidos lujosos, 4 sino el interno,
el del corazón, en el
incorruptible ornato (atavío) de un
espíritu afable (agradable, dulce) y apacible,
que es de grande estima delante de Dios. 5 Porque así también se ataviaban en
otro tiempo aquellas
santas mujeres que esperaban en Dios,
estando sujetas a sus maridos; 6
como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis
venido a ser hijas, si hacéis el
bien, sin temer ninguna amenaza.
De acuerdo a este
pasaje “someterse” no tiene la
intensión de humillar a la mujer, sino por el contrario, la engrandece delante
de Dios y la muestra virtuosa delante de los hombres. Con esto vemos que la
demanda de que la mujer se sujete a su esposo no es “jerárquica” sino “funcional”,
Dios se propone con esta sujeción dignificar a la esposa y convertir a los
incrédulos.
Así como el esposo
debe ser cabeza de la esposa lo cual implica una gran responsabilidad ya que
debe imitar la figura de Cristo como cabeza de su Iglesia, del mismo modo la
mujer tiene la responsabilidad de funcionar como el cuerpo de su esposo (la cabeza) del mismo modo que la
Iglesia es el cuerpo de Cristo, y en este sentido la tarea de la mujer es
mostrarse como un cuerpo puro y bondadoso que funciona en armonía con la cabeza
así como la Iglesia es pura y sometida a Cristo su cabeza. Por esta razón Pedro
exhorta a las esposas que pongan atención no a lo exterior con peinados
ostentosos y vestidos costosos y sensuales, sino que vistan primeramente su
corazón con un espíritu afable y apacible, porque esto demostrara la eficacia
del matrimonio cristiano.
Por ejemplo; de
nada sirve un esposo extremadamente espiritual si la esposa se viste con
minifalda de leopardo y no le obedece, en tal caso su espiritualidad por más
bíblica que parezca no tiene eficacia ni siquiera para santificar su propio
cuerpo, es como una cabeza espiritual en
un cuerpo sensual, atrevido y rebelde.
Con esto quiero decir que no basta solo con que el marido ocupe el lugar
correcto de cabeza de la mujer, sino que la mujer ocupe el lugar correcto de
cuerpo de la cabeza, porque de ese modo se cumplirá el modelo de Cristo y la
Iglesia en ellos.
Un ejemplo
práctico que cita el apóstol es el caso de Sara esposa de Abraham, mostrando su
santidad por medio de su sujeción, quien no se interpuso a su esposo ni tampoco
compitió con él en su llamado, sino que creyó igual que él y se sometió funcionalmente
a su esposo en todo lo que Dios le ordenaba. Funcionaron como una cabeza y un
cuerpo en armonía.
Entonces el
sometimiento no es algo jerárquico e intelectual, sino servicial y funcional.
Que la mujer se someta al marido no significa que renuncia a su cerebro y se
convierte en robot, NO, sino funciona en armonía con el esposo para demostrar
el amor de Cristo por su Iglesia y la santidad de la iglesia por medio del
marido.
El marido no es
comandante de la esposa, no es su general, muchos piensan que como Sara le
llamaba señor a su esposo Abraham era como una especie de rango militar; – ¡señor si
señor! – Algunos esposos pensaron que la esposa debía pedirle
permiso hasta para ir al baño, pero no se trataba de esa clase de trato, sino
de sujeción, era una disposición interna.
Conclusión
El hecho de que
muchos matrimonios cristianos fracasen se debe a una cuestión funcional, en
donde cada uno de los cónyuges se resiste a ocupar el lugar funcional que le
fue ordenado.
Lo correcto es que
el esposo trabaje para ser el sostén de la familia y la esposa sea una buena administradora
del hogar.
Un matrimonio
fundamentado en ideas que no son bíblicas son un blanco fácil para Satanás,
pero un matrimonio centrado en Dios jamás será destruido, y lo que Dios unió
nadie podrá separarlo.
La paz del Señor Jesucristo.-
0 comentarios:
Publicar un comentario